Fui a un evento en el Palacio Nacional.
Impactante el evento. Maravillosa la locación: El Palacio Nacional es
una joya. En medio del caos del centro, una oasis de tranquilidad, una
belleza arquitectónica. Felicito a los artesanos que han recuperado
estas salas, estos techos, corredores y patios.
Pero, ¿para quién brilla esta joya? Que
bueno que de vez en cuando lo alquilen para eventos. Que bueno que uno,
pagando un dólar, pueda incluso recorrerlo, como si fuera un museo. Que
bueno que este palacio albergue un archivo. Pero museos y archivos son
lugares pasivos y muertos. Estos espacios privilegiados en medio de lo
inhóspito deberían llenarse de vida, de acción, de comunicación – todos
los días.
El Palacio debería ser la sede de los artistas, de su producción, sus talleres, ensayos, exposiciones, espectáculos. Sus famosas salas, donde antes despacharon presidentes, militares, diputados y magistrados, deberían llenarse todos los días de bailarines, quienes ahora tienen que ensayar en lugares precarios; y todas las noches de los capitalinos viendo sus obras. Donde ahora hay oficinas, que podrían funcionar en cualquier otro edificio administrativo, deberían funcionar talleres de escultores, estudios de grabación para los músicos, clases de piano, etc.
¿Qué le pasa a nuestro país para que la Colección Nacional de pinturas esté colgada en la residencia presidencial (o sala de té de la primera dama), donde sólo se puede entrar por invitación de la pareja presidencial y por afinidad ideológica?
¿Qué le pasa a nuestro país para que el Palacio Nacional, maravillosamente restaurado en todo su esplendor, no tenga vida y no se convierta en espacio público y centro de encuentro cultural?
Todas las noches debería este palacio ser escenario de eventos como el que visité: la “Biblioteca Humana”, una iniciativa de Claudia Cristiani y Isabel de Sola. Imagínense: el Palacio Nacional abierto para que un montón de personas que jamás han tenido oportunidad de hablar con un ex pandillero, con una transexual, con un ex combatiente guerrillero, con una empresaria exitosa, con un deportado, con jóvenes de comunidades marginadas, tengan que enfrentarse a sus propios prejuicios y resentimientos. Todos estos personajes, convertido en libros humanos para que usted los lea y entienda…
Abran el Palacio, para que actividades como estas puedan tener lugar todas las noches. Si no, ¿para qué tenemos una Secretaría de Cultura y un patrimonio como el Palacio Nacional? Saludos,
Pié de página:
Por el formato de mis cartas en los periódicos MAS! Y EDH no era posible explicar bien el carácter del evento que menciono. Fue un evento de ‘Foro Paz’, que es una iniciativa de Isabel de Sola, a través de la Fundación de Sola, junto con Contextos, una ONG educativa. La ‘Biblioteca Humana’, que se presentó en este evento, es un proyecto de AccesArte, una fundación cuya misión es potenciar el rol que la cultura juega en el proceso de nuestro desarrollo humano individual y colectivo, dirigida por Claudia Cristiani.
(MAS! / EL DIARIO DE HOY)