sábado, 8 de agosto de 2020

Observador Político: El falso dilema entre salud y libertades. De Paolo Luers

La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia

Publicado en EL DIARIO DE HOY, domingo 9 agosto 2020

Los molinos de la justicia muelen despacio, pero muy finito. Por lo menos de la justicia constitucional. Al fin salió la sentencia esperada que declara inconstitucional el decreto ejecutivo 32, con el cual el gobierno se arrogó el derecho de imponer su concepto coercitivo del proceso de reactivación económica.

 

La sentencia sobre el decreto 32 es impecable en su argumentación. Se convierte en una lección de constitucionalismo para los gobernantes, en particular las opiniones concurrentes de los magistrados Aldo Cader (página 15) y Carlos Sánchez (página 23). Aunque dudo que en Casa Presidencial estudien y entiendan este documento.

 

Pasamos demasiado tiempo en una situación de vacío legal en cuanto a las medidas sanitarias y las fases de la reapertura económica, debido a decretos ejecutivos inconstitucionales y decretos legislativos vetados por el presidente. Pero en política y derecho no hay vacío que se mantenga: lo llenan los que tienen el poder ejecutivo, imponiendo la ley del más fuerte. Esto es sumamente peligroso para el Estado de Derecho, por que altera el equilibrio entre los órganos del Estado, y acostumbra a la ciudadanía a aceptar que reine un ‘derecho de facto’, ejercido por el gobierno, con la justificación que la situación de emergencia lo demanda, ya que la Asamblea no le da los instrumentos legales para proteger la salud y vida de los ciudadanos. Lo mejor de la sentencia sobre el decreto 32 es su profunda y amplia explicación de que no existe ninguna necesidad de violar los derechos y conceptos constitucionales para combatir la epidemia. El magistrado Carlos Sánchez (obviamente pensando en las interpretaciones falsos y maliciosas del equipo jurídico de Casa Presidencial, pero también en la disposición de muchos ciudadanos de darle el beneficio de la duda a estas interpretaciones) explica que es “un falso dilema” que construyen entre “la protección de la vida y la salud y los derechos, principios, valores que reconoce la Constitución.” 

 

Es por este falso dilema que se cuela el estilo autoritario de gobernar.

 

Sin embargo, esta sentencia sola no va a resolver el problema del vacío legal y la manera como el gobierno lo llena “de facto”, haciendo uso de sus recursos de coerción. La misma sentencia dice que hace falta que todo el tema de las políticas sanitarias y de las fases y los protocolos de la reapertura económica sea regulado por una ley. Y da plazo a la Asamblea y el Ejecutivo a “gestionar de manera técnica y concertada –esto incluye la elaboración de leyes, su sanción y publicación, es decir, el uso responsable del veto– la problemática generada por dicha pandemia, de una forma integral.” 

 

Otro acierto de esta sentencia. No se limita, como en fallos anteriores, a hacer un llamado al Ejecutivo y al Legislativo de ponerse de acuerdo sobre una ley. Este tipo de encargos no funcionan. Las leyes no nacen de acuerdos entre gobierno y Asamblea. Los gobiernos pueden solicitar, explicar y argumentar, pero una ley surge de acuerdos entre diputados y partidos. Además, estos llamados de ponerse de acuerdo distorsionan la situación, creando la percepción de que diputados y gobernantes llevan igual responsabilidad por el vacío de ley. Lo que no es cierto: La Asamblea aprobó dos leyes integrales de estado de emergencia, que nunca entraron en vigencia por que el presidente los vetó. Es por esto que existe el vacío legal. El gobierno siguió insistiendo en medidas inconstitucionales, y la Asamblea continuó negándoles el aval legislativo. Decir necios a ambos es una aberración.

 

Para que el plazo del 23 de agosto que da la Sala tenga sentido, es necesario que se rompa este empate (entre el gobierno que insiste en medidas inconstitucionales y la Asamblea que los rechaza). La única manera de romper el empate y fortalecer la posición de la Asamblea en esta confrontación institucional es que la Sala, lo más antes posible, falle en la controversia constitucional del decreto legislativo. Este fue aprobado por la Asamblea y vetado por el presidente. El veto fue superado por mayoría calificada de los diputados y por tanto la Sala tendrá la última palabra.

