Estimados diputados:
Tengo que comenzar con una aclaración: Normalmente, a la gente que me
pide dedicar mis cartas a ciertos temas, les digo: No hago cartas ni
columnas por encargo. Este servicio se presta en el mercado central. Y
si son colegas columnistas, les digo: ¿Y por qué no lo escribes vos,
acaso no te atrevés? Pero en este caso, hago una excepción, porque el
colega que me lo pidió sólo escribe columnas muy serias, y este tema es
más de jodarria… o sea, ideal para mis cartas.
Bueno, lo que me pidió el colega es arremeter contra las barbaridades que ciertos funcionarios públicos cometen imponiéndonos sus malos gustos en forma de ornatos horripilantes, obras artísticas o monumentos cursis. Ya más o menos resignado ante los ataques de genialidad de nuestro “Albañil del Pueblo” Gerson Martínez, con su “bosque de cemento” en la Jerusalén, su “Michi Verde” en la Diego Holguín (perdón, Boulevard Monseñor Óscar Arnulfo Romero…), las “manotas” que nacen de la tierra en Merliot, y su obra maestra, el “Parque de Transparencia” dedicado al “Principito”, también en Merliot, lo que le rebalsó el vaso de paciencia al colega fue el monumental “Zipper de la Infidelidad Responsable” que mandó a poner Milagro Navas en Santa Elena, sacrificando para esto los árboles que adornaban la franja central del Boulevard Santa Elena.
La "Michi" de Gerson Martínez |
Las "Manotas" de Gerson |
El Monumento Masónico de Mila |
El "zipper" de Mila |
Ante
la insistencia y la visible indignación de mi amigo columnista, quien
como vecino es uno de los directo y diariamente afectados de esta ataque
a la estética, fui un día a Santa Elena para evaluar el daño. Me quedé
convencido que hay que hacer algo…
Por tanto, me dirijo a ustedes, honorables diputados, para solicitarles que por favor pasen un decreto especial que podría llamarse “Ley Doña Mila & el Albañil”. Y con urgencia, porque se acercan elecciones y estos dos funcionarios van a tratar de dejar su máxima huella en nuestras ciudades – y esto hay que evitar.
Por tanto, me dirijo a ustedes, honorables diputados, para solicitarles que por favor pasen un decreto especial que podría llamarse “Ley Doña Mila & el Albañil”. Y con urgencia, porque se acercan elecciones y estos dos funcionarios van a tratar de dejar su máxima huella en nuestras ciudades – y esto hay que evitar.
Siempre les critico a ustedes cuando hacen leyes enredados y contaminados de retórica. Por tanto les propongo una ley simple y precisa, de un solo artículo:
“Considerando que su mal gusto y su capricho de arrogarse facultades de artistas o urbanistas está creando una nueva forma de contaminación de nuestro medio ambiente, se prohíbe al ministro de Obras Públicas Gerson Martínez y a la alcaldesa del municipio de Antiguo Cuscatlán Milagro Navas la construcción de monumentos y de cualquier obras que ellos consideran ornato público. Cualquier violación de este decreto será sancionado con 6 meses de servicio comunitario.”
Sin más que agregar, me despido
de ustedes confiando que van a actuar para defendernos del mal gusto
impuesto por funcionarios públicos caprichosos. Saludos,
(MAS! y EL DIARIO DE HOY)