domingo, 13 de abril de 2008

Sobre el manejo, limites y posibilidades de las Áreas Naturales Protegidas en América Latina.

Las realidades de Latino América son muy distintas en aspectos económicos, sociales y ambientales. No existe una gran y única Latino América, si alguna característica tiene es su diversidad, desde culturas indígenas hasta pueblos muy europeos pasando por afrocaribeños. Desde manglares a desiertos pasando por selvas húmedas y páramos. Desde islas, hasta países tan grades como Brasil o tan pequeños como El Salvador. Desde países estables como Costa Rica, hasta países en grandes conflictos como Colombia. Estas diferencias se reflejan entre países pero también intra país. Hasta países tan pequeños como El Salvador se ven los grandes cambios de una zona a otra. Por esta y otras razones es que resulta América latina una realidad compleja que no puede ser abordada desde enfoques simplistas.

Ahora cuando hablamos del ambiente natural también encontramos esta complejidad, ya que ya expusimos la gran diferencia de paisajes que hay, pues también hay que explicar que los mismos paisajes son muy complejos en si mismo. Países como El Salvador (20,870 Km2) tiene hasta 17 formaciones vegetales diferentes (Ventura y Villacorta, 2001). Y países mega-diversos como Colombia, Brasil y México, es innegable la complejidad de sus ecosistemas, zonas de vida y formaciones vegetales.

Por esto al hacer un análisis resulta sumamente complejo, aunque se hacen. Primero al enfrentarnos al manejo de un área natural protegida (ANP) hay que entender que, primero se esta lidiando con un territorio, por lo tanto cada país y cada zona responderá a sus propias necesidades y a su propia forma de hacer las cosas. Hay que entender también que en este territorio confluyen una sería de sinergias y presiones, tanto a nivel político como a nivel económico, social y ambiental. Por lo tanto cuando queremos manejar un territorio tenemos que abordar las cuatro perspectivas. Esto porque las áreas protegidas ya han dejado de ser el refugio de la fauna y flora, para ser laboratorios de creación de nuevas formas de entender el mundo. Un ANP ya no puede ser entendida sin incluir a las personas y dentro de esa perspectiva reglamentando zonas de uso y de no uso.

La falta de capacidad de manejo de los territorios protegidos se debe en parte a la falta de recursos financieros para llevar acabo esta gestión. Al ser naciones pobres económicamente es muy difícil, que prioricen la conservación de la naturaleza como objetivo importante. Más bien lo ven como una forma de cumplir con algunos compromisos de los organismos financieros, esta solución no ha traído grandes beneficios a la conservación de la naturaleza ya que si los gobiernos se ven forzados, muy difícilmente le darán la importancia necesaria. Aunque hay ejemplos de naciones donde si han tenido un genuino interés por la conservación de la naturaleza. Esto hace más que importante la vinculación de las personas y la sociedad civil en la protección de la naturaleza. Ya que si el ANP es visto desde las distintas perspectivas mencionadas, entonces se crea una sinergia que puede ayudar a solucionar los problemas sociales, económicos y desde luego si esta hay una estrategia adecuada pues los ambientales. Y por tanto una mejora y satisfacción con el sistema político.

La vinculación entre espacios protegidas y sociedad se puede llevar a cabo mediante muchos medios. Normalmente a esta forma de gestión se le conoce como comanejo. Existen muchos grados de compromiso. La mayoría de ejecutivos de Latinoamérica piensan que la gestión del territorio le corresponde exclusivamente al estado y ven como una perdida de soberanía, este pensamiento retrogrado no aportará ninguna solución creativa para el desarrollo y la sostenibilidad. Tampoco aunque es un avance no aportan soluciones los ejecutivos de algunos ministerios Latinoamericanos que piensan que comanejo es consultar a las personas, esto es solo un engaño, muy peligroso, que puede estallar en cualquier momento. Los ejecutivos y técnicos un poco más inteligentes han tenido que aceptar que la participación es algo necesario y esto se ha demostrado en varias ANP que han tenido que incorporar a la gente debido a las grandes presiones que esta han hecho.

