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martes, 13 de marzo de 2012

“Chávez es pasado, yo estoy del lado del futuro” - Enrevista a Henrique Capriles

Caracas.- Estuve solamente setenta y dos horas en Caracas y es imposible no percibir los vientos de cambio que azotan a este país, después de catorce años de la llamada “revolución bolivariana”. Lo primero que salta a la vista es el clima de nerviosismo que predomina en el chavismo, causado por la incertidumbre que ha desatado el deterioro de la salud del presidente Hugo Chávez, quien se encuentra en Cuba convaleciendo después de una segunda operación de cáncer. Ante la falta de información confiable, prácticamente todos los venezolanos se han convertido en oncólogos aficionados, hacen pronósticos, rezan, discuten apasionadamente sobre el “tumor”, mientras en las filas del oficialismo hay un debate soterrado sobre una eventual sucesión, que se transmite con reverberaciones de intolerancia hacia el resto de la sociedad.
La economía depende exclusivamente de la millonaria renta petrolera y casi todo lo que se consume es importado. “Compré carne nicaragüense a precios subsidiados”, me dice el taxista que me traslada al hotel, advirtiéndome sobre la enorme diferencia cambiaria de la moneda que hay en el mercado paralelo. Inflación, asfixia económica provocada por un estado ineficiente, y corrupción galopante, son algunos de los síntomas de esta enfermedad, que se combina con una grave crisis de criminalidad y falta de seguridad ciudadana.
Pero también se percibe un cambio dramático en el clima político. Un cambio esperanzador para muchos, derivado de la consolidación de una oposición democrática, que por primera vez se proyecta como una fuerza con capacidad de poder derrotar a Chávez en las elecciones del 7 de octubre. El rostro más visible de esta alternativa que reúne a varios millones de votantes, es Henrique Capriles Radonsky, el joven y carismático gobernador del estado de Miranda y ahora candidato único de la oposición. El parto electoral, el mismo Capriles lo admite, no será fácil, hay temores fundados de que desde el gobierno se desate la violencia, y de llegar a ganar, gobernar le será aún más difícil.
El pasado 12 de febrero, Capriles ganó la nominación presidencial con más del 60% de los votos, en una primaria abierta en la que votaron más de 3 millones de venezolanos. Un precedente histórico, que le movió al piso al gobierno y desde entonces no ha cesado de atacar a Capriles. El propio Chávez lo llamó ‘majunche”, “cochino”, y lo retó a confrontarse con él. Siguiendo con disciplina el guión dictado por sus estrategas de campaña, Capriles no se inmutó, pero los partidarios de Chávez lanzaron ya un primer ataque violento, con balacera incluida, contra una caminata electoral que encabezaba el candidato opositor en Cotiza, una barriada de Caracas, hace una semana.
En la sede del Comando Tricolor, en Colinas de Bello Monte en Caracas, asistí con el colega Daniel Santoro, de Clarín (Argentina), a conversar con el hombre que se propone derrotar a Chávez y cambiar el rumbo de Venezuela. En medio del lema “Hay un camino” estampado en todas las paredes, una pizarra acrílica en su “cuarto de guerra’, recuerda que faltan 216 días para el día D. Esto fue lo que nos dijo el candidato opositor:
Las lecciones de la oposición
¿Cómo logró la oposición venezolana superar su crisis al punto que ahora tienen una estrategia política común y lo seleccionaron a usted en unas elecciones primarias? ¿cuál fue la clave de este proceso de unidad?
Esto ha sido un proceso de aprendizaje durante estos años, de aciertos y desaciertos. Nosotros venimos de errores como no participar en las elecciones parlamentarias (2005), la abstención, toda la situación del paro, huelgas indefinidas en su momento, el golpe de estado (2002). Ha habido una cantidad de hechos que nos quitaron dirección para construir esa alternativa.
¿Esta es una nueva oposición?
Yo si creo que es una visión distinta, con un nuevo liderazgo. No olvidemos lo que ha pasado en los últimos años, el cambio constitucional, intento de reformar la constitución,  leyes para generar expropiaciones, confiscaciones.
Entonces el proceso de aprendizaje, nos llevó hasta acá, hasta entender cuál es el camino que tenemos que construir. Los venezolanos queremos resolver nuestras diferencias por vía de los votos, de la democracia. Es necesario sumar esfuerzos, el encuentro de todas las fuerzas políticas, pero también los que no son partidos políticos, y llegamos hasta este punto.
¿Este resultado nace a partir de una visión programática o de que hay un nuevo liderazgo?
Es un conjunto de cosas, antes nuestra agenda la determinaba el gobierno. El gobierno decía “A” y por otro lado se decía “B”. Hoy tenemos nuestras propias propuestas, nuestra propia agenda para el país, para que Venezuela salga adelante, y después con un liderazgo. Entonces, vamos hacia una “tormenta perfecta”, la agenda la determinamos nosotros, nuestro proceso electoral de primarias batió records en el mundo, en términos de participación.
¿Esos tres millones que participaron en las primarias, representan un piso o un techo electoral?
Generalmente los que analizan estos procesos dicen que a un proceso de primarias que asiste determinado número de personas cuando van a una elección general eso se multiplica por tres. Entonces imaginemos la fuerza de lo que se está construyendo, porque también hay un voto oculto en el país. Tú tienes un gobierno central promoviendo anarquía, división, conflictos, sembrando miedo, generando intimidación. Y por otro lado, donde yo estoy a la cabeza, tenemos un proyecto que promueve la paz, el progreso, el encuentro de los venezolanos, que quiere que Venezuela salga adelante. ¿Qué ha pasado? A mí hoy el gobierno me recuerda a la oposición hace diez años.
Proyecciones electorales y la salud de Chávez
Sin embargo, el presidente Chávez sigue teniendo un apoyo muy fuerte, cuanta con todos los recursos del estado para seguir haciendo campaña. Una encuesta que leí hoy recientemente le da 52% de respaldo contra 34% para usted. ¿Cómo se puede remontar esa desventaja?
No hay encuestas en este momento, después del proceso electoral del 12 de febrero. Y previo al proceso de primarias la última encuesta a la que yo tuve acceso, hablábamos de una elección pareja. El gobierno tiene un piso importante, pero viene de perder unas elecciones (legislativas del 2010), las gana en número de diputados por el cambio en los circuitos electorales. Cuando se totaliza el gobierno viene de tener 48% en ese proceso electoral. Vamos hacia un proceso electoral, donde vamos a tener un colchón (de votos) lo suficientemente significativo para que no existan aventuras en términos de reconocimiento de los resultados electorales.
La incertidumbre que está planteada a raíz de la situación de salud del presidente Chávez ¿De qué manera puede incidir en este proceso electoral?
Yo no me meto en el tema de la salud de nadie y como buen cristiano que soy le deseo salud y larga vida a cualquier persona que pueda tener una enfermedad; en eso soy respetuoso, sea el jefe de estado, sea cualquier persona.
Le deseo al candidato del gobierno central que se recupere rápido, larga vida. Soy el primer interesado. Primero, creo que este ciclo lo debe cerrar la persona que lo inició, y segundo, yo quisiera que pudiera ver todos los cambios que vamos a construir en Venezuela, que vea que si puede haber un país donde podamos superar la pobreza, reducir la desigualdad, un país que lo logra con otro modelo, no con este que tenemos que no nos permite progresar.
La bandera social y la educación
