sábado, 7 de diciembre de 2013

Carta a mis amigos en Venezuela

Estimado amigos:
Mañana ustedes votan, supuestamente en unas elecciones no tan cruciales para renovar los gobiernos municipales, pero que se han convertido en un referéndum sobre pésimo gobierno de Nicolás Maduro.
Esta elecciones se han convertido en las más cruciales de su reciente historia no por una decisión de la oposición, sino por el colapso de la economía venezolana y del estado de derecho provocado por el gobierno más corrupto e incapaz del continente. Ustedes los ciudadanos están obligados a mandar un mensaje claro: este gobierno ya no tiene mayoría, y hay una nueva mayoría lista para asumir, lo más antes posible, la tarea de reconstruir Venezuela.

Les deseo, de toda corazón, éxito en estas elecciones. Lo deseo a mis amigos Iván Simonovis y Raul Baduel, quienes no podrán ejercer el voto porque están presos en la cárcel militar Ramo Verde. Deseo éxito a Bony Pertiñez, la bella y valiente mujer de Iván, que con su campaña por la libertad de su esposo ha eclipsado las campañas partidarias tocando el corazón de todo el país...

Deseo suerte a Carlos Ocariz, quien hizo y sigue haciendo el milagro de derrocar a los chavistas en los inmensos cerros de los pobres de Petare traicionados por la revolución que se hundió en corrupción; a los militares retirados y activos que me recibieron en una finca escondida para explicarme que dentro de la Fuerza Armada hay miles de soldados y oficiales que quieren defender la democracia; a los veteranos socialdemócratas que me recibieron en su casa en Mérida para contarme de décadas de luchas democráticas y sociales traicionadas por los militares rojos.

Deseo suerte a los dirigentes estudiantiles que en 2007 lograron cambiar el rumbo a la oposición venezolana y lograron derrotar a Chávez en su intento de aprobar la constitución socialista – y quienes hoy se postulan como alcaldes.

Deseo suerte a mi amigo Nelson, quien siempre ha defendido a Chávez, pero que hoy ve su negocio cerca de la bancarrota por culpa de las políticas de Maduro.

Deseo suerte a las chicas salseras que conocí en el la parte más pobre del Barlovento que vistiendo camisetas con la imagen de Chávez abrazaron al dirigente opositor  Henrique Capriles porque “este chamo es guapo y dice la verdad”...

Deseo suerte a Venezuela. 

Paolo Lüers
(Más!/EDH)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Carta al periodista Lafitte Fernández

Estimado colega:
Hemos llevado en facebook un interesante y controversial debate sobre periodismo. Más bien sobre el papel de los medios y periodistas frente al intento de un presidente de convertirse en investigador, acusador y fiscal contra sus adversarios políticos. Vos has asumido el papel de caja de resonancia del presidente, reproduciendo no sólo las acusaciones de Funes, sino también los documentos que te filtró para sustentarlas – y al mismo tiempo me criticás a mi de haber asumido la defensa de los acusados, tanto en el caso CEL, como en el caso de los cheques de Taiwán. Yo, en cambio, critico a los medios, como el tuyo (diario1.com), que se ponen a la disposición del poder gubernamental en su cruzada. Cruzada que para vos es combate a la corrupción, mientras que yo tengo la sospecha que es el intento de usar la justicia para fines electorales.
Para vos, es legítimo que un presidente se vuelva acusador, incluso filtrando supuestas pruebas. Para mi, quien tengo desconfianza profesional a los gobiernos, es un abuso de poder: El presidente debería entregar lo que considera pruebas al fiscal y dejar que las instituciones de justicia trabajen.

Vos criticás que me estoy inventando una nueva doctrina profesional: desde el periodismo callar las denuncias que hace un gobernante. Pero, estimado colega, aquí nadie está inventando nuevas doctrinas de periodismo. Por lo menos, yo no. Estoy defendiendo una muy vieja: No permitir que los políticos y gobiernos nos instrumentalicen. Tampoco bajo el manto de causas supuestamente nobles, como el combate a la corrupción.

Mi instinto me dice: Si un gobernante me filtra documentos que supuestamente comprueban corrupción de sus adversarios, lo más probable es que quiera esconder sus propios pecados...

Yo no digo que como periodistas nunca podemos recibir y procesar acusaciones cuando provienen del centro del poder (presidencia, inteligencia del estado, policía...) - pero hay que usarlas para iniciar una investigación, no para servir de caja de resonancia de la parte interesada o acusadora.

Vos lo que hiciste en diario1.com es precisamente esto. El presidente Funes sale en TV mostrando algunos documentos, y el día siguiente estos mismos salen reproducidos en tu medio. Sin cuestionamiento, sin información adicional, sin otras fuentes. De esta forma tu medio se convierte en instrumento de la presidencia de la República.

