sábado, 7 de noviembre de 2020

Carta a quienes defienden la Constitución: Pónganse “buzos”. De Paolo Luers

 

Diario EL MUNDO, 8 de septiembre 2020

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 7 noviembre 2020

Mucha bulla están haciendo con su comisión presidencial para reformar la Constitución. Nadie sabe de qué se trata y qué alcance podrá tener. Hablan de reforma, pero de repente también de que el país necesita una nueva Constitución que corresponda al nuevo capítulo en la historia que se abrió con la llegada de Nayib Bukele al poder. Incluso ‘El Brozo’ Sanabria mandó a publicar un comunicado de prensa donde habla de una Constituyente, o sea de una Asamblea encima de la Asamblea Legislativa, que se encargaría de redactar la nueva Constitución. 

Para mí, al solo crear esta Comisión Presidencial, al poner al vicepresidente Félix Ulloa a cargo, al usar fondos gubernamentales para su funcionamiento, y al hacer este tipo de declaraciones, ya están violando la Constitución. 

Mis amigos letrados me explicaron que el Estado de Derecho está basado en el ‘principio de legalidad’. Traducido a sentido común, este principio significa que el gobierno, y cualquiera de sus funcionarios, solo está facultado a hacer lo que la ley le permite. En cambio, el ciudadano puede hacer todo lo que la ley no le prohíbe explícitamente. 

La Constitución define con claridad que los únicos que pueden tomar iniciativa de reformar la Constitución, son los diputados de la Asamblea Legislativa. No hay artículo en la Constitución ni ley secundaria que faculte al gobierno a tomar este tipo de iniciativas, ni mucho menos a formar una Comisión Presidencial para este fin. 

Esto significa que la comisión que Ulloa preside no tiene ningún carácter oficial, no forma parte de la institucionalidad del Estado, y no tiene más facultades que cualquier tertulia de ciudadanos que se reúnan para el fin de proponer cambios en la Constitución. Como nos dice el ‘principio de legalidad’, los ciudadanos podemos emprender cualquier iniciativa, mientras no viole una ley, y proponerla a los diputados. No así el gobierno o cualquier comisión que se les ocurra formar. O sea, don Félix anda fuera de lo que la ley le permite, igual que el presidente que le asignó esta misión. 

La comisión Ulloa, aunque sus integrantes la disfracen como “Equipo ad hoc para el estudio y la reforma de la Constitución”, de facto es una Comisión Presidencial. Se formó por un acuerdo ejecutivo del gabinete de Bukele, y funciona con recursos de Casa Presidencial. No pueden alegar que son ciudadanos haciendo uso de su derecho de hacer propuestas y exponerlas al país. El decreto ejecutivo dice que Ulloa fue delegado por el presidente para coordinar esta comisión. Pero no es el presidente quien por decreto puede crear la base legal para una comisión, si el mandato de esta no tiene respaldo en una ley.

El mismo presidente dijo en una reunión en Casa Presidencial el 18 de mayo del 2020: ”Vamos a reformar el Estado, tenemos el 97% de apoyo del pueblo”. Lo que no sabe o no quiere aceptar es que no es el porcentaje de popularidad en encuestas que faculta a cambiar el carácter del Estado sino exclusivamente las reglas establecidas en la Constitución. 

El presidente tiene la obligación de sancionar a su secretario de prensa cuando este emite un comunicado de Casa Presidencial diciendo que uno de los resultados de la Comisión Ulloa puede ser la formación de una Constituyente. En nuestro país, la única forma de instalar una Constituyente es mediante un golpe de Estado, no hay forma legal de hacerlo. Y el presidente no puede permitir o incluso fomentar que desde Casa Presidencial se promueva un golpe de Estado. 

La mera formación de la comisión Ulloa es inconstitucional, porque atenta contra la división de poderes y asume acciones que ninguna ley permite. Atenta además contra las reglas que la misma Constitución establece de cómo reformarla. 

