sábado, 30 de marzo de 2019

Carta sobre el emperador, el papa y la coronación


El 2 de diciembre del año 1804, Napoleón Bonaparte fue coronado emperador en la Catedral de Notre Dame de Paris. Supuestamente iba a coronarlo el papa Pio VII, a quien para este fin Napoleón lo mandó a traer desde Roma. El papa hizo caso a la orden de Napoleón, quien a esta altura ya tuvo bajo su poder a Italia, dejando solo al Estado Pontifico con cierta soberanía.

Lo que realmente quería Napoleón era humillar al papa, quien representaba la única institucionalidad que podía hacerle contrapeso a él como emperador. Luego de traerlo bajo amenaza a Paris, para supuestamente coronar al emperador, lo único que lo dejó hacer en Notre Dame fue bendecir al ‘revolucionario’ acto de auto coronación de Napoleón. Ni siquiera dejó al papa tocar la corona antes de ponérsela él mismo…

Luego de la coronación, Napoleón quiso obligar a Pio VII a quedarse en Francia, pero el papa había venido preparado: Había instruido a sus cardenales en Roma a declarar vacante el papado si no regresaba a Roma, y proceder a elegir otro Santo Padre. Napoleón lo dejó regresar a Roma, pero en 1808 mandó a sus tropas a ocupar al Estado Pontifico, y en 1809 decretó su anexión a Francia. Al papa Pio VII lo arrestaron y lo llevaron a Francia, donde permaneció rehén de Napoleón hasta el año 1814. Pero nunca se doblegó ante el hombre que por plebiscito había llegado a proclamarse y luego auto coronarse emperador.

Hoy ya no hablamos de coronación, sino de alternancia del poder, porque somos República. Hoy ya no le toca a la Iglesia Romana, como único contrapeso al poder del monarca, juramentar al nuevo jefe del Estado, sino al parlamento, que hoy en día es el contrapeso al poder del presidente. 

Pero sigue siendo importante quien controla los actos de traspaso de poder y puede llenarlos de significado o manipularlos. Parecen formalidades, pero tienen impacto en la manera como la ciudadanía percibe el poder y los contrapesos.

La fuerza simbólica de los actos relacionados al poder es importante: Pueden exhibir el poder total y arrogante – o el poder democrático, limitado y contrarrestado, dependiendo como se pongan en escena los eventos. De esto se trata el pleito sobre el traspaso del poder al presidente electo.

Unos quieren proyectar el 1 de junio la institucionalidad del estado administrando la alternancia democrática. Otros quieren proyectar una ruptura histórica – y la relación directa del gobernante con ‘el pueblo’, dejando al parlamente en la misma irrelevancia en la que dejó Napoleón al papa.

Si queremos, podemos aprender de la historia. Saludos,


jueves, 28 de marzo de 2019

Carta sobre el traspaso de mando: ¿transparente u hostil?

Parece que todo lo que el presidente electo haga y publique hay que someterlo a un estudio exhaustivo de realidad y mentira.
Veamos: El martes 26 de marzo, Nayib Bukele publicó en Twitter la siguiente denuncia:

Este día, Cancillería le comunicó a nuestros delegados para el acto de la Toma de Posesión del 1 de junio, que por orden de Casa Presidencial, se suspende toda reunión de coordinación, obviamente por nuestras recientes críticas al gobierno. De continuar esta decisión, sería la primera vez que en la historia moderna del país, que no habría acto de Traspaso de Mando. Ni ARENA trató así al FMLN.”
Si esto ya era tabaco fuerte, su acólito Walter Araujo elevó el tema a crisis nacional que pone al país al borde de la insurrección, con esta publicación en Twitter:


“INAUDITO, si ellos no hacen el traspaso de mando, sería un Golpe de Estado directo, violando la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia. Si eso se da, no queda más que el pueblo, disuelva la Asamblea Legislativa golpista, usando todos los recursos a su mano. Advertidos.”
¿Cuáles son los hechos detrás de todo este drama? Son totalmente diferentes – y no explican el drama que arman Bukele y Araujo.

18 febrero 2019:
El canciller Carlos Castaneda dirige una carta al Nayib Bukele, informándolo que por ley tiene la responsabilidad de constituir una “Comisión Coordinadora para el Traspaso de Mando Presidencial 2019-2024”, y solicita al presidente electo a nombra a sus representantes en esta entidad.





17 marzo 2019

Mandada esta carta, durante 1 mes no pasa nada. Es hasta el 17 de marzo que Bukele contesta al canciller y nombra a sus delegados: Marcela Rodríguez y Sofía Medina. La última fue gente de comunicaciones de Bukele en la alcaldía de San Salvador y una de as acusadas en el caso “Troll-Center”.





19 marzo 2019:

A solo recibir esta respuesta, cancillería emitió, el 19 de marzo, un acuerdo ejecutivo, formalizando la Comisión Coordinadora, incluyendo a las dos representantes del presidente electo.