¿Cuál es el cambio fundamental de modelo que usted propone? En su gestión y su discurso se percibe que está intentando arrebatarle a Chávez la bandera social, pero sus adversarios dicen que esa es una estrategia “camaleónica”. ¿Cuál es su propuesta de fondo?
El gobierno lo único que hace es descalificar. Después que ganamos la primarias hasta ahora no he visto nada que no sea insulto, cuando una persona va a ese terreno, y tú lo sabes, es porque se le agotaron la ideas. Cuando una persona promueve violencia es porque le tiene un profundo temor a las ideas del otro.
Nuestra propuesta es clara, lo social no le pertenece a un partido o a un gobierno, lo social es de todos. Si tú estás en un gobierno en Venezuela, ¿cómo vas a pensar en un proyecto de gobierno que no vea el tema de la pobreza? ¿Qué le reconozco yo a este gobierno? Haberle dado la primera línea. Lo he dicho y no tengo esos complejos, pero no es suficiente reconocer el problema. Yo tengo una bandera como Gobernador y que aspiro a que sea una de nuestras grandes banderas en nuestra Presidencia, la educación. La educación permite que un país progrese, donde hay educación no hay distinción de clases.
¿Qué porcentaje de su presupuesto invierte en educación?
60% del presupuesto, quizás debo ser uno de los territorios que más invierte en educación en el mundo, porque creo que la educación es el escudo contra la pobreza, creo que en la medida que nosotros desarrollemos las capacidades de nuestro pueblo, el país se dispara hacia arriba. La educación reduce la violencia, acaba con la violencia. Ahí está, esto no es un discurso y ahí acaba la diferencia, yo no soy una persona de largos discursos, soy una persona de hablar menos y hacer las cosas, porque de discurso no se vive.
Usted ha dicho que se inspira en el modelo brasileño de Lula ¿eso significa que quiere proponer un socialismo democrático para Venezuela?
Yo no pongo etiquetas, ahí hay una gran diferencia, no porque no tenga una ideología. El gobierno trata de convertir esto en un conflicto ideológico. Vamos juntos a un barrio, a cualquier barrio de Venezuela y tú pregúntale ¿si es de izquierda o de derecha? O pregúntale al que está viviendo en una casa de cartón ¿si es capitalista o socialista?,  y te va a decir: mire como tengo yo mi vivienda, es de cartón, no tengo empleo, de mis hijos no estudia ninguno en la escuela, ¡Ayúdeme!
¿Cómo visualizo yo la superación de la pobreza? No dándote yo un recurso, simplemente. Con el programa “Hambre Cero” yo garantizo la alimentación un año, en paralelo voy mejorando las condiciones de tu vivienda. Tus hijos y la familia vamos al sistema de salud y después voy al tema más importante, tú puedes ser una persona productiva, déjame capacitarte para un empleo. ¿Sabes cuál es el grave problema? Que no hay empleo porque el gobierno confiscó, expropió las empresas, ahuyentó la inversión nacional, no hay inversión extranjera. Vivimos del petróleo hoy más que nunca, más del 70% de los alimentos que comemos los venezolanos vienen de otros países.
¿Eso implicaría desmontar el sistema de las Misiones de Chávez?
No está planteado eliminar ningún programa social, yo soy especialista en mejorar las cosas no en deteriorarlas ni en eliminarlas, sino en mejorarlas.
Una oferta de paz y progreso
¿Qué está en juego en esta elección? El chavismo dice que se trata de la continuidad de la revolución.
Para mi esto es pasado vs. futuro,  yo estoy del lado del futuro
El país está polarizado…
El país no está polarizado, el gobierno quiere la polarización. Porque cuando le preguntas a los venezolanos en las calles ¿usted quiere un país de progreso y paz? te dicen sí. El país tiene dos posiciones políticas, unos que quieren permanecer en el poder, defender a toda costa el ejercicio del poder y otros que creemos que nos podemos encontrar todos, que ya basta de confrontación y división. Entonces yo no voy a una batalla porque no creo en la batallas, la época de las batallas independentistas y las luchas armadas eso es parte de nuestra historia y le debemos a nuestros próceres la independencia. Hoy el mundo, en el que yo creo no son fusiles, son computadoras, son libros, son escuelas, son universidades.
Pero hay un segmento de la población venezolana mayoritariamente pobre que tiene una conexión emocional en su corazón con Chávez ¿Qué les ofrece usted?
Eso es legítimo porque la democracia es que tú puedas pensar como quieras, creer en quien quieras, no que te diga el gobierno como debes pensar, sino pensar por ti mismo. ¿Qué le ofrezco yo a los venezolanos? un país  donde todos nos encontremos y donde nadie se quede atrás, un país de progreso.
El modelo brasilero es un ejemplo. ¿Cómo logró Brasil en los últimos diez años reducir la pobreza y generar empleos de calidad?, ¿el gobierno se fue acabando con todo lo que tenía en frente? No, el gobierno entendió que debe tener un papel muy importante en el desarrollo del país, en la regulación que sea necesaria para permitirle al más pobre poder salir de esa situación de pobreza, pero también entendieron que el sector privado era necesario, que el esfuerzo privado tiene que ser un generador de oportunidades de progreso.
El ALBA y Nicaragua
El gobierno de Chávez ha desarrollado dos iniciativas de cooperación que han tenido mucho impacto en Centroamérica en el Caribe, una es Petrocaribe y otra es el ALBA que tiene un componente económico pero que también es fundamentalmente política. ¿Qué visión tiene Ud. Sobre esas políticas, que haría de llegar a la Presidencia?
Lo primero, yo lo he dicho es que yo no quiero ser líder del mundo, yo quiero ser líder de Venezuela. Esto no es un proyecto para yo llegar a otro país y ser el ídolo de otro país, porque el petróleo para mí tiene que ser la base, el motor para el desarrollo de los venezolanos. En el intercambio con otros países que podamos vender el petróleo y dentro de ese intercambio comercial los venezolanos podamos ganar económicamente, bienvenido sea.
¿Qué hay detrás del Petrocaribe?  ¿en cuanto se beneficia Venezuela de Petrocaribe? Busquemos relaciones equilibradas, porque al final el gobierno (de Chávez) todos estos acuerdos ¿qué es lo que busca? apoyo político para su proyecto. ¿Cuál es su proyecto?, ya todos lo sabemos. Yo quiero tener relaciones con Centroamérica con el Caribe, con toda nuestra América Latina que a los venezolanos nos deje algo, porque si no serían relaciones que es como si en Venezuela no tuviéramos problemas, no sobran los recursos. A mi me parece que aquí, el gobierno (de Chávez) tiene su agenda política, porque hay una persona que quiere ser líder de mundo, regala casas en otros países cuando aquí hay personas que no solo están esperando la casa, sino que están en refugios porque perdieron la casa.
¿Esa cooperación que actualmente existe, se suprimiría o se modificaría?
Hay que ser  muy cuidadoso en decir, yo voy a quitar esto, yo voy a quitar aquello. Esa es la propaganda oficial. La propaganda que el gobierno vende para generar incomodidades en términos de una relación futura con otros países en nuestra América Latina, por las relaciones que pueda haber entre jefes de estado. Yo pongo a un lado la amistad que pueda tener con jefes de estado, a las relaciones entre pueblos y entre países, que son relaciones que trascienden la relación de un momento entre dos jefes de estado.
En el caso de Nicaragua la cooperación venezolana ha sido muy generosa y cuantiosa, pero ha sido privatizada por el gobierno de Ortega, se maneja discrecionalmente fuera del presupuesto
