jueves, 31 de diciembre de 2009

Columna transversal: Literatura versus propaganda

Es un caso especial. No sólo por la víctima (un obispo que es asesinado días después de que publicara una documentación sobre los crímenes cometidos por los militares de su país). No sólo por el acusado principal en el proceso judicial (el aparato de inteligencia militar y presidencial). El caso Gerardi de Guatemala se vuelve aún más extraordinario por lo que se ha escrito sobre él.

Pocas veces podemos leer dos libros sobre el mismo caso judicial, ambos escritos por autores internacionalmente famosos por su periodismo investigativo. Y con historias totalmente opuestas sobre la investigación, el proceso, la culpa.

Uno escrito por Maite Rico (del periódico más prestigioso de España, El País) y Bertrand de La Grange (de la madre del periodismo francés, Le Monde). El otro por el novelista y periodista Francisco Goldman, hijo de madre guatemalteca y padre estadounidense, quien ha practicado el periodismo investigativo en The New Yorker y The New York Times. Aparte de publicar novelas exitosas como "La larga noche de los pollos blancos", "El marinero raso" y "El esposo divino".

Dos libros con posiciones distintas

Dos libros sobre el caso de monseñor Juan Gerardi, dos historias diferentes. En el libro de Maite Rico y Bertrand de La Grange ("¿Quién mató al obispo?"), los tres militares condenados por el asesinato del obispo son victimas inocentes de una conspiración de la Iglesia, de activistas de derechos humanos de izquierda y de algunos fiscales ambiciosos –- conspiración no sólo para culpar del crimen a unos militares inocentes, sino para desacreditar al ejército, al aparato de inteligencia y al presidente Álvaro Arzú.

En el libro de Goldman ("El arte del asesinato político"), los héroes son los jóvenes investigadores y abogados de la ODHA (Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala) y de la fiscalía, que luchan contra la impunidad, a pesar de amenazas y atentados. La de Goldman es la historia de un país que trata de salir de la cultura de violencia, impunidad, militarismo y secretismo para aterrizar en una de transparencia, justicia e institucionalidad civil.

En pocos casos se ha dado una competencia tan polémica, tan controversial entre dos investigaciones periodísticas, y entre autores renombrados y reconocidos.

Para mí esta batalla la gana Francisco Goldman.

Me llevé su libro a mis vacaciones de Navidad. Me desvelé devorándolo, porque se lee como las mejores novelas de crimen-espionaje-conspiración de Graham Greene o John Le Carré.

Un libro que me hace dudar de mis colegas

Mientras lo leía, me recordé del impacto similar que me había causado en el año 2005 el otro libro sobre el mismo caso Gerardi, el de Rico/de La Grange. Una inquietante sensación de "déjà vu", de haber vivido antes una determinada situación. Pero pensándolo bien, las sensaciones que dan los dos libros son diametralmente opuestas: El libro "¿Quién mató al obispo?" de Rico/de La Grange deja la sensación de que en un país como Guatemala, no hay verdad, no puede haber justicia, porque todo es posible y nada es comprobable.

El libro de Francisco Goldman deja la sensación que cuando realmente se quiere romper el manto de la impunidad, del encubrimiento, de la resignación y del miedo, se puede. Deja la sensación que en un mundo tan conspirativo, secreto y violento como Guatemala es imposible llegar a la verdad absoluta, pero se puede lograr romper la impunidad y dispensar justicia. Justicia no absoluta ni plena, pero justicia al fin.

Lo singular del juicio Gerardi es que, debido a que todas las evidencias, todos los actores y casi todos los testigos provienen del sub-mundo de la inteligencia, no se pudo (y nunca se podrá) establecer la verdad absoluta y completa. La historia es poblada de indigentes, curas, ladrones, guardias presidenciales, en que todos, de una y otra forma, trabajaban para la inteligencia militar, coordinada en el Estado Mayor Presidencial, situado a dos cuadros de la residencia donde fue ejecutado el obispo.

En el juicio no se pudo establecer ni quiénes dieron las órdenes ni quiénes ejecutaron materialmente el asesinato. Esto dejó abierta dos opciones a la fiscalía, la corte y la sociedad guatemalteca: Dejar todo en la impunidad, o establecer que se trató de un crimen de Estado, más bien del aparato clandestino de inteligencia, donde en última instancia no importa quién tomara la decisión o acción determinada. Son culpables quienes comprobadamente formaron parte de la conspiración.

Releyendo el libro de Maite Rico y Bertrand de La Grange, que queda destrozado por Francisco Goldman, me entra otra sensación horrible, por lo menos a mi como periodista: Me hace dudar de unos colegas que hasta ahora han sido sujetos de respeto y credibilidad. Me hace dudar de sus medios, sobre todo El País, uno de mis periódicos favoritos. Me hace dudar de sus otros muchos trabajos de investigación.

Francisco Goldman deja en evidencia que Maite Rico y Bertrand de La Grange han sido por lo menos manipulados (si no dirigidos mediante otros métodos) por sus fuentes vinculadas a la inteligencia y la presidencia de Guatemala. Me causa escalofrío pensar que el periódico El País, internacionalmente respetado por su independencia y el rigor ético-profesional que aplica, siga encargando a Maite Rico investigaciones que tienen que ver con fuentes de inteligencia. Me causa pavor y desconfianza que haya sido precisamente Maite Rico quien ha recibido del gobierno de Álvaro Uribe los documentos de la computadora de Raúl Reyes de las FARC.

Si Maite Rico ha manejado sus fuentes de inteligencia colombiana de la manera como manejó sus fuentes de inteligencia militar guatemalteca en el caso Gerardi, El País corre el riesgo de que sus investigaciones en este caso tan importante resulten contaminadas. No me consta ningún manejo no profesional de Maite Rico del material de inteligencia al cual tuvo acceso privilegiado en el caso Raúl Reyes. Pero no puedo dejar de dudar de los resultados de esta relación íntima periodismo-inteligencia...

En las cortes penales es común que casos se pierden y la impunidad se impone debido a errores o manipulaciones en el manejo de fuentes, testigos y evidencias. Algo parecido puede pasar en periodismo y en política, si no podemos confiar en las investigadores.

Goldman nunca esconde sus simpatías por sus fuentes

Goldman nunca esconde sus simpatías con sus principales fuentes: los investigadores de la fiscalía y del arzobispado. Para él, son héroes que se enfrentan a un monstruo. Es más, su libro relata cómo en el transcurso del proceso investigativo nacen una profunda amistad y un apoyo profesional mutuo entre las tres diferentes clases de investigadores: periodísticas, fiscales y abogados de derechos humanos.

En cambio en el libro de Rico/de La Grange nunca es visible su íntima relación con el aparato de inteligencia.

Goldman tampoco repite el pecado que cometen Rico/de La Grange de intervenir en el proceso penal contra los militares. El primer libro --y todo el eco que ha tenido en Guatemala y en el mundo, incluyendo intervenciones contra la fiscalía guatemalteca por parte de personajes como Mario Vargas Llosa-- se convirtió en arma de la defensa de los militares acusados. En cambio, Goldman no interviene en el proceso penal. Sacó su libro cuando la sentencia contra los militares (y sobre todo contra el aparato de inteligencia militar y presidencial) al fin estaba confirmada por todas las instancias jurídicas (Corte de Apelaciones, Corte Suprema, Cámara de lo Constitucional).

Goldman interviene en el juicio histórico y moral de toda esta terrible historia. Esto vuelve su libro una obra de literatura y deja el libro de Rico/de La Grange en el terreno de la guerra de desinformación.

Invito a todos a leer el "El arte del asesinato político" de Francisco Goldman. Al fin de cuentas, no sabemos qué tan lejos queda El Salvador de Guatemala.

Nota aparte: Conocí a Maite Rico y Bertrand de La Grange en 1999, cuando investigaban en Centroamérica para un reportaje que siempre recomendé por su lucidez: "Centroamérica: la derrota de los dogmas", publicado en la revista mexicana Letras Libres. Mucho mejor que nosotros mismos, los autores habían detectado que la librería Punto Literario y mi café (La Ventana) eran símbolos de la reconciliación y del fin del dogmatismo en El Salvador.

Punto Literario, propiedad de la esposa de un presidente arenero, organizando tertulias con poetas e intelectuales de la izquierda. La Ventana, fundada por un ex-guerrillero de origen alemán y su esposa, facilitando la convivencia pacífica, alegre y comunicativa entre "niñas bien hasta aprendices de ejecutivos, pasando por veteranos militantes del FMLN y especímenes diversos de la progresía internacional". Me duele que ahora tenga que criticar tan duramente a los autores de este bello ensayo sobre la posguerra en Centroamérica.

