Estimada Presidente de la República de Costa Rica, Doña Laura Chinchilla
 
Estimado Presidente de la República de Nicaragua, Comandante Daniel Ortega
 
 
 
Desde la llegada a la presidencia del Comandante Daniel Ortega tomé iniciativas en el año 2007 para el fortalecimiento  de las relaciones estratégicas de nuestras naciones hermanas en  beneficio de ambas. Primeramente sostuve intercambios directos con el  entonces presidente de Costa Rica Don  Óscar Arias y su Embajador acá en  Managua para ordenar distintos puntos de interés a ser tratados con el  Gobierno de Nicaragua, propuesta que entregué  por escrito al Presidente  Ortega  para su consideración. Los intentos por montar la Cumbre  presidencial bilateral no tuvieron éxitos, provocando que las relaciones   tico-nica se mantuvieran en un nivel frío y con tensiones.
 
Con la llegada a la presidencia de Doña Laura Chinchilla reinicié mis  iniciativas para impulsar la  Cumbre mencionada,  al observar que  Ustedes, estimados Presidentes, habían dado pasos en tal dirección.
 
El mes pasado el 13 de octubre, en San José, el Canciller de Costa  Rica René Castro se reúne con mi persona  en mi carácter personal por no  ser yo funcionario del Gobierno de mi País. Fue una reunión amistosa en  la que recojo la  voluntad del Gobierno tico para que en noviembre se  pueda concretar la tan necesaria Cumbre presidencial.  El contenido íntegro de este encuentro no oficial  se lo entregué al  Presidente Ortega el día 19 de octubre en una Ayuda Memoria en tres  páginas que redacté.
 
El Presidente Ortega  manifestó  agrado de reunirse con la Presidente Chinchilla y me dijo que a lo inmediato  conformaría una Comisión Técnica para precisar los puntos a tratar con  la comisión análoga tica. Ambos Gobiernos coinciden en desterrar la mala  costumbre de reunirse las comisiones técnicas un día antes de la Cumbre  sin dar lugar a serios análisis y pre-acuerdos para ser discutidos y  aprobados por los presidentes.
 
Todo iba en buen ánimo y fraternidad. Pero sucedieron los hechos ya conocidos que lamentablemente han tensado  en extremo  muy peligroso las relaciones de ambos Gobiernos,  llevando  preocupación  a nuestros dos pueblos hermanos que recientemente son  abatidos por la inclemente naturaleza  que provocó  luto y sufrimiento.
 
Estimados Presidentes, en los esfuerzos de Ustedes por reanudar el diálogo y realizar  la Cumbre en este mes de noviembre, aporté  para que se pudiese  efectuar la plática telefónica entre Ustedes por intermediación del  Secretario General de la OEA  Don José María Insulza, comunicación  que  valoro fue un paso responsable y alentador. 
 
El Presidente Ortega me expresó su disposición a garantizar la no  presencia militar para favorecer un clima amistoso para el diálogo, pero  me señaló su honda preocupación de que si se   despejaba  nuestra  muy reducida patrulla  militar del pequeño pedazo  de nuestro territorio nicaragüense  en controversia limítrofe,    entonces se corría el riesgo de que las autoridades armadas de Costa  Rica lo ocuparan.  Ante esta preocupación legítima del Presidente  Ortega,  le dije que yo no lo veía probable sucediera,  porque sería un detonante  explosivo,  ya que entonces las  tropas del ejército  nicaragüense   podían –sin derramar sangre costarricense ni nicaragüense -  introducirse en cualquier punto de la larga frontera  y fijarse  en lado tico para obligar se retiren las fuerzas ticas de nuestro  sagrado territorio nacional.  También hice ver al presidente Ortega  que  despejar ese punto  de nuestro territorio no lesiona nuestra soberanía ya que el mismo no es una instalación militar permanente,  y que tampoco imposibilitaba el accionar tesonero y heroico del ejército y la policía en combate permanente al narcotráfico en el país y en esa zona en particular.
 
Trasladé al Canciller costarricense la preocupación del Presidente Ortega, y Don René Castro me reiteró  que no procederían a ocupar tal punto en discrepancia. Y, luego hablé  con el Presidente Ortega, haciéndole ver que el Canciller Castro había  hecho público en CNN que era obvio que al despejar nuestras tropas el  punto mencionado Costa Rica no lo ocuparía. También la Presidenta Laura  Chinchilla dijo  públicamente que despejaría del sector  a las autoridades armadas de su país en el  mismo espíritu de Nicaragua   para evitar tensiones y facilitar el diálogo.
 