Sí, estamos informados de eso. Pero ¿qué es lo que hay detrás de eso? Apoyo a proyectos políticos. Porque aquí hay un proyecto político de tratar de ser líder del mundo, ego, vanidad, ansias de poder. No es mi caso, yo quiero tener la mejor relación con todos los países de América Latina, creo profundamente en la integración de nuestros países, que las relaciones sean de tú a tú, que nos beneficien para que sea una buena relación binacional.
¿Una relación de estado a estado?
No creando paralelismo para apoyar proyectos en otros países, porque, repito, aquí hay una persona que quiere ser líder del mundo, yo no quiero ser líder del mundo, yo quiero ser líder Venezuela.
La cooperación ha generado una deuda de Nicaragua con Venezuela, y hay una polémica sobre si es una deuda pública una deuda privada
Aquí no tenemos los detalles. Quienes no estamos en el gobierno central no tenemos los detalles, porque es una información poco transparente. No se conocen los detalles de muchos acuerdos, muchos intercambios, que no pasan por la Asamblea Nacional.
La sombra de la violencia
¿Es confiable el sistema electoral venezolano, existen reglas del juego para una elección verdaderamente, libre, transparente?
Sin duda alguna es una lucha desigual en términos de manejo de recursos, árbitro electoral, de ponerle límites a quien está en el gobierno central en términos del uso de los recursos del estado para un proyecto político. Yo siempre les digo a las personas cuando me hacen esa pregunta: el proceso electoral depende de que usted cuide su voto, nosotros tenemos mesas de votación donde no hemos tenido ni un voto, cuando vamos averiguar que pasó ahí, no tenía ni un miembro de mesa, ni un testigo, no hay nadie que supervisara el proceso. ¿Qué hacen entonces? agarran el cuaderno de votación, ¿cuántos electores aquí hay? 500, dale a la maquinita. 500 a 0.
Nos estamos preparando a siete meses del proceso electoral (para) que ningún centro de votación del país, no tenga un comando de campaña. Esa es la garantía del proceso, más exigirle al Consejo Nacional Electoral el cumplimiento de todas las condiciones de un proceso de auditoría confiable, de ver las actas, las papeletas, todo. Esperemos que el gobierno no trate de generar un muro en la observación internacional del proceso.
¿Pero  no se ha invitado hasta ahora a la observación internacional?
Se está pidiendo, se está haciendo toda la gestión para que empiece. Todavía no tenemos el cronograma oficial pero sí se va a pedir la observación internacional. Y creo que el gobierno va estar en una encrucijada, negar la posibilidad que venga la observación internacional a un proceso tan importante como este, levantaría mucha suspicacia. A nadie le debería interesar un proceso que genere dudas, y me refiero a los países de nuestra América Latina, porque yo si confío en la observación de otros países de América latina donde hay claramente una visión de lo que es la separación de poderes, las instituciones y la democracia.
¿Los ataques y la violencia que se desató la semana pasada contra usted y su campaña es un augurio que será esta una campaña electoral violenta?
El gobierno dice que somos tres gatos, ¿si somos tres gatos, por qué les preocupa tanto? ¿qué buscan con eso? Intimidar. Es un hecho sumamente grave. Yo estuve alrededor de una hora sometido durante el trayecto a tiros al aire, ¿pero qué pasa si alguien de repente deja de disparar al aire y dispara? ¿qué tendríamos? una desgracia ¿para qué? quieren intimidar, generar caos, hacer sentir que un cambio en el país va a traer caos. Caos es lo que tenemos en este momento en Venezuela, el año pasado hubo más de cinco mil protestas en el país. ¿Sabes por qué el clima hoy, hay cierta calma en la calle a pesar de las protestas que se escenifican todos los días? Porque hay elecciones, los venezolanos estamos esperando las elecciones.
¿El presidente Chávez aceptaría una derrota en las urnas?
No tengo ninguna duda, eso no es un capricho, si pierde perdió, ahí no lo salva nadie.
¿Y usted por qué quiere ser presidente de Venezuela?
Porque quiero que Venezuela progrese, quiero que los venezolanos progresen, quiero ver a nuestro país progresar, y si Dios me puso aquí, asumo la responsabilidad.
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Capriles y  el resurgimiento de la oposición
El abogado tributarista Henrique Capriles Radonsky, proveniente de una familia con raíces empresariales y de inmigrantes polacos judíos, empezó su carrera política a los 25 años, cuando fue electo diputado al congreso en 1998. Un año después fue nombrado por consenso presidente de la Cámara de Diputados, y se convirtió en el último y el más joven vicepresidente del Congreso Bicameral, antes de que éste fuera sustituido por una Asamblea Constituyente. A partir del año 2000, Capriles fue electo durante dos períodos consecutivos como alcalde de Baruta, una región del distrito metropolitano de Caracas. Estaba en el ejercicio de su cargo como alcalde, en el 2002, cuando fue encarcelado por cuatro meses a raíz de los incidentes que se produjeron en la embajada de Cuba durante el golpe de Estado contra Chávez. Lo acusaron de instigar actos de violencia contra la sede diplomática y luego fue absuelto de cargos.
En el 2008, Capriles fue electo Gobernador del estado de Miranda, derrotando a Diosdado cabello, una de las figuras más prominentes del chavismo. Y desde la gubernatura de Miranda, ha impulsado una gestión de gobierno con énfasis en los programas sociales y en la inversión en educación.  “Populista democrático” para unos, “disfraz camaleónico” para otros, lo cierto es que el estilo desenfadado y directo de Capriles y su facilidad para conectar con la gente más pobre, se convirtió en una novedad política en la oposición y motivo de alarma para el chavismo. Corredor aficionado de maratón, Capriles se mueve con la misma naturalidad en una motocicleta en las calles de Caracas que en un avión ejecutivo. “Ha logrado entrar en barrios que antes estaban vedados para la oposición”, me explica un periodista que ha observado su carrera con escepticismo, y no deja de señalar que, por su origen social, “Capriles siempre será vulnerable a los ataques del chavismo”.
Detrás de Capriles, hay una incipiente maquinaria política y un eficiente staff que se ha nutrido de los consejos de afamados consultores políticos brasileños, aunque sus asesores insisten en que toda la estrategia es “hecha en casa”..
Paradójicamente, el resurgimiento de la oposición venezolana empezó hace seis años con una derrota electoral, cuando por primera vez concurrieron a las urnas bajo una  candidatura unitaria. “Ese fue el punto de partida”, sostiene Alfredo Briquet, jefe de campana de Capriles, refiriéndose al acuerdo que promovieron en el 2006 Teodoro Petkoff (director del periódico Tal Cual) Julio Borges (partido Primero Justicia) y Manuel Rosales (partido Un Nuevo Tiempo, entonces gobernador del estado de Zulia), para apoyar a un candidato unitario. El escogido fue Manuel Rosales y obtuvo el 36.9% de los votos frente al 62% de Chávez.
Pero a partir de ese momento se rompió el ciclo golpista y abstencionista de la oposición. El No de la oposición derrotó a Chávez en el referéndum constitucional del 2007 y se desató un proceso que desembocó en la formación de una alianza en torno a la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que reúne a 17 partidos y organizaciones políticas, incluidas varias que han defeccionado del chavismo. En las elecciones legislativas del 2010, los candidatos de la MUD, por primera vez lograron superar en votos al chavismo, aunque obtuvieron menos diputados.
Ahora Capriles Radonsky es el candidato de la Mesa de Unidad Democrática, en unas elecciones en las que el presidente Chávez, aquejado por la enfermedad, busca la reelección por tercera ocasión.