21 marzo 2019:

La primera reunión de esta “Comisión Coordinadora para el Traspaso del Mando Presidencial” tuvo lugar en cancillería, el 21 de marzo. Según fuentes del gobierno, fue una sesión informativa, para ver todos os detalles a atender. Se acordó convocar la próxima reunión para el martes 2 de abril. Esta convocatoria nunca fue suspendida, confirma Roberto Lorenzana desde Casa Presidencial.




26 marzo 2019:

El martes 26, de la nada, salió Nayib Bukele con su denuncia que el gobierno no quería realizar el acto de traspaso – y Walter Araujo con su denuncia que no quieren entregar el poder, y por tanto había que preparar la insurrección. ¡Qué manera de anunciar su retiro de una comisión!








¿Así nos van a tener los próximos 5 años, inventando una crisis tras otra: fraudes electorales, golpes de estado, conspiraciones - y llamando al “pueblo” a disolver la Asamblea, el Tribunal Electoral, la Corte Suprema o a sustituir al fiscal general?


En todo esto, tampoco el presidente electo ha nombrado su equipo de transición para recibir los ministerios y autónomas. Parece que no están interesados en una alternancia coordinada y transparente, sino más bien planificando una transición accidentada.
Saludos,



Epílogo

27 marzo 2019, 10.17pm



Epílogo 2

28 marzo 2019, 8.02am





martes, 26 de marzo de 2019

Carta a los tuiteros y facebuqueros: Paremos a las ‘turbas digitales’

Todos deberían leer la columna titulada “No nos van a callar”, publicada por Erika Saldaña el lunes 25 de marzo en El Diario de Hoy. De su propia experiencia explica el fenómeno de las “turbas digitales” que en las redes sociales atacan a cualquiera que se atreve a expresar crítica pública al líder de Nuevas Ideas y presiente electo Nayib Bukele.

Yo recibo este tipo de ataques diariamente: insultos, mentiras, amenazas. Amenazas de expatriarme, amenazas de muerte, amenazas a mi familia. Siempre he preferido no tomar en serio estos ataques. Siempre he dicho: Para mucha gente frustrada, las redes sociales son una válvula de escape para deshacerse de sus agresiones reprimidas. La gente que nos insulta o amenaza en Twitter, ya no nos va a tirar piedras o balas…

Sigo convencido que para mucha gente, la violencia digital funciona como terapia. Pero solo funciona para individuos. Si la violencia digital es organizada, colectiva y dirigida, ya no sirve como válvula de escape para prevenir violencia real. Por esto es correcto el término que Erika Saldaña usó en su columna: “Turbas digitales”. Ella no fue victima de la agresión de unos locos, sino de un ataque organizado y dirigido. Y así como lo vimos en la violencia en la manifestación contra la Ley de Agua, en estos casos la violencia digital la violencia digital va a la calle, la verbal se hace real. Cuando estamos ante “turbas”, la violencia digital promueve, convoca y prepara la violencia callejera y real contra personas o propiedades.

El fenómeno de las “turbas” se hizo famoso en Centroamérica  mucho antes de que existieran las redes sociales: las “turbas divinas”, que los sandinistas echaron encima a sus adversarios en Nicaragua para controlar sindicatos, universidades, barrios. Hoy estas “turbas” sandinistas las vemos en televisión: grupos civiles armados hasta los dientes, convertidos en escuadrones de la muerte, protegidos por la policía, reprimiendo a estudiantes. En la Venezuela de Maduro se llaman “colectivos” y con total impunidad atacan y asesinan a opositores.

Aquí en El Salvador tuvimos la “Brigada Limón”, encabezada por Mario Belloso, que operaba como grupo de choque del FMLN y sus alcaldías, sobre todo para reprimir protestas de sindicatos municipales. Cuando Mario Belloso, aprovechando una manifestación en frente de la UES, sacó un fusil para matar a sangre fría a dos agentes policiales, la conmoción social fue tan grande en todo el país y en todos los sectores que el FMLN tuvo que desarticular, de una vez por todo, esta su propia versión de las “turbas”.

Fue una muestra que la violencia política no ha tenido espacio en El Salvador desde los Acuerdos de Paz. Y no hay que permitir que esto cambie.

Siempre hemos tenido violencia verbal en las redes. Los partidos y gobiernos han tratado de montarse encima de este fenómeno y dirigirlo contra sus críticos y adversarios. Pero antes de la entrada en escena de Nuevas Ideas, esto había sido un fenómeno marginal, sin mucho impacto. Pero ellos sí han logrado armar en serio y en grande sus “turbas digitales”, y dirigirlos eficientemente – que es la parte más complicada en este tipo de campañas. A veces parecen todos sincronizadas, siguiendo señales y mensajes de algunas cuentas claves, como las de Ernesto Sanabria (@-Brozo)  y Walter Araujo – otras veces operan de forma descentralizada, como “guerrilla cibernética”, como células, por iniciativa propia.




