sábado, 14 de abril de 2012

Carta al alcalde Ortiz


Estimado Oscar:

¿Qué estás haciendo? O talvez: ¿Qué te están haciendo? Sale a la luz un “Movimiento Oscar Ortiz para Presidente”, faltando 2 años a las elecciones presidenciales del 2014 y cuando todavía el Frente no ha digerido la derrota del 2012...

No sé si vos estás promoviendo este movimiento, o si algunos de tus amigos están comiendo ansias. Pero vos tenés que tener claro que a cualquiera que ahora levante la cabeza, se la van a cortar. En el Frente todavía es tiempo de agachar la cabeza, Oscar, no te equivoqués...


Tu hora no es para estas elecciones. Tu hora llega una vez que el Frente esté derrotado en marzo del 2014. Tu hora es cuando la pérdida del poder haya metido a la izquierda salvadoreña en una crisis aún más profunda y violenta que la crisis de ARENA en el 2009. La hora tuya y de la renovación de la izquierda será cuando la crisis del socialismo en Cuba y del populismo en Venezuela esté tocando fondo, y cuando la cúpula del FMLN ya no tenga padrinos que le ayuden a mantener el control sobre el partido.

En este vacío de liderazgo y de ideas al final del triste capítulo Funes-Sánchez Cerén, la izquierda va a necesitar a quien dirija la rebelión y la renovación. Esta será tu hora, Oscar. No ahora.

Lo único que vos tenés que hacer es seguir gobernando bien en Santa Tecla, mientras se gobierne de mal en peor la República. No hay manera que el FMLN retenga el poder en el 2014, con ningún candidato. Tampoco con vos, en el improbable caso que no te hayan decapitado y que llegués a la candidatura presidencial, pero sin la renovación indispensable del partido, de la mano de la actual junta directiva del FMLN-ALBA S.A. de C.V.

¿Qué te pasa, Oscarito, estás perdiendo la paciencia? Acordate de dónde venís: de la guerra popular prolongada, no de las cabezas calientes que predicaron la idea de una insurrección mezclada con conspiraciones golpistas.

Seremos muchos que en el 2019, luego de una renovación y democratización de la izquierda, te apoyaríamos - en nombre de la alternancia, la cual también buscaremos en el 2014...

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)
 





jueves, 12 de abril de 2012

Carta a Rosa & Juan

Estimados amigos:

No sé si ustedes realmente se llaman así, pero salieron en una crónica periodística que realmente me puso a pensar: “La muerte deja de ser un negocio”, decía el título, y nos hablaba de cómo la repentina reducción de los homicidios afecta a ustedes que venden servicios de funeraria a las familias de los muertos que diariamente caen a la morgue de Medicina Legal. “Aquí se ha sentido el gran bajón”, comentaron, desde que los pandilleros han dejado de matar a la loca...

Todos tenemos que sobrevivir. Y la manera como ustedes se ganan la vida no es menos honrada que la de otros que vivimos de vender churros, pupusas, tragos, o carros. Ustedes tienen la mala suerte que viven de la desgracia de otros. Menos asesinatos, menos negocio.

¿En qué me puso a pensar su historia? En lo mismo en que me puso a pensar un profesor del Centro Escolar Viuda Concha de Escalón que me dijo: “Tal vez podemos comenzar a reconstruir la paz en la escuela, ahora que dicen que suspendieron la guerra entre las pandillas. Ojala que esto se sostenga, porque la escuela ya no aguanta esta guerra.”

Esta guerra ya cobró vidas en esta escuela en medio de La Escalón, y los alumnos de toda una comunidad tuvieron que abandonar su escuela para evitar más bajas.

Y un cobrador de bus me dio: “No ha habido ataques a buses, ya semanas que no nos han matado a nadie, ni tampoco a pasajeros. ¿Cómo hacemos para no regresar al desmadre de antes?” A este hombre no se le ha quitado el miedo, está tan desconfiado frente a la “tregua” de los pandilleros como todos nosotros. Pero se le ha encendido la esperanza...


Mientras unos debaten si hubo negociación o concesiones de parte del Estado – y si esto lo convierte en un ‘estado fallido’, que ‘se rinde ante la delincuencia’, ustedes los vendedores de las funerarias, los profesores y los trabajadores y usuarios del transporte público ven con angustia y esperanza el impacto práctico que la tal “tregua” tiene sobre sus vidas.

