sábado, 6 de marzo de 2021

Lo que viene. Columna Observador de Paolo Luers


Publicado en EL DIARIO DE HOY, domingo 7 marzo 2021

Con el control absoluto de la Asamblea Legislativa obtenido en las elecciones del 28 de febrero, teóricamente el ganador podría abandonar su estrategia de erosionar la institucionalidad democrática del país, por que ahora será él quien la controlará. Podría suspender también los ataques y el acoso contra la oposición, porque ya está derrotada y diezmada. Podría cambiar de actitudes y discurso y convertirse en un estadista autócrata benévolo que aprovecha su poder para comenzar a resolver los problemas del país.

Esto no va a pasar. No está en el ADN del gran ganador de estas elecciones, Nayib Bukele. Y no está en la lógica de su proyecto, que no es político, ni ideológico ni social, sino llanamente de poder. La primera pequeña muestra de esto: el intento prepotente y potencialmente violento del gobierno (no del partido oficial, sino directamente del gobierno) de imponer su voluntad y sus métodos en el escrutinio final que organiza el Tribunal Supremo Electoral con los partidos participantes en las elecciones. Bukele mandó a la mitad de su gabinete a batallar y armar berrinches en el escrutinio. Pero, ¿cuál batalla, si nadie les estaba negando la victoria? Ya no es una batalla por un par de votos más, es la batalla por mostrar quién manda. Así surge la absurda situación donde los ganadores acusan al árbitro de fraude y los derrotados aceptan los resultados…

El objetivo: Quitarle autoridad al Tribunal Electoral. Así como hicieron todo lo posible e imposible para desacreditar la Asamblea Legislativa como institución para poder derrotar a los partidos ahí representados.

Sería ingenuo pensar que este presidente, luego de sistemáticamente hacer uso extralegal de su poder para perseguir sus propósitos de control, no hará uso de todo el poder formal obtenido en estas elecciones para deshacerse de los mecanismos de control que la Constitución pone al gobierno. Siempre he sostenido la tesis que los políticos autoritarios van a llegar tan lejos en el camino a la dictadura como la sociedad les permite. Bueno, ahora los votantes le han dado una mayoría parlamentaria que le permitirá gradualmente tomar control de la Fiscalía General, la Corte Suprema de Justicia, la Corte de Cuentas, la Procuraduría de Derechos Humanos.

Y ojo, la mayoría del 50% que votó dieron este poder no a un partido con cierta institucionalidad propia, que teóricamente podría traducirse en mecanismos de control sobre los gobernantes, sino a Bukele como persona y como líder. Y los que decidieron no ejercer su derecho al voto permitieron que esto pasara.

Luego de ver por más de un año como Bukele abusó su poder para pasarse encima de la Constitución y convertir a la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil en instrumentos al servicio del presidente y su partido, ¿cómo pensar que el poder casi absoluto, que ahora ha obtenido en las elecciones, sólo lo va a usar dentro del marco de lo previsto en la Constitución?

Ejemplo: Dentro del marco constitucional, los diputados fieles al liderazgo de Bukele podrán usar su mayoría calificada para elegir a los próximos cinco magistrados de la Corte Suprema. No tienen que negociar su elección con nadie más, ni con la minoría opositora en la Asamblea, ni con la sociedad civil. Hasta ahí están respaldados por la Constitución. Pero no tengamos duda: Van a aprovechar la nueva correlación de fuerzas en el pleno de la Corte para deshacerse de la Sala de lo Constitucional, que tanto odian, porque pone límites al poder del presidente. Siguiendo las reglas constitucionales, esta nueva Asamblea sólo va a cambiar a uno de los cinco magistrados de esta Sala, los demás tienen un mandato hasta el 2027. Pero una vez que han instalado a 5 magistrados afines al gobierno, estos van a proceder a cambiar la composición de la Sala de lo Constitucional, aunque esto sea inconstitucional. El nuevo pleno lo va a hacer, la nueva Sala va a tomar posesión y rechazar cualquier demanda de inconstitucionalidad que se haga contra esta maniobra. Punto.

Igual con la elección del fiscal general. Por supuesto, la bancada de Nuevas Ideas puede elegir al fiscal que Bukele quiera – y es legal. Aunque no será legal que este fiscal use su poder para perseguir a opositores y proteger a corruptos dentro del actual gobierno. Igual lo van a hacer, simplemente porque no hay nadie que lo puede evitar o corregir. E igual el fiscal escogido por Bukele va a poner a la CICIES a hacer o legitimar el trabajo sucio. Punto.