Lamentablemente es algo común este pecado de tomar las filtraciones de fuentes oficiales como verdad, en vez de investigar incluso las intenciones de estas mismas fuentes. Puede ser que el verdadero caso no sea el que la fuente nos quiere vender, sino algo que quiere esconder. Por esto, por más que Funes me habla del “caso CEL-ENEL”, sospecho que más bien hay que investigar un “caso CEL-INE”, que involucra a Saca y Funes, más sus respectivos funcionarios en CEL, GEO e INE.

La diferencia, Lafitte, al final se reduce al grado de confianza y cercanía que tenemos en el gobierno de turno. Yo pienso que a los periodistas nos conviene tener muy poco de ambas. Sea quien sea quien gobierne.

Saludos, Paolo Lüers

(Este debate se desarrolló en facebook, tú lo retomaste en tu medio diario1.com, y yo lo documenté completo en mi blog siguientepagina.blogspot.com.) 
(Más!/EDH)

martes, 3 de diciembre de 2013

Tercera y última parte del diálogo sobre periodismo

Esta es la tercerea parte del diálogo sobre periodismo entre Lafitte Fernández y Paolo Lüers. Y la última que vamos a documentar aquí en SiguientePagina. Para avanzar, este diálogo tendría que cambiar de formato, tal vez en un foro público o un debate radial o televisivo. Aquí los links para leer las dos primeras partes: primera parte; segunda parte.

Lafitte Fernández: Paolo, te estás quebrando los dientes en la acera de tu casa. Puse el caso de la señora Merkel no por el procedimiento que se sigue en Alemania.

Lo escribí porque, y eso no podrás negarlo jamás, si ella hubiese hecho la denuncia, todos los medios alemanes le darían la portada para al menos dos efectos: 1) o para hundirla, como dices tú 2) para ensalzarla.

No podrás negar que una denuncia que haga un gobernante alemán, sobre todo en temas de corrupción, alzaría vuelo, para bien o para mal. No la callarían los periodistas. Mucho menos silenciarían los hechos denunciados. Tampoco les darían la madera a los acusados y callaría la denuncia.

Ese tema, mi querido Paolo, es una batalla perdida para quienes quieran justificar esa nueva doctrina periodística de la defensa que se quiere aplicar en el país. ¿O crees que me convencerás que si la señora Merkel hace la denuncia, todos callarán y los periodistas le dirán: no publico nada porque usted no siguió los caminos correctos? Ese cuento, mi amigo Paolo, échatelo en otro lado.

Si aplicamos la doctrina periodística que defiendes, ningún gobernante en ningún país del mundo, puede denunciar a nadie públicamente. Debe callarse y, en el mayor de los silencios, entregarle todo al fiscal. Así los ciudadanos nadan en el silencio administrativo más absoluto. ¡Linda democracia sería la que funcione de acuerdo con tus procedimientos y principios, amigo!

Aquí hay una cosa clara, Paolo: o se pelea por tener cada vez más voces públicas, vengan de donde vengan, o se lucha por los silencios. Y, si te entiendo bien, estás de lado del silencio.

El presidente no debe denunciar nada. Todos debemos callarnos para que el Fiscal General trabaje.

¿Así te defino bien?

Si aplicamos tu pensamiento, en Costa Rica no habrían capturado ni condenado al expresidente Miguel Ángel Rodríguez. Te quiero recordar que, en buena parte, fue su compañero de partido y presidente en la época, Abel Pacheco, quien entregó su caso. Y lo hizo públicamente, aunque eso le costara lo que fuera.

En el caso CEL - ENEL hay una realidad, Paolo: Primero ¿de dónde te inventas que es un caso de Asocio Público Privado? Perdiste la memoria: esa ley fue aprobada en este gobierno. Los hechos de CEL - ENEL se dieron en 2002. Hace once años no había ni sombra de tener una ley de Asocio Público Privado.
Quien te puso esa ley como base de las reflexiones, quítale el título. Mándalo al carajo. No sirve para nada.

Lamento que empezaras la reflexión sobre ese tema con una ley que en 2002 no existía.

Precisamente eso es parte de la discusión: ¿Cuál ley autorizó que se le diera acciones o se seleccionara un socio estratégico para La Geo? ¿O es que crees que la geotermia estatal era un bien privado?

Precisamente la discusión arranca con la ausencia de ley. ¡Lamentable que te inventaras la existencia de una ley especial! Te embarcaron y te perdieron tus amigos, Paolo.

Y lamento mucho que, a pesar de la ausencia de alguna ley especial, justifiques que se entregue a un grupo de italianos una empresa que vale, al menos, $1.200 millones a cambio de una inversión no verificada del todo, de apenas poco más de $100 millones. Por lo que veo, Paolo, crees que a los salvadoreños les sobra el dinero para que regalen uno de los bienes más importantes del país.

