"Putin gana, porque salió con la suya con su flagrante violación del derecho internacional y del orden mundial, que garatizaban el respeto a las fronteras contra la expansión territorial del vecino más fuerte. Esta ganancia la compartirá con Trump: Si Putin pudo anectar a una cuarta parte de Ucrania, ¿porqué Trump no puede hacerse dueño de Groenlandia, del canal de Panamá, de la Franja Gaza y de las riquezas de Ucrania?"
Publicado en DIARIO DE HOY, jueves 20 febrero 2025
El monstruo renació. Voy a sacar del baúl de los recuerdos, la bandera, los afiches y los dicursos contra el imperialismo yanqui. Renació con Donald Trump, Elon Musk y el Hillbilly J.D. Vance. Esta vez no sólo izquierdistas radicales se van manifestar contra el imperialismo, sino los demócratas de todo el mundo, incluso en Estados Unidos, sean de izquierda, conservadores, liberales. Ojala lo hagan a tiempo y en voz alta.
Este neo-imperialismo, aparte de tendencias fascistas y dictatoriales que ponen en peligro la democracia estadounidense, confiesa abartamente sus confesas intenciones colonialistas. Lo dice el mismo Trump: ‘America First’ significa el derecho expansionista.
Como se revela en un documento filtrado al periódico británico The Telegraph, Trump quiere extorsionar y explotar a Ucrania: Si no quieren que les retire todo apoyo militar y dejo que Putin les de el tiro de gracia, me aceptan un deal en mis términos. En cambio de garantizarles que Rusia se quede solo con una parte de sus país, me van a sucribir un pagarégeneral que les obligará a pagarme 50 centavos sobre cada dólar que Ucrabia ganará con la explotación de las riquezas en su subsuelo, más cada 50 centavos sobre cada dólar que ganan con su puertos, aeropuertos y centrales eléctricas – hasta que me hayan pagado el total de 500 mil millones de dólares. Esto se llama reparaciónes.
Reparaciones normalmente se cobra a un país agresor luego de derrotarlo. Ucrania ni es agresor ni derrotado en el campo de la guerra. Trump no va a cobrar ni un centavo a Rusia, que agredió a Ucrania. Por lo contrario, ofrece a Rusia levantar las sanciones y abrir grandes oprtunidades de negocios conjuntos. De negocios se trata, no de la paz.
Ucrania quedaría como colonia de Estados Unidos, trabajando para Estados Unidos, condenado a una existencia de tercer mundo. Esto se llama imperialismo.
Trump, que sustituye la política con deal making, dejó saber a Ucrania que esta es su condición para que él negocie con Putin el fin de la guerra y la existencia de Ucrania, aunque sea colonizada. Aparte de las otras tres condiciones, que no son de Trump, sino de Putin, pero ahora avalados por Washington: aceptar que Rusia se quede con una quinta parte de Ucrania; veto al ingreso de Ucrania a la OTAN; y una drástica reducción de sus Fuerzas Armadas y de su arsenal de armas modernas. Ucrania se quedaría sin garantía de seguridad frente a su vecino agresor, aparte de perder terreno, su soberanía, su riqueza natural y su dignidad. Este sería el resultado del deal entre Trump y Putin, del cual ambos ganarán grandemente.
Putin gana, porque salió con la suya con su flagrante violación del derecho internacional y del orden mundial, que garatizaban el respeto a las fronteras contra la expansión territorial del vecino más fuerte. Esta ganancia la compartirá con Trump: Si Putin pudo anectar a una cuarta parte de Ucrania, ¿porqué Trump no puede hacerse dueño de Groenlandia, del canal de Panamá, de la Franja Gaza y de las riquezas de Ucrania?
Sobre los pedazos del viejo orden mundial destrudio por Putin y Traump, nacerá uno nuevo, en el cual los tres superpotencias -Estados Unidos, Rusia, China- pueden libremente (y en común acuerdo) perseguir sus políticas expansionistas e imperialistas. Ninguna de las otras naciones, ni siquiera las viejas democracia europeas, tendrían garantías que se respeten sus territorios y su soberanía.
Los países de Europa (los de la Unión Europea más Gran Bretaña), junto con su aliados más importantes (Canadá, Japón, Surcorea, Australia) tienen dar pasos inmediatos para poder defenderse en este nuevo orden mundial, en el cual reinará la ley del más fuerte, más agresivo y más gangster.
La primer línea de defensa es seguir defendiendo Ucrania. No pueden dejarlo solo. Tienen que darles las garantías de seguridad, soberanía y desarrollo que Putin y Trump le están negando. Tienen que convertir a este neuovo bloque político y económico (EU más Gran Bretaña más sus aliados) también en una potencia militar que podrá sustituir la OTAN cuando Trump la paraliza o incuso desmantela. Se necesita un polo de poder que defienda la democracia y la soberanía de las naciones. Un contrapeso a los tres rufianes China, Rusia y Estados Unidos. En el mejor de los sentidos, una alianza anti-imperialista.