“Por participación se entiende al proceso a través del cual la sociedad civil, en sus diversas formas de organización, puede expresarse y contribuir directamente en la toma de decisión que conduce a la identificación, formulación e implementación de las acciones modificadoras de su conducta y de su entorno” (Windevoxhel, 2002). También hay que entender que las perspectivas de género son trascendentales para la verdadera participación

El comanejo tiene que ser verdaderamente participativo y no solo consultivo, también considero que no se trata de entregar un territorio y que la población local ya de por si sabrá como gestionarlo. El comanejo es una estrategia, un proceso, de entrega de responsabilidades, de asumir compromisos y de toma de decisiones conjuntas. El comanejo es una herramienta para la gestión del territorio de comunidades indígenas, campesinas, ONG´s, y porque no, empresa privada. Esta alternativa brinda perspectivas claras de desarrollo económico y social así como una sostenibilidad ambiental.

Perspectivas integrales de manejo han sido las soluciones propuestas para abordar temas tan complejos como los marinos costeros. Existen proyectos interesantes que han querido evolucionar hacia un manejo integrado de costas, por ejemplo el proyecto de la zona de Gandoca-Manzanillo en Costa Rica y Bocas del Toro en Panamá. En varios proyectos de la zona se ha buscado establecer un balance entre las distintas actividades desde el enfoque turístico hasta la utilización y valorización de los conocimientos tradicionales en el uso de la flora y fauna. Establecer cupos de extracción de recursos tanto marinos como terrestres.

Existe otro componente importante a la hora de tomar en cuenta en la gestión de ANP, es el tema del uso público y el turismo dentro de los mismos. Esta claro que el turismo en algunos lugares en concreto esta desarrollado en función de una imagen verde y que este turismo pudiera verse reflejado en un beneficio de la gente. Pero también esta claro que no es ni la única opción, ni la mejor opción para muchos países. Es algo que puede tener valores extra importantes cuando esta bien planeado y diseñado. Pero alternativas como el manejo de vida silvestre, los conocimientos tradicionales y la comercialización de productos alternativos, pueden ser mejores opciones que ANP dedicadas por completo al turismo.

En este complejo mundo de muchas variables hay que tener un pensamiento estratégico. Crear procesos que integren las dimensiones ambientales, económicas y sociales en igualdad de condiciones y amparado por un marco político adecuado. Este complejo mundo también pasa por la utilización de los macro convenios y de la cooperación internacional. Esta cooperación tiene varios inconvenientes y varias razonas por las cuales no ha terminado de funcionar plenamente. Una parte ha sido responsabilidad de los países receptores de ayudas, por falta de capacidad administrativa. Pero en una mayor parte han sido faltas de los países donantes, ya que la formulación de proyectos con imposición de modelos fue algo muy frecuente, aunque con notables excepciones. También el tiempo que tardan los técnicos extranjeros en elaborar y supervisar proyectos es increíblemente corto, con lo cual a mi juicio rara vez logran poder comprender toda esta complejidad que aborde al principio de este artículo.

Si a esto le sumamos que los países donantes, tienen políticas internas que perjudican gravemente el comercio internacional. Mientras por una parte se dedican a cooperar y exigir el comercio global, mantienen subsidios a su producción agrícola, con lo cual el desarrollo económico de los países receptores se paraliza y los hace más dependientes a la cooperación.

Pero, las grandes instituciones cooperantes y las instituciones nacionales han abierto puertas para que los fondos puedan ser utilizados con más sentido, esta entonces en los países receptores la habilidad para poder canalizar dichos fondos a actividades que se traduzcan en un verdadero desarrollo sostenible. Y esta en la sociedad civil la obligación de presionar a las gobiernos a tratar de desviar esta vorágine de crecimiento económico (a costa de todo) a verdaderas formas de desarrollo y sostenibilidad

Comentando Cambio Climático y Seguridad Aliemantaria

Estimado Rodrigo,
Ciertamente, uno de los desafíos para esta generación y la siguiente, será el combate al cambio climático y sus ramificaciones. De la misma manera, en que el cambio climático se manifiesta en diversas formas (incremento en la temperatura media, cambio de patrones de lluvia, aumento de la humedad en la atmósfera, aumento en el nivel del mar, tornados, sequías, etc.), similarmente, se puede crear una sinergia de respuestas para combatirlo. No existe ninguna duda que los efectos en los cambios en temperatura y los patrones de lluvia se comienzan a experimentar, especialmente en las zonas más áridas de nuestro territorio, como es la zona oriental.