(El Diario de Hoy)

Carta a Carlos de los Cobos

Estimado entrenador:

No nos puedes dejar con los colochos hechos. Bien sabes que te necesitamos. Un pueblo necesita autoestima. Si no, la vida es miserable. Y si no es con la Selecta, ¿cómo levantamos el ánimo?

Estamos hecho mierda con el pisto y con el empleo. Encima nos ponen impuestos cabrones. Salimos de un gobierno que nos miente a otro que tampoco es de confiar. Tenemos una Asamblea que resulta peor que la anterior que ya era lamentable...

Los delincuentes nos ganaron la moral. Les tenemos miedo, les pagamos renta, nos encerramos detrás de las rejas y el alambre de púas de nuestras casas. Y aunque sabemos quienes son, nos hacemos los majes a la hora de denunciarlos...

Y encima de todo esto, tenemos una policía sin cabeza y sin norte. Y una Fuerza Armada que sacaron a la calle, pero con las manos atadas...

En medio de todo esto que nos da vergüenza, de repente pasó un milagro: Vuelve a jugar bien la Selecta. Volvemos a jugar fútbol. Nos vuelven a respetar hasta en México.

Y pensamos: Si nos levantamos de este mar de lágrimas que era el fútbol, ¿quién dice que nunca nos levantaremos de la crisis económica y política?

¿Y ahora vas a dejar la Selecta, porque no te podemos pagar un salario como te ofrecen tal vez en México o Estados Unidos? ¡No jodás, entrenador! Haznos una rebajita. En vez de 70 mil, te pagaremos 50 y un amor masivo como nunca lo recibirás en ninguna parte.

Yo sé que no es justo esperar de un entrenador de fútbol lo no nos puede dar ni el presidente ni los diputados ni autoridad ninguna: confianza que el 2010 será mejor.

Feliz Año Nuevo, Paolo Lüers

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martes, 29 de diciembre de 2009

La gran estafa

Ya había visto publicado un artículo del Dr. Luis Fernández Cuervo sobre el cambio climático. La primera ocasión, pensé en escribirle, pero sentí que cualquier cosa que dijera caería en saco roto. Esta segunda vez si tengo que responder.

La gran estafa del cambio climático” titula el Dr. Fernández Cuervo su artículo publicado en el Diario de Hoy del 27 de Diciembre de 2009. Yo lo leí el día 28, día de los inocentes, si no supiera que el Doctor había escrito ya sobre el tema, habría pensado que era una broma. Pues para nuestra desgracia no. No hay manera de ser amable ante tal ignorancia, nos dice el buen Doctor: “… Y a nosotros, gente inocente de estas groseras manipulaciones científicas, también nos castigan unos vientos fríos que por lo visto ignoran que deberíamos estar asándonos con un calor insoportable”. Vamos a ver comencemos por ahí.

La temperatura promedio del planeta no siempre ha sido la misma, ya que hemos tenido épocas frías y más calientes que la actual; se sabe de manera inequívoca que la temperatura promedio del planeta ha subido 0,6°C desde finales del S. XIX. Se prevé un aumento de entre 1,4°C a 5,8°C para el año 2100, aunque fuera el mínimo sería mayor que en los últimos 10,000 años (IPCC, 2007). Se sabe también de manera inequívoca que el dióxido de carbono atmosférico ha aumentado de 280 ppm a 385 ppm en los últimos 150 años. Y cuando se analizan las dos series de tiempo y se obtiene una correlación muy alta. A pesar que el clima es un sistema complejo no lineal, se sabe con un gran margen de certeza, que el incremento de CO2 atmosférico sube la temperatura promedio mundial. Tal cual está pasando.

A raíz de estos cambios provocados por el hombre, porque no me dirá que el aumento del CO2 atmosférico es natural, ¿usted sabe la magnitud de erupción volcánica necesaria para aumentar la concentración de dióxido de carbono en 105 ppm? El fenómeno que ha pasado es la revolución industrial. Ahora Doctor, dejando la ciencia de lado, no porque ahora esté “norteando” me puede negar el calor que normalmente hace. Y es que doctor le voy a explicar como funciona esto del clima. Hay épocas del año donde hace más calor (abril) y hay épocas donde hace un poco más de frio (enero). Lo que está pasando es lo normal.

Vaya le voy a explicar un poquito más de los efectos del cambio climático (del aumento de la temperatura promedio mundial). En los países del norte creará climas más extremos, habrá grandes heladas en inverno y veranos sumamente calurosos (como está pasando actualmente). En Centro América tendremos más huracanes, más tormentas intensas y más sequias. Son hechos que no solo los científicos comprobamos sino que también se perciben los efectos todos los días.

Ahora Doctor, lo que me preocupa más de este asunto, es que algo que es científicamente comprobable usted que es un hombre de ciencia lo llame “groseras manipulaciones”. Y es que veamos los datos que usted propone.

“La temperatura media del planeta subió 0,5 a 0,7 grados a lo largo del Siglo XX y parte del actual. En los últimos 10 años, para unos se ha estabilizado”. No es cierto. La temperatura en los últimos diez año a variado entre 0.4 a 1.2 más que la temperatura media, siendo uno de las décadas más extremas de los últimos 120 años (Fuente: U.S. National Climatic Data Center 2007).

Aumenta la cantidad de osos polares. Doctor, lo que ha aumentados es la cantidad de encuentros con osos polares, ¿sabe por qué?, porque estos ya no tienen suficiente hábitat en el norte, por lo que se refugian frecuentemente “tierra firme”, donde vivimos los seres humanos.

“La causa principal de ese calentamiento o enfriamiento se debe a la actividad del Sol”. Efectivamente y las “manchas” solares producen fenómenos de calentamiento puntuales que agraven el proceso de calentamiento global.

“Los datos duros, la realidad científica comprobada, desmienten a todos los científicos tramposos” Es cierto solo que en sentido contrario a como usted lo plantea. Como Al Gore lo plantea en su documental 100% de los artículos publicados sobre el cambio climático en “peer review journals”(los más exigentes) coincide en que el cambio climático existe y es provocado por la humanidad. Solo en la literatura de divulgación es que hay dudas. Entre los científicos hay consenso.

Por último Doctor, hay que agradecer que existe la libertad de expresión, usted es libre de decir lo que cree, pero el medio que lo pública debería ser por lo menos un poquito exigente en la calidad de los artículos que pública.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Carta al presidente Funes


Estimado señor presidente:

Usted prometió gobernar abierto a la consulta y la participación ciudadana. Hoy que tiene que depurar a su gabinete, es nuestra responsabilidad como ciudadanos hacerle escuchar la voz del pueblo...

Obviamente, nadie puede hablar a nombre del pueblo. Pero todos podemos y debemos hablar. Hago un llamado a mis colegas columnistas, a los gremios, a las asociaciones profesionales, a los partidos, a los ciudadanos en general a proponerle a usted los cambios necesarios en el gabinete. Algunos lo harán en público, otros le mandarán cartas o e-mails, otros que tienen este privilegio se lo dirán en privado. Pero todos debemos ayudarle a usted a deshacerse de los ministros y otros funcionarios que no están sirviendo a los intereses de la nación.

En este sentido, le aconsejo, en el interés del país y su propio, que cambie al ministro de Seguridad, por incapacidad, falta de liderazgo y porque fomenta divisiones ideológicas dentro de la PNC. Por esta última razón, debería nombrar un ministro de Seguridad independiente del FMLN.

En Educación no será suficiente remover a Salvador Sánchez Cerén, porque el arquitecto de los planes equivocados de reforma educativa es el viceministro Eduardo Badía Serra. Hay que sustituir a los dos con profesionales que sean ajenos a la tendencia chavista que hoy reina en Educación.

Estos son los dos cambios radicales de los cuales depende el futuro de su presidencia. Aparte de remover, por supuesto, a algunos personajes indecorosos o incapaces en cargos secundarios que todos sabemos quienes son. Bueno, ANDA no es tan secundario. Ni la Superintendencia de Electricidad y Telecomunicaciones que quiere parar la construcción de represas y regular los medios.

Su canciller Hugo Martínez ha dado pasos correctos en política exterior. Pero ha permitido que algunos de sus colaboradores (¿o son comisarios políticos del partido?) establecieran un régimen de terror y despidos indiscriminados en Cancillería. O se van los comisarios o usted tendrá que poner a un ministro que pone orden.

Deseándole felices navidades y un próspero Año Nuevo,

Paolo Lüers

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lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Héroes o villanos?

