(1 junio 2019. Discurso del presidente de la República,
que este día asume su mandato)
Ustedes conocen nuestro Plan de Gobierno. Ahí están detallados
nuestros compromisos de mejorar la educación, la salud, la seguridad, la
economía, las inversiones sociales, la creación de empleos, la
infraestructura, la seguridad energética. En los meses de transición
hemos avanzado en convertir algunos de estos compromisos en políticas
públicas; para otros temas nos faltan los datos necesarios que
resultarán de las auditorías exhaustivas que van a comenzar mañana.
Dentro de poco vamos a presentar todas las políticas públicas e iniciar
las gestiones legislativas necesarias, previas consultas con todos los
sectores de la sociedad.
Pero hay algunas medidas que ya están decididas y que vamos a
comenzar a implementar hoy mismo. Son medidas que solo dependen de la
voluntad y decisión de este presidente y del gabinete que juramentaremos
hoy. Se pueden resumir en una frase: Primero hay que limpiar y ordenar
la casa – Casa Presidencial.
Las tres últimas administraciones han creado en Casa Presidencial un
sobregobierno, restando facultades a las ministerios y al Consejo de
Ministros, duplicando y confundiendo competencias y gastos, y evadiendo
rendición de cuentas. Este elefante blanco lo vamos a desmontar y
restablecer la institucionalidad del gabinete de gobierno y la
responsabilidad de cada ministro sobre políticas públicas y la ejecución
del presupuesto.
Las
decisiones de este gobierno no van a emanar de un despacho presidencial
donde el mandatario confabula con asesores, secretarios y comisarios
políticos, quienes no responden a las responsabilidades legales y
presupuestarias de ministros del Estado. Van a surgir de un Consejo de
Ministros coordinado por la vicepresidencia y presidido por este
servidor.
Todas las competencias de las secretarías de Inclusión Social,
Juventud, Protección Civil, y muchas de las competencias de las actuales
secretarías de Comunicación, Asuntos Jurídicos y de Gobernabilidad van a
ser asumidos por los respectivos ministerios.
Esto implica un rediseño de varios ministerios y la creación de dos
nuevos: Inclusión Social y Justicia. El primero se hará cargo de toda la
inversión social y del sistema nacional de prevención de violencia y
delincuencia. Justicia va a dejar de ser un apéndice raquítico del
Ministerio de Seguridad, conducido por oficiales de policía, y entre
otras cosas asumir la administración del sistema penitenciario y las
políticas de rehabilitación.
Como han visto, he nombrado ministros de Defensa y de Seguridad
civiles, quienes van a establecer el control civil sobre los cuerpos
armados del país. Es una condición indispensable para efectivamente
combatir abusos de autoridad y garantizar el cumplimiento de los
Derechos Humanos.
La actual Secretaría de Comunicación será transformada en una Oficina
de Prensa de la Presidencia. Los medios estatales de comunicación
social, ahora adscritos a la Secretaría de Comunicación, saldrán del
control de la presidencia y serán convertidos en entidades autónomas,
sin control político de la Presidencia.
Medidas parecidas serán tomadas en el Ministerio de Cultura,
convirtiendo las instituciones culturales (teatros, museos, bibliotecas,
zoológico) en instituciones autónomas. Las instituciones autónomas de
comunicación social y cultura serán conducidas por directivas
profesionales y no políticas, que incluirán representantes de la
academia y la Sociedad Civil.
El reglamento que hoy firmaré reducirá la publicidad de Cada
Presidencial y de todas las dependencias del Ejecutivo estrictamente a
la difusión de información necesaria para la ciudadanía. Quedará
determinantemente prohibida cualquier publicidad gubernamental para
promover al gobierno y sus instituciones. Esta regla será extensiva a
las autónomas y superintendencias.
Dos secretarías de la Presidencia serán disueltos: la Secretaría de
Participación Ciudadana, Transparencia y Anticorrupción, que en el fondo
es un aparato de propaganda; y la Secretaría de Gobernabilidad. Algunas
funciones de estas secretarías (las que no son superfluas ni ajenas a
la función pública) serán asumidas por la Vicepresidencia, Secretaría
Técnica, o la nueva Oficina de Auditoría interna que será adscrita a la
Vicepresidencia.
Todo el aparataje de Casa Presidencial que estaba en función de los
programas Gobernando con la Gente y Buen Vivir será disuelto. La
presidencia no va a ejecutar ningún programa publicitario de este tipo.
A la Secretaría Técnica será adscrita un Centro de Investigación
Económica-Social de alta calidad académica, el cual también dará
servicios profesionales a los ministerios. Esta medida reducirá
sustancialmente el gasto del Ejecutivo en asesores y consultorías.
Otro reglamento que presentaré hoy al Consejo de Ministros establece
la creación de un car pool, un servicio centralizado de transporte, que
sustituirá la asignación de vehículos a los funcionarios. Este servicio
será exclusivamente para usos oficiales. Para uso privado y familiar,
cada funcionaría hará uso de su vehículo particular. La flota
gubernamental será reducida drásticamente y vehículos de lujo serán
sustituidos por vehículos funcionales y económicos. Medidas similares
serán ejecutadas en el resto del Ejecutivo.
No habrá partida secreta, ni fondos discrecionales, ni en Casa
Presidencial, ni en otras dependencias del Ejecutivo; tampoco
transferencias presupuestarias no autorizadas por la Asamblea. Los
únicos fondos reservados serán los asignados a la Oficina de
Inteligencia del Estado, los cuales serán sujeto a estricta auditoría.
No habrá en este gobierno ningún tipo de sobresueldos, y las
asignaciones de gastos de representación, combustible y telefonía serán
reducidos al mínimo necesario y estrictamente auditados.
Como presidente, comandante en jefe de la Fuerza Armada y responsable
de la PNC y de la Oficina de Inteligencia del Estado voy a asumir
personalmente la conducción de las políticas de Seguridad Pública y
Seguridad Nacional.
La vicepresidencia asumirá la responsabilidad de conducir nuestro
esfuerzo especial: asegurar que las políticas sociales y económicas
obedezcan a una priorización integral. Ambos vamos a asegurar que las
políticas sociales, económicas y de seguridad obedezcan a una estricta
coordinatación y focalización para producir sinérgicamente crecimiento
económico, inclusión social, reducción de la pobreza y seguridad
ciudadana.
Con todas estas medidas, que vamos a oficializar hoy y poner en
práctica al más corto plazo, el presupuesto de Casa Presidencial se
reducirá sustancialmente y será más transparente. Casa Presidencial será
un lugar de toma de decisiones, y la implementación de las políticas
estará al cargo de los ministerios y bajo responsabilidad de los
ministros y viceministros.
A todo esto me refiero cuando digo: Primero vamos a limpiar la casa.
***
Posdata de Paolo Lüers: Se vale soñar…