La salida de 222 hombres y mujeres valientes de las cárceles de Ortega es una buena noticia. Hay que celebrarla, junto con los presos excarcelados y sus familias. El destierro es preferible a la cárcel. Su vida ya no está en peligro.
La carta hablada: Carta-Ortega.mp3
Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, viernes 10 febrero 2023
Tiene razón Sergio Ramírez, quien hoy publicó una columna titulada “Desterrados pero libres” sobre la liberación y el destierro de 222 opositores que Daniel Ortega tenía como rehenes en sus cárceles. Sentencia Sergio: “Liberarlos no es una prueba de fortaleza, sino de debilidad.” Yo agrego: Es una muestra no sólo de debilidad, sino de miedo y cobardía.
El destierro de opositores es de tiranos cobardes. Los Ortega ya no podían cargar con el costo de mantener encarcelados a los mejores hombres y mujeres de Nicaragua - y mucho menos con el riesgo de tenerlos libres en Nicaragua. Por esto, los tenían que sacar de madrugada de los cárceles, meterlos en una avión charter y mandarlos a Estados Unidos. Pero esto no fue suficiente: Pusieron a un juez a leer en televisión a una resolución que despoja a los 222 desterrados de todos sus derechos ciudadanos – como de hecho estos derechos no les hubieran sido negados y violados todos los días desde su encarcelación.
Pero para la paranoia de los Ortega esto tampoco fue suficiente. Mientras el avión con los 222 rehenes liberados todavía estaba en el aire, la Asamblea Legislativa aprobó un decreto de privar a los deportados de sus nacionalidad. Se termina el ciclo: Primero eran opositores y críticos al gobierno, luego fueron presos políticos y se convirtieron en rehenes. Al liberarlos, los convirtieron en desterrados, y al final la Asamblea los convirtió en apátridas, a individuos sin patria.
Pero aunque Ortega tal vez lo piense, esto no es el final de esta historia. Con el destierro de los 222 rehenes, los Ortega se meten en un problema aun más serio. Mostraron al mundo que era cierto que habían tomado a cientos de ciudadanos como rehenes. En las cárceles estaban invisibles, silenciados. Ahora serán visibles y hablarán. Esto tendrá consecuencias – negativas para la dictadura; y positivas para la oposición.
La salida de 222 hombres y mujeres valientes de las cárceles de Ortega es una buena noticia. Hay que celebrarla, junto con los presos excarcelados y sus familias. El destierro es preferible a la cárcel. Su vida ya no está en peligro. Esto es lo más importante. Por su supuesto hay que señalar que el destierro y el despojo de la nacionalidad de los opositores es un crimen que no tiene justificación. Si Ortega y su esposa, copresidente y bruja Chayo Murillo piensan que haber sacado a los 222 de la cárcel les va a eximir de presión internacional y, algún día, de castigo, están equivocados. Tal vez logren bajar la presión por un tiempo pero la presencia de los desterrados en la comunidad internacional será un costo muy alto para una alivio de tan corto plazo.
No sabemos qué van a hacer los 222. Algunos van a quedar en Estados Unidos, otros en Europa, México. Son personas con enorme prestigio ético y gran capacidad intelectual y política. Serán embajadores de la Nicaragua Libre, que ningún tirano ha podido eliminar, llámese Somoza o Ortega. Serán, como decimos en Centroamérica, 222 cangrejos en el .... mejor digo trasero de la dictadura. No van a descansar antes de lograr la libertad de todos los presos políticos – y luego la libertad de Nicaragua.
Termino esta nota con la misma frase que escogió Sergio Ramírez para concluir la suya: “Esos desterrados son más nicaragüenses que nunca.”
Saludos,