Les voy a dar ocho razones por qué no deberíamos elegir a Nayib Bukele como alcalde de nuestra ciudad capital. Cada una de estas razones debe ser desarrollada y fundamentada en futuros artículos -no necesariamente míos. Reto a mis colegas columnistas y a cualquier ciudadano preocupado a participar en esta empresa ciudadana.
1) Nayib Bukele es un político mentiroso. El mejor ejemplo de esto es su discurso en Nueva York, en un evento patrocinado por Naciones Unidas en octubre de 2014. Bukele presentó su gestión como alcalde de Nuevo Cuscatlán (en ese momento de sólo 2 años y medio) como ejemplo a emular a escala nacional, continental e incluso mundial. Investigaciones periodísticas han comprobado que casi todas las grandilocuentes afirmaciones hechas en Nueva York por Bukele son falsas: el programa de becas del municipio es mucho más reducido de lo que él alega; es falso que la alcaldía ya proveía agua gratis a todos los habitantes; y es falso, también, que haya eliminado la pobreza en el municipio. Pero la más grave de sus mentiras es que durante su gestión en Nuevo Cuscatlán él haya mejorado las condiciones del medio ambiente; muy al contrario, Bukele redujo dramáticamente las reservas naturales a favor de más proyectos habitacionales y comerciales. En cada una de sus respuestas a preguntas sobre estos temas, Bukele incurrió en nuevas mentiras o en medias verdades. ¿Queremos, como alcalde, a un mentiroso compulsivo que permanentemente distorsiona la realidad?
2) Ustedes conocen el dicho: Di con quién andas y te diré quién eres. Bukele se ha rodeado de personajes oscuros. Sus principales asesores y operadores políticos son los mismos que se dice que jugaron el mismo papel oscuro de guerra sicológica en el equipo de Tony Saca, tanto en Casa Presidencial como en la campaña del 2013/14: estos incluyen a Peter Dumas, quien en el 2012 fracasó con su candidatura para la Asamblea por GANA; y Ernesto "Neto" Sanabria, mejor conocido como "El Brozo", a quien se ha denunciado como el rey de las falacias mediante las redes sociales.
3) Bukele se presenta como un empresario de éxito, cuando en verdad nunca ha levantado ninguna empresa. Desde joven, su padre Armando Bukele le dio millones de dólares y empresas, como si fueran juguetes: la famosa discoteca Mario's (luego Code), donde se decía que generaciones de jóvenes encontraron fácil acceso a licor e incluso hasta drogas; la agencia de publicidad Nölck, y la distribuidora de productos de Yamaha. En ninguna de estas empresas, Bukele Jr. logró acumular experiencia gerencial y de administración financiera que lo capaciten para dirigir una entidad tan grande y compleja como la alcaldía capitalina. Tampoco cuenta con ninguna preparación académica que podría compensar la falta de experiencia. Viéndolo bien, Nayib no es un empresario sino un consentido hijo de papi.
4) Lo que sí es cierto es que Bukele representa intereses empresariales: Nayib es el proyecto político de un grupo de familias empresariales que han hecho alianza con el FMLN para establecerse como un nuevo bloque económico dominante. En efecto se trata de una nueva oligarquía, cuyos exponentes más prominentes son: los Saca; los Bukele; los Salume; Miguel Menéndez, alias "Mecafé", el amigo de Funes; el zar de la basura, Enrique Rais; y el dirigente del FMLN y padrino de ALBA, José Luis Merino. Luego del fracaso electoral de Tony Saca en las elecciones presidenciales del 2014, Nayib Bukele fue elegido como el exponente político de este proyecto político-mercantilista.
5) Por razones electorales, Bukele se presenta como un renovador de la política, que promete superar la polarización; como expresión del relevo generacional; y como un político de nuevo estilo, que usa el partido como instrumento para empoderar a la sociedad civil. Nada de esto es cierto, así como no era cierto el discurso muy parecido de Tony Saca con respecto a la "unidad nacional". Bukele no es expresión de una renovación del FMLN sino, exclusivamente, de una estrategia electoral. Igual que Mauricio Funes tendrá cero incidencia en el debate y el desarrollo interno del FMLN. Bukele será usado por el FMLN para quitarle a ARENA la alcaldía capitalina sin permitirle tener influencia sobre las políticas del partido de gobierno.
6) Bukele es vendedor de humo. La política está siempre en peligro de delegar sus definiciones a expertos del marketing político. Primero Tony Saca y luego Mauricio Funes llevaron esto al extremo: bajo sus liderazgos, los publicistas sustituyeron a los técnicos, y las consignas publicitarias sustituyeron los contenidos políticos. Pero estos maestros están al punto de ser superados por su alumno, Nayib Bukele, quien es el vendedor de ilusiones por excelencia. Es imperante que en El Salvador regresemos a políticas que nacen del riguroso estudio de la realidad y no de laboratorios de marketing político. Esta es, para mí, no sólo la razón más imperiosa para no votar por Bukele, sino también para votar por Edwin Zamora, quien es lo contrario a Bukele: un ejecutivo con intención y capacidad de renovar la administración pública en función de facilitar soluciones a los problemas de los ciudadanos.
7) He pensado mucho si poner o no poner este último punto. Para mí, las creencias y convicciones religiosas son asuntos muy privados y demandan tolerancia. El hecho que Nayib Bukele proviene de una familia musulmana no debe ser asunto de debate político. Pero sí lo es la manera cómo Bukele maneja este asunto en su campaña. No es transparente, sino que por razones electorales pretende ser lo que no es: un hombre construyendo una familia católica. Tampoco he escuchado de Bukele cuáles son sus posiciones ante los conflictos que en Medio Oriente se han generado alrededor de un fundamentalismo islamista cada vez más radical, antidemocrático y antihumano. Uno podría pensar que esto no es relevante para el cargo de alcalde de San Salvador, pero no es cierto: el carácter de un candidato siempre es relevante. Confianza y transparencia siempre son relevantes. Los principios siempre son relevantes. Y ahí está el principal déficit de este candidato. Por esto les digo: Bukele no debe ser electo alcalde de San Salvador, y mucho menos estar en una posición de poder aspirar a la presidencia.
8) Aunque Bukele no es el típico representante del FMLN, sería al alcalde de este partido. Aunque es la nueva cara del pacto entre FMLN/ALBA y el grupo Saca, Bukele es un instrumento del FMLN. En estas elecciones, luego de casi 6 años de mal gobierno, que no resuelve sino agrava los problemas del país, nosotros no deberíamos premiar al FMLN, sino más bien crearle un contrapeso. Otra razón más de no darles el control de la alcaldía más importante del país.
Por estas 8 razones yo no votaré por Bukele. Y como son razones de peso, haré todo lo posible para que no gane. Saludos, Paolo Lüers