 

Si la Sala declara a tiempo constitucional esta ley, que regula de manera integral la apertura económica, cambia la situación legislativa. La Asamblea solo tendría que actualizar en esta ley los plazos ya desfasados, y ya tuviera la certeza que la Sala avala la constitucionalidad de la nueva ley. Obviamente, el gobierno podría hacer sus observaciones y propuestas, pero hay que tomar en cuenta que el decreto legislativo 661 ya incorporó todas las propuestas del gobierno, menos las inconstitucionales.

 

Regreso al dicho con el cual abrí esta nota: Si los molinos de la justicia muelen demasiado lentos, de nada sirve que muelan finos. La controversia constitucional sobre el decreto 661 tiene que salir mucho antes del 23 de agosto.

 

viernes, 7 de agosto de 2020

Carta a los que apostaron a Bukele: ¿Quieren más activismo improvisado y mediático? De Paolo Luers

Los ministros de Gobernación y Defensa en el incendio de la fábrica Record
 
Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 8 agosto 2020

Estimados amigos:
Cuando Nayib Bukele ya hab
ía cumplido 2 meses como alcalde capitalino, yo escribí en mi columna ‘Un acto publicitario por día’ lo siguiente: 

La ‘nueva idea’ cuestionable es organizar toda la inversión social, comunitaria, cultural, deportiva de la alcaldía con criterios y prioridades publicitarias. ‘Una obra por día’ es una mala idea. Poner los recursos en función de poder cada día inaugurar una obra, durante los tres años que durará esta administración municipal, no corresponde a la necesidad de planificar, ejecutar y calendarizar las inversiones de la manera más eficiente; corresponde a una lógica publicitaria. Si el criterio rector no es el impacto real en la población, sino más bien el impacto mediático, la administración pública pierde eficiencia y legitimidad.”

Cinco años después, cuando Nayib Bukele ya tuvo casi tres meses de gobernar desde Casa Presidencial, yo retomé el tema en mi carta a sus ministros del 8 de agosto 2019: 
Suena bien: ‘No soy ministro de escritorio, sino de territorio’. Hemos visto diariamente las fotos y los videos de ustedes caminando por cantones, siempre rodeados de otros ministros, guardaespaldas y fotógrafos, anunciando a los pobladores sorprendidos la pronta construcción de calles, puentes, bibliotecas y escuelas. Está bien. Ya todo el mundo entendió el mensaje: Este gobierno es diferente al saliente de Sánchez Cerén, es activismo sin parar; ustedes tienen caravanas del “Buen Vivir“ y “Gobernando con la Gente” todos los días, mientras el FMLN las armó solamente los sábados.”

Si tuviera que tratar el mismo tema hoy, luego de 14 meses del gobierno Bukele, luego de 5 meses de epidemia y cierre de nuestra economía, tendría que decir: Nada ha cambiado. Por eso arriba cité mis palabras de julio 2015 y agosto 2019...

La permanente emergencia nacional provocada por el virus (las lluvias, las langostas, el  incendiode Record...), lejos de hacer que el gobierno al fin se ponga en serio, defina prioridades y establezca maneras contundentes de responder a las crisis, provocó más improvisación, más activismo descoordinado, más acciones mediáticas.

Contralmirante y ministro de Defensa René Merino Monroy en patrullaje nocturno

Vean como los ministros, rodeados por sus equipos oficiales de fotógrafos, camerágrafos, productores publicitarios andan arriba y abajo, poniéndose en escena para los spots del gobierno; cargando bultos; ‘rescatando’ viejitas. Vean al ministro de Defensa actuando ante las cámaras el papel del incansable soldado patrullando de noche, fusil listo para disparar...

Vean a varios ministros reuniéndose con los jefes de la Fuerza Armada en escenas de desastres, incendios, deslaves, haciendo como si estuvieran dirigiendo los labores de rescate. Los policías, soldados, bomberos y rescatistas no necesitan que ministros, comisionados o que un contralamirante les digan cómo hacer su trabajo. Tampoco necesitan que la mitad del gabinete de gobierno haga filas para cargar bultos. Sobre todo no necesitan que para facilitar el trabajo de los publicistas tengan que interrumpir su trabajo.