Como leo que defiendes a tus amigos a morir, pregúntales (y así le haces un enorme favor al país), Por qué nos dijeron que tres empresas de talla mundial querían asociarse con La Geo, cuando la verdad solo una participó. ¿No te parece raro que eso ocurriera? ¿No te parece que por solo eso, algunos deben ir a parar a la cárcel? Si no me crees, examina las colecciones de los periódicos de la época y compáralos con las certificaciones que están en el expediente judicial. Compara esos hechos, Paolo, y dime qué sientes en tu garganta.

O pregúntales por qué, apenas tres horas después de seleccionar a los italianos, cambiaron el pacto social de accionistas para dejar a CEL totalmente indefensa ante ellos.

Me dices que crees en los arbitrajes internacionales. Yo también. Pero si profundizas en esos temas verás, con sobradas pruebas, que en esos actos no se examinó ni la legalidad, ni la constitucionalidad de lo que se firmó con los italianos. ¡No terminas de entender, Paolo, que aquello fue un lindo acto de tigre suelto contra burro amarrado!

El país y quien sea, puede y debe investigar todo lo que se relacione con CEL. Cuando quieras te firmo una solicitud en ese sentido. Pero, primero informen, Paolo, todo lo que pasó con la inversión italiana. No oculten nada. No apliquen ese chanchullo periodístico: callamos las acusaciones, pero le damos las páginas que sea a los acusados. Ese ejercicio no solo es inmoral.

En un mundo de lectores cada vez más juiciosos, se miran mal, muy mal. Lean, al menos, el expediente judicial. Recomiendo que lo leas tú, y no me vengas con ese cuento de asesorías, Paolo. Eso no sirve para nada ni me hace avergonzarme de nada.


Paolo Lüers: Es tiempo que cerremos este diálogo, antes de que aburramos a nuestros lectores. Los argumentos no adquieren más validez al repetirlos. Por lo contrario, pierden validez.
Sólo para resumir: Nadie está inventando una nueva doctrina de periodismo. Estoy defendiendo una muy vieja: No permitir que los políticos y gobiernos nos instrumentalicen. Tampoco bajo el manto causas supuestamente nobles, como el combate a la corrupción.
Mi instinto me dice: Si un gobernante me filtra documentos que supuestamente comprueban corrupción de sus adversarios, lo más probable es que quiera esconder sus propios pecados...
Yo no digo que como periodistas no podemos recibir y usar este tipo de acusaciones provenientes del centro del poder, pero hay que usarlas para iniciar una investigación, no para servir de caja de resonancia de la parte interesada...
Tú lo que hiciste en diario1 es precisamente esto. El presidente Funes sale en TV mostrando algunos documentos, y el día siguiente salen reproducidos en tu medio. Sin cuestionamiento, sin información adicional, sin otras fuentes. De esta forma tu medio se convierte en instrumento de la presidencia de la República.

Sobre CEL, LaGeo y ENEL ya hemos escrito mucho, tanto vos como yo. No vale la pena repetirlo aquí todo. Solo una aclaración: los asocios públicos privados no nacen a partir de la existencia de una ley. Claro que la sociedad que se hizo entre CEL y ENEL para conjuntamente manejar, mediante LaGeo, la generación de energía geotérmica en El Salvador, es un ejemplo clásico de una asocio público privado. Es el más importante existente en el país, una especie de laboratorio. Bueno, con la decisión de Saca y Salume de no cumplir el convenio, y la otra de Funes de tampoco cumplir las dos sentencias de arbitraje internacional, este ensayo de APP está fracasado. Y esto en el preciso momento en que el gobierno salvadoreño firmó un convenio con Estados Unidos para desarrollar juntos este concepto de los Asocios Públicos-Privados como principal estrategia de desarrollo.
A menos que el siguiente gobierno cambie radicalmente la posición oficial en el caso ENEL y busque un entendimiento con los socios italianos, no habrá asocios ni para el Aeropuerto, ni para el Puerto La Unión, ni para nada. Saludos, colega.

Carta al ministro de Justicia y Seguridad

Estimado ministro Perdomo:
¿Se recuerda? A mediados de noviembre usted salió diciendo que la tasa de homicidios había llegado a 10 por día  - o sea, duplicando el número alcanzado antes de que usted asumiera el mando. Además, en un hecho insólito para un ministro de Seguridad, usted vaticinó que esta tasa iba a subir aun más en diciembre y enero, ya que se trataba de una manera de los pandilleros de intervenir en el proceso electoral.
Yo le mandé una carta, publicada el 16 de noviembre, desmintiendo este anuncio absurdo.

