Estimado Tony:
es hora de mostrar valor. Y color. Nadie puede estar en dos partidos enfrentados. Mucho menos un dirigente del calibre tuyo. Tienes que decidir (¡y decir públicamente!) si estás con ARENA o con GANA.
Cuando los matrimonios llegan a un punto que ya no hay amor, sino sólo desconfianza, quedan dos alternativas: reparar el matrimonio o divorciarse. La tercera alternativa -quedarse juntos, pero sin propósito común- significa guerra permanente y desgaste para los dos.
El divorcio puede ser amigable y abrir la puerta para luego rescatar, si no el amor, por lo menos la amistad y la responsabilidad común para los hijos (o sea, para el país).
¿Quién dice que eso no es posible en política? Un divorcio civilizado y negociado. Para que puedes ir donde le lleve el amor: con GANA... o donde le lleve el cálculo: a un pacto con el FMLN y con el presidente...
Y ARENA quedaría libre para rehacer su vida, para superar su amor perdido con Tony Saca, y para buscar nuevos horizontes de oposición.
¿Quién quita que luego se vuelven a encontrar en el camino, ya no en matrimonio, sino en alianza?
O si no, que se enfrenten como competidores. Dos partidos de derecha con diferentes visiones. Que los ciudadanos decidan si apuestan a ARENA o al proyecto de Tony Saca...
Pero seguir como están no tiene sentido. Si no estás dispuesto a disolver tu otro hogar que se llama GANA, entonces tenés que mudarte del todo...
ARENA y GANA ya son dos proyectos políticos diferentes que van en direcciones opuestas: uno a construir oposición, el otro a construir un pacto con el gobierno.
Siempre me ha encantado tu franqueza. Estoy seguro que la mostrarás nuevamente.
Te deseo suerte, cualquiera que sea tu decisión, Paolo Lüers
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