Esto hay que decirlo con toda claridad. Saludos, 



miércoles, 4 de noviembre de 2020

Carta a mis lectores: Sostengo lo dicho. De Paolo Luers

 

La situación a las 8pm de miércoles 4 de noviembre


Publicado en MAS y EL DIARIO DE HOY, JUEVES 5 NOVIEMBRE 2020

Queridos amigos:

Muchos me han criticado por atreverme a publicar, el día de las elecciones y antes de tener ningún resultado, una carta en la que digo a Trump: “You’re fired!” (¡Estás despedido!). Y no solo los amigos de Trump, que por extrañas razones no son pocos en El Salvador, incluso entre los adversarios de Bukele. También buenos amigos, personas muy decepcionadas por Trump y muy deseosos que este hombre pierda el poder, me dijeron: “¿Cómo puedes hacer esto? ¿Y si te equivocás?” 

Y en la noche del martes, cuando ante los ojos horrorizados del mundo las pantallas de televisión mostraban a Trump adelante en todos los estados claves, los llamados swing states que definen las elecciones, docenas de colegas y amigos me dijeron: “Ves, la regaste…

Primero, yo no tengo miedo de equivocarme. La vida y la profesión de comentarista y analista sería muy aburrida y tal vez inútil si uno no se atreve a lanzar, cuando sea necesario para provocar debate, ideas que posiblemente no cuajan, o hipótesis que posiblemente no resultan comprobables. Y esto incluye el atrevimiento a apoyar a candidatos y predecir sus triunfos. 

Segundo, resulta que Trump está perdiendo. El día después del alboroto de la noche electoral con sus angustias, ¿quién dice que me equivoqué? Cuando escribo estas líneas, el miércoles en la tarde, no hay decisión firme en estas elecciones, porque varios estados claves no han terminado de contar sus votos. Pero contrario a todo el optimismo que le nació a Trump y sus seguidores al final de la noche del martes (y a pesar de la depresión que al mismo tiempo agarró a muchos que habían apostado a un cambio en Washington), el miércoles en la tarde Biden está mucho más cerca de ganar que Trump. Biden ya tiene asegurados 248 de los 270 votos en el Colegio Electoral, Trump solo 214. Biden solo tiene que ganar en los dos Estados donde ya alcanzó y sobrepasó a Trump (Michigan y Nevada), y llega al número mágico de 270. Será presidente incluso si Trump se queda con Pensilvania y los demás estados pendientes (Georgia y North Carolina), lo que en el caso de Pensilvania y Georgia no es nada seguro.

Algunos dicen que todo está abierto. Correcto, pero con más probabilidades de que el ganador sea Joe Biden y que al final el pueblo estadounidense diga: Donald Trump, you’re fired!

A nivel del voto nacional esto ya pasó. A estas alturas (siempre miércoles en la tarde), Biden lleva a más de 5 millones de votos de ventaja sobre Trump. Se estima que al final del conteo, de 155 millones de votantes, unos 80 millones de ciudadanos habrán dicho: You’re fired, Donald!

Toda la confusión (incluso el triunfalismo de Trump y la depresión de los seguidores de Biden en la larga noche de martes a miércoles) se dio porque la mayor parte de los estados los votos anticipados y por correo se cuentan al final. Estos son los votos donde Biden lleva una gran ventaja, ya que fueron él y los demócratas que sistemáticamente movilizaron el voto anticipado por correo. 

Si estos votos se hubieran contado primero, y luego los depositados el mismo día electoral, la cosa hubiera sido al revés: las pantallas hubieran mostrado desde el principio ventaja de Biden sobre Trump en Michigan, Wisconsin, Arizona, e incluso Pensilvania, y todo el mundo hubiera dicho: Ve, así lo dijeron las encuestas y los analistas. Hoy toca socarla hasta el último momento, probablemente hasta el jueves o incluso viernes. 

Pero lo más probable es que al final sea Joe Biden el ganador. Menos mal.

Saludos,






lunes, 2 de noviembre de 2020

Carta a Donald Trump: You’re fired! De Paolo Luers

 


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 3 noviembre 2020

Mr. President:

Hoy martes, 3 de noviembre, es el día de la verdad en Estados Unidos – el día que usted será despedido. ¿Usted realmente pensó que los ciudadanos de Estado Unidos lo iban a reelegir? ¿Realmente tomó por fools a sus compatriotas?