La hermosa cereza encima de este pastel será una nueva Constitución, que ya no ponga obstáculos a la permanencia de Bukele o sus familiares en el poder después del 2024. Fabio Castillo y Félix Ulloa pueden jurarnos que esta no es la intención de su comisión de reforma constitucional, pero al final no serán ellos, y ni siquiera los partidos Nuevas Ideas y GANA, quienes decidirán sobre lo que la nueva Asamblea hará con la Constitución. Será únicamente el señor Bukele. Y se hará su voluntad.

No escribo todo esto para asustar o desanimar a nadie. Lo digo para que sepamos lo qué viene y para que como sociedad civil nos preparemos a resistirlo. Aunque en una correlación de fuerzas más desfavorable, sigue válida la frase: Solamente podrán avanzar en el camino a una dictadura hasta donde nosotros les permitamos.






viernes, 5 de marzo de 2021

En vez de carta: Filmando con sindicalistas en tiempo de guerra. De Paolo Luers

 

Los sindicalistas discutiendo con el teniente (al centro Pablo, quien fue asesinado pocas semanas después)

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 6 marzo 2021

(1987) Sebastián, nuestro ‘coproductor’ en la U, me pone en contacto con un compañero del PC, y este me pone en contacto otro cuadro, quien me pone en contacto con SICAFE, el sindicato de los trabajadores de los beneficios en Occidente. En San Miguelito, en un edificio lleno de oficinitas en el redondel José Martí, me recibe Vilma, secretaria de conflicto, y Julio, el secretario general. Cuando les explico la idea de ‘Doble Cara’, inmediatamente se les enciende el foco y dicen: “Cuente con nosotros.”


Una semana después estamos sentados en el viejo microbús Volkswagen del sindicato, viajando a Chalchuapa.


Ya ha llegado el segundo crew, esta vez desde Los Angeles. ¡Con Elia como productora! Alegría, porque me manda saludos de Daniela. Y alivio, porque ella se encargaría de todos los detalles logísticos y técnicos, y yo podré concentrarme en los contactos políticos y las entrevistas. El proyecto comienza a agarrar forma profesional.


Vamos al beneficio San Antonio, en las afueras de Chalchuapa, con Vilma, con Julio, y con dos activistas más, uno de ellos Pablo, originario de este lugar. En esta empresa, por segunda vez se ha formado una sección del sindicato, y por segunda vez todos los afiliados han sido despedidos. 


Nos bajamos y entramos a la oficina. Antes de que el administrador del beneficio se da cuenta qué está pasando, estamos todos adentro, sindicalistas y periodistas. Se arma una corta discusión muy corta, el administrador no quiere contestar los reclamos de los sindicalistas. Segúél, “por su propio gusto se han ido, a nadie se saca de una empresa por la fuerza.” Además acusa a los que se organizaron en el sindicato de haber amenazado con que “los muchachos pueden llegar a quemar el beneficio si no cumplen sus demandas. Por esto tenemos ahora una compañía del ejército aquí...”


Regresamos a Chalchuapa y entramos a otro beneficio, el Estatal de INCAFE, donde trabajó Vilma durante años: “Aquíme hice sindicalista y luego líder. Cuando comenzaron a llegar a mi casa a amenazar a mi y mi familia, tuve que salir de Chalchuapa.” Entramos al beneficio y Vilma convocó una reunión. Uno por uno, todos los trabajadores llegan, y Vilma comienza un discurso sobre el sindicalismo. “Nosotros no nos movemos en base al dólar. El gobierno norteamericano en el afán de desestabilizar a los sindicatos consecuentes, ofrece dólares. El dólar enferma y hace que uno vende sus principios y se convierte en líder en contra de los intereses del los trabajadores.” Aplauso. Toma la palabra Pablo: “Aquíhay una guerra civil, y como trabajadores nos afecta. Los norteamericanos mandan las armas y las municiones, y nosotros ponemos los muertos. Nosotros lo decimos frente al Estado Mayor del ejército: Los escuadrones de la muerte están aquíen el Estado Mayor.”


Nadie de la administración se hace presente, y no hay ninguna intervención de agentes de seguridad o soldados. “Aquí en este beneficio respetan al sindicato. Todos están organizados”, nos cuenta Pablo.


Cuando salimos en el microbús, pasamos por filas de soldados en la entrada al beneficio. “Estos son los que luego buscan a los sindicalistas en sus casas y los llevan o de un sólo los matan”, dice Pablo. “¿No tenés miedo?” – “Como no, ¿pero qué vamos a hacer? Somos sindicalistas...”


Vamos a un tercer beneficio, el San Ignacio. Afuera del edificio nos espera un grupo de trabajadores recién despedidos por afiliarse al sindicato - y un contingente militar. La misma historia: uno de los despedidos nos cuenta que según el patrón, cualquiera que se une al sindicato es subversivo o guerrillero, y para esto tiene a los militares cuidando la empresa y sacando a los sindicalistas.