 





(Más importante que el tuit original de Walter Araujo, que da la señal de ataque, son todas las respuestas e en el hilo)

Una vez que la violencia digital tiene este grado de organización, ya no se trata de individuos frustrados deshaciéndose de sus agresiones. Se trata de operaciones intencionales y planificadas de dar muerte civil, intimidar y destruir a adversarios o críticos. Y ya no hay ninguna garantía que la violencia se quede limitada al espacio cibernético. Por lo contrario, en cualquier momento puede traspasarse a la calle, a la realidad, y volverse criminal – sea por ordenes superiores, sea por la inercia propia de una “guerrilla cibernética” o “turba digital”.

Todavía podemos parar las “turbas digitales”, así como entre todos logramos parar a la “Brigada Limón”.

Saludos,








domingo, 24 de marzo de 2019

El Manifiesto de Los Mismos de Siempre. Columna Transversal

[A veces hay que optar por la ficción para enfrentar la realidad. A veces hay que usar la imaginación para visualizar cómo salir de una crisis marcada precisamente por la falta de imaginación. Bueno, yo me imagino que un día de estos líderes de izquierda y derecha se sientan para analizar sus diferencias y coincidencias. Me los imagino en esta mesa a viejos a la par de jóvenes, unidos por el compromiso de promover, cada uno en su ámbito político, las discusiones y transformaciones necesarias. Me imagino que su primer acuerdo sería pronunciarse al público para romper la defensiva y recuperar la iniciativa. Así es que nacería este Manifiesto de los Mismos de Siempre…]
Nos dicen ‘Los mismos de siempre’. Han ganado una elección con este slogan, porque nos dejamos colocar a la defensiva y dejamos de defender con orgullo lo que hemos logrado en las últimas tres décadas.

Somos los mismos de siempre que hemos construido el modelo salvadoreño para salir de una dolorosa guerra: una paz sin perdedores y sin ganadores, para todos poder participar en la reconstrucción del país – sin discriminaciones y con la frente en alto.

Somos los mismos de siempre que demostramos a la comunidad internacional que supimos cumplir al pie de la letra los complicados compromisos del cese al fuego, de la separación de las fuerzas beligerantes y su posterior desmovilización  – y de los Acuerdos de Paz en General.

Somos los mismos de siempre que a pesar de las profundas diferencias ideológicas supimos consolidar el sistema pluralista, dotar de credibilidad las elecciones, y crear la confianza necesaria para la alternancia pacífica del poder.

Somos los mismos de siempre que al fin logramos una estabilidad tal de las instituciones que les permitió romper con el lastre de impunidad y comenzar a investigar y perseguir la corrupción de los más altos funcionarios. Contrario a lo que muchos quieren hacernos creer, hoy no tenemos más corrupción en El Salvador sino más lucha contra ella.

Aunque todos hemos fallado en muchas tareas, sobre todo en la lucha contra la violencia y la erradicación de la pobreza, los mismos de siempre hemos logrado que durante 27 años se respetara la libertad de expresión y de prensa y se erradicó la violencia política, o sea el uso de las armas para conquistar o defender el poder.

Nada de lo que hemos construido es perfecto. Hay que mejorarlo, no botarlo. Ahora por primera vez asumirán el gobierno personas que no se sienten comprometidos con los Acuerdos de Paz y lo construido a partir de ellos. Desprecian la República que hemos construido por eso hablan de refundarla. Nosotros vamos a defender la República.

El error que cometieron tanto ARENA como el FMLN en la campaña electoral pasada fue que con frases como “los mismos de siempre” y “devuelvan lo robado” se dejaron poner a la defensiva, en vez de defender con orgullo lo logrado, incluyendo la lucha contra la impunidad y la corrupción.

Quieren ganar otra elección de la misma manera, la elección decisiva del 2021, donde se tratará de consolidar o perder el sistema de pesos y contrapesos, o sea el carácter democrático y republicano de nuestro sistema político. Esto no pasará, porque estamos creando partidos renovados (o incluso nuevos), modernos, democráticos.

En el 202l, el populismo demagógico se va a topar nuevamente con “los mismos de siempre”, pero esta vez preparados y sin complejos. Se va topar con una contingentes con una clara definición ideológica de izquierda democrática, y con una derecha con clara definición ideológica liberal. Estas dos corrientes principales van a ofrecer a la ciudadanía un debate sobre sus proyectos políticos, sobre las diferencia fundamentales entre la izquierda democrática y la derecha democrática – pero también, sobre sus coincidencias frente a los peligros de un nuevo autoritarismo.

Por más que estemos coincidiendo en la necesidad de defender el Estado de Derecho y las libertades, los proyectos políticos de derecha e izquierda nunca serán iguales. Es otra mentira que Nuevas Ideas necesita inventar para justificar su existencia. Y al revés: Por más que vayamos a luchar cada uno por su proyecto político, no vamos a abandonar la lucha común por defender la democracia pluralista.
Volcán de San Salvador, algún día pronto
Los Mismos de Siempre