En caso que no lo han informado, ministro, le voy a dar los números de homicidios de los últimos 10 días de noviembre: jueves 21: 3 homicidios en todo el país; viernes 22: 3 homicidios; sábado 23: 3; domingo 24: 8; lunes 25: 7; martes 26: 6; miércoles 27: 8; jueves 28: 8; viernes 29: 6; y sábado 30 de noviembre: 2 homicidios.

Son 54 homicidios en 10 días. Un promedio de 5.4 al día. Una baja sensible casi a la mitad.

Estos números usted no las difunde, ni nadie en su ministerio o en la PNC. A lo mejor porque esta buena noticia contradice sus teorías y sus vaticinios negativos.

Aunque a usted no le guste, esta baja no se logró gracias a su trabajo, sino a pesar de sus intentos de obstaculizar el trabajo de los mediadores. La nueva baja de homicidios se logra a partir del trabajo paciente y sistemático de los mediadores (Raul Mijango, Fabio Colindres  y sus equipos). Retomando el diálogo con las pandillas y entra ellas, se logró provocar un nuevo acuerdo entre los cabecillas en las cárceles y en las comunidades. Una especie de reafirmación del acuerdo original que en marzo del 2012 dio inicio a la tregua y al proceso de reducción de violencia.

Estoy seguro que esta tendencia se va a consolidar, dada la decisión expresa de los pandilleros. Usted va a argumentar que es un éxito de su política de mano dura y de la operatividad de la PNC, por ejemplo de la iniciativa “Casa Segura”. Pero esto no se lo creen ni los más fervientes defensores de la mano dura. Sólo lea la columna de nuestro adversario común Carlos Ponce, donde compara sus nuevas estrategias policiales con “atacar al avispero atacándolo con un bate”...

Lo mejor sería que usted se convenza que todavía vale la pena regresar a las políticas exitosas de su ministerio de facilitar (o sea, generar condiciones favorables) a la mediación. Coordinando constructivamente el ministerio con los mediadores, los alcaldes, los liderazgos comunitarios y religiosos, con la Fundación Humanitaria, entre todos podríamos crear las condiciones para una reducción aun mucho más drástica de la violencia de aquí hasta las elecciones. De esta manera el próximo gobierno podría asumir en un clima de menos tensión y arrancar de una sola vez con su tarea más importante: la inversión en la rehabilitación integral de las comunidades.

Le deseo sabiduría y apertura, ministro, en estos tiempos de navidad y transición política. 

Paolo Lüers
(Más!/EDH)

lunes, 2 de diciembre de 2013

Segunda parte del diálogo sobre periodismo

Esta es la segunda parte del diálogo entre los periodistas Lafitte Fernández y Paolo Luers sobre los casos CEl y chques de Taiwan, pero esencialmente sobre periodismo. La fuente: el perfil facebook de Lafitte Fernández. Aquí el link para leer la primera parte de este intercambio.

Lafitte Fernández: Con Paolo es un placer debatir. No adopta tonterías ni termina, como otros, verdaderos analfabetos del espíritu, tratando de urdir conspiraciones, deslegitimaciones o metiéndose en esquemas de tarados.
Me sorprendí que Paolo subiera a su cuenta de Facebook las diferencias que mantenemos. Pero su última respuesta se produjo en la noche. No me enteré de su último comentario, mas no soy de los que se quedan callados ni agachan la cabeza.

Mi posición es clara. Se la explicaré con un ejemplo a Paolo: imaginemos que Ángela Merkel, la presidenta de Alemania (y no menciono ese país para desagradar a Paolo, sino para que acabe de entender cómo debe funcionar el periodismo), denuncia que su antecesor recibe $10 millones de Taiwán y que eso provoca una investigación del Departamento de Estado.

No es posible creer, porque ese no es ni el método, ni la lógica del periodismo, que el periodista dirá que no publica nada porque quien hace la denuncia es la mandataria. Mucho menos debe decir que no publicará nada porque se le atraviesa al Fiscal General, o porque se estima que nada está probado y es una mera denuncia.

Por eso es que sostengo que tratar de justificar un silencio periodístico con ese tipo de argumentos, provocaría linchamientos en las mejores escuelas de periodismo del planeta.

La verdad es que en un país con periodismo del primer mundo, una denuncia de Ángela Merkel significaría, en Alemania, en Estados Unidos o en cualquier otro país de Europa, una denuncia que ocuparía todas las portadas. Es la verdad. No nos rompamos la nariz para negar eso.

Lo que sucede, y a mi juicio eso es absolutamente lamentable y significa un retroceso a quinta categoría del periodismo salvadoreño, es que algunos han decidido inventar el periodismo de defensa de oficio. Calle las acusaciones. Resalte las posturas de defensa.

La nueva regla es: “No publico nada de la acusación, pero le doy todo el espacio posible para que los acusados se defiendan. Callo la acusación. Pregono, hasta donde me de el galillo, los argumentos de los acusados”.