El podio presidencial en el sitio del deslave en Santo Tomás

Vean como en caravanas de camionetas o helicópteros llevan de una lado a otro el podio con el escudo presidencial y otras utilerías necesarias para poner en escena al presidente en medio del lodo, en frente de una casa donde acaba de morir soterrada una familia, inaugurando un hospital, ‘inspeccionando’ la caza de langostas volantes.

Está bien que los ministros o incluso el presidente no se queden encerrados en sus oficinas y salgan a ver lo que estápasando en el mundo real. Pero la tarea de los ministros no es cargar bultos y repartir bolsas de alimentos a los ciudadanos. La tarea de los ministros en tiempo de crisis es asegurar que el gobierno tenga planes contundentes para preservar la salud de los ciudadanos, para reactivar la economía. 

La tarea del gabinete de gobierno es definir prioridades para el gasto del Estado, no dejarse llevar por la prioridad de la publicidad gubernamental que prevalece en este gobierno igual que en los tiempos de ‘Una obra al día’ de sus tiempos en la alcaldía. Observen bien a sus gobernantes y saquen sus conclusiones.

Saludos,







miércoles, 5 de agosto de 2020

Carta al presidente: Se va a quedar sin gabinete. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 6 agosto 2020

Ciudadano Nayib Bukele:

¿Sabe por qué los buenos gobernantes se deshacen de sus ministros inmediatamente, cuando surgen acusaciones de corrupción? Porque al no reaccionar a tiempo, se les acumulan las acusaciones, de repente son varios ministros señalados, y entonces la pudrición dentro de su gabinete se vuelve un problema del jefe de gobierno.

Precisamente esto le está pasando a usted. 

Varios miembros de su gabinete han sido señalados por nepotismo o por maneras corruptas de compras en tiempos de emergencia. Llama la atención que en varios casos sus funcionarios han mezclado ambos pecados, haciendo negocios cuestionables con sus familiares o cheros. En ningún caso usted ha tomado medidas. Sólo con esto, ya es un problema más allá de la probidad de cada uno de los señalados, es un problema de su presidencia. Y cuando llegue el día que usted se sienta obligado a intervenir, se quedará sin gabinete…

Su ministro de Hacienda, Nelson Fuentes, ya renunció, porque no quería asumir la responsabilidad por las transferencias y otras alteraciones no autorizadas a la Ley de Presupuesto. También se apartó la dirección completa del Instituto de Seguro Social, cuyos recursos han sido vaciados por el gobierno de manera irregular.  

Los casos de nepotismo clásico son evidentes: por una parte, la cantidad de sus propios familiares, socios y empleados de sus negocios, que usted metió a su gobierno; por otra parte, su coordinadora de gabinete, Carolina Recinos, quien siguió su ejemplo y tiene a toda su familia chupando de las tetas del gobierno.

A esto se suman los casos en los cuales funcionarios suyos favorecieron a empresas de familiares o cheros con compras o contratos de servicio al gobierno, aprovechando el desorden administrativo y el estado de emergencia, que permitía maneras más flexibles de gastar fondos. Algunos casos tenían el agravante de que los productos entregados por las empresas de cheros o familiares se facturaban a sobreprecios y además no servían. Por este tipo de negocios están comprometidos sus ministros de Salud, de Justicia/Seguridad, de Hacienda, de Turismo y de Agricultura, además del presidente de ANDA. No necesito resumir en esta carta las irregularidades reveladas en investigaciones periodísticas ya bastante difundidas. Y por donde los medios (y pronto también la Corte de Cuentas y la Fiscalía) escarben, salen nuevos casos. ¿Qué saldrá cuando se revisen todas las cuentas del MOP, de Salud y del ISSS relacionados al hospital del CIFCO?

Ya van en la lista de funcionarios que usted debería haber despedido o suspendido: la Comisionada Presidencial Carolina Recinos; sus ministros Francisco Alabí (Salud), Pablo Anliker (Agricultura), Alejandro Zelaya (Hacienda), Morena Valdez (Turismo), Rogelio Rivas (Justicia); y el presidente de ANDA, Frederick Benítez.

Con ellos ya acumuló 7 miembros de su gabinete que deberían removerse. 