sábado, 30 de enero de 2010

Una decisión de principios

A lo largo de esta última semana, hemos recibido una verdadera avalancha de opiniones en este gran debate público que se ha desatado, sobre el dilema que enfrentamos los periodistas de Esta Semana y Esta Noche. Agradecemos su solidaridad y respetamos todas las opiniones. Unos dicen que nos quedemos en Canal 8 hasta que nos corran, para poner a prueba la tolerancia del régimen. Otros opinan que nos vayamos, para no caer en el juego de una especie de pacto mediático con Ortega.

Después de meditar hondamente sobre todas las opciones, hemos tomado una decisión: esta será la última edición de Esta Semana en Canal 8, y me corresponde explicar nuestras razones ante ustedes. Se trata de una decisión basada en principios, no en conveniencias. No tenemos nada que ganar al irnos de Canal 8, ni siquiera existe en este momento otro canal que esté dispuesto a transmitir este programa; pero al quedarnos, habría mucho que perder en el plano de la congruencia y la coherencia ética que ha guiado mi vida como periodista.

Empecemos por analizar lo que hay detrás de la compraventa de Telenica Canal 8. Desde que se confirmó la venta de este canal, amplios sectores de la opinión pública han demandando que se esclarezca quienes son los compradores y el origen de los fondos. Siendo éste un medio de comunicación, se trata de un tema de legítimo interés público. ¿Que razones podrían existir para ocultar una transacción de esta naturaleza?

Hasta hoy, ninguna persona o entidad jurídica, ha dado la cara diciendo: “yo soy el nuevo dueño de Canal 8”. Tampoco conocemos alguna certificación legal que diga: “esta es la entidad que adquirió las acciones de este canal, que asumirá responsabilidades de aquí en adelante”. Y para nosotros resulta material y jurídicamente imposible dilucidar algo sano con sujetos inexistentes, escondidos a la sombra de la noche.

El anterior dueño, Carlos Briceno, con quien suscribí un contrato para producir Esta Semana y Esta Noche, pagando como canon un porcentaje de los anuncios, ha dicho que no está obligado a revelar a quién le vendió el canal, y que además el contrato lo obliga a mantener el anonimato. Después de varias comunicaciones infructuosas, el viernes pasado le envié una carta formal, recordándole que al modificarse la naturaleza de Telenica como canal televisivo autónomo e independiente, —porque ahora esta asociado a intereses políticos partidarios y gubernamentales— se ha alterado bruscamente la naturaleza del interlocutor con el que yo suscribí esos contratos. Y por lo tanto, como resultado de ese acto se ha practicado una disolución unilateral del contrato de su parte. Por eso, lo invité a que establezcamos un mecanismo de arbitraje amistoso basado en la equidad, que resuelva con transparencia las consecuencias de esta ruptura de facto del contrato de su parte. Pero hasta ahora no ha habido ninguna respuesta.

Lo que sí sabemos con certeza, gracias a fuentes fidedignas que estuvieron vinculadas a la negociación, y a investigaciones periodísticas en diversos medios, son tres verdades indisputables:

Primero, que esta transacción millonaria por 10 millones de dólares, o sea más de 200 millones de córdobas, fue financiada con los fondos originados en la cooperación venezolana, que supuestamente están destinados para combatir la pobreza y ayudar a los más necesitados. Está comprobado que los fondos salieron de las arcas de Albanisa, una empresa que se maneja de forma discrecional para financiar los negocios del presidente y la familia presidencial.

Segundo, que el ente regulador Telcor, o sea el encargado de regular la telecomunicaciones y la administración del espectro radioeléctricas, participó en esta negociación no como un árbitro para velar por los intereses del público, sino mas bien representando a una de las partes, al comprador. Esto evidencia la grave confusión Estado-partido-familia, en que se ha degradado Nicaragua. En cualquier sociedad democrática donde prevalece el Estado de Derecho, estos indicios serían motivo suficiente para que se investigue al Director de Telcor por presunta violación a la ley, pero aquí estos funcionarios actúan protegidos bajo total impunidad.

Tercero, el único que aparece indirectamente dando la cara por esta operación es la Secretaría del FSLN, donde se concentra el poder del gobernante. ¿Quién es entonces el nuevo dueño del Canal 8, la Secretaria del FSLN, Ortega, su grupo económico familiar, o todos a la vez? En cualquier caso, se trata del grupo más poderoso del país, que siempre juega con los dados cargados a su favor, porque bajo el clima de inseguridad jurídica que impera en la situación de las frecuencias radioeléctricas, sólo los protegidos del gobierno pueden comprar así un canal de televisión. Y la misma historia se repite en el otorgamiento de licencias para el desarrollo de la energía, el turismo o el comercio exterior, mientras los empresarios se acomodan a buscar la protección y el favor del grupo de Ortega, al mejor estilo del somocismo.

Basta constatar estas tres evidencias, para que un periodista que ha criticado frontalmente la privatización de la cooperación venezolana y su desviación para financiar los negocios privados del gobernante, se sienta moralmente inhibido de desarrollar una relación con los compradores de Canal 8. Porque seguirla manteniendo, más aún bajo este clima de total oscuridad, equivaldría a que me convierta indirectamente en una especie de apañador y socio de Ortega.