Hay otros que lo hacen en forma más decente: apenas registro, en unos tres párrafos, la acusación, pero le doy cuatro páginas a los acusados. Y justifico mi nueva versión del periodismo diciendo que es que la política me metió a la Fiscalía, a la presidencia de la República y hasta el atrio de la catedral.

No Paolo, la gente no es imbécil. La gente sabe lo que están haciendo. Madera para que un acusado se defienda. Una pequeñísima nota de registro para resumir al máximo la acusación. Ese es el nuevo periodismo.

Y ocurre esto último cuando mejor le va a la búsqueda de la verdad. Sobre todo porque he visto descaros tan grandes como entregarle madera a un acusado sin escribir nada de lo que se hizo o, al menos, de lo que se le acusa.

Paolo, no deberías estirar tanto la frazada. Yo no digo que todo lo que exprese un presidente debe publicarse. Pero si denuncia que un grupo de exfuncionarios quiere entregar a inversionistas, por $100 millones, una empresa geotérmica que vale al menos $1.200 millones, la decencia nos obliga, al menos, a explicarle a la gente cómo pudo haber pasado eso y quiénes son los responsables.

¿No crees que, al menos, un periódico debe pedirle a los funcionarios de la época que nos expliquen por qué, abiertamente nos engañaron a todos? ¿No crees que, al menos, deberían decirnos, por qué le informaron al periodismo que tres compañías, de talla mundial, participaban en la licitación pública para entregarle las acciones de LAGEO cuando fue sólo una (los italianos)? ¿Crees Paolo, que eso es justo? ¿Crees que, como se avecinan las elecciones, eso se debe callar? Buscá, al menos, el espejo del buen periodismo de tu país de origen. No podemos ser tan cínicos en la vida.

Y aunque te caiga gordo y aborrezcas a Mauricio Funes, Paolo, vos y yo deberíamos estar de acuerdo que si no es por él, no sabríamos nada de lo que pasó con las negociaciones que se hicieron con los italianos y la geotermia estatal en el 2001 y 2002.

Lamentablemente, como la línea es otra, entonces según la nueva doctrina periodística de la defensa, al público no hay que decirle nada de lo que se negoció con los italianos, pero a los acusados penalmente por el Fiscal General, sí hay que darle todo el espacio para que se diga que todo es electoral, que la acusación es un fracaso y que todo hiede. Paolo, entendé, no se puede ser tan cínico en esta vida y sé que no naciste para el cinismo.

La peor vergüenza, en todo esto, es que me topo con periodistas, y hasta con diputados que respeto, que ni siquiera han leído el expediente judicial del caso CEL- ENEL. En el caso de los periodistas, ya no sé si es por orden de los editores (como hay que defender, no podemos contagiarnos con las acusaciones, dirían), o por reducción del método periodístico. Y entonces, cuando se les acusa ante la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), se enojan. ¿Cómo los entendemos?

Yo no sé si Mauricio Funes dice la verdad cuando muestra un documento en el que, supuestamente, se delata la ruta de $10 millones establecida por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. No sé si esos documentos son fiables. Pero, me extraña, y mucho, que el Fiscal General diga que no ha leído los documentos del gobernante y, segundos después, dice que va a investigar cómo le llegaron. Es clarísimo que el Fiscal General no ha dicho que esos hechos no ocurrieron.

Es más claro aún que ni el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, ni el gobierno de Taiwán han desmentido los hechos. ¿No te parece extraño eso? ¿Y entonces por qué callar lo que dice el presidente y darle madera al acusado? ¿Es eso buen periodismo? ¿Es eso equilibrado? ¿Es eso buen método periodístico?

Paolo, lo más sano para el periodismo y para todos los ciudadanos es que le exijamos al Fiscal General que muestre los documentos que tiene en su poder. Ya no vale la paja que usas de que, si se hace eso, interferimos en las investigaciones oficiales. De pronto se te olvida que al periodismo lo que le interesa es la verdad, no las investigaciones oficiales.

Si fuese lo contrario, no existiría el buen periodismo. Al buen periodismo tampoco le interesa que una prueba penal esté prescrita o no. Al periodista lo que debe interesarle son pruebas que te permitan encontrar la verdad. Prescritas o no prescritas, jurídicas o no jurídicas, la prueba periodística es diferente y siempre irá atada a la verdad y la ética. La lógica es sencilla: de lo que diga el presidente Funes, gano yo como periodista.

Si Funes miente, pues le diremos mentiroso, engañador. Pero, si dice la verdad, entonces tendremos que decirle al Fiscal General que cumpla con su trabajo. No hay mitades en esto, Paolo.

Si el gobernante quiere manipular, no es mi problema. Digámoslo en un artículo de opinión. Pero, antes informemos la verdad a la gente. No la callemos. Si el presidente hace el ridículo que lo haga. La posteridad lo dice. Pero… ¿cuál es el problema de informar sobre lo que dice?