Estimados Presidentes, esta grave tirantez podría desencadenar situaciones que sólo mucho dolor y llanto acarrearan a nuestros pueblos hermanos.
 
Soy de la consideración que los puntos fundamentales  para la Cumbre  presidencial ya se han construido, aunque en un camino muy accidentado y  no deseado por ustedes, pero  permiten iniciar el dialogo ya, a lo inmediato, en función de la Cumbre presidencial pendiente.
 
Los pueblos de Costa rica y Nicaragua debemos estar firmemente unidos  exigiendo que nuestros gobernantes realicen la Cumbre bilateral, y   aprueben en primera instancia  que el actual diferendo limítrofe lo  resuelvan los propios ticos y nicas en  el marco del Tratado Caña Jerez y los Laudos correspondientes,  dispensando las fallas que la OEA haya tenido en la difícil labor de  facilitar el diálogo  entre partes aún muy apasionadas. Y, de no ponerse  de acuerdo se apele, hasta entonces, en un ambiente amistoso,  en La  Haya.
 
La Cumbre presidencial no debe ser suspendida, es lo único,  en el cortísimo plazo, que queda para no precipitarnos al abismo. En  esta cumbre hay asuntos de mucha importancia para afianzar un clima de  paz y hermandad, el comercio, el turismo, la seguridad nacional ante el  narcotráfico y el crimen organizado, para la cooperación entre nuestras  naciones  y otros de las reuniones binacionales.
 
Presidentes, en 1891 el 15 de setiembre Rubén Darío estuvo presente  en Alajuela cuando se erige la estatua al héroe costarricense y  centroamericano, el  humilde soldado Juan Santamaría quien muere  luchando hombro a hombro con sus hermanos nicaragüenses expulsando al  invasor filibustero yanqui Walker.  Entonces emocionado expresó Darío: “  ¡Bronce al Soldado Juan!... estos son los buenos, los grandes, los que no mueren en la memoria de las naciones ”.
 
En 1948 durante la revolución que sienta las bases de la Costa Rica  en paz y democracia del presente, decenas de nicaragüenses lucharon en  los bandos que se enfrentaron, cayendo contingentes de humildes  nicaragüenses  en la batalla, entre  ellos el general Enrique Tijerino  Somarriba  quien luchó al lado del general Augusto César Sandino ante la  intervención  norteamericana.  También don José Figueres Ferrer  testimonia el apoyo de los  nicaragüenses  con la causa del pueblo  costarricense,  el de sus compañeros el profesor Edelberto Torres y el  doctor Rosendo Arguello. Escribe don Pepe “…la inestimable ayuda de ustedes que ha constituido la desconocida base de mi victoria…las armas que usted y Chendo  me consiguieron son las que me sostienen en el poder..”
 
Y,  en 1978,  Don José Figueres nos proporciona el primer lote de  armas importante con que cuenta en su historia el FSLN,  que empuñan  nuestros héroes como nuestro entrañable hermano menor Camilo Ortega  quien muere en combate en la insurrección de Monimbó. Y, más adelante  todo el pueblo de Costa Rica da su apoyo  a nuestro pueblo con columnas  guerrilleras de patriotas costarricenses, hombres y mujeres, que se nos  suman para botar a Somoza. Recordemos  con respeto al Presidente de  Costa Rica Don Rodrigo Carazo quien nos brinda apoyo vital  para poder introducir de Cuba revolucionaria las armas que el  Presidente Fidel Castro nos dona para asegurar la ofensiva   insurreccional que pone fin al somocismo.
 
Estimados Presidentes, ante el ejemplo de la vibrante historia de  nuestros pueblos hermanos, les solicito respetuosamente que decidan  reunirse en la Cumbre de Presidentes ya acordada para negociar y firmar  acuerdos,  asegurando un clima de paz,  fervor religioso y alegría  navideña a nuestros dos pueblos que lo demandan y desean.
 
 
 
Fraternalmente, General Humberto Ortega Saavedra
 
Managua, Nicaragua 15 noviembre 2010
(Fuente: Confidencial/Managua; Humberto Ortega es hermano del presidente Daniel Ortega y ha sido el estratega del FSLN, luego jefe del Ejército Sandinista y Ministro de Defensa en el primer gobierno sandinista.)