Terminó Copenhague, sin una decisión en firme, con un documento a medias, con decepción, con frustración, con reclamos y con una gran sensación de fracaso. En la COP 15 se habían puesto las ilusiones de muchas personas que creyeron el discurso de Obama del 3 de junio en Minnesota, donde nos dijo que –este era el momento en que la marea cambiaría, y los glaciares dejarían de derretirse- pero ahora después de Copenhague, nos seguimos preguntando si esté es el momento. Hugo Chávez en su discurso de la Habana en la clausura de la X Sesión de la Comisión Intergubernamental Cuba- Venezuela nos dijo también: “la gran esperanza de la humanidad cae en mis hombros” refiriéndose a la reunión de Copenhague y la oposición del grupo del ALBA. Y ahora tenemos un fracaso.

La COP 15 terminó en una plenaria en la que 28 países, dentro de los que se incluyen: EEUU, la UE, China, Rusia, México, Noruega, Japón, Canadá, Brasil, Sudáfrica, Sudán, Lesoto, Etiopía, Maldivas y otros más, propusieron una decisión de mínimos. Un acuerdo en el que no hay limite de emisiones claras, no hay un sistema de verificación claro y un aumento permitido de hasta 2°C de la temperatura de 1990, pero no vinculante.

El día anterior Obama había dado un discurso frio, lejano, muy diferente a sus usuales discursos donde lo más destacado fue lo siguiente: "Podemos abrazar este acuerdo y ser parte de la historia y mejorar la vida de nuestros hijos y nietos. O podemos elegir el retraso con los mismos argumentos inamovibles durante décadas mientras el peligro crece hasta que sea irreparable. No hay tiempo que perder. América ha elegido su opción. Estamos dispuestos a hacerlo pero tiene que haber movimientos de todas las partes".

Aun con estos discursos y esta propuesta de mínimos hubo cinco países que ya habían anunciado su oposición a cualquier cosa que pasara. Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Sudán estaban listos, sin siquiera haber leído la resolución de mínimos, a decir que no. Por insuficiente, por incompleta por no encontrar la solución. Así fue, la propuesta de los 28, se le acuso de antidemocrática, de excluyente, de vacía. Y ciertamente tienen razón.

Los cinco se negaron a que esta fuera una decisión de la COP, y pidieron que fuera considerada solo como un documento misceláneo. La ONU había pedido consenso para que las decisiones fueran aceptadas, así que gracias a estos cinco no hubo decisión en Copenhague. Al final decidieron “tomar nota” de la propuesta, lo cual quedará como una resolución intermedia entre decisión y documento misceláneo. Ni ahí hubo conceso. Fracaso hasta el último día.

Entonces, ¿son héroes los representantes de los cinco que se opusieron a es resolución de mínimos? O ¿son villanos? Son héroes porque lo que ellos proponen es un acuerdo mucho más agresivo, lo que piden es un máximo permitido de aumento de 1°C, un mecanismo de verificación claro y un 6% del PIB mundial para financiar a los países pobres. Pues, realmente no lo son. A pesar que la propuesta de mínimos es un retroceso a los compromisos de Bali y que Copenhague ha sido un fracaso, siempre es mejor dar un paso al frente. De todas maneras no iba a ser vinculante y todavía hay mucho que recorrer para llegar a donde queremos estar. ¿Por qué no dar el paso? O ¿es que lo que quieren es otra cosa y no llegar a la solución? Hay que estar con los que proponen y no con los que destruyen. Aunque la posición es populista, muchos les aplaudirán son villanos y no héroes. La solución es hacia adelante, no hacia el bloqueo.

Entonces, ¿es héroe Obama o Jiabao? Lo son porque al fin ambos países están de acuerdo en algo, porque EEUU ha dado un paso que nunca en su historia había dado. Porque China también ha reconocido que, aunque no es un país desarrollado, importa lo que ellos hacen para solucionar los problemas de la humanidad. Pues, realmente no lo son, aun así son villanos, porque nos quedamos en las esperanzas, porque lo único en que están de acuerdo es en que hay que solucionar este problema, pero con eso no hacemos nada. Lo que necesitamos son pasos concretos y soluciones prácticas.

Hemos tenido tiempo para debatir qué si existe o no el cambio climático, qué si es creado por los seres humanos o no. A todas luces las conclusión es que existe y nosotros somos los culpables, ahora hemos dado el paso a decir que nosotros lo tenemos que solucionar. Pero esto es insuficiente y no te convierte en héroe. Ahora llega el momento de dar pasos claros y prácticos para encontrar esas soluciones. No vale la solución de mínimos de los 28, pero mucho menos vale perder de vista la meta, lo perfecto es enemigo de lo bueno. Así que Chávez y sus seguidores, otra vez con demagogia y hablando de lo perfecto nos evitan lo bueno. Hay que dar el paso, aunque nos decepcione y nos frustre, hay que pensar ahora en México, tal vez ahí podamos dar otro gran paso, aunque los amantes del micrófono nos quieren venir a convencer que son nuestros héroes, yo les diré villanos.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Discurso de Guillermo Cochez

Discurso del Embajador de Panamá Guillermo Cochez ante la OEA, hablando sobre Honduras.

Carta a Santa Claus

Querido Santa:

Te escribo a tiempo, porque sé que algunas cosas que te voy a pedir son algo difíciles de cumplir. Incluso para vos que tenés buenas conexiones...

Como ya sabrás, este año ha sido algo feo: crisis mundial, una campaña electoral bajera, un nuevo gobierno con dos rumbos, despidos masivos, la tormenta IDA, y ahora el paquetazo fiscal...

Así que te voy a pedir que tengás misericordia con nosotros. Disculpe que la lista de pedidos es tan larga. No es por falta de modestia, es porque realmente estamos jodidos...

Te pedimos: un nuevo ministro de Seguridad; si se puede, uno que sepa liderar; un despido más en el sistema carcelario (uno solo: el director general); uniformes escolares, por lo menos a tiempo para los desfiles de septiembre; que tu jefe ilumine al presidente para que vete por lo menos las barbaridades más graves en la reforma fiscal; un año sin desastres y con menos de 4 mil homicidios...

Además, si no es mucho pedir, una rebelión de jóvenes que se tomen por asalto los partidos y manden a sus casas a los ex-presidentes y ex-comandantes.

Al final unas peticiones, aunque parezcan exageradas y poco realistas: una oposición que haga oposición y un gobierno que gobierne; una Corte que haga justicia; unos diputados que disuelvan la Asamblea y convoquen nuevas elecciones, luego de aprobar una reforma electoral que nos permita elegir diputado por diputado, no banderas de partido.

Okay, Santa, me pasé de la raya y pedí milagros. Olvidate del último párrafo.

Esperando el 24 con ansiedad, Paolo Lüers

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jueves, 17 de diciembre de 2009

Columna transversal: Nada de dormir y hablar con el enemigo

Capítulo 48 de la telenovela “Aquí mando yo” del conocido productor de televisión Mauricio Funes: El presidente de la República, con su cara de enojado ya protegida como marca registrada, regaña públicamente a su ministro de Seguridad y Justicia por tener asesores que no comulgan con la filosofía oficial.

Según el señor presidente, “un ministro no puede tener como asesor principal a una persona que viene de administraciones anteriores y que no cree en nuestro programa de gobierno, porque entonces lo va asesorar en un sentido diferente al que nos hemos trazado en este Gobierno del cambio.”

Resulta que el pecado del ministro Manuel Melgar no es que tenga como asesor a un oficiales de comprobada capacidad y experiencia como el famoso ‘Carabinero’ (el comisionado Douglas García Funes). El pecado es que no le hace caso y no lo protege contra persecuciones por su distancia al nuevo partido oficial. Si haría caso a sus asesores, el ministro Melgar a lo mejor ya tendría un plan y una estrategia para la lucha contra la delincuencia. Pero tendría serios problemas con su presidente que no tolera que su gobierno, para diseñar políticas públicas, tome en cuenta la experiencia acumulada de funcionarios de anteriores administraciones.

Así se explica que los pocos expertos que existen en este país para asuntos complejos como las finanzas públicas, políticas de prevención de la delincuencia, combate al crimen organizado, etcétera, nunca han sido convocados por el gobierno actual para transmitir sus experiencias y sus consejos. Es obvio que un gobierno nuevo pone al frente de sus ministerios a personas identificadas con el programa de gobierno. Es obvio también que al fin será el gabinete o cada uno de sus integrantes que van a tomar decisiones. Pero es ilógico no pedir, de manera permanente, la información, las opiniones y los consejos de los ministros y expertos de anteriores administraciones.