En el periodismo no hay manera de extraviarse. Si Funes quiere metérsele al trabajo de la Fiscalía, eso no es problema del periodismo. Tampoco es un problema tuyo o mío. Pero si lo que denuncia es algo tan grave como el manejo de $10 millones dados por Taiwán, el periodismo no tiene que esperar que la Fiscalía haga su trabajo para informar.

No te pierdas tanto, Paolo, en este tema. Si aplicamos tu regla, en este país solo podríamos informar sobre condenas penales para no entorpecer el Fiscal General. Si seguimos tu ruta, le daríamos poderes totales al fiscal para que calle lo que quiera callar. Y, que yo sepa, con eso no se alimenta una democracia.


Paolo Lüers: Voy a comentar los dos ejemplos que pone Lafitte: el hipotético caso de la canciller alemana Angela Merkel; y el muy real caso CEL.
Angela Merkel, si se entera de indicios que su antecesor (que representa al otro partido mayoritario del país) posiblemente haya incurrido en un caso de enriquecimiento ilícito, entregaría todas las pruebas a la Fiscalía General. Lo que jamás haría es salir en televisión haciendo ella, como jefa del gobierno, la acusación. Mucho menos durante una campaña electoral. Y si lo hiciera, la prensa alemana inmediatamente agarraría el caso, pero el “caso Merkel”, el caso de una gobernante que lesiona gravemente la institucionalidad y la división de poderes. La opinión pública la haría renunciar en pocos días – o si negara a renunciar, su partido perdería las elecciones.

Actualmente, el señor Cristian Wulff, ex-presidente de Alemania, está enfrentando un juicio por acusaciones de haber aceptado que amigos empresarios le pagaran gastos de vacación familiar. Ni la jefa del gobierno, ni los dirigentes opositores han intervenido en la decisión inédita de la fiscalía de presentar cargos contra el presidente y así obligarlo a renunciar. El caso Wulff, prominente figura de la gobernante Unión Demócrata Cristiana, no ha sido utilizado, por nada, en la reciente campaña electoral alemana.

Así que, Lafitte, no te conviene llamar de testigo a Angela Merkel. Te haría caer en pedazos tu caso. En las democracias consolidadas sería inaceptable un comportamiento como el que está mostrando Mauricio Funes como acusador público. La misma prensa no lo permitiría porque inmediatamente su principal tema sería la manera como un gobernante abusa de su mandato.

Veamos el otro caso que Lafitte cita: el caso CEL. Cada uno de nosotros, los medios y los periodistas, lo tiene que enfocar partiendo de su propia concepción del caso. Para vos, Lafitte, y para los señores Saca y Funes, el caso CEL es el caso de un contrato mal hecho que causa daño al país. Por tanto hay que acusar y condenar a los responsables de crear este Asocio Público Privado que se llama LaGeo. Para mi, el caso CEL es el caso de dos presidentes (primero Saca, luego Funes), que no quieren cumplir un contrato válido, tampoco las sentencias del arbitraje internacional que los obliga a cumplirlo. Para mi es el caso de dos gobiernos que atentan contra contratos, arbitrajes internacionales, contra el concepto del Asocio Público Privado y contra una política energética que define como interés principal la generación de energía barata para los consumidores y para la industria. Para mi, el de CEL es un caso contra el manejo intransparente de la compañía INE y de los precios de energía, por tanto es contra los presidentes Saca y Funes y sus respectivos presidentes de CEL e INE.

Vos siempre has visto el primer caso, por razones que sólo tú sabes, pero que evidentemente tienen que ver con asesorías para entidades que son parte del caso.

Yo siempre he investigado y descrito el otro caso CEL, pero yo nunca he ejercido ninguna asesoría para ninguna entidad que forma parte de este pleito. A mi personas como Billy Sol y Antonio Rodríguez me han convencido, con sus documentos, con sus interpretaciones, con sus números que su política energética era correcta y de acuerdo con el interés nacional.

Así que, colega Lafitte, los dos estamos obligados a sostener, desde el ejercicio periodístico, nuestra versión del “caso CEL”. Haciendo esto bien, hacemos un favor al país, al periodismo. Tal vez ambos no seamos muy imparciales, porque tenemos interpretaciones específicas del problema. Pero en conjunto el periodismo cumple el mandato de pluralidad e imparcialidad.

Para mi, el caso CEL no está ni cerca de haberse aclarecido. Faltan las investigaciones de INE, del proyecto Chaparral, de la ampliación de la presa 5 de noviembre, de las compras de bunker y los contratos de seguros de la CEL presidida por Salume; de la política de precios de la electricidad; y sobre todo, de los verdaderos motivos de querer sacar a ENEL de LaGeo... Mi hipótesis que aun no puedo comprobar: algún otro privado quiere asumir el lugar de ENEL.