Vamos a hablar con el teniente. Vilma le dice que quieren hablar con el patrón, y el militar dice que tiene ordenes de no dejar entrar a nadie del sindicato. “¿Ordenes de quién, del Estado Mayor?” – “No, aquí da órdenes el patrón. Además, donde hay sindicato, las cosas se complican y hay desorden...” 


Fuera de cámara le pregunto qué hará si en el beneficio hay una huelga. “¿La reprimiría por la fuerza?” Me dice: “Nosotros estamos aquí por orden del Don. Pero no lastimamos a nadie. Pero ellos hacen desórdenes” – y señala la Vilma y Pablo, quienes están hablando con sus afiliados despedidos-  


Unas pocas semana después, cuando estamos por terminar el último rodaje del documental, con los campesinos de ANTA (Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas) en La Florida, un cantón de Texistepeque, uno de los activistas me da la noticia que han matado a Pablo de SICAFE, enfrente de su casa. De regreso en San Salvador busco a Vilma y la pregunto: “¿Lo mataron por andar con nosotros?” – “¿Quien sabe? De todos modos,  nosotros conocemos el riesgo que corremos...” 


No me tranquiliza esta respuesta, por nada.

Las 3 anteriores capítulos sobre 'Doble Cara': Como unos perfectos extraños me protegieron           El Coronel              La milagrosa multiplicación de los guerrilleros

Las 2 entregas sobre Yderín: Te debo mi vida       Mi tipo de locos









miércoles, 3 de marzo de 2021

Carta a los medios independientes: Seremos la última línea de defensa. De Paolo Luers

 


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 4 marzo 2021

Estimados colegas:

Nos va a tocar a nosotros asumir las tareas de contraloría y escrutinio crítico del poder que normalmente le tocan a la Asamblea. Ya no estaremos en una democracia normal. Con el control total que el ejecutivo tendrá en la nueva Asamblea, esta va a renunciar a su rol de contrapeso y entidad de control sobre el ejercicio del poder. 


Nuestro parlamento se reducirá a una oficina de trámite burocrático para aprobar las iniciativas y proyectos del gobierno. Ya no habrá interpelaciones a ministros ni comisiones especiales para investigar malversación de fondos o abusos del poder por parte de ministros o de la presidencia. Y bajo la conducción de Ernesto Castro, hombre de plena confianza del presidente desde sus andanzas en el negocio de las discotecas, tampoco habrá en el Salón Azul o en las comisiones muchos debates que podrían servir a los pocos diputados opositores de tribuna a apelar a la opinión pública.


Tocará a la sociedad civil llenar este vacío, y en particular a los medios de comunicación independientes. Los medios no pueden eludir este reto – no sólo por su responsabilidad cívica, sino por su propia sobrevivencia. Si el poder total se logra consolidar sin que nadie lo controle de manera crítica y pública, al fin ya no habrá espacio para periodismo profesional y crítico y empresas mediáticas independientes. 


Además, los diputados de oposición, quienes como minoría ya no tendrán ninguna influencia en las decisiones de la Asamblea, no podrán hacerse escuchar sin la caja de resonancia de los medios independientes. A ellos les tocará usar la Asamblea como tribuna para hablar de corrupción, de proyectos de ley leyes que atentan contra la constitución, de presupuestos y préstamos que pondrán en peligro la estabilidad fiscal del país – y a los medios les tocará retomar estos debates y hacerlas llegar a la ciudadanía. 


A la oposición partidaria igual hay que someterla a un escrutinio y debate crítico. Pero si a los pocos diputados opositores los dejamos hablar solos, los condenamos a la irrelevancia.


Obviamente, al asumir este desafío y hacer periodismo crítico, los periodistas y las empresas mediáticas serán blanco de ataques, chantajes y amenazas por parte del Ministerio de Hacienda, de nuestra policía politizada, y en un futuro también de una fiscalía controlada por el Ejecutivo – incluso más que en el primer año y medio del actual gobierno, porque a partir de ahora el papel de los medios será mucho más importante.


Ningún medio por si solo y aislado podrá resistir esta presión. Tenemos que consolidar los mecanismos de cooperación y solidaridad entre medios, aun cuando en el mercado estén compitiendo. Tenemos que establecer también alianzas con medios internacionales, para mejorar nuestra capacidad profesional, pero también para nuestra protección. Últimamente ha habido avances positivos en esta dirección, con algunos proyectos comunes entre medios antes enfrentados ideológicamente, con muestras de solidaridad frente a ataques contra periodistas. Es el camino que debemos seguir.


