Desde que empezó el Mundial 2014, cada
rato vemos imágenes de las famosas favelas
de Brasil: calles empinadas llenas de niños y pasajes angostas, donde
patrullan comandos especiales de policía y del ejército. Bueno, para ver estas
imágenes teóricamente podríamos ir a Las Palmas, sin salir de San Salvador, a
tres cuadras de la Zona Rosa. 1500 familias, 9700 habitantes, una sola calle,
docenas de pasajitos – y el imborrable estigma de violencia, robo, pandillas.
En Rio de Janeiro, las favelas ya son parte de las giras
turísticas, aquí nadie visita Las Palmas. La mayoría ni siquiera sabe que existe
esta comunidad, convenientemente escondida en un hoyo entre la Feria, el Estado
Mayor y la Zona Rosa.
Pero hoy salió a la luz la favela Las Palmas. Se convirtió en
escenario de la primera puesta en escena de “Gobernando con el Pueblo”, el
programa de televisión y radio del presidente Sánchez Cerén. No se parece en
nada al programa “Conversando con el Presidente” de Mauricio Funes. Es más bien
una fiel copia del famoso “Aló Presidente” del presidente venezolano, Hugo
Chávez. El jefe del Estado, una vez por semana, traslada al gobierno y su
aparato de comunicación a diferentes lugares en el país: comunidades,
haciendas, cooperativas, fábricas. Se hace acompañar por sus ministros - y los
equipos de producción arman, con mucho cuidado, la audiencia y escogen a los
que van a hablar a nombre de el pueblo.
El presidente conversa con ellos, explica, pregunta y escucha - y hace que sus
ministros respondan a preguntas y demandas específicas y que tomen nota de las
instrucciones que el señor presidente, en vivo y ante las cámaras, da para
solucionar los problemas de el pueblo.
Ese es el esquema del programa. Chávez lo llevó al extremo de nombrar y
despedir ministros en estos shows populistas.
Para realizar el programa en Las Palmas,
primero había que ocupar esta comunidad con comandos militares y policiales. En
la mañana de este sábado, Las Palmas amaneció más militarizado que Bagdad. Los
jóvenes entre 15 y 25 años, estos objetos tan cotizados de cientos de programas
para “jóvenes en riesgo”, apoyados por la AID, ONGs, iglesias y ministerios, estaban
visiblemente
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Gobierno rodante |
ausentes en el Centro Escolar Canadá, donde se había instalado el
show rodante. La explicación me la dio a varias cuadras del lugar, un muchacho
de unos 18 años, a quien los vecinos llaman “Tiny”: “No podemos ir, porque a
todos nos registran, y quien tiene algún tatuaje, le dan riata. De todos modos,
a nosotros no nos van a dejar hablar...” Es un miembro del Barrio 18, la
pandilla que opera en Las Palmas y cuyas acciones le han dado el estigma de
violencia a esta comunidad.
En el centro escolar, Salvador Sánchez
Cerén preside el mitin, y a su par tiene sentaditos al ministro de Hacienda
Carlos Cáceres, a ministro de Seguridad Benito Lara, al viceministro de Salud
Eduardo Espinoza, y al Secretario de Vulnerabilidad Jorge Meléndez. Pero entre
el público hay decenas, si no cientos, de otros funcionarios del gobierno, de
altos cargos de la Presidencia, como Manuel Melgar y Marcos Rodríguez, hasta
enfermeras, doctores, y empleados de Protección Civil.
Comienza el programa con largas
exposiciones del presidente y sus ministros. La que más aplauso provoca es la
del ministro de Hacienda explicando la reforma fiscal al estilo Robin Hood:
“Quitar a los ricos para dar a los pobres.”
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Mauricio Castro, presidente comunal | |
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Luego las participaciones ciudadanas.
Preguntas como: “Señor presidente, va a mantener los programas sociales?” Entre
la multitud, pero fuera del círculo acordonado enfrente de los ilustres
visitantes, encontramos a Mauricio Castro, el presidente de la Junta Directiva
de la comunidad. Le pregunto qué planteamientos piensa hacer al presidente y su
comitiva. Su respuesta: “Tengo preparado dos puntos principales, pero no voy a
tener chance de hablar. Aquí todo está ya cocinado, pero a nosotros de la
ADESCO no nos incluyeron.”