Consta que en las áreas estratégicas de la administración pública, esto nunca ha pasado desde el cambio de gobierno. Más bien está vetado por una actitud cerrada y autosuficiente del presidente y de algunos de sus más cercanos asesores.

Ni los ministros de Hacienda de los gobiernos anteriores ni otros expertos no vinculados al gobierno y su partido han sido convocados por el ministro de Hacienda o el secretario técnico de la Presidencia antes de diseñar su reforma fiscal. Es una de la razones porque esta reforma ni va a recaudar lo que quieren, ni mucho menos allanar el camino hacia el pacto fiscal que realmente necesita el país.

En el área de Seguridad Pública, han mostrado un cuidado celoso para no pedir la opinión de los pocos expertos que tiene el país que saben de este asunto. Un presidente que realmente busca construir un ‘gobierno de unidad nacional’ con ‘políticas públicas de país’, hubiera solicitado a Salvador Samayoa y Oscar Bonilla (los dos ex-presidentes del Consejo Nacional de Seguridad Pública); a Rodrigo Ávila, Mauricio Sandoval y José Luis Tobar Prieto (ex-directores de la PNC); a Hugo Barrera, Francisco Bertrand Galindo y René Figueroa (ex-ministros de Seguridad); incluso a expertos como Joaquín Villalobos que le ayude a analizar experiencias, fallas y logros del pasado y discutir modelos de solución.

El hecho que todos ellos mantienen posiciones críticas al FMLN y al gobierno de Funes no los descalifica como personas a consultar. Por lo contrario, convierte sus opiniones y consejos en elementos indispensables para poder tomar decisiones correctas y para diseñar estrategias basadas en un escrupuloso análisis de todas las experiencias y todas las opciones.

Nadie pide a Mauricio Funes que delegue las decisiones sobre materia fiscal a Manuel Hinds, el odiado arquitecto de la dolarización. O la estrategia de Seguridad Pública a Salvador Samayoa y Joaquín Villalobos. Entiendo que el presidente, más allá de identificar a todos ellos como adversarios, detesta a estos personajes que lo critican cada rato. Pues, más razón para consultarlos. Y si como presidente no quiere mezclarse con ellos, siempre puede instruir a sus ministros que les inviten y consulten - o dejar de regañar a sus ministros cuando se atreven a asesorarse con personas que no comparten la filosofía oficial de ‘el cambio’.

Y si esto tampoco lo considera factible el señor presidente, por lo menos que deje de hablar de concertación, diálogo, y unidad nacional.

(El Diario de Hoy)

Carta a Hugo Martínez, canciller de la República

Estimado Hugo:

¿Cómo te fue en Washington? Espero que hayas tenido éxito en tus reuniones con los gringos. Me imagino que no es tan chiche convencerlos que no le hagan caso a todo lo que los cabezones de tu partido -el FMLN- dicen sobre la necesidad de “chocar con Estados Unidos” y de construir la “unidad revolucionaria anti-imperialista” con los ayatolas de Irán y los comandantes de Cuba y Venezuela.

Bueno, en una cosa más bien deseo que no hayas tenido éxito. Según el sitio Web de tu ministerio, fuiste a solicitar a Clinton y Obama una “moratoria de los vuelos de deportaciones” a El Salador.

Pero, Hugo, ¿qué significa una moratoria de deportaciones? Tu dirías: Menos deportaciones significan agregar menos problemas sociales a nuestro pobre país. Hasta ahí suena bonito. ¿Pero qué significa para los miles de salvadoreños que tienen meses de estar detenidos en Estados Unidos, la mayoría por el simple delito de haber entrado como mojados?

Para ellos, moratoria significa que quedarán encarcelados por varios meses más. Porque si te hacen caso con esta moratoria, los gringos no van a soltar a los detenidos. Los mantienen presos y los deportan después. Esto es el concepto de moratoria.

¿Has ido a los centros de detención en Estados Unidos donde los guanacos están esperando su deportación? ¿Los has preguntado si quieren una moratoria?

Te dirían: ¡Sáquenos de aquí! Ya que estamos presos que nos manden a casa, ¡pero ya!

Así que tamaño regalo de navidad que estás haciendo a los miles de salvadoreños detenidos en el Norte. Pero bueno, existe la esperanza que los gringos no te hagan caso.

Feliz Año Nuevo, tu amigo Paolo Lüers

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miércoles, 16 de diciembre de 2009

Ya no hay pretextos

La expulsión de Tony Saca sólo tiene sentido si resulta ser el paso previo a una consecuente renovación de ARENA. Renovación de liderazgo y de su proyecto político. Renovación generacional y programática.

El altísimo costo político que ARENA asumió para separarse de su ex-presidente más popular puede llevar al partido a la quiebra - o puede convertirse en su capital político para resurgir. Depende de lo que haga ARENA de hoy en adelante.

A partir de la salida de Saca (y se supone de todo su equipo, que durante años manejó el partido desde Casa Presidencial) ya no existe ningún pretexto para ARENA de no renovarse. Luego de la derrota electoral del 15 de marzo del 2009, ARENA no produjo el relevo generacional de su dirigencia, sino optó por delegar el poder a los ex-presidentes Calderón Sol, Flores y -en particular- a Cristiani, porque esto era la única manera de desmontar el control que el grupo de Saca tuvo sobre todas las estructuras del partido. También era la única manera de parar que se consumiera el pacto a la nicaragüense que Tony Saca, durante el período de transición y entrega del gobierno, había negociado con el FMLN: el control de la Corte Suprema de Justicia para el FMLN, la Fiscalía General para Saca. Un interés partidario de largo plazo del FMLN, para cambiar la institucionalidad del país – contra un interés personal de corto plazo para el grupo Saca, para blindarse de cualquier investigación de sus manejos de las finanzas públicas. Malísimo negocio para el país.

Dos razones de peso para posponer la renovación y el relevo dirigencial en ARENA. La primera razón dejó de existir hace meses, cuando Cristiani logró evitar que se consumara el pacto que comprometía a la Corte y la Fiscalía (y por tanto, toda la institucionalidad del país). Pero continuaba la batalla por el control de ARENA. Saca diseñó otra estrategia: crear con GANA el instrumento nuevo para hacer pactos con el gobierno y para futuras elecciones – y al mismo tiempo quedar en ARENA para impedir que resuelva su crisis y se levante. En algún momento, o volver a tomarse ARENA, o brincarse oficialmente a GANA poco antes de siguientes las elecciones.

Mientras Tony Saca permanecía en ARENA, a pesar de ya haber lanzado con GANA la futura competencia, Cristiano no pudo ni pensar en retirarse de la dirección del COENA, si quería evitar que vuelvan a tomar control los aliados de Saca.

Bueno, con la expulsión de Tony Saca dejó de existir la última razón para posponer la renovación de ARENA. A menos que, en vez de renovarse, se quiera volver al pasado... También hay en ARENA quienes proponen esto.

Si en esta situación histórica ARENA decide atrincherarse en su pasado, en sus tradiciones conservadoras, en su anticomunismo (que muchas veces eran anti-progreso), Tony Saca gana. Porque en este caso, ARENA le daría razón en su argumento principal: que a él lo persiguen los sectores areneros vinculados con la gran empresa que nunca aceptaron sus políticas sociales.

El único viraje que queda a ARENA para enfrentar al discurso populista de Tony Saca es: Convertir en políticas públicas reales lo que en la ARENA de Saca era discurso populista. Convertirse en un partido de reforma y de responsabilidad social, donde la “derecha popular” de GANA y de Saca construye un populismo de derecha dispuesto a pactar con el populismo de izquierda tanto de los propagandistas de ‘el cambio’ como con los chavistas del FMLN.

Ahora que Saca está fuera de ARENA y se supone que todos sus seguidores le van a seguir, ARENA ya no tiene ningún pretexto de no emprender -sin ambigüedades, sin complejos y sin amarres- el camino de la reforma. A menos que el obstáculo sea el miedo, la falta de audacia – o si ocultamente siguen habiendo amarres a intereses corporativos que quieren mantener a ARENA como instrumento político para intereses particulares y mezquinos.

Si ARENA, después de la catarsis, opta por la inercia y la inmovilidad, no tiene futuro político. En este caso, en vez de tratar de levantar ARENA, los sectores reformistas y progresistas en la derecha y el centro tendrán que construir un partido nuevo capaz y dispuesto a enfrentarse al FMLN, por un lado, y a los partidos obsoletos de derecha, incluyendo una ARENA no dispuesta a la renovación. Cuesta arriba, pero no imposible.