Vaya, Lafitte, regresemos al tema del rol del periodismo en todo esto. Entre todos, y si es necesario con enfoques opuestos, tenemos que transparentar los temas en debate, pero incluyendo la actuación de los diferentes presidentes: Flores, Saca, Funes. Cualquiera que piensa que puede enlodar a uno para favorecer a los demás, se puede llevar sorpresas.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Un dialogo en facebook: Sobre periodismo

El periodista Lafitte Fernández publicó en facebook el link de una publicación del medio digital que dirige (diario1), en la cual publican los supuestos documentos del Departamento de Tesoro de Estados Unidos que días antes mostró y citó el presidente Funes en la entrevista con Nacho Castillo. Obviamente luego los entregó al diario1 y otros medios. Luis Martínez, el fiscal general de la República, declaró que contrario a lo que había dicho Funes estos documentos no han sido proporcionado al presidente por la Fiscalía General; que los documentos en su poder no tienen el mismo contenido que los publicados por Funes, y que además la ley le prohíbe compartirlos con el presidente.
A raíz de esta publicación se dio el siguiente diálogo en facebook entre Lafitte Fernández, director de diario1 y Paolo Lüers, columnista de El Diario de Hoy de Más!.

Paolo Lüers: El fiscal dijo claramente que la ley solo le permite compartir este tipo de documentos con autoridades competentes. El presidente, por mas que juega a super-fiscal, no es autoridad competente. Y filtrando estos documentos, sea como sea que los consiguió extraoficialmente, puede estar cometiendo delito. De paso sea dicho: que el presidente filtre estos documentos a los enemigos (La Pagina, diario1) del investigado, esto sí es juicio paralelo...

Lafitte Fernández: Me impresionas amigo Paolo. Resulta que ahora, or hacer periodismo, soy enemigo de los encartados. Si sigo tu pensamiento, amigo, porque así te considero, el deber es callar. Paolo, creeme que te expulsarían de las mejores escuelas de periodismo de los Estados Unidos y del mundo. Lo que le interesa al periodismo es la verdad. La verdad es que el Presidente Funes hizo una denuncia. Sólo en este país del planeta los medios callan pese al tamano de la denuncia. Y no sólo callan sino que, sin informarle a sus lectores, se ponen del lado de los acusados. Es no lo ves en ningún sitio del planeta. Pero allá aquellos que crean que los lectores son imbéciles. Aquí ocurre algo tan grave como que hay una severísima acusación sobre el destino de $10 millones y, entonces, si sigo tu conducta, hay que aplaudir al Fiscal General por no enseñar un documento que revela conducta que nos interesa a todos. Es decir, hay que ponerse de lado del silencio y no de la búsqueda de la verdad. Paolo, amigo, consúltale el caso a los periodistas alemanes. Consultalo. Informar es juicio paralelo. Cada vez me sorprendes más amigo....dinamitaste todas las enseñanzas de las escuelas de periodismo. Viva el silencio.....aquí lo público vale depende de quien pronuncie la denuncia. Y entonces, como el documento se consiguió extraoficialmente, también somos delincuentes. Abra la puerta de la cárcel, amigo Paolo, que con mucho gusto cruzo la puerta de la celda que quieres construir. Un abrazo


Paolo Lüers: Nuestra diferencia es que tú tomas como verdad o como prueba lo que diga el señor presidente. Yo no he ido a ninguna escuela universitaria de periodismo, mi escuela ha sido la calle, el debate, la guerra, la lucha por la paz. Y en esta mi escuela, el periodista se niega a ser instrumentalizado del poder de turno. Se niega a tomar ciegamente como verdad lo que diga el presidente. En este mi escuela, uno siempre se pone muy alerto cuando la fuente es oficial, y aun más cuando la fuente oficial te filtra “información de inteligencia”. Porque es la fuente (en este caso el presidente de la República) quien define el momento de hacer público el informa. Es la fuente (Funes) quien define qué parte de la información la filtra y qué otra no. Y cuando estamos a semanas de las elecciones, esta tu fuente obviamente es fuente interesada, parte de la campaña. Así que cuidado con lo que manejas como fuente. Está bien que busquemos “la verdad”, pero cuidado con quién (en qué momento político y con qué intención) nos alimenta con pedazos de información que bien pueden ser la verdad, pero también pueden ser lo contrario.
¿Y me estás insinuando que yo te estoy diciendo “delincuente” y abriendo “la puerta de la cárcel”. No se vale, colega: Vos bien sabés que siempre he estado en primera línea para rechazar cualquier intento de penalizar el ejercicio de la libertad de prensa.
Para dejarlo claro, colega: Rechazar la manera como el presidente abusa de su cargo para intrometerse en investigaciones y juicios no equivale a ponerse del lado de los acusados. Yo le he dicho en público a Paco Flores que le exijo que aclare lo que pasó con los cheques de Taiwan. Lo que pasa es que tenemos un presidente que ha dicho en público que para él no vale la norma constitucional que cualquier persona es inocente hasta que se prueba su culpa. Funes dijo que las acusados por él son culpables hasta que prueban su inocencia. Contra esto si tiene que reaccionar el  periodismo y ponerse del lado de la norma que nos asegura seguridad jurídica: Somos inocentes mientras no comprueban nuestra culpa. Y si el acusador es el presidente de la República, más vale que recordemos esta norma.
No sé si esta es la tribuna adecuada de discutir estas cuestiones tan esenciales para nuestro oficio. Tal vez deberíamos mejor armar un debate público y directo.
Saludos, Paolo