Resulta que el equipo de Casa
Presidencial que organizó la actividad, no se apoyó en la Junta Directiva de la
ADESCO, que es la institución legal para la participación ciudadana en Las
Palmas, sino exclusivamente en la directiva local del partido FMLN. La señora
Anabel Orellana, quien en el cierre del programa hablará ante las autoridades y
las cámaras como representante de la comunidad (una larga lista de
felicitaciones, que hasta incluyó a Mauricio Funes), es la representante del
partido en Las Palmas. El presidente Sánchez Cerén, visiblemente emocionado por
el discurso de la señora, lo menciona como “ejemplo de la participación
ciudadana,
sin la cual como gobierno no podemos lograr mucho, y por esto
hacemos este programa ‘Gobernando con el Pueblo…” El presidente, de la Junta
Directiva de la comunidad, Mauricio Castro, al escuchar estas palabras, dice: “No
sé si este señor sabe que todo esto es montado y escogido por la gente del
partido, dejando afuera a los representantes legítimos de la comunidad.”
De repente, Mauricio Castro logra hablar
con Manuel Melgar, el secretario privado del presidente. Melgar se muestra
sorprendido que al presidente de la Junta Directiva de la comunidad no le hayan
tomado en cuenta en este ejercicio de participación ciudadana, y promete
arreglar al final de la actividad una reunión privada con el presidente.
Mientras están hablando de esto, el
presidente de la República está provocando risas nerviosas en el público y
entre los funcionarios, cuando dice: “Es extraño, lo que menos hemos escuchado
aquí son demandas. Deben tener demandas.”
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La dirigente comunal del FMLN, Anabel Orellana |
Comentario de Mauricio Castro: “¿Y cómo
las va a escuchar, si solo los propios hablan. Nosotros sí tenemos demandas,
pero no nos dan el micrófono.” Y me explica las dos demandas que iba a
presentar al presidente de la República: Ampliación de la escuela de la
comunidad para incluir el bachillerato, porque los jóvenes de Las Palmas son
mal recibidos en los bachilleratos donde tienen que asistir fuera de la
comunidad, por la estigmatización que tienen por ser de Las Palmas. “En todas
partas los tratan como pandilleros. Por esto, muy pocos estudian bachillerato”,
comenta Castro. “Lo que no sabe la gente es que aquí en la comunidad tenemos un
proceso de paz exitoso. Desde el 9 de marzo del 2012 con la tregua aquí no
hemos tenido ningún homicidio.”
Para la ampliación de la escuela, la
misma comunidad ofrece al gobierno un terreno, donde hoy funciona una casa
comunal. “Esto lo iba a decir al presidente, porque a lo mejor ni lo sabe.”
La otra demanda: “Que la policía deje de
hacer redadas a la loca y muy violentas en esta comunidad, la cual se ha
pacificado por nuestros propios esfuerzos. Y que dejen de criminalizar a la
labor de prevención y reinserción que estamos haciendo. Solo por el hecho de
que nosotros nos reunimos con los pandilleros, nos acusan de asociación
ilícita. Con esta acusación, a mi me condenaron recientemente a un año, solo
que el juez me los deja pagar con trabajo comunitario. Bueno, esto es lo que
hago de todos modos…”
En la plática se incorpora un muchacho de
unos 12 años que pide a Castro ayudarle para poder entregar al presidente una
carta. Resulta que es hijo de un pandillero preso y se ha criado con su
mamá.
Cuenta que hace un mes la PNC la capturó y la tiene incomunicada en las
bartolinas de Montserrat. Cesar Manuel Renderos Pérez escribe en su carta: “Se
llevaron a mi madre Ana Luisa Pérez por una mala investigación policial y me a
dejado destrozado porq ella es mi madre y mi padre y mi consejera y quisiera
solicitar con el corazón en la mano acelerar el proceso y demostrar su inocencia
y poder brindarme la alegría de poder crecer junto a mi madre…”
Dudo que esta carta llegará a manos del presidente,
ya que la reunión privada, que Manuel Melgar prometió al directivo Mauricio
Castro, nunca se dio. Sin embargo, Salvador Sánchez Cerén se lleva un documento
entregado por la vocera local del partido, supuestamente con demandas del
pueblo de Las Palmas. Los directivos de la comunidad ni lo conocen. Al final
pregunté al secretario de Participación Ciudadana de la Presidencia, Marcos
Rodríguez, porqué no tomaron en cuenta a los representantes institucionales de
la comunidad. El secretario, igual que su colega Melgar, se mostró sorprendido.
Y el frustrado presidente de la comunidad Las Palmas se llevó como premio de
consolación la promesa del secretario Rodríguez de reunirse con él y su Junta
Directiva la próxima semana, para analizar todas sus demandas y propuestas. No
vi muy convencido a don Mauricio Castro.
(El Diario de Hoy)