Para ARENA, sería absurdo pagar el alto costo de su separación de la autodenominada “derecha popular” de Saca-GANA, si no al mismo tiempo elimina los otros ingredientes de esta derecha obsoleta: la corrupción, el autoritarismo, el populismo. Pero aun esto no sería suficiente. Con sacar a Saca no están removidos todos los obstáculos dentro de ARENA para convertirse en motor de la reforma, defensor de la institucionalidad y proveedor de justicia social. Si al final el partido cae de manos de Saca en manos de sectores aún más autoritarios, de nada habrá servido el gran sacrificio de Alfredo Cristiani de bajar del Olimpo y ensuciarse las manos peleando contra monstruos. Sólo se habrá resuelto un pleito entre dos tendencias igualmente obsoletas.

Hoy es cuando. Hoy o nunca. Si los renovadores dentro y afuera del partido, y los grupos de jóvenes que quieren meterse en política, pero para reformar al país y al mismo tiempo defender las libertades, no se toman ARENA ahora para convertirlo en instrumento del progreso, lo harán nunca. Y que luego no se quejen. Así que, como con la salida de Saca la dirigencia de ARENA ya no tiene pretextos de no abrir el partido, tampoco tienen pretextos los jóvenes y los críticos de no tomárselo para construir el país que necesitan.

(El Diario de Hoy)

martes, 15 de diciembre de 2009

Carta a Rodolfo Parker, secretario general del PDC

Estimado Rodolfo:

¿Van a seguir tragándose cualquier sapo, sólo porque el presidente Funes lo pida?

¿Van a seguir votando en la Asamblea en contra de sus convicciones, sólo porque el presidente les promete no apoyar la conspiración del FMLN de hacer pedazos al PDC? O sea, comprando un pedazo...

Ustedes votaron incluso contra sus propios intereses cuando avalaron la nueva Junta Directiva de la Asamblea. Dieron los votos para que te saquen a vos mismo de la Directiva para meter a GANA y así darle legitimidad. O sea, ustedes dieron sus votos para blanquear la compra de diputados, ¡lo mismo que intentaron hacer a tu partido!

Luego ustedes dieron sus votos para aprobar el presupuesto, en vez de obligar al gobierno a poner sobre la mesa y concertar todo el paquete conjunto: presupuesto ordinario, presupuesto extraordinario, préstamos y reforma fiscal...

Ahora PDC y PCN volvieron a votar con el bloque FMLN-GANA para aprobar la primera parte de la reforma fiscal. Siempre en esta lógica perversa de apoyar a Funes para detener al FMLN. Sabiendo que si no apoyan al presidente, este no los protegerá contra el FMLN, que quiere someterlos o destruidos.

Sin embargo, así como van con el presidente Funes, ustedes ya perdieron su independencia y su inocencia. Ya se la metieron. Ya se sometieron. No al policía malo, sino al policía bueno (al presidente) - si es que haciendo esta diferencia se sienten menos humillados...

Con la adquisición de los 12 diputados de GANA, ni siquiera necesitan ni al PDC ni al PCN. Lo que necesitan no son los votos, sino el control, el poder, el sometimiento...

Viene la hora de la verdad: Apoyar o oponer la imposición de nuevos impuestos que viene en el resto del paquetazo tributario. Van a tener que ponerse claros, Rodolfo: O son oposición - o son satélite. O son independientes - o serán, para siempre, sujeto de chantaje.

Saludos, Paolo Lüers

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lunes, 14 de diciembre de 2009

Un juego de palabras

Lo que les irrita es darse cuenta de que, cada vez más, se parecen demasiado al pasado.

Tanto que el grito de "¡No volverán!" suena absurdo. Ahora, la mayoría de los venezolanos sabemos que, en realidad, jamás se fueron. No son tan distintos. Son parte de lo mismo.

Ni siquiera se demoraron diez años en convertirse en la nueva élite depredadora del Estado. Lo que no soportan es verse así, al descubierto. Tan clásicos, tan típicos, tan crisis bancaria, tan doce apóstoles, tan Blanca Ibáñez, tan nuevos ricos y tan yo no fui. El líder que denunciaba indignado que antes Miraflores era un centro de negocios ahora no sabe dónde esconder la lengua. La historia también puede ser un espejo.

Tratan de esquivarlo, de disimularlo, de disfrazarlo, pero es imposible. Promover la tesis de que Chávez despertó una mañana y, de pronto, se dio cuenta de que algo olía podrido debajo de sus sábanas, puede ser, a corto plazo, contraproducente. Refuerza un cortocircuito que tal vez siga horadando la fe de sus seguidores. El poder refuerza y distribuye, día a día, un personaje mayúsculo, omnipresente ¿Cómo es posible que el superhéroe de Sabaneta no se haya dado cuenta de nada? Porque Chávez está en todas partes. Él mismo lo dice, lo hacer sentir... Sabe más de la realidad que sus propios funcionarios. Regaña en público a sus ministros. A él no se le escapa nada, está al tanto hasta del más mínimo detalle. Cuidado y agarra a alguno fuera de base y le pregunta cosas muy concretas en la televisión. Lee libros, libros gordos, pesados. Conoce lo que ocurre en todo el planeta. Aquí y allá, siempre le recuerda sus deberes a los demás. También conoce perfectamente los planes de sus enemigos. Sabe dónde se reúnen la oligarquía y el imperialismo, sabe qué planean, qué dicen. Chávez todo lo ve, todo lo escucha. A veces hasta se disfraza y se cuela en los lugares más increíbles, bien camuflajeado, para estar al tanto de lo que ocurre ¿Y entonces? ¿En dónde estaba? ¿Cómo carajo nunca se enteró de todos estos guisos, de toda esta apabullante corrupción? Resulta demasiado difícil de tragar que alguien como Chávez, que incluso pretende meterse a dirigir la oposición y a proponer al candidato que debe ser su adversario, sea un bolsa a la hora de relacionarse y supervisar los manejos de su entorno, las conexiones financieras de su gobierno. La idea de que el Presidente puede, de pronto, padecer de repentinos ataques de ingenuidad es artificial, poco verosímil. Quien vive de la confrontación, juega con astucia y en las sombras, se maneja sin escrúpulos frente al oponente, no puede salir después a decir que es Heidi, la huerfanita, que a veces abusan de su candidez.

No cuadra. No pega. Son dos versiones de un mismo personaje que estallan al tocarse, que producen un raro injerto.

Incluso para el militante más devoto, Chávez no puede ser inocente ante todo lo que ocurre. Traicionaría lo que es.

Lo convertiría prácticamente en un imbécil, en alguien al que es demasiado fácil engañar, estafar. La lógica de las representaciones suele ser contundente: si Chávez no sabía nada, entonces Chávez no es Chávez.

Lo mismo podría pasar con todo el proceso judicial que se ha iniciado. ¿Cuánto tiempo durará detenido Arnés Chacón? ¿Qué pasará ahora con su hermano? Tampoco el gobierno bolivariano ha logrado construir un sistema de justicia transparente y eficaz, independiente. Todo lo contrario. No sólo se parece, también, demasiado a lo que ya existía en la cuarta república. Probablemente sea mucho peor. Los ejemplos sobran. Desde el caso de Danilo Anderson, mártir de una revolución que es incapaz de esclarecer su asesinato y hacer justicia, hasta el caso del maletín del gordo Antonini. ¿Dónde está ahora Lina Ron? ¿Goza ella de libertad mientras Richard Blanco está preso? ¿Qué pasó con las supuestas denuncias contra Juan Barreto? ¿Se abrirá acaso una investigación contra el hermano Adán?... La justicia, también, parece haberse puesto al servicio de la nueva élite. La justicia es una complicidad: un método de premiación o de persecución política y económica. No importan los términos, las definiciones. Sea lo que sea, al final la culpa será del capitalismo, de la burguesía, de los otros. El poder siempre es inocente.

Chávez enfrenta hoy un desafío actoral: pasar agachado y, al mismo tiempo, seguir predicando. No es sencillo.

Quien busque en las páginas de la prensa en los tiempos de los gobiernos de la maldecida cuarta república podrá por fin entender el mensaje bolivariano: el hombre nuevo es igualito al corrupto de ayer. La diferencia está en las maneras, en el nombre. De eso se trata. El nombre nuevo. Nada más. La revolución es un juego de palabras.