Pero hay otros que, si se niegan a renunciar, usted los tendría que suspender: Los altos funcionarios de su gobierno que se han lanzado de candidatos de Nuevas Ideas para las elecciones del 2021 no pueden seguir haciendo campaña aprovechando sus cargos y los recursos del Estado. En esta lista van su secretario privado, Ernesto Castro; el Comisionado Presidencial para Proyectos Estratégicos, Luis Rodríguez; la ministra de Cultura, Suecy Callejas; el ministro de Gobernación, Mario Durán; la directora de INJUVE, Marcela Pineda.

Ya son 12 los funcionarios cuyo destino usted debería decidir lo más antes posible. 

Y no nos olvidemos de dos funcionarios que en cualquier país democrático serían insostenibles: El ministro de Defensa, el Contralmirante René Merino Monroy; y el director general de la PNC, el Comisionado Mauricio Arriaza, por su rol activo e ilegal en la toma militar de la Asamblea Legislativa del 9 de febrero 2020.

Entonces, la cuenta ya llega a 14… y puede crecer.

Al no suspender a cada uno de ellos a tiempo, sino más bien tratar de tapar sus delitos, usted acumula los problemas. Hasta que se vuelven insostenibles…

De esta forma se convierte en un problema sistémico, en una crisis de su gobierno, en un problemón suyo. Repito: Se va a quedar sin gabinete.

Saludos, 



lunes, 3 de agosto de 2020

Carta a la oposición: Ya no más negociaciones y acuerdos particulares con el gobierno. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 4 agosto 2020

Estimados amigos:

Lo que pasó con la votación del préstamo de 250 millones del BID no debe volver a pasar. No voy a juzgar si había razones para aprobar el préstamo así como se hizo o no. A lo mejor había razones para aprobarlo y también para negar los votos. Este no es el problema que voy a tratar, porque no tengo suficientes elementos de juicio. Mi tema es que no pueden seguir haciendo acuerdos con el gobierno y comprometer sus votos por separado.

Cuando negocian fondos, reglas de transparencia o iniciativas de ley con el gobierno, lo primero que tienen que hacer es construir un consenso entre las diferentes fracciones de la oposición y luego enfrentar al gobierno juntos, con criterios unificados, sin fisuras que permitan dividirlos.

A ARENA lo han atacado muy fuertemente por haber dado sus votos. Pero el punto no es que nunca se puede dar los votos para un préstamo que solicita el gobierno. El pecado es no haber logrado una estrategia que tanto el Frente, el PDC, ARENA y partes del PCN hubieran podido compartir. Y esto no es un pecado solamente de ARENA, es una debilidad de todas las fuerzas que quieren defender la democracia, pero no siempre logran ponerse de acuerdo. 

Es obvio que uniendo fuerzas y criterios, los partidos de oposición hubieran podido lograr arrancar al gobierno más concesiones en cuanto a la asignación de los fondos y reglas claras de rendición de cuentas. Y además, actuando unidos (bien logrando mejores condiciones, o bien juntos negando los votos) se hubieran proyectado mejor a la opinión pública. La gente espera de ustedes coherencia y capacidad de concertar, y ambas dependen de una estrategia común entre ustedes.

Así que los partidos que decidieron no votar, aunque tal vez tuvieron razón, no deberían acusar de traición a ARENA, sino cada uno debería reflexionar en cómo hubiera podido aportar a construir una estrategia conjunta para enfrentar al gobierno, su corrupción, la ausencia de mecanismos confiables de rendición de cuentas y la falta de políticas coherentes. 

Cada día que nos acercamos al inicio de la campaña electoral es más urgente llegar a consensos sobre la estrategia de cómo frenar el intento de Bukele y Cía. de tomar control de la Asamblea y por tanto del Estado. Y obviamente el actuar coordinado en la Asamblea sería el corazón de la estrategia compartida y de una plataforma mínima de defensa de la democracia. 

Así que, revisen bien la agenda legislativa de los próximos meses y comiencen a tiempo construir consensos que les permitirá ejercer una oposición eficiente y al mismo tiempo proyectar a la ciudadanía coherencia y unidad, a pesar de las diferencias ideológicas entre izquierda y derecha, conservadores y progresistas.

Pero tomen en cuenta que una estrategia coherente que todos los opositores puedan compartir no surge de improvisaciones, sino de un trabajo persistente de diálogo y construcción. Dejen la improvisación y las reacciones irracionales al gobierno y comiencen a trabajar con racionalidad y coherencia.

Saludos,