En un país cuya fibra moral esta carcomida por los pactos y por el interés desmedido del dinero y la corrupción, yo no me voy a prestar a que se me señale como cómplice del señor Ortega.

Cuando me inventaron una investigación calumniosa por lavado de dinero y me amenazaron con la prisión, dije que prefería ir a la cárcel, pero que nunca aceptaría ser un rehén de la política de chantaje. Hoy ratifico ante la sociedad nicaragüense que no deseo ser socio o colaborador del señor Ortega, directa o indirectamente, ni en sus negocios económicos, ni en sus negocios políticos que buscan ayudarle a limpiar su imagen autoritaria.

Y no tengo absolutamente nada personal, contra Ortega o su familia. Lo que cuestiono, como periodista crítico y como ciudadano, es su régimen basado en el abuso de poder, las violaciones a la ley, el enriquecimiento familiar a costa de los fondos del pueblo, el chantaje permanente, y la amenaza de la violencia. Ese sistema de intimidación que tiene atemorizada a una gran parte de la sociedad, y que presupone que en Nicaragua todo mundo tiene un precio, los empresarios, los magistrados, los diputados, y hasta los periodistas.

Pero además, lo que se ha comprado aquí es un medio de comunicación, no una panadería. Un canal de televisión, por muy privado que sea, tiene obligaciones y compromisos con el Estado y con la opinión publica. Y por lo tanto, estamos obligados a pedirle cuentas a Ortega sobre su récord en materia de libertad de expresión durante estos tres anos como gobernante. Y ahí están los resultados a la vista:

— Secretismo en el manejo de la información pública y la violación sistemática a la Ley de Acceso a la Información Pública.

— Agresiones verbales y físicas contra los periodistas independientes.

— El chantaje y la manipulación con la publicidad estatal.

— El condicionamiento de las licencias de radio y televisión que se les venció el plazo.

— Las presiones económicas a los periódicos utilizando el sistema tributario y de aduanas.

—La promoción de juicios por injurias y calumnias contra periodistas.

Ese es el expediente que intentarán limpiar con la compra de canal 8. A nadie interesa más que me quede en este canal, que al propio Ortega. La continuidad de los programas Esta Semana y Esta Noche, convalidaría su historial de abusos cometidos contra la libertad de expresión durante su mandato. Peor aún, quieren convertirnos en cómplices de su política agresiva contra otros medios y periodistas, puesto que mi permanencia en este canal expresaría unos niveles de tolerancia que el régimen nunca ha tenido ni tendrá hacia el conjunto de la prensa independiente del país.

Pero los periodistas que producimos Esta Semana y Esta Noche, formamos parte de un amplio conglomerado de la prensa independiente y la sociedad civil, que todos los días se está jugando su credibilidad bajo el acoso de la política de Ortega. Con ellos compartimos un compromiso democrático común, asumiendo todos los riesgos que eso implica. Por ello, aunque respetamos la decisión de los colegas que hoy continúan laborando en Canal 8, nuestra decisión basada en principios apunta a ser consecuentes y solidarios ante el hostigamiento que enfrentan otros colegas, que siguen sometidos al cerco oficial.

Algunas personas alegan que al orteguismo debería otorgársele el beneficio de la duda, pese a que no hemos visto ninguna rectificación de su política agresiva contra la prensa. Por el contrario, los que aparecen ahora al frente de este canal haciendo ofertas de tolerancia, son los mismos que dirigen los medios oficiales, y que de forma calumniosa nos acusaron de criminales y narcotraficantes, cuando en este programa se destapó el caso de corrupción de Tola en el 2007. A partir de ese momento, el régimen dilapido la poca credibilidad que le otorgó la luna de miel post electoral, e inició las campañas negras de difamación contra periodistas, medios y organizaciones de la sociedad civil, que se convirtieron en una práctica sistemática.

En consecuencia, pecan de cinismo y no abonan ninguna credibilidad cuando ofrecen libertad de expresión en el canal 8 como si fuera una dádiva, mientras al mismo tiempo se mantiene una amenaza creciente contra los demás canales de televisión, y las radioemisoras, para que cierren los espacios de periodismo crítico. Por eso no aceptamos que se pretenda establecer como medida de la tolerancia de Ortega ante la libertad de expresión, la permanencia o no de este programa en su nuevo canal de televisión.

La verdadera prueba que debe pasar Ortega radica en establecer un régimen de libertades democráticas plenas:

Que cesen las amenazas de violencia contra los ciudadanos, cuando estos se quieren manifestar y expresar en las calles.

Que el gobierno le quite la pistola de sien a los canales de televisión y las radioemisoras.

Que Telcor actúe como una entidad imparcial y profesional, y no como una sucursal para favorecer los negocios del orteguismo.

Que cese el hostigamiento contra los periódicos, y que se acabe de una vez el bloqueo oficial contra el periodismo independiente.

¿Puede el gobierno de Ortega pasar esta prueba? Ese es el reto que le lanzamos hoy.

Muchas personas me preguntan si existen opciones para que Esta Semana y Esta Noche se transmitan en otros canales televisivos, manteniendo su independencia editorial. Lamentablemente, en este momento no existe un acuerdo con otro canal, y por lo tanto no puedo asegurar si estos programas reaparecerán en los próximos días. Esperamos que se abran esas puertas y confío que encontraremos alternativas en un futuro próximo.

Mientras tanto, tengo una fe profunda de que Nicaragua cambiará de forma irreversible, cuando todos empecemos a adoptar decisiones fundadas en principios éticos.

La decisión que hemos anunciado hoy se inspira en ese espíritu de cambio.

No puedo traicionar el legado de coherencia ética de mi padre, ni los valores que heredé de mi padre y de mi madre, que son los mismos que comparto con mi esposa y mis hijos, y estoy seguro que también inspiran a miles de nicaragüenses que están comprometidos en lograr un verdadero cambio democrático en este país.

(Confidencial/Nicargua)

miércoles, 28 de octubre de 2009

Se necesitan gestos dramáticos

El golpe contra la Constitución orquestado por la ambición continuista de Daniel Ortega es un acto típicamente conspirativo que se produce a espaldas del pueblo. Si Ortega quería reformar la Constitución para reelegirse, ¿entonces por qué no le consultó a nadie?. Si aquí el que manda es el “pueblo presidente”, como dice la propaganda oficial, Ortega debió haber convocado a una consulta, un referéndum popular para escuchar si el pueblo quiere o no la reelección.