La reconversión y el uso del espacio, ya sea urbano o rural, tienen incidencias muy grandes en el cambio climático, sostenibilidad y seguridad alimenticia. Desde ese contexto, energía, desarrollo y seguridad social, están íntimamente relacionados, lo cual incrementa la complejidad en el desarrollo de políticas públicas capaces de al menos crear conciencia a nivel de nación, de que el cambio climático es real y afectara sectores grandes de la población nacional y mundial.
En lo que respecta a los biocombustibles. Es de todos conocido los efectos negativos en la producción y alto costo de los gramos básicos, vitales para la supervivencia humana. No hace sentido crear una crisis alimentaría para producir unos cuantos galones de etanol, que por muchos que sean jamás podrán saciar la demanda de combustibles. Como también se sabe, que se producen más contaminantes al producir los biocombustibles, que el efecto neto que estos puedan tener para combatir el cambio climático. Desde ese contexto, lo más propicio seria, establecer otras dinámicas, que estén de acuerdo con las necesidades locales, y menos con la estructura vertical de los mercados energéticos, cuyo uso, especulación y manejo son en parte responsables del problema.

Una de las incidencias más grandes será la cantidad y calidad de agua disponible para esta y las futuras generaciones. No solo agua para el consumo diario, pero también el agua necesaria para los procesos industriales y la generación de energía. En ese respecto, es necesario identificar los suelos con alto grado o porcentaje de transmisidad, documentarlos y designarlos como suelos ecológicamente sensitivos no disponibles para otra función. Este aspecto puede trabajarse con la ley de ordenamiento del territorio y con un acta de planeamiento urbano aplicable en todo el territorio. La función seria darle las herramientas a las municipalidades para ordenar el desarrollo urbano y crear oportunidades de desarrollo creando polos de crecimiento e inversión económica a nivel nacional. En este contexto, se pueden usar técnicas ecológicas no convencionales en la construcción de viviendas u otro tipo de infraestructuras.
Otro aspecto seria, crear un programa de manejo de cuencas hidrográficas a nivel nacional con el fin de proteger la calidad y cantidad de agua. Este plan puede implementarse con la ley del agua, cuya función seria proteger las fuentes de agua y crear los parámetros necesarios que regulen el uso, derechos y tratamiento de agua negra y potable de manera tal que sea sostenible.

En el aspecto energético, no se puede hablar de soluciones sin tocar el tema de la energía solar. Aunque esta no solucionara completamente el problema, si ayudara a reducir la demanda si se usa de forma generalizada y alterna a los sistemas convencionales de generación. Un gobierno o institución con visión, captaría los 365 días de energía solar gratis disponible, es patético que ni se hable como solución.

Adicionalmente, no se puede hablar de cambio climático sin tocar el tema de transporte urbano. Si se quiere reducir la demanda del petróleo tenemos que pensar en formas de transporte que puedan mover el mayor número de usuarios en la forma más efectiva posible. Un sistema urbano de transporte, efectivo, rápido, no atomizado es lo más factible. Como también reactivando los dos corredores del tren, Apopa- San Salvador y San Martín- San Salvador. Uno esta trabajando como plan piloto, el otro necesitaría un estudio de factibilidad.

El tema de la seguridad alimenticia, es más complejo, simplemente me limitare a comentar lo siguiente. La noción de que todo puede importarse o exportarse a través de los mercados internacionales, obedece a una lógica que desafía el sentido común. El modelo trabajo, al menos, hasta que los precios reales del petróleo y los costos ambientales se hicieran presentes, ya sea en la producción y distribución de mercaderías o el cambio climático. Una nación que no sea sostenible, social o ecológicamente produciendo los sistemas que mantienen las relaciones sociales estables y los productos alimenticios necesarios para su sobrevivencia, padecerá o perecerá por la misma lógica, es insostenible.

Eric Lopez
Tecnología en Manejo de Recursos Naturales, Séneca College
BES, Estudios Ambientales, York University
MES, Master en Planeamiento Urbano y Regional, York University