El comentarista de un medio escribe: “Yo no soy pandillero. Si usted, que me está leyendo ahora, tampoco lo es quiere decir que para nosotros dos no hay milagro que valga. Seguimos igual de expuestos que antes.” Correcto, algunos no hemos sido afectados ni antes, cuando se mataron 15 al día, ni tampoco nos afecta la reducción a 5 muertos diarios. Porque nuestros hijos ni usan transporte público ni van a escuelas públicas.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

Lea:  
 

miércoles, 11 de abril de 2012

El fiscal que necesitamos

Todos los días abrimos los periódicos y se nos queda atravesado el desayuno al ver las fotos de los personajes que están siendo propuestos para asumir el cargo de Fiscal General de la República.

Entonces, antes de hablar de más nombres, tratemos de definir el perfil: ¿Qué tipo de Fiscal General necesita El Salvador?

Necesitamos a un fiscal fuerte, un profesional que tenga la visión, la capacidad y el coraje necesarios para someter a la Fiscalía General de la República a una reforma que integra dos procesos complicados y simultáneos: depuración y reingeniería.

Necesitamos a un fiscal que puede crear un consenso entre los partidos sobre el carácter y el alcance de esta reforma. Para esto, el requisito principal es su independencia. Ningún personaje supeditado a los intereses de un partido gozaría de la confianza de todos que es necesaria para consensuar su proyecto de reforma.

Definamos ‘independiente’: no significa que el candidato jamás haya estado en política, en ningún gobierno o relacionado con ningún partido. No buscamos a un ser apolítico y que no tenga ni convicciones, ni posiciones políticas ni preferencias. Buscamos a una persona que ha mostrado independencia de criterio de cualquier partido u otro grupo de interés; que ponga los criterios profesionales, la ética y los intereses de la institución a su cargo encima de sus preferencias partidarias, sus convicciones religiosas y sus intereses particulares.

Muchos dicen que no existen personas con este tipo de independencia. Mentira. Voy a mencionar a dos juristas ampliamente conocidos. Ojo: no los menciono para proponerlos como candidatos, porque sé que no están disponibles. Los nombre para ejemplificar, en personas reales con trayectorias conocidas, de qué estoy hablando.

Uno es Fabio Castillo, el otro es Francisco Bertrand Galindo. Ninguno de los dos sale de un espacio aséptico y apolítico. Fabio Castillo ha sido coordinador general del FMLN y recién ha sido electo diputado suplente de este partido; y Chico Bertrand ha sido miembro del COENA de ARENA, ministro de Gobernación y luego secretario jurídico del presidente Flores. Pero los dos han mostrado un alto grado de independencia de sus partidos cuando los intereses partidarios entran en contradicción con principios éticos, criterios jurídicos y la institucionalidad democrática del país. Además, entre ellos son amigos.

Pongo a Fabio Castillo como ejemplo, a pesar de que yo mismo articulé objeciones cuando en el 2009 su nombre fue mencionado para presidir la Corte Suprema de Justicia. Pero Fabio Castillo, tomando valientemente distancia crítica al presidente Mauricio Funes y a posiciones manifiestas de su propio partido, mostró que es un hombre mucho más independiente que yo lograba apreciar. A pesar de esto, sostengo que hubiera sido un error elegirlo para la Corte Suprema, y que fue correcto el acuerdo que se negoció en el 2009 entre el FMLN y ARENA de apostar a personajes independientes en la Sala de lo Constitucional. Repito, no estoy proponiendo a Fabio Castillo como fiscal general, sólo estoy argumentando que sí hay personajes que llenan el perfil, y que no necesariamente están ajenos de la política.

Definamos ‘reforma’. No es cualquier reforma que el nuevo titular tiene que hacer en la fiscalía. Es por una parte depuración: liberar la institución radicalmente de elementos corruptos, ineficientes, no calificados. Una tarea pendiente desde los Acuerdos de Paz. Incluye definir bien los criterios para la selección de fiscales, su ascenso, su capacitación y su supervisión permanente. Incluye también la decisión de pagarlos bien para hacer atractiva la carrera en la fiscalía.