Pero lo que ocurrió el lunes pasado pone al descubierto toda la demagogia oficial. No solamente no le consultan al pueblo, sino que tampoco le consultaron a los diputados, que son los únicos facultados para reformar la Constitución. A pesar del pacto y la política prebendaria del gobierno, Ortega no pudo conseguir los 56 votos para que le aprobaran la reelección, entonces recurrió a un acto de fuerza descarnada para imponer el continuismo. Primero fue el fraude electoral. Ahora una minoría actuando contra la voluntad de la mayoría del país impone la reelección, haciendo retroceder a Nicaragua a la época de la dictadura somocista, con todas las consecuencias que esto implica en materia de inestabilidad política.

Lo que ocurra de ahora en adelante es responsabilidad exclusiva de la ambición de Daniel Ortega y de una pequeña élite de altos funcionarios serviles e inescrupulosos que le rodean, porque incluso dentro de las propias filas del FSLN, existen amplios sectores que no están de acuerdo en que se imponga la reelección a la fuerza, violando la legalidad del país, porque a la larga saben que están sepultando la legitimidad futura del FSLN.

El problema es que llegamos a este punto, no solamente por la ambición desmedida de Ortega, sino por la inexistencia de una verdadera oposición para frenar ese proyecto autoritario. Ahora los partidos políticos prometen impulsar una estrategia opositora para reagrupar una mayoría parlamentaria, pero la verdad es que están pasando por el momento más bajo de su credibilidad. Todo mundo recuerda hace dos años, cuando surgió el autollamado “bloque contra la dictadura” en la Asamblea Nacional, que nunca llegó a ser un bloque, porque se mantuvieron vigentes los arreglos entre el PLC y el FSLN. Después se impuso el fraude electoral, y la oposición no supo defender los votos populares en las calles. Logró paralizar la Asamblea, pero nuevamente Ortega se salió con la suya canjeando el sobreseimiento judicial de Arnoldo Alemán, a cambio del control de la Directiva de la Asamblea Nacional, con el apoyo del PLC y la connivencia de ALN.

Por eso cuando el PLC se rasga las vestiduras, vociferando contra “la dictadura”, la gente no les cree porque saben que hay demasiada complicidad e intereses en juego por cargos y prebendas. De manera que si el PLC quiere recuperar la credibilidad perdida, tiene que hacer gestos dramáticos para ganarse la confianza popular. ¿Por qué no renuncian de una vez todos los magistrados del PLC que están pintados en la pared en los poderes del estado? ¿Por qué no se suma el PLC a la iniciativa de otros partidos para que los nuevos magistrados sean electos de una lista de propuestas presentadas por la sociedad civil, en vez de persistir en la repartición de esos cargos con el FSLN? ¿Por qué no renuncian a las “negociaciones en combo” con el FSLN?

El propio Arnoldo Alemán, que es cómplice y corresponsable por el desmesurado poder que exhibe Ortega en los poderes del estado, debió haber reconocido su fracaso retirándose de la escena pública. Con un acto de desprendimiento democrático para dar lugar a otros liderazgos en su partido, Alemán pudo haber relanzado las credenciales del PLC. Pero, evidentemente, se mantiene aferrado a su proyecto bicaudillista con Ortega al otro lado del espejo. Aunque se insulten en público, Ortega y Alemán continúan necesitándose mutuamente, y esta relación perversa seguirá gravitando hasta el último minuto contra la efectividad de una eventual unidad opositora.

En cualquier caso, si la oposición se construye a partir de la unidad en la acción, los diputados PLC-PLI-MRS-ALN-Independientes, tienen la primera oportunidad de demostrar su nueva mayoría este martes, estableciendo una agenda democrática y destituyendo al presidente de la Asamblea Nacional.

El otro problema que debe resolver con urgencia la oposición es su incapacidad para vincular la crisis política institucional con los problemas económicos y sociales que afectan gravemente a la población. A la gente le preocupa la reelección de Ortega, porque representa la perpetuación de su frustración a mediano plazo; pero antes de lo que pueda ocurrir en el 2012, a lo inmediato le preocupa la falta de empleo, la pobreza, y la nueva carga de impuestos que podría provocar el cierre de centenares de pequeñas y medianas empresas. La oposición, o mejor dicho el proyecto opositor, carece de una plataforma que le permita convocar a la gran mayoría agraviada por el fracaso socioeconómico de este gobierno, entre los cuales se encuentra un amplio sector de simpatizantes sandinistas.

Si Ortega representa la vuelta al pasado, la oposición aún está lejos de representar el camino hacia el futuro. El “Todos contra Ortega” de la campaña electoral municipal, es condición necesaria pero no suficiente para unir a toda la oposición, porque las grandes mayorías, los jóvenes, los movimientos sociales, quieren formar parte de un proyecto propositivo que les ofrezca esperanza. Buscan un liderazgo que no sólo garantice salir del autoritarismo que representa Ortega, sino que además ofrezca respuestas ante los grandes problemas nacionales de la inequidad, la corrupción, y la falta de oportunidades.

El Golpe a la Constitución tiene la virtud de que ha puesto las cartas sobre la mesa para la oposición, para el sector privado y sobre todo para la población. De ahora en adelante, nadie puede alegar que no se dio cuenta o que no fue advertido del proyecto dictatorial que se cierne sobre Nicaragua. Los grandes empresarios que mantienen la inveterada costumbre de resolver sus diferencias con un telefonazo a Ortega, han sido colocados ante una disyuntiva. O actúan como cómplices del orteguismo, o se definen de manera inequívoca por la democracia. Lo primero implica aceptar el cambio arbitrario en las reglas del juego de parte de un grupo mafioso, aunque éste perjudique el clima de negocios en el país; lo segundo implica tomar el riesgo de confrontar el autoritarismo hoy, aún a costa de que se genere más inestabilidad temporal, a fin de garantizar un clima democrático para que el país tenga un desarrollo económico y social sostenible a mediano plazo.

¿Cómo salir de este laberinto? El primer instinto de nuestra tradición política “opositora” es buscar las soluciones afuera. Se invoca la presión externa de las capitales extranjeras, antes que organizar la presión nacional. Se convoca a la guerra de comunicados, antes que a la protesta organizada del comerciante del mercado, de los desempleados de los barrios, de los jóvenes en las universidades, o los pequeños productores del campo y la ciudad. Pero esta crisis no la van a resolver la OEA, la Unión Europea, o la Administración Obama. Solamente los nicaragüenses tenemos el poder y la fuerza para impedir la instauración de una nueva dictadura. Pero para movilizar a la ciudadanía en las calles también se necesitan gestos dramáticos de parte del liderazgo político y social, que se ha mantenido al margen del pacto. La gente reclama a gritos una demostración fehaciente de que sí están dispuestos a asumir riesgos para enfrentar el autoritarismo y la represión, con la misma valentía con que se escribió la historia que terminó con el somocismo.

