sábado, 30 de abril de 2016

Carta a los artistas salvadoreños: Cero tolerancia con la censura

Estimados amigos:
El jueves en la noche una exposición colectiva de 7 artistas salvadoreños tuvo que montarse en la calle, porque Casa Presidencial había ordenado cerrar las puertas de la Sala Nacional “Salarrué” para que nadie viera esta muestra pictórica. Todos pensábamos que en El Salvador ya estaba superada la censura como instrumento del poder político de disciplinar el arte. Pensábamos mal…

Por suerte, los artistas ya no aceptan la censura. Inmediatamente montaron sus obras en la acera encima de la Sala Nacional, a la orilla del Parque Cuscatlán, convocaron a la comunidad artística y los medios, y convirtieron la exhibición en una protesta contundente contra la censura gubernamental.
Resulta que en El Salvador la Secretaría de Cultura no es del Estado, como debe ser, es de la Presidencia de la República. Pero Casa Presidencial puede ser muy dueña de la Secretaría (y a través de ella de la Sala Nacional, del Teatro Nacional, de la Biblioteca Nacional, de la Compañía Nacional de Danza, del CENAR, de las Casa de Cultura…), pero no son dueños ni amos de los artistas.

¿Qué hay detrás de esta censura? ¿Qué tiene esta exposición que Casa Presidencial no pudo tolerar?
El recibo-contrato de César Menéndez
La introducción al catålogo, firmada por la Secreretaria de Cultura

“La Ultima Cena” es un proyecto colectivo que surgió hace dos años. La primera vez escuché de esta idea por boca de los dos hombres que la impulsaron: el pintor Antonio Bonilla y el coleccionista Gerardo Martínez. Llegaron a La Ventana y me expusieron, con mucho entusiasmo, la idea: “La última cena marera”. En el catálogo de la exposición (con introducción de la actual Secretaria de Cultura de la Presidencia Silvia Elena Regalado), Gerardo resume su idea así: “Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y El ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido… y en este momento esto se resume en nuestro país en una palabra: pandillas. Así que, tenemos asociaciones ilícitas, a los monstruos y demonios que avergüenzan nuestra sociedad, pero que necesitan del rescate, y a la vez a nuestro El Salvador, plasmados en un lienzo.”

Gerardo Martínez expuso esta idea a los artistas, y les ofreció financiarles a cada uno su obra. Y varios de los mejores aceptaron el reto con entusiasmo y se apuntaron: César Menéndez, Mayra Barraza, Antonio Bonilla, Mauricio Mejía, Juan Carlos Lazos Tablas, Hernán Reyes y Salvador de la Mancha.
El recibo-contrato de César Menéndez
El recibo-contrato de César Menéndez

Cuando ya los cuadros, todos de gran formato, estaban listos, propusieron el proyecto a la Secretaría de Cultura. Mayra Barraza, directora de la Sala Nacional y artista participante; Augusto Crespín, pintor y Director Nacional de Artes; y Silvia Elena Regalado, escritora y Secretaria de Cultura, abrazaron la idea – y se comenzó a organizar la exhibición.

Pero los artistas (tanto los autores de la muestra, como los que dirigen la Secretaría) no tomaron en cuenta que en el transcurso del año que se trabajó la idea, el país ha cambiado. Cuando comenzaron a pintar las obras de “La última cena”, el gobierno hablaba del “gran diálogo nacional” para combatir la violencia. Cuando la muestra estaba lista, el gobierno habló de “la gran guerra contra las pandillas”, comenzó a diabolizar cualquier diálogo con los sectores fuera de la ley. Y cuando se trató de inaugurar la muestra, el país discutía masacres, batallones de limpieza, despliegue militar, defensas civiles con o sin armas, ejecuciones extrajurídicas…

En una situación donde pasan leyes que quieren penalizar que alguien se siente en una mesa para hablar con pandilleros, ¿cómo Casa Presidencial iba a permitir que su Secretaría de Cultura iba a exponer en su Sala Nacional unos cuadros, donde Jesús celebra la última cena con mareros tatuados? El arte es libre, pero no para tanto…

Primero uno de los artistas, que además tiene un cargo en la Secretaría, quiso retirar su obra. Pero Gerardo Martínez había pagado por estas obras, y además cada artista pintó su cuadro libremente, sin interferencia ninguna en su creación y contenido. Aceptaron la idea central – ya cada uno plasmó en el lienzo su propia visión. Por tanto, el coleccionista y promotor de la exposición insistió que todos los cuadros se exhibieran. Pero, un día antes de la inauguración vino la orden de censura – directamente de Casa Presidencial.

La expo va al exilio: a la calle
La expo va al exilio: a la calle. Foto: El Faro
El poder político no aguanta que nadie, ni los artistas, se salgan del guión oficial que ahora se llama: guerra. Pero por suerte, pueden controlar a la Secretaría de Cultura y sus Sala, pero no al arte ni a los artistas. La exposición se hizo. No en la Sala, pero en la calle. Le gente vino, la solidaridad funciona.

