Estimado
Benito Lara:
Me parece perfecta la filosofía de la Policía Comunitaria que ustedes dicen que la pusieron al centro de su “política de seguridad ciudadana y convivencia”. Sólo que no es precisamente nueva –me recuerdo de Manuel Melgar, el primer ministro de Seguridad del FMLN, hablando de esto en el 2009.
Me parece perfecta la filosofía de la Policía Comunitaria que ustedes dicen que la pusieron al centro de su “política de seguridad ciudadana y convivencia”. Sólo que no es precisamente nueva –me recuerdo de Manuel Melgar, el primer ministro de Seguridad del FMLN, hablando de esto en el 2009.
Ya sabemos que en aquel entonces nunca se
implementó esta filosofía, y más bien se siguió con la estrategia de mano dura,
aunque por supuesto, como buen ‘gobierno del cambio’, ya no lo llamaron así…
Ahora, 5 años más tarde, ustedes abrieron las gavetas y sacaron los estudios y
papeles, los desempolvaron - y ya tenemos Policía Comunitaria.
El reto es -y usted tendrá conciencia de
esto-: ¿Cómo generar confianza entre la comunidad y las policía que dice que
quiere ser comunitaria, es decir, servir a la comunidad?
Donde yo trabajo, en La Escalón, los
agentes desplegados como comunitarios, ya están haciendo sus tareas,
acercándose a los vecinos, preguntándoles por los problemas de seguridad. Les
dije que por favor tengan mucho cuidado. Que no vaya ser que en su intento de
acercarse a las comunidades que tienen historial de ser focos de violencia y
delincuencia, pero que en los últimos años se han calmado, porque entre todos
hemos desarrollado formas de convivencia y de inclusión, la policía comunitaria
ajolotara de nuevo el avispero… con golpes e intervenciones que en vez de
convivencia y paz vayan creando tensión, desconfianza, conflictos – y
nuevamente violencia.
Y precisamente esto está pasando en Las
Palmas. Ya las capturas de los jóvenes que ustedes acusan de entrenamientos
paramilitares en la cancha de la comunidad causaron mala leche, porque en la
comunidad todos saben que las acusaciones son falsas. La noche de jueves a
viernes nuevamente Las Palmas fue escenario de un ensayo de cómo no puede
funcionar la Policía Comunitaria: otra redada, ya la tercera en dos meses, de
jóvenes. Esta vez se llevaron 28 bichos, algunos de ellos los conozco y puedo
dar crédito que han estado trabajando por construir convivencia y paz en Las
Palmas, entre la comunidad y sus vecinos en la San Benito.
Si esta es la doctrina de la Policía Comunitaria, Benito,
está condenada al fracaso. Usted estuvo con el presidente en Las Palmas. Luego
emisarios del FMLN y de varias dependencias han llegado, con bastante
frecuencia, para hablar con los jóvenes y a explicarles la política de
inclusión y convivencia de este gobierno. Sólo para que de repente les caingan
con los mismos operativos de redada como los hicieron cuando la Mano Dura era
filosofía oficial del gobierno. Si los acercamientos de la Policía Comunitaria
y de los emisarios de ministerios, secretarías presidenciales y del partido
terminan en nuevas redadas, los jóvenes de Las Palmas van a ver todo esto como
una gran paja. Peor aun, lo van a ver como operativos de inteligencia para
seguirlos fregando.
¿Y qué queda, entonces, de la filosofía
de la Policía Comunitaria y de la Política Nacional de Convivencia? Nada. Solo
el sabor a engaño.
En Las Palmas están trabajando decenas de
voluntarios de organizaciones sociales de Glasswing, de iniciativas culturales
como Vacil-Arte y la Casa Tomada del Centro Cultural de España, de fundaciones
y de proyectos deportivos. Ellos sí están construyendo convivencia y seguridad
en esta comunidad. Este trabajo lo están poniendo en peligro ustedes (gobierno
y policía) con operativos y redadas como usted ordenó en Las Palmas. Piénselo,
ministro.
Lastimosamente nunca hemos tenido
oportunidad de hablar de esta problemática y de las experiencias que hemos
acumulado en dos años de apoyar el proceso de reducción de violencia. Tal vez
un día veamos apertura a un diálogo constructivo.
Saludos,
Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)