(Confidencial, Nicaragua. El autor es hijo de Pedro Joaquín Chamorro, el director de La Prensa asesinado por los somicistas, y de Violeta de Chamorro, ex-presidenta de Nicaragua. Carlos Fernando fue director del peródico sandinista 'Barricada', y es hoy uno de los más prominentes opositores a l gobierno de Daniel Ortega.)

sábado, 13 de junio de 2009

Nuestra responsabilidad como periodistas

Me siento muy honrado al recibir este IV premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, que otorga Casa América Cataluña, en primer lugar, por el prestigio y la trayectoria de esta institución centenaria que tanto ha aportado a las relaciones con Iberoamérica. Me enorgullece ser el continuador de una hermosa tradición, que ustedes instauraron al otorgar antes este premio a destacadas figuras del periodismo latinoamericano, y entiendo este reconocimiento como un gesto de respaldo a la lucha que se está librando en Nicaragua, para que prevalezcan la libertad de expresión y la democracia, que se encuentran bajo el asedio de un poder autoritario.




Lo recibo en nombre de mis compañeros del equipo de Esta Semana, Esta Noche y Confidencial, y del equipo de Cinco, que me acompañan en mi labor profesional, y en nombre de todos mis colegas periodistas en Nicaragua, que practican la búsqueda de la verdad y la promoción de la transparencia pública, como parte inseparable de su compromiso democrático.

Y por supuesto, este premio también pertenece a los ciudadanos de mi país, personas de todos los colores políticos y condiciones sociales, que han respaldado nuestra labor profesional, porque en última instancia ellos son los depositarios del derecho a la libertad de expresión. Agradezco infinitamente a esas fuentes anónimas que cuando el gobierno de Ortega nos acusaba de lavado de dinero, confiaron en nuestra integridad profesional y nos brindaron documentos y pruebas de la corrupción pública, para que como periodistas pudiéramos defendernos y representar los intereses de los ciudadanos. En esa relación de confianza entre periodistas y ciudadanos reside la fortaleza de los medios de comunicación democráticos en una sociedad. Y eso es lo que explica que a pesar del poder de la maquinaria oficial, en Nicaragua los periodistas y los medios de comunicación estamos derrotando la estrategia de secretismo estatal.

Quiero compartir este premio especialmente con mi mujer, Desirée, que me acompaña esta noche, quien en los momentos más difíciles, bajo la persecución oficial y las campañas de calumnias lanzadas desde el poder, ha sido mi principal soporte moral e intelectual. Esta noche ella y yo tenemos otra razón adicional para compartir nuestra alegría con ustedes: hace unas horas, en Managua, nació nuestra segunda nieta que se llamará Andrea Felicidad.

Ciertamente, Nicaragua no representa el peor caso de agresión contra la prensa independiente en América Latina. Otros países como México, y Colombia, nos aventajan en términos de víctimas y violencia física; en tanto, Cuba exhibe el peor expediente en materia de restricciones a la libertad. Por ello, nuestra solidaridad con los periodistas que trabajan en condiciones mucho más adversas a la nuestra.

Pienso también en colegas de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guatemala y otros países de la región, muchos de ellos con mayores méritos que mi persona, y espero que se sientan representados con la distinción que se hace a Nicaragua, porque más allá de las diferencias existentes en cada país, compartimos una disyuntiva común en América Latina. La pregunta crucial es si los necesarios procesos de cambio que se deben impulsar en la región se harán con libertad de prensa y democracia, o si se pretenden imponer a contrapelo de estos principios universales.

En mi país, por ejemplo, vivimos al borde de una dictadura institucional, donde un poder arbitrario se ejerce con total impunidad, porque no encuentra contrapesos en las instituciones democráticas. Un pacto entre dos caudillos permitió una repartición prebendaria del estado, de la justicia, y de las funciones de control sobre los bienes públicos. Incluso la democracia electoral, heredada por la revolución sandinista tras la derrota electoral del FSLN en 1990, ha sido ahora enterrada por el fraude electoral perpetrado por el gobierno de Ortega en las elecciones de noviembre pasado. Y es ante esta crisis de las instituciones públicas que el periodismo y las organizaciones de la sociedad civil, se convierten en la última reserva democrática de la sociedad, y en consecuencia, se convierten también en el blanco principal de los ataques del poder.

Vivimos tiempos dificiles, agravados por la crisis económica, en los se requiere una prensa más autocrítica, capaz de autorregularse, reconocer y corregir sus propios errores y abusos. Ante la tentación que a veces padecemos los periodistas de suplantar el rol de los partidos políticos y las instituciones en crisis, no me canso de recordar todos los días que los periodistas no somos jueces, ni detectives, ni policías, ni contralores.

Nuestra misión no es sustituir a las instituciones sino hacer que funcionen, y que rindan cuentas ante la sociedad.

Nuestra responsabilidad como periodistas, y eso es lo que modestamente hemos intentado hacer en estos años, es ensanchar los alcances de la rendición de cuentas, para vacunarnos como sociedad ante la tentación autoritaria. Porque sin plena libertad de expresión y sin democracia, no se puede luchar de forma efectiva contra la pobreza y la desigualdad social.

Quiero concluir este agradecimiento con unas palabras de mi padre, Pedro Joaquín Chamorro, que pronunció en 1975 en Guatemala cuando la Asociación de Periodistas de Guatemala le otorgó un premio centroamericano a la libertad de prensa. En esa ocasión el dijo lo siguiente:

“Sin libertad de prensa, no hay libertad de conciencia.
Sin libertad de prensa, no hay libertad de pensamiento.
Sin libertad de prensa, está disminuido incluso el derecho a la vida.
Sin libertad de prensa no hay libertad.”

“Pero la libertad en si misma, y ese el gran problema de todos los tiempos, no puede ser una simple ficción jurídica, un concepto semántico, sino que debe tener una existencia social concreta. Y de allí que necesite para existir de una activa militancia que ponga todo su esfuerzo y sus cinco sentidos en conquistarla diariamente.”

“Y eso es en definitiva lo que debemos ser los periodistas: militantes de la libertad de prensa e información, base fundamental como he dicho de todos los derechos de la persona humana. “

Tres años después, Pedro Joaquín Chamorro fue asesinado por la dictadura somocista por reclamar la democratización de Nicaragua. Ante el ejemplo de coherencia entre acción y pensamiento que representó su vida, sellada con el martirio, al recibir este IV Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, renovamos hoy nuestro compromiso con su memoria y su legado.

Muchas Gracias

(Confidencial, Managua. Palabras de agradecimiento al recibir en Barcelona el IV Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica otorgado por Casa América Cataluña el 5 de mayo 2009)

martes, 9 de septiembre de 2008

El fracaso de la campaña negra

La campaña oficial de intimidación contra cualquier opinión crítica a la presidencia de Daniel Ortega, está generando un verdadero c1ima de estupor en el país. La pregunta en las calles y hogares, es quién será la próxima víctima de esta estridente campaña de odio y difamación, que de forma grotesca se pretende justificar en nombre del amor con un lenguaje seudo religioso.

La buena noticia es que en medio de la indiferencia internacional que provoca la segunda presidencia de Ortega, esta tendencia a la regresión autoritaria ahora se proyecta con nitidez fuera de nuestras fronteras y está concitando una ola de solidaridad con Nicaragua.