Por otra parte la reforma tiene que incluir una reingeniería a profundidad, correspondiente a una nueva concepción de la misión de la fiscalía. La fiscalía tiene que organizarse en fuerzas de tarea que asumen todos los delitos cometidos en una localidad o por una determinada estructura delincuencial: homicidios, robos, violaciones, extorsiones, lavado de dinero, narcotráfico, y hasta delitos menores de tránsito, de impuestos o de escándalos callejeros. La prioridad de estas fuerzas de tarea multidisciplinarias (y coordinadas con las estructuras de investigación de la PNC) ya no es esclarecer y llevar a juicio cada uno de los delitos, sino mas bien desarticular las estructuras delincuenciales. En este esquema el éxito contra la impunidad ya no se mide por el porcentaje de delitos individuales llevados a juicio y condena, sino por el grado de desarticulación de las estructuras criminales que se logra. Estamos halando de estructuras no sólo de pandillas, sino también de redes de corrupción y crimen organizado con fachadas legales.

Esto requiere otra mentalidad, incluso otra filosofía, y seguramente otros métodos de trabajo, organización e investigación en la fiscalía. Generar esta nueva mentalidad y capacidad es la principal tarea del nuevo Fiscal General.

Requisitos indispensables: alto grado de independencia, casi un blindaje contra presiones; mucho coraje para enfrentar la corrupción dentro del Estado; liderazgo y alta calificación académica y profesional.

Olvidémonos de todos los nombres hasta ahora barajados. Quitemos el ridículo deadline del 12 de abril para la inscripción de candidatos para un cargo que hay que asumir en septiembre. Busquemos a los profesionales que no se apuntan cada vez que hay una elección de funcionarios. Empecemos en serio a buscar al mejor fiscal general. No hay prisa. Necesitamos al nuevo fiscal hasta en septiembre. Y quienes presionan para elegir al fiscal ya, lo hacen con malas intenciones.
(El Diario de Hoy)

martes, 10 de abril de 2012

Carta a Guillermo Gallegos

Estimado diputado:

¿Realmente quiere ser fiscal general de la República? ¿En serio? ¿O solamente era para asustar a media humanidad para que al final aceptemos el mal menor que sería reelegir al actual fiscal?

Viejo truco: Asustar con el petate del muerto para que todo quede igual y todo el mundo crea que heroicamente ha evitado un desastre. Cuando lo que realmente se ha evitado es que llegue a la fiscalía un profesional verdaderamente independiente y comprometido con romper con la impunidad...

Porque le voy a ser franco: La sola idea de Gallegos como fiscal general asusta. No solamente a sus enemigos en ARENA que usted abandonó en el 2009. También asusta a la mayoría de gente de izquierda, incluyendo a los militantes del FMLN, con el cual ustedes están pactando el reparto de las instituciones...

Precisamente este reparto asusta a la gente decente de izquierda. Es difícil que la cúpula del Frente pueda explicar a su gente porqué les están dando a los hombres de Tony Saca el poder de mantener vigente la impunidad. Primero meten al presidente de GANA, Andrés Rovira, en la Corte de Cuentas. Y ahora proponen al hombre fuerte de GANA como fiscal general. Sólo falta que nombren a Herbert Saca presidente del Tribunal de Ética Gubernamental...

No se haga ilusiones: el Frente no va a dar sus votos para que alguien tan impresentable llegue a dirigir la fiscalía. Para ahorrarse la humillación, mejor ni se inscriba. Salga diciendo que tiene un compromiso con los 22,647 votantes que votaron por su cara, y que no puede abandonar de nuevo a sus votantes...

Bueno, alguna paja como esta, para medio explicar porqué ya no quiere ser fiscal. Pero tal vez no sea paja, tal vez tiene algo real este argumento: estos 22 mil votos es todo el capital político que le queda, diputado (no tomando en cuenta capitales de otro tipo). Es cierto, con estos sus 22 mil votos no llega ni cerca al candidato menos votado de ARENA en San Salvador. Más le vale trabajar como diputado, para que la próxima vez no pierda los pocos votos que le quedaron. Además, con todo y viáticos y los extras para miembros de la Junta Directiva, no está tan mal la vida en la Asamblea...

Piénselo bien. Paolo Lüers
(Más/EDH)

¿Magistrados idóneos?