(El Nacional, Venezuela. Alberto Barrera Tyszka es guinista de cine y TV, analista político y escritor)

Lecciones de los dilates en Centroamérica

Nadie salió bien librado de la crisis política y diplomática que final y afortunadamente parece acercarse a su término. Los países que desde antes de la defenestración de Manuel Zelaya el 28 de junio pasado apoyaron su permanencia en el poder -las llamadas naciones del ALBA: Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Paraguay, y aunque no formalmente, Argentina- perdieron en toda la línea. Honduras se ubicaba en su columna; ya no. Hugo Chávez podrá alegar lo que quiera, pero se quedó con un aliado menos.

Los países latinoamericanos normalmente más sensatos, pero en esta ocasión arrastrados por Chávez -Brasil, Chile, Uruguay, El Salvador, Guatemala-, también acabaron mal. Basaron todo -la definición de la democracia, el desenlace de la crisis, sus alianzas y deslindes- en la restauración de Zelaya en la presidencia. No lo lograron, ni antes de las elecciones ni después, ni por un periodo respetable o por un lapso pro forma, con sombrero presidencial o sin el mismo. El desempeño brasileño, tan criticado por la prensa paulista, se antoja el más extraño: en el mejor de los casos, Chávez los tomó por sorpresa, introdujo a Zelaya a su embajada, se burló del principio del asilo diplomático, y tampoco les aseguró una salida decorosa.

Los países ajenos a la región -la Unión Europea, Estados Unidos-, y los oriundos de ésta gobernados por mandatarios de centro o de centro-derecha -Colombia, Perú, Costa Rica, México- corrieron con un destino muy parecido el uno al otro. Condenaron con toda razón el golpe de Estado de junio pero, por querer evitar a toda costa un enfrentamiento político-ideológico con el ALBA y Brasil, desistieron de adentrarse igualmente en las causas del golpe, analizarlas y condenarlas también. Aceptaron hacer de la restitución de Zelaya la piedra de toque del retorno a la democracia, y terminaron por avalar sin chistar la tesis aberrante según la cual un gobierno legítimo no puede organizar elecciones legítimas, justas y limpias.

De la misma manera, la aprobó la OEA, que justamente por componerse de muchos gobiernos emanados de elecciones auspiciadas por regímenes autoritarios, debió haberla rechazado. Y por último, Barack Obama, deseoso por un lado de cambiar la imagen, si no la realidad de su país en América Latina, pero maniatado por las vicisitudes de la política interna de su país, terminó como el cohetero: mal con todos. Los Castro, Chávez y Zelaya lo increparon por no imponer una solución a su antojo a fuerza de sanciones, presiones, y negociaciones; los golpistas y sus apoyos en Honduras, en Washington, y en otros países de la región se molestaron por el es

-paldarazo a Chávez que a sus ojos representó la postura norteamericana; y México, Colombia, Perú y Óscar Arias en Costa Rica se encontraron aislados, pasivos y desdibujados. Aunque por lo menos los tres últimos salvaron los muebles: reconocieron la validez de las elecciones a tiempo, sobre todo antes de que el Congreso hondureño rechazara, por una mayoría aplastante, restituir a Zelaya.

Sólo Micheletti y los autores del golpe salen bien parados. Y deben su éxito al error de sus adversarios: colocar la vara demasiado alta en relación a sus posibilidades reales de realización. Existía una buena razón para que la comunidad hemisférica actuara con celeridad, en las horas posteriores al golpe, enviando emisarios de Washington, Brasil y México a Tegucigalpa con un ultimátum claro: regresa Zelaya o arde Troya. Ya después se vería qué hacer con los temores fundados de los poderes fácticos hondureños de que Zelaya se eternizara en la casa presidencial.

A la inversa, existían sólidos motivos para centrarse más en los orígenes del golpe, a saber, la abierta violación constitucional de Zelaya con la llamada cuarta urna y la descarada intervención venezolana y cubana en la supuesta votación del domingo 28. De haber seguido esta vía, la comunidad latinoamericana y Estados Unidos, más que reprobar la deposición de Zelaya, hubieran concentrado sus esfuerzos en la realización de comicios equitativos, conforme al calendario y la Constitución del país. Pero lo que nunca tuvo sentido fue la oscilación constante entre una vía y otra, y el intento infructuoso de combinar ambas. Iba a desembocar en el desastre actual.

¿Qué hacer?, como decía Lenin. Hay varias lecciones que conviene extraer del cúmulo de dislates en Centroamérica. La primera, quizás, es recomendarles a los brasileños que se abstengan de involucrarse en una zona que desconocen, y que no van a comprender por un tiempo.

La segunda consiste, tal vez, en instar a México a cumplir nuevamente su papel en la zona, papel que arrancó desde 1978 con el apoyo de José López Portillo a la Revolución Sandinista en Nicaragua, y que duró hasta el bien intencionado y mal financiado Plan Puebla-Panamá de Vicente Fox. La pasividad mexicana en una región tan afín y tan cercana resulta incomprensible.

En tercer lugar, Obama debe entender que pedir perdón por pecados pasados no constituye un programa de política exterior, ni siquiera en una región tan sensible a los gestos y ritos como América Latina. Estados Unidos ya no puede, ni debe imponer su postura en el hemisferio occidental. Pero tampoco puede resignarse a ser un simple espectador de los acontecimientos, o seguidor de los demás, y mucho menos de un ficticio consenso latinoamericano. La zona se halla más dividida y polarizada que nunca; es imposible complacer a todos, porque existen divergencias reales de intereses e ideologías. Washington debió haber desempeñado un papel de mayor liderazgo en esta crisis, lo cual no significa adoptar el mismo papel de antaño.

Y en cuarto y último término, pero sin duda en primer lugar de importancia, apremia el mejorar, profundizar y fortalecer el marco jurídico regional en materia de defensa de la democracia y de los derechos humanos. Se ha avanzado mucho, desde el llamado Pacto de San José o Convención Americana de Derechos Humanos en 1968, hasta la Carta Democrática Interamericana firmada en Lima el 11 de septiembre del 2001. Pero falta mucho más por hacer.

No sólo es preciso establecer sanciones más claras y robustas contra las rupturas del orden constitucional y las violaciones a los derechos humanos, sino que la convivencia latinoamericana requiere de una definición más clara de estos términos, para determinar cuándo comienza una transgresión, y no sólo cuando concluye. Probablemente sería deseable reforzar instituciones como la Comisión y la Corte Interamericanas de Derechos Humanos, y crear un sistema dentro de la OEA de alerta temprana, para poder actuar antes de, y no a la zaga de, sucesos como los de Honduras. Y finalmente, urge buscar un poco de consistencia y constancia: decir y hacer lo mismo, y decir y hacerlo siempre. Ya sería hora que los latinoamericanos nos volviéramos más serios.

(El País, Madrid. El autor fue canciller en el gobierno de Vicente Fox. Actualmente es profesor de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Nueva York.)

domingo, 13 de diciembre de 2009

Carta a Tony Saca


Estimado Tony:

es hora de mostrar valor. Y color. Nadie puede estar en dos partidos enfrentados. Mucho menos un dirigente del calibre tuyo. Tienes que decidir (¡y decir públicamente!) si estás con ARENA o con GANA.

Cuando los matrimonios llegan a un punto que ya no hay amor, sino sólo desconfianza, quedan dos alternativas: reparar el matrimonio o divorciarse. La tercera alternativa -quedarse juntos, pero sin propósito común- significa guerra permanente y desgaste para los dos.

El divorcio puede ser amigable y abrir la puerta para luego rescatar, si no el amor, por lo menos la amistad y la responsabilidad común para los hijos (o sea, para el país).

¿Quién dice que eso no es posible en política? Un divorcio civilizado y negociado. Para que puedes ir donde le lleve el amor: con GANA... o donde le lleve el cálculo: a un pacto con el FMLN y con el presidente...

Y ARENA quedaría libre para rehacer su vida, para superar su amor perdido con Tony Saca, y para buscar nuevos horizontes de oposición.

¿Quién quita que luego se vuelven a encontrar en el camino, ya no en matrimonio, sino en alianza?

O si no, que se enfrenten como competidores. Dos partidos de derecha con diferentes visiones. Que los ciudadanos decidan si apuestan a ARENA o al proyecto de Tony Saca...

Pero seguir como están no tiene sentido. Si no estás dispuesto a disolver tu otro hogar que se llama GANA, entonces tenés que mudarte del todo...

ARENA y GANA ya son dos proyectos políticos diferentes que van en direcciones opuestas: uno a construir oposición, el otro a construir un pacto con el gobierno.

Siempre me ha encantado tu franqueza. Estoy seguro que la mostrarás nuevamente.

