Estimado Billy:
Pensaba que ya había dicho todo para expresarte mi respeto y cariño. Por ejemplo en una columna que publiqué en noviembre del año pasado: “Batalla Ganada”, comentando el segundo libro que publicaste, “Historia de una Infamia”. Pero el jueves pasado participé en el lanzamiento público de este libro – y resulta que queda mucho por decir.
Pensaba que ya había dicho todo para expresarte mi respeto y cariño. Por ejemplo en una columna que publiqué en noviembre del año pasado: “Batalla Ganada”, comentando el segundo libro que publicaste, “Historia de una Infamia”. Pero el jueves pasado participé en el lanzamiento público de este libro – y resulta que queda mucho por decir.
Primero una queja: Me hiciste llorar. No fui el único que tuvo que batallar con sus lágrimas cuando vos hablaste. No por lástima. Lo que provocaste en tu discurso en el Museo de Arte Moderno fue ánimo. Ánimo de dignidad combativa, pero también de humildad y perdón, de alguien, a quien sus enemigos han aplicado, en varias ocasiones de su vida, la más cruel venganza: expropiación, balas, secuestro, y una mal intencionada persecución jurídica. Y vos exigiendo nada más y nada menos que la verdad, sin ánimo de venganza. De todos modos, los que te persiguieron ya están pagando: Luis Martínez y Saca en Mariona, Funes en un vergonzoso exilio, el FMLN ante una merecida derrota electoral.
Hablemos de la verdad.
Me tocó el honor de participar, en el mismo evento, en un conversatorio para hablar del caso infame con el cual te querían destruir. Y me di cuenta que aunque la verdad es tan obvia, todavía estamos lejos de lograr desarmar la poderosa narrativa que Saca, Funes, el FMLN y el fiscal general Martínez han construido sobre la traición a la patria, de la cual te acusaron en su campaña de desprestigio.
Es obvio que los que traicionaron el interés nacional, no fueron vos y los otros 20 ex funcionarios que construyeron una política energética exitosa, sino sus acusadores, quienes convirtieron la CEL y la Geotérmica en su botín de corrupción. Pero aun luego de que ustedes quedaron absueltos y sus
Si la gente ya no cree en nadie, esto da al traste con la credibilidad de la política y del servicio público, cuando más necesitamos buenos políticos y funcionarios para salir del hoy donde los corruptos nos han hundido. Si no logramos desmontar esta trampa populista, los más pícaros y sinvergüenzas van a prevalecer…
Por esto es importante establecer la verdad en un caso tan emblemático como el tuyo, hasta que la gente entienda que fue una trampa que los corruptos tendieron a la gente decente y recta. Te pueden criticar por tus convicciones de empresario y arenero. Esto es parte legítima del debate político. Pero nadie te puede cuestionar como servidor público y como hombre. De esta generación de caballeros, que encima del mierderío político y humano han dado dignidad al servicio público, ya quedan pocos. Y no hay que permitir que los corruptos los logren enlodar para conseguir su objetivo: crear un vacío moral, en el cual todo se vale.
No hemos ganado esta batalla, falta mucho que hacer y decir, pero tu libro y tu discurso, que pronto difundiremos en video, son poderosas armas para seguir en esta lucha.
Gracias, Billy.
Te saluda
(MAS! / El Diario de Hoy)