Lafitte Fernández: No, mi querido Paolo. Yo no tomo como verdad lo que dice el presidente Funes. Mi deber, y el de todos los periodistas salvadoreños, es informar lo que dice el gobernante. El problema es que tú, y tus amigos, no informan ni jota sobre una denuncia de esa envergadura. Y entonces, le estás creando una nueva regla al periodismo: no se publica nada de lo que diga el presidente mientras no se pruebe que es verdad. Problema: ni siquiera dejan que arranque esa búsqueda de la verdad. Impresionante,l Paolo, tu posición!. Publicar una denuncia del gobernante no es instrumentalizarse, Paolo. !Qué equivocado estás!. Y no hay que ir a una universidad para entender eso. Más violatorio y ridículo es el camino que defiendes: yo no publico lo que dice el gobernante pero sí defiendo a quienes ataca. Qué nombre le puedo dar a eso, Paolo? Y es obvio que ese es el camino que han seguido. Claro que uno debe estar atento a las filtraciones oficiales. Pero, y esa es la diferencia, no por publicar posiciones oficiales, estás lejos de l;a verdad. Pregúntale, por favor, a un periodista alemán qujé haría si quien hace la denuncia es la presidenta Angela. Callan? Salen a informar, exclusivamente, la posición de los acusados como es el nuevo estilo que encabezas? . Claro que lo que dice Funes no es la verdad. Pero, por lko menos que debemos luchar es que, si la denuncia es tan grave, el Fiscal General enseñe los documentos que tiene para saber quién dice la verdad. No me vengas con esas pajas, Paolo, que se puede cometer un delito o se entorpece la investigación. Si repetimos eso, Paolo, el buen periodismo no existiría. Por qué te asusta el momento o la intención? Tú vienes de una democracia moderna y avanzada. Acaso la fiscalía alemana o los periódicos se pensionan cuando se acercan las elecciones? No, Paolo, es cuando más robustas aparecen esas instituciones. Tú deber, y el mío, es procurar que los votantes lleguen a las elecciones bien informados. O no es así? Ya te tragaste, o sos parte de los creadores, que el buen periodismo debe silenciarse en estos períodos? O defiendes que, en estos momentos, ocultamos lo que hicieron los acusados y sólo les abrimos espacios para que se defiendan. Penoso papel, mi querido Paolo. No has pensando, Paolo, que si Funes no se mete en esos temas, no habríamos sabido de tan abominables casos. Tendríamos ciudadanos bien informados? Si Funes se equivoca, que él cargue con la culpa., No te parece que lo más sano es que el Fiscal General muestre los documentos para saber quién miente. Si Funes miente, yo seré el primero en salir a defender a Flores. De eso no te quepa la menor duda. Ahora, hasta donde entiendo, porque lo escuché el sábado y otros sábados, Funes lo que sale a pedir es que investiguen lo que pasó. Recuerda Paolo, y si no lo sabes ye mando libros, la verdad jurídica es muy lejana, en algunas ocasiones, a la verdad periodística. Si te sigo, entonce no sabríamos nada de CERl ENEL , nio de PERLA, ni de los $10 millones. El buen periodista sabe siempre que los acusados están bajo un principio de inocencia, pero no calla, JAMAS, de lo que se le acusa al personaje. Busca la verdad. Pero no se silencia. Y acepto, con mucho gusto, un foro público sobre este tema. El periódico que dirijo atiende tu solicitud. O si quieres, buscamos otra cancha. Al fin y al cabo son los lectores que ganan con esto, amigo.

Paolo Lüers: “Mi deber, y el de todos los periodistas salvadoreños, es informar lo que dice el gobernante.” Bueno, colega, esta norma de ética periodística sí es nueva para mi. No todo lo que dice un gobernante es digno de reportar. Puede ser que lo que el gobernante quiere que sea noticia no lo tomamos como tal, sino que la nota es: El gobernante quiere manipular; o el gobernante interviene en investigación de la fiscalía...