Te deseo suerte, cualquiera que sea tu decisión, Paolo Lüers

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jueves, 10 de diciembre de 2009

"We are at war". Discurso de Obama en Oslo

I receive this honor with deep gratitude and great humility. It is an award that speaks to our highest aspirations – that for all the cruelty and hardship of our world, we are not mere prisoners of fate. Our actions matter, and can bend history in the direction of justice.

And yet I would be remiss if I did not acknowledge the considerable controversy that your generous decision has generated. In part, this is because I am at the beginning, and not the end, of my labors on the world stage. Compared to some of the giants of history who have received this prize – Schweitzer and King; Marshall and Mandela – my accomplishments are slight. And then there are the men and women around the world who have been jailed and beaten in the pursuit of justice; those who toil in humanitarian organizations to relieve suffering; the unrecognized millions whose quiet acts of courage and compassion inspire even the most hardened of cynics. I cannot argue with those who find these men and women – some known, some obscure to all but those they help – to be far more deserving of this honor than I.

But perhaps the most profound issue surrounding my receipt of this prize is the fact that I am the Commander-in-Chief of a nation in the midst of two wars. One of these wars is winding down. The other is a conflict that America did not seek; one in which we are joined by forty three other countries – including Norway – in an effort to defend ourselves and all nations from further attacks.

Still, we are at war, and I am responsible for the deployment of thousands of young Americans to battle in a distant land. Some will kill. Some will be killed.

DISCURSO completo en The New York Times

Carta al asesor policial del presidente

Estimado amigo:

No lo conozco, ni sé su nombre. Pero quiero felicitarle públicamente. En su misión principal -ayudar al presidente a diseñar una estrategia para lucha contra el crimen- usted es un total fracaso. No hay ni estrategia.

Pero hay que reconocerle un éxito importante: Le enseñó a nuestra dupla presidencial a manejar magistralmente el juego de policía malo-policía bueno. Nunca he visto, en ningún país, a gobernantes tan creativos en este arte del juego de apariencias y contradicciones...

En la policía, es el arte de ablandar al sospechoso exponiéndolo a un cuilio malencarado que lo amenaza y le da palizas, y luego a otro con cara de buena gente que le comprende y le da cigarros...

En política, es el arte de ablandar a todo el mundo, exponiéndonos a un vicepresidente que nos asusta con reformas al estilo cubano, con control de medios y con meternos en el ALBA de Chávez – y el día siguiente viene el presidente de la República calmándonos los nervios y nos dice: No le hagan caso a este señor. Está loco, pero yo lo tengo bajo control. No habrá reformas cubanas en mi gobierno, los medios quedan libres y ¡nada del ALBA!

Así nos tienen: El vice amenazándonos con el socialismo del siglo 21, el comandante Ramiro de la Comisión Política del FMLN asustándonos con el comunismo, el señor presidente prometiéndonos democracia y concertación. El vicepresidente parándonos los pelos prometiendo ‘lucha para vencer al imperio yanqui’, el presidente diciéndonos que es el mejor amigo de Obama.

Le felicito, el truco funciona. Porque cuando uno está asustado, tiende a creer y colaborar al hombre que parece buena gente y nos ofrece compasión.

¿Será que así se explica al alto grado de aprobación del cual goza el presidente?

Saludos, Paolo Lüers

Posdata: ¿Verdad que el que miente normalmente es el ‘policía bueno’? Al fin ambos te joden...

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miércoles, 9 de diciembre de 2009

2/3 valen un Evo entero

Dos tercios de los escaños al Congreso valen por todo un Evo. El líder indigenista boliviano hizo el domingo mucho más que asegurarse una triunfante reelección presidencial. Con al menos 24 senadores sobre 36 y 84 diputados de 130, es el amo democráticamente elegido del país, que puede reconstituir a su antojo los grandes poderes del Estado: los tribunales Electoral, Constitucional y Supremo, y ni siquiera precisa reformar la Constitución para optar a un tercer mandato, porque en 2015 sólo sería candidato por segunda vez con el presente texto legal, que contempla una reelección. Hoy dice que no piensa en ello, pero habrá tiempo. Lo que interesaría conocer, sin embargo, son los límites de ese Evo total que nos aguarda.

Y la respuesta se encuentra en la naturaleza que adopte el Estado Plurinacional; si esa plurinacionalidad va a ser una extensión de lo preexistente -el abusivo dominio del criollato- para incluir a todo el pueblo, es decir, a la masa indígena; o si los indios, como pueblos originarios, poseen derechos especiales, como apunta la autonomía que se les reconoce, y por ello lo plurinacional, partiendo de esa autoctonía, se limita a incluir a los criollos. La Bolivia que persigue Evo es otra Bolivia, pero no sólo porque el indio pese con su sufragio para jubilar a una gobernación blanca de siglos, sino porque el país es tierra políticamente quemada. Si había sistema de partidos, el líder aimara lo ha dinamitado, dejando en su lugar sólo una formación con hechuras de partido-Estado, el MAS, entre un sarpullido de clubes electorales, sobre todo de los antiguos dueños del país, con escasos votos, fragilísima estructura y ningún programa.

En ese erial es donde el presidente quiere implantar su Bolivia, de la que no es problema menor el establecimiento de una autonomía de las comunidades que no sólo va a solaparse temáticamente con la municipal y provincial, sino que puede ser un galimatías geográfico porque en tres siglos de colonia y dos de independencia el indio quechua y aimara, posincaico y naturalmente pro-Evo, se ha desparramado del altiplano a las tierras bajas para mezclarse con las diferentes etnias guaraníes, que carecen de un pasado imperial que conjurar.

¿Cuál es el instrumento que ha transportado a Morales de un 54%, ya altísimo, en las elecciones de diciembre de 2005 al arrasador 62% de este 6 de diciembre? El factor étnico ha tenido que contar, pero no había servido para ganar elecciones hasta comienzos del siglo XXI; necesitaba que se le adjuntara un designio. Y Evo, respaldado por la novedosa cobertura internacional que le procuraba el viraje radical del chavismo en Venezuela, osó decirle a las comunidades indias que era tiempo de reapropiarse del país, y de recrear una presunta edad de oro precolombina, propósitos en los que, cualesquiera que fuesen sus mejores intenciones, flotaba la amenaza revanchista. Pero igual o más importante ha sido la extensión de subsidios a los más desfavorecidos, de nuevo mayoritariamente indígenas, hasta crear una vasta red de agradecimientos clientelares, de estupendo rendimiento electoral; así es como se ha repartido el bono Juancito Pinto, de 20 euros anuales, a 1.800.000 escolares; Juana Azurduy, de 20 euros cada dos meses, a embarazadas y lactantes; y la renta dignidad, de 20 euros mensuales, a los mayores de 60 años. Eso sólo como muestra asistencial de un Estado que quiere controlar la economía y el desarrollo del país.

Un buen baremo de las intenciones, democráticas o no, de un gobernante suele ser su actitud ante los medios de comunicación. Morales, al igual que Rafael Correa en Ecuador y Hugo Chávez en Venezuela, tiene a casi toda la prensa fuertemente en contra y no atesora paciencia ni acompañamiento intelectual para crear órganos de información que, cumpliendo con los requisitos propios de una mínima profesionalidad, puedan competir con los medios clásicos, siempre en manos de la tradicional minoría dirigente. Y, a la posible calentura de la victoria, el presidente alentaba el lunes a los periodistas a rebelarse contra propietarios y directores de publicaciones. Bolivia es hoy el gran proyecto revolucionario latinoamericano: en lo legal, con las autonomías indígenas; en lo económico, con la aplicación de un estatismo desarrollista sobre los bienes del subsuelo, que ya ha olvidado el mundo; y en lo histórico, con la, seguramente utópica, reparación del pasado de la que se derive un nuevo país prolongación de lo que era hace cinco siglos; ¿será capaz de hacerlo con libertad de prensa?

(El País, Madrid)

martes, 8 de diciembre de 2009

Frente a una grave emergencia

Hoy, 56 periódicos en 45 países han decidido dar el paso sin precedentes de hablar con una sola voz a través de un editorial común. Lo hacemos porque la humanidad se enfrenta a una grave emergencia.

Si no nos unimos para emprender acciones decisivas, el cambio climático causará estragos en nuestro planeta y, con él, en nuestra prosperidad y nuestra seguridad. Los peligros son evidentes desde hace una generación. Ahora, los hechos han empezado a hablar por sí solos: 11 de los últimos 14 años han sido los más calientes que se registran, el casquete polar del Ártico está derritiéndose y la increíble subida de los precios del petróleo y los alimentos el año pasado nos ofrece un anticipo del caos que se avecina. En las publicaciones científicas, la cuestión ya no es si la culpa es de los seres humanos, sino cuánto tiempo nos queda para limitar los daños. Y, sin embargo, hasta ahora, la respuesta del mundo ha sido débil y desganada.