Toca a ustedes, los artistas, defenderse de la censura, de la imposición, de la intolerancia. Toca a nosotros, los escritores y periodistas, entender que la censura comienza contra el arte – pero si no la paramos, continuará contra los medios, el periodismo, la literatura.

Pueden haber muchos que no les gusten los cuadros de Antonio Bonilla, César Menéndez y Cía. No se trata de esto. Se trata de la libertad. No puede ser el gobierno es quien decida qué es bueno o malo en el arte.

Ánimo y aplauso para los artistas de la muestra “La última cena”. Saludos,
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Mayra Barraza: La última Cena: "Duchamp" en El Salvador
Mayra Barraza: La última Cena: “Duchamp” en El Salvador

Antonio Bonilla: "La última Cena: La Incertidumbre de la Espera"
Antonio Bonilla: “La última Cena: La Incertidumbre de la Espera”

César Menéndez: "La última Cena de la Reconciliación"
César Menéndez: “La última Cena de la Reconciliación”

jueves, 28 de abril de 2016

Carta a los 84 diputados y sus suplentes: Aténganse a las consecuencias de sus actos

Estimados ciudadanos:
Antes de votar por la confiscación de los ahorros de pensiones de los salvadoreños, lean con atención el art
ículo 106 de nuestra Constitución:
“Se prohíbe la confiscación ya sea como pena o en cualquier otro concepto. Las autoridades que contravengan este precepto responderán en todo tiempo con sus personas y bienes del daño inferido. Los bienes confiscados son imprescriptibles.”
.
¿Se acuerdan como termina su protesta cuando asumieron su cargo?: “…que Dios y la Patria os lo demanden.” 

Bueno, Dios no sé que hará cuando aprueban una confiscación inconstitucional, pero miles de ciudadanos tomaremos esto de forma muy literal y les demandaremos ante la justicia.

Saludos, Paolo Luers
(Mas!/El Diarioade Hoy) 


martes, 26 de abril de 2016

Carta a los que se mueren por sentir orgullo de su país

El otro día un amigo me mandó información sobre un proyecto que inmediatamente capturó mi atención y fantasía: “Cushcatan”.

Fue una frase en particular que me hizo reaccionar: “Cushcatan dará al país entero algo de cual sentirse orgulloso. Hay una deseo en cada salvadoreño de que se diga algo bueno sobre su país.”

Se trata de producir una serie de documentales que registran la maravillosa naturaleza que posee nuestro país. Serán 4 capítulos: mar, ríos, volcanes y bosques. Hechos por un equipo internacional de exploradores compuesto por biólogos y cinematógrafos, y con equipos para filmar desde el aire y desde debajo del agua.

”Queremos que todo el mundo se enamore de esta maravillosa naturaleza salvadoreña, para respetarla y cuidarla.”


Los impulsores de este proyecto están tratando de levantar los fondos para realizarlo. Y como las metas que se han trazado solo pueden alcanzarse si alcanzan el más alto estándar de calidad técnica, académica, y artística, estos 4 documentales saldrán caros. Sólo el primero -sobre nuestros lagos- costará $135 mil.

Entonces, “Cushcatan” es un proyecto de ‘crowfunding’. Este invento del siglo del Internet significa que uno, para financiar su inversión, no busca a pocas fuentes con mucho dinero, sino a una multitud (crowd) que aporte poco dinero cada uno. Cuando un proyecto es presentado de la manera correcta, para captar la fantasía de la gente, este método funciona. Conmigo funcionó: voy a donar mis $50 en cuanto me paguen al final del mes.

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Pienso si alguien tienen la capacidad de enamorarme a primera vista con su idea, tendrá la capacidad de realizar lo que promete. Esta idea central de ‘algo de cual sentirse orgulloso’ es genial – y el cine es la forma de hacerlo.

Creo que es cierto que todos deseamos tener algo de qué enorgullecerse. No para olvidarnos de todos los problemas graves de nuestro país, sino por lo contrario: Para motivarnos a resolver estos problemas.

La violencia, la pobreza y la corrupción no van a desaparecer por magia de una película sobre la belleza de nuestra naturaleza. Pero tampoco haciendo docenas de películas sobre muertos, empobrecidos, defraudados y otras víctimas. Más bien estoy convencido que una ciudadanía que recupera el orgullo de su tierra y el amor a sus lagos, ríos, costas y montañas, tendrá más fuerza para combatir la violencia, la pobreza y la corrupción. Y más motivación: ¿Si nuestros antepasados nos han dejado un país con tantas maravillas, ¿cómo vamos a permitir su destrucción?

Screen Shot 2016-04-25 at 5.40.25 PM


Escribo esta carta para contagiarlos y hacerles partícipes de este entusiasmo que causa el proyecto “Cushcatan – tierra de maravillas”.

Les pido que entren al sitio “Tierrademaravillas” – y si les gusta lo que ven, conviértanse en financistas de estos documentales, con 5, 10, 25 o 50 dólares.

Por qué saben qué: Es mucho más gratificante tener orgullo de algo que hemos ayudado construir. Saludos,
e2b99-firma-paolo

(Mas!/El Diario de Hoy)