Estimado señor presidente:
En su discurso de la toma de poder, el pasado 1 de julio, usted dijo una frase que me llamó mucho la atención: “En mi gobierno se puede meter la pata. Pero no se puede meter la mano.”
¡Le felicito por esta frase, presidente! Nosotros escuchamos, hace un mes, otra frase totalmente contraria a la suya: ”Proclamo en voz alta para mí mismo, para mis compañeros, y para toda la nación: nosotros no tenemos el derecho de equivocarnos. Repito: nosotros, definitivamente, no tenemos el derecho de equivocarnos.” Dijo el presidente Funes en su discurso de toma de poder.
Me quedo con la frase suya, presidente. Me parece más honesta, más realista, más simpática.
Claro que los presidentes, incluso los buenos, meten la pata y se equivocan. Prefiero tener un presidente que está conciente de sus limitaciones.
Usted puede ser demasiado de derecha para mis gustos, pero yo confío más en un presidente que dice a su pueblo: “Yo no soy perfecto”, como Usted hizo en su discurso, que en presidentes que se sienten infalibles y piensan que la democracia comienza con ellos. A esos les tengo miedo.
Bienvenido, el continente necesita presidentes cuerdos.
Saludos, Paolo Lüers