La inusitada resonancia internacional de un gobierno que se encamina al fracaso, es el resultado de su propia cosecha. En sólo veinte meses de gobierno, Ortega ha cometido toda clase de atropellos y violaciones a la institucionalidad democrática. Pero ha sido la arbitraria condena judicial contra el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal, por un juicio del que fue absuelto hace tres años, lo que puso de nuevo a Nicaragua en el mapa mundial.

Otra vez ha quedado expuesta a la vista pública la degradación de un poder judicial que se instrumentaliza para lanzar un ataque político, con el sello inconfundible de la venganza de la pareja presidencial. Una represalia nacida de la ira ante la posición ética que ha sostenido el poeta Cardenal sobre lo que representa el liderazgo de Ortega, y sobre todo después de la acogida que le brindaron al poeta en Paraguay, coincidiendo con la frustrada visita de Ortega a ese país.

Como cualquier ciudadano, el Padre Cardenal no está por encima de la ley, pero se está rebelando ante la manipulación de un adefesio judicial que está por debajo de su propia dignidad como persona. Al preferir la cárcel antes que pagar una multa aceptando una sentencia espuria, Cardenal le está dando una lección a la clase política. Igual que la huelga de hambre de Dora María Téllez representó un despertar de la conciencia nacional, el desafío de Cardenal plantea la validez de la desobediencia civil como recurso de lucha, ante un régimen que todos los días pierde su legitimidad.

¿Cuántos tendrán el coraje de seguir su ejemplo?, es difícil saberlo. Por de pronto, la condena contra el poeta se ha revertido ya como un boomerang contra el régimen Ortega-Murillo. Porque Ernesto no sólo es el más grande de los poetas nacionales vivos y uno de los mejores del mundo, sino además un referente internacional de coherencia e integridad moral, como lo demuestra la solidaridad que le están brindando centenares de intelectuales y personalidades de todo el mundo, encabezadas por Eduardo Galeano, José Saramago, y el Obispo Casaldáliga.

Los ataques contra Cardenal han causado asombro en el extranjero. En Nicaragua lo vivimos como parte de una escalada en la embestida que desde hace varios meses dirige el orteguismo para someter al periodismo independiente y a la sociedad civil democrática.

Bajo esa ola represiva, el canal 2 de televisión cerró recientemente el programa “El 2 en la Nación”, que dirigía el comentarista político Jaime Arellano. Hay distintas versiones sobre los motivos detrás de la cancelación de este espacio, pero todo mundo sabe que fue el presidente Ortega, en persona, quien encabezó los ataques contra Arellano, que luego dieron lugar a una campaña negra en su contra en los medios oficiales. Así se decidió la defenestración de Arellano.

De manera que cualquier exceso que haya cometido Arellano en su labor crítica, se queda corto a la par de la virulencia del lenguaje de Ortega y los abusos y la difamación que todos los días promueven los medios oficiales. Al margen de las reservas que pudieran existir sobre el tono que utilizaba “El 2 en la Nación”, resulta lamentable el cierre de este foro democrático, más aún en un momento de intimidación contra los medios y destacadas figuras de la prensa independiente y la sociedad civil. Cuando más imperiosa resultaba la solidaridad, Canal 2 envió a la sociedad el mensaje equivocado.

Pero el acoso contra Jaime Arellano, tampoco representa un hecho aislado. Desde los medios oficiales, también se pretende difamar a Edgard Tijerino, el mejor cronista deportivo de la región, a quien el mismo presidente Ortega le otorgó el primero de marzo la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío. Si Tijerino es lo que dice la propaganda oficial, ¿entonces por qué lo condecoró Ortega? ¿O es que acaso el Presidente calculó que podía comprar la conciencia de Edgard Tijerino con una medalla, y ahora ordena atacarlo para silenciar sus críticas al régimen?

Y de forma más infame aún se ataca a la periodista, investigadora social, y dirigente feminista Sofía Montenegro, decretando como los fascistas: ¡muerte a la inteligencia! Pero a mayor bajeza y cobardía de la campaña oficial, se engrandecen los méritos ciudadanos de Sofía, y más contundente resulta la evidencia del fracaso de una pareja presidencial que carece de la ética más elemental y de argumentos para rebatir a sus críticos.

En la lista negra del régimen tampoco se ha salvado el humorista Luis Enrique Calderón, pues por encima de todas las cosas el poder le tiene terror a la ironía y a verse retratado en el espejo del ridículo, pero como bien lo ha dicho ya el propio Calderón, “el humor es más fuerte que el odio”.

Y el blanco más reciente ha sido el Centro de Investigaciones de la Comunicación (CINCO) y la ONG británica OXFAM, señalados en una temeraria acusación, al margen de toda legalidad, por “lavado de dinero”. Otra calumnia oficial que se convierte ipsofacto en una orden que se apresta a “investigar” el Ministerio de Gobernación. El objetivo final trasciende a CINCO: Ortega está dando el banderillazo de salida a una cacería contra todas las ONGs y los movimientos sociales, que mantienen su autonomía y espacios de participación ciudadana, frente a los impulsos autoritarios del régimen.
Y uno se pregunta, ¿cuáles son los límites de la intolerancia oficial? ¿o será que al haber perdido la pareja presidencial todo contacto con la realidad, no existe ningún límite?

No hay duda que la campaña negra seguirá enlodando a muchos más nicaragüenses honestos, y no exclusivamente opositores, sino también a funcionarios del gobierno, militantes y simpatizantes del FSLN, empresarios, productores, sacerdotes y religiosos, en tanto mantengan una actitud crítica e independiente frente al gobierno Ortega-Murillo.

Pareciera que el único propósito de esta campaña es “marcar” el territorio del orteguismo. Erigir un muro de contención, ante la creciente influencia que ejercen en la sociedad, intelectuales, artistas, periodistas, profesionales, y organizaciones de la sociedad civil, que gozan de alta credibilidad dentro y fuera del sandinismo. Pero al intentar descalificarlos, a fuerza del insulto y el terror, el gobierno Ortega-Murillo está cavando el foso de su propio descrédito. La podredumbre moral del régimen, es el mejor síntoma de su propio fracaso.

En medio de las amenazas y la incertidumbre con que transcurren estos días, tengo la certeza de que esta desesperada campaña de intimidación oficial, es un síntoma del dolor que acompaña a las contracciones previas al parto de lo nuevo. Nos anuncia el desgaste prematuro de un régimen autoritario, ante una sociedad civil democrática que desde hace rato empezó a perder el miedo.

No nos intimidaron antes, y no nos harán retroceder ahora en nuestro compromiso con la verdad, y con los principios democráticos y de justicia social, por los que miles de nicaragüenses entregaron su vida.
(El autor es periodista independiente nicaraguense. Fue director de Barricada, órgano oficial del FSLN.)