Esto no quita la diversidad de conceptos editoriales ni el debate plural entre periodistas y columnistas de diferentes medios. Por lo contrario, el ejercicio de una pluralidad abierta a la crítica y al debate entre todos nosotros es parte del baluarte que teneos que construir contra la intolerancia de una mayoría prepotente que quiere gobernar sin límites no controles al poder. Lo que necesita un país que enfrenta peligros para su democracia, es buen periodismo. Es la última línea de defensa. ¿Suena dramático? Sí. Con una mayoría tan aplastante, la situación es dramática.


Asumamos nuestra responsabilidad, aunque no ponga en situaciones incómodas y de peligro. El peligro que corremos al callarnos es mayor. 

Saludos,







lunes, 1 de marzo de 2021

Carta a los opositores: Hora de construir. De Paolo Luers

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 2 marzo

Estimados amigos:

Cuando hablo de oposición, no me refiero solamente a los partidos. Me dirijo a todos que no nos vemos representados en esta mayoría arrolladora que se constituyó el 28 de febrero. Hablo de todos quienes por su ejercicio de la libertad de prensa, de la libre expresión; por su insistencia en la independencia de los fiscales y jueces; por trabajar por sindicatos independientes; por su defensa de derechos humanos; por su lucha por la plena equidad de los géneros; o por otras causas sociales se colocan en contra de la corriente mayoritaria que ha decidido apoyar la concentración del poder en una persona, una familia, una mafia de cheros y compadres…

Es contundente la manera en que estas elecciones han mostrado que estamos en minoría y que en el transcurso de los próximos años todos quedaremos excluidos de todas las instituciones estatales y de los procesos de decisión. Esto pone la democracia en riesgos incalculables y  nos plantea un reto del cual no nos podemos correr ni esconder: el reto de construir, casi de la nada, alternativas políticas, liderazgos y formas de comunicarnos con los sectores populares y de clase media, cuya frustración acumulada con la política ha facilitado el ascenso al poder de una fuerza populista que sabe explotar y movilizar a su favor esta frustración.

Las crisis no sólo generan serios peligros, siempre abren también nuevas oportunidades. La crisis profunda que enfrenta nuestra democracia, no es la excepción. Hablemos de las oportunidades.

Hoy podemos empezar con la tarea de construir la oposición en igualdad de condiciones. Los liderazgos viejos han fracasado y serán sustituidos. Los partidos tradicionales perderán su capacidad de veto para bloquear los debates que provienen de los partidos emergentes (y de la sociedad civil), porque ya no hay pequeños y grandes, hoy todos son pequeños. Y más vale que todos tengan humildad y apertura. Pero en su suma, los partidos y movimientos civiles pequeños son una fuerza considerable. Queda claro que no son el famoso 3% de la propaganda oficialista, sino que representan 25% de los que han votado, y a saber cuál porcentaje de la mitad que se abstuvo.

La lección inmediata: Sólo en su conjunto esta oposición política y social puede tener fuerza y construir alternativas al populismo autoritario. Tendremos que comenzar desde ya a trabajar en definir bien las coincidencias dentro de esta oposición pluralista, pero también las diferencias que tendremos que administrar. Y tendremos que comenzar en serio a abrir espacio para nuevos liderazgos y nuevas formas de comunicación, organización y movilización.

La otra buena noticia: A partir de hoy, desaparece este maldito dilema entre oposición y la obligación de comportarse de manera constructiva, pensando en la gobernabilidad del país. La gobernabilidad está ahora al 100% en manos del gobierno, y la oposición podrádedicarse a ejercer la oposición y a construir la alternativa. Haga lo que haga, diga lo que diga la oposición, no afectará la gobernabilidad y estabilidad del país. El gobierno será el único responsable de lo que haga con este poder absoluto y ya no tendrá a quién echar la culpa por las crisis, las carencias, los fracasos que con toda seguridad vendrán. Y la oposición ya no tendrá que sentirse culpable por no haber apoyado al gobierno. Este gobierno no buscó concertaciones ni acuerdos cuando los necesitaba: hoy los buscará aún menos, porque ya no los necesita. Así que la oposición puede enterrar este falso dilema entre oposición constructiva y oposición antigubernamental que tanto daño le ha hecho…

Ahora que los partidos todos son débiles y algunos entrarán en crisis, sería el peor momento para que los sectores opositores de la sociedad civil los dejen solos. No nos subamos a la corriente contra la política y los partidos. Entremos en un debate más exigente, pero también más creativo y menos prepotente con los partidos y sus liderazgos emergentes.

El gobierno, precisamente porque ahora tiene el poder para cometer cualquier tipo de barbaridades, va a caer pronto en crisis múltiples y las fuerzas independientes, críticas y opositoras en la sociedad y en la política tenemos que estar listos para ofrecer opciones y propuestas viables que el gobierno no tendrá capacidad de aplicar.

Hay mucho trabajo que hacer. 

Saludos y ánimo,