En vez de ordenar a los 30 candidatos a magistrados por afinidades ideológicas, alguien debería clasificarlos por idoneidad profesional. Y se va dar cuenta que a la hora de componer las listas de candidatos, lo que menos se preguntan en el Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ) y en la elección del gremio de abogados es: ¿Quienes serían los más idóneos para cada sala específica de la Corte Suprema?

En mayo de este año, cuando la nueva Asamblea Legislativa tiene que renovar a 5 de los 15 magistrados de la Corte Suprema, dos de ellos son para completar la Sala de lo Contencioso, que ve demandas de ciudadanos contra el Estado. Pero entre los 30 candidatos propuestos no existen 2 abogados calificados en derecho administrativo. Sólo existe uno, y quién sabe si los diputados lo van a tener en cuenta, ya que además es un tipo ajeno al juego partidario. Teóricamente, estas dos cualidades deberían asegurarle a este candidato una de las magistraturas vacantes en la Sala de lo Contencioso. Pero lamentablemente, la pericia específica para al cargo específico en la Corte es el criterio menos tomado en cuenta en la elección de magistrados.

Es como si en un hospital necesitan un jefe de cirugía y a un jefe de pediatría, y en las ternas presentadas hay médicos de todo tipo, menos cirujanos y pediatras.

Es una falacia simplemente actuar como si se tratara de elegir a 5 magistrados. Se trata de elegir a dos magistrados para la Sala de lo Contencioso, y que necesitan ser abogados expertos en derecho administrativo; más llenar una vacante en la Sala de lo Constitucional, pero con un constitucionalista; más un magistrado para la Sala de lo Penal y uno para la Sala de lo Civil. En estos últimos dos casos, no habrá problema porque hay suficientes candidatos que representan estas ramas del derecho.

Quedemos un rato más analizando el problema de la Sala de lo Contencioso. En El Salvador, como en muchos países con trayectoria autoritaria, esta rama de la justicia es la más atrasada. Como siempre se elige a los magistrados con criterios políticos y nunca profesionales, esta Sala nunca ha tenido cuatro magistrados académicamente idóneas. Además, es una cabeza sin cuerpo y manos: no existen juzgados ni cámara de lo contencioso, sólo existe la Sala de la Corte Suprema de Justicia. Claro que este campo del derecho ha quedado subdesarrollado y tiene la mora más grande. Por eso, a casi nadie se le ocurre demandar al Estado. Lástima, porque el derecho de las empresas y de los ciudadanos de demandar a las alcaldías, a los ministerios o cualquier otra institución del Estado es uno de los índices significativos para el Estado de Derecho.

Entonces, para cambiar esto y para hacer una reforma judicial que fortalezca el derecho administrativo-contencioso, se necesitaría aprovechar esta elección de magistrados para finalmente componer una Sala de lo Contencioso competente que puede empujar esta reforma. Lo contrario va a pasar, porque sólo hay un candidato idóneo. Y a saber si a él lo van a elegir los diputados dentro de su esquema partidario.

Tampoco veo a ningún constitucionalista en la lista de 30 candidatos, de la cual los diputados tienen que escoger a un magistrado para completar la Sala de lo Constitucional. Otros dicen que existe uno. ¿Pero qué tipo de elección es cuando sólo hay un candidato idóneo?

Todo esto demuestra que nuestro sistema de selección de candidatos no correspondelas necesidades reales de la justicia. Urge una reforma de este sistema que garantice que a las salas especificas lleguen magistrados con pericia específica. Para esto hay que crear listas específicas para cada Sala.

Pero mientras tanto, ahora en mayo hay que elegir a cinco magistrados. La nueva Asamblea hará bien en empezar el proceso con un estudio exhaustivo de la idoneidad profesional y académica, cargo por cargo, sala por sala. Y si realmente no hay candidatos académicamente idóneos para completar las Salas de lo Contencioso y de lo Constitucional, habrá que analizar la posibilidad de ampliar la lista de candidatos.

Esta es la verdadera tarea que espera a la nueva Asamblea, no seguir eligiendo con criterios partidarios. A la larga, sólo una Corte compuesta por magistrados académicamente idóneos puede aplicar con independencia y excelencia la justicia.
(El Diario de Hoy)