 

Uno de sus más grandes predecesores como presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, dijo: Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.”

 

Igual que su amigo Nayib Bukele en El Salvador, usted pensó que esta sabia conclusión de Lincoln ya no es válida en la era del Internet, de las redes sociales y de los fake news. Igual que Bukele, usted pensó que gobernando mediante un permanente reality show se puede imponer al país una realidad paralela y convertirla en verdad oficial. 

 

Igual que Bukele, usted es un mago en implementar las técnicas de comunicación y desinformación. Igual que Bukele, usted es un maestro en otra técnica demagógica: detectar, retomar, profundizar y convertir en odio las frustraciones y resentimientos de la gente que se siente marginada del progreso y del bienestar. Y de una tercera técnica: dividir, dividir, dividir.

 

Aplicando magistralmente esas tres técnicas básicas de la demagogia populista, un líder puede llegar al poder, tengo o no capacidad de gobernar. Usted lo mostró, igual que Bolsonaro en Brasil y Bukele en El Salvador. El problema de los tres es: ¿Cómo retener el poder? ¿Cómo hacer que reelijan a un presidente, cuando ya lo conocen, cuando su retórica ya chocócon la realidad, cuándo ya se reveló su malía? Usted puede ser el mejor comunicador del mundo, pero luego de 4 años terminará como el emperador sin ropa.

 

Este dilema, en países con poco desarrollo democrático, se suele resolver por el uso de la fuerza, de la represión, de la eliminación de la libertad de prensa y de la oposición política. Por esto Chavez se mantuvo en el poder, e incluso su heredero Maduro, que tiene el carisma de un poste de electricidad. Por esto el reino de Ortega y Putin es tan permanente...

 

¿Pero cómo lograr la permanencia en el poder en países que tienen mejores defensas democráticas, sea por que tengan instituciones constitucionales más sólidas, o por que su ciudadanía sea más rebelde? Usted hizo lo que pudo para debilitar el poder de la prensa independiente, pero no pudo. Usted hizo todo en su poder para debilitar el control que ejercen el Congreso y la Corte Suprema de Justicia, pero no logró eliminar la división del poderes y el sistema de pesos y contrapesos. Su dilema es que tiene que enfrentar el día de hoy una elección que sólo puede ganar si logra nuevamente convencer a la ciudadanía – o nuevamente engañarla. Resulta que es imposible, porque la gente ya chocó contra la triste realidad de un país dividido y sin liderazgo capaz de unirlo para enfrentar la crisis del la epidemia. Esta realidad es imponente. Ya no se deja tapar por técnicas de desinformación. Game over!

 

Lo mismo les pasará a Bolsonaro y Bukele. Ya está comenzando a pasar. No logran eliminar la independencia de la justicia, y no pueden callar los medios de comunicación independientes ni a la ciudadanía crítica. No lograrán repetir el gran engaño que los llevó a ganar el poder en elecciones libres. El flautista de Hamlin no puede llegar dos veces al mismo lugar y hechizar a todos los jóvenes con su música. La próxima vez los tendrá que llevarlos bajo amenaza o amarrados - y si no puede hacer esto, pierde el encanto y por tanto el poder.

 

Como Estados Unidos tiene instituciones fuertes, que no permiten fraudes electorales, golpes de Estado, censura, o represión sistemática y masiva, es imposible que un mal gobernante retenga el poder, una vez que su demagogia se estrelló contra la realidad de las crisis que él mismo generó. No hay nada más peligroso para un gobernante populista que la desilusión de la gente que una vez se dejó entusiasmar con falsas esperanzas. Usted fue popular a pesar de su mal carácter, a pesar de su incapacidad de gobernar. Esto no es sostenible.

 

Así, Mr. Trump, ni se le ocurra no reconocer su derrota y armar desmadres con sus seguidores fanáticos. Todavía puede salir de la Casa Blanca con cierta dignidad, si es buen perdedor. De lo contrario le irá muy mal.


Good bye,