El cambio climático se ha ido produciendo durante siglos, tiene consecuencias que persistirán para siempre y nuestras perspectivas de controlarlo se van a decidir en los próximos 14 días. Pedimos a los representantes de los 192 países reunidos en Copenhague que no vacilen, que no caigan en disputas, que no se echen las culpas unos a otros, sino que aprovechen la oportunidad surgida del mayor fracaso político contemporáneo. Ésta no debe ser una lucha entre el mundo rico y el mundo pobre, ni entre el Este y Occidente. El cambio climático afecta a todos, y todos deben resolverlo.

La base científica es compleja pero los datos están claros. El mundo necesita tomar medidas para limitar el ascenso de la temperatura a 2 grados centígrados, un objetivo para el que será preciso que las emisiones mundiales alcancen su tope y empiecen a disminuir entre los próximos cinco y 10 años. Una subida mayor, de 3 o 4 grados centígrados -el mínimo aumento que, siendo prudentes, podemos prever si no se hace nada-, secaría los continentes y convertiría tierras de cultivo en desiertos. Podría extinguirse la mitad de todas las especies, millones de personas se verían desplazadas y el mar inundaría países enteros.

Son pocos los que creen que, a estas alturas, pueda salir de Copenhague un tratado perfectamente definido; sólo fue posible empezar a avanzar verdaderamente en esa dirección con la llegada del presidente Obama a la Casa Blanca y el cambio total en la política de obstruccionismo que Estados Unidos mantenía desde hace años. Y el mundo sigue estando a merced de la política interior norteamericana, porque el presidente no puede comprometerse por completo a emprender las acciones necesarias hasta que el Congreso lo autorice.

Pese a ello, los políticos, en Copenhague, pueden y deben ponerse de acuerdo en los elementos esenciales de un acuerdo justo y eficaz y, sobre todo, en un calendario firme para que ese acuerdo se convierta en tratado. Deberían imponerse como plazo la reunión de la ONU sobre el clima que se celebrará el próximo mes de junio en Bonn. Como dice un negociador: "Podemos ir a la prórroga, pero no podemos permitirnos el lujo de volver a jugar el partido".

El núcleo del acuerdo debe ser un pacto entre los países ricos y los países en vías de desarrollo que aborde cómo se va a repartir la carga de luchar contra el cambio climático y cómo vamos a compartir algo que ahora es muy valioso: el billón aproximado de toneladas de carbono que podemos emitir antes de que el mercurio ascienda a niveles peligrosos.

Las naciones ricas son aficionadas a señalar la verdad aritmética de que no puede haber solución hasta que algunos gigantes en vías de desarrollo como China tomen medidas más radicales que hasta ahora. Pero el mundo rico es responsable de la mayor parte del carbono acumulado en la atmósfera, tres cuartos del dióxido de carbono emitido desde 1850. Ahora tiene el deber de tomar la iniciativa, y cada país desarrollado debe comprometerse a serias reducciones que disminuyan sus emisiones a un nivel muy inferior al de 1990 de aquí a 10 años.

Los países en vías de desarrollo pueden destacar que no son ellos los causantes del grueso del problema y que las regiones más pobres del mundo van a ser las más afectadas. Pero van a contribuir cada vez más al calentamiento y, por consiguiente, también ellos deben comprometerse a emprender acciones significativas y cuantificables. Aunque no han llegado a lo que algunos esperaban, los recientes compromisos de los dos mayores contaminantes del mundo, Estados Unidos y China, han sido pasos importantes en la debida dirección.

La justicia social exige que el mundo industrializado rebusque en su cartera y se comprometa a dar dinero para ayudar a los países más pobres a adaptarse al cambio climático y a suministrarles tecnologías limpias que les permitan tener un crecimiento económico sin aumentar sus emisiones. También es preciso fijar la arquitectura de un futuro tratado, con una rigurosa vigilancia multilateral, recompensas justas a cambio de la protección de los bosques y la evaluación creíble de la "exportación de emisiones" para que la carga acabe repartiéndose de forma más equitativa entre quienes fabrican productos contaminantes y quienes los consumen. Y la justicia exige también que la carga que corresponda a cada país desarrollado tenga en cuenta su capacidad de soportarla; por ejemplo, los miembros más nuevos de la UE, a menudo, mucho más pobres que "la vieja Europa", no deben sufrir más que sus socios más ricos.

La transformación será cara, pero mucho menor que la factura de rescatar al sector financiero mundial, y mucho menos costosa que las consecuencias de no hacer nada.

Muchos de nosotros, sobre todo en los países desarrollados, tendremos que cambiar nuestro estilo de vida. La era de los vuelos que cuestan menos que el trayecto en taxi al aeropuerto se acerca a su fin. Tendremos que comprar, comer y viajar de forma más inteligente. Tendremos que pagar más por nuestra energía y utilizarla menos.

Pero el paso a una sociedad que emita poco carbono ofrece la perspectiva de más oportunidades que sacrificios. Ya hay algunos países que han reconocido que hacer esa transformación puede aportar crecimiento, puestos de trabajo y mejor calidad de vida. El flujo de capitales es un dato significativo: el año pasado, por primera vez, se invirtió más en formas renovables de energía que en producir electricidad a partir de combustibles fósiles.

Para librarnos de nuestra adicción al carbono en sólo unas décadas serán necesarias proezas de ingeniería e innovación comparables a las más grandes de nuestra historia. Pero, mientras que la llegada del hombre a la Luna o la división del átomo surgieron del conflicto y la rivalidad, la carrera del carbono debe nacer de un esfuerzo de colaboración para lograr la salvación colectiva.

La victoria sobre el cambio climático exigirá un triunfo del optimismo sobre el pesimismo, de la visión de futuro sobre la estrechez de miras, de lo que Abraham Lincoln llamó "los ángeles buenos de nuestra naturaleza".

Ése es el ánimo con el que periódicos de todo el mundo hemos firmado conjuntamente este editorial. Si nosotros, con puntos de vista nacionales y políticos tan diferentes, podemos ponernos de acuerdo sobre lo que hay que hacer, seguro que nuestros dirigentes también son capaces de hacerlo.

Los políticos presentes en Copenhague tienen el poder de determinar cómo nos juzgará la historia: una generación que vio un reto y le hizo frente, o una tan estúpida que vio el desastre pero no hizo nada para evitarlo. Les rogamos que tomen la decisión acertada.

Este artículo lo suscriben los siguientes periódicos: Süddeutsche Zeitung (Alemania),Gazeta Wyborcza (Polonia), Der Standard (Austria), Delo (Eslovenia), Vecer(Eslovenia) Zimbabue Botsuana (Suráfrica) (Suráfrica), Dagbladet Information(Dinamarca), Politiken (Dinamarca), Dagbladet (Noruega), The Guardian (Reino Unido), Le Monde (Francia), Libération (Francia), La Repubblica (Italia), EL PAÍS (España), De Volkskrant (Holanda), Kathimerini (Grecia), Publico (Portugal), Hurriyet(Turquía), Novaya Gazeta (Rusia), Irish Times (Irlanda), Le Temps (Suiza), Economic Observer (China), Southern Metropolitan (China), CommonWealth Magazine(Taiwan), Joongang Ilbo (Corea del Sur), Tuoitre (Vietnam), Brunei Times (Brunei),Jakarta Globe (Indonesia), Cambodia Daily (Camboya), The Hindu (India), The Daily Star (Bangladesh), The News (Pakistán), The Daily Times (Pakistán), Gulf News(Dubai), An Nahar (Líbano), Arabic Gulf Times (Qatar), Maariv (Israel), The Star(Kenia), Daily Monitor (Uganda), The New Vision (Uganda), Zimbabwe Independent(Zimbabue), The New Times (Ruanda), The Citizen (Tanzania), Al Shorouk (Egipto),Botswana Guardian (Botsuana), Mail & Guardian (Suráfrica), Business Day (Suráfrica),Cape Argus (Suráfrica),Toronto Star (Canadá), Miami Herald (EE UU), El Nuevo Herald (EE UU), Jamaica Observer (Jamaica), La Brújula Semanal (Nicaragua), El Universal (México), Zero Hora (Brasil), Diario Catarinense (Brasil), Diaro Clarín(Argentina).