La cancha de Las Palmas ha adquirido mala fama desde que la Policía
difundió que ahí sorprendió a cuatro jóvenes usando la instalación
deportiva para entrenamientos militares con fusiles de guerra. Esto pasó
en la noche del 8 de julio, a solo tres días de aquel sábado que el
presidente Salvador Sánchez Cerén vino a esta comunidad escondida en un
gran hoyo entre la Zona Rosa, el MOP, el Estado Mayor y la Feria, para
producir la primera entrega de su programa de radio y televisión
"Gobernando con el Pueblo".
"El sábado vino el presidente para
prometernos todo el apoyo de su gobierno, y el martes vino la Policía
para llevarse a nuestros hijos", dice Marisol Méndez, la madre de Alvin
Alexánder Carreño Méndez, de 21 años, uno de los jóvenes capturados el 8
de julio.
Marisol Méndez está sentada a la orilla de la cancha de
Las Palmas, junto con los familiares de los otros detenidos. Si toda a
comunidad Las Palmas es un gran hoyo, la cancha es el fondo de este
hoyo, a la par del río que la divide de las oficinas del Ministro de
Obras Públicas. Esta cancha es el corazón de la vida social de esta
comunidad de unos 9,500 habitantes. Al momento que los familiares hablan
con el enviado de El Diario de Hoy, la cancha está llena de niños
jugando fútbol, las gradas están llenas de familiares y vecinos haciendo
vida social. Y como palcos de estadio se ven arriba los balcones y
terrazas de las casas colindantes, también llenas de vecinos.
"A la vista de todos"
Carlos
Hernández, el entrenador de fútbol, contratado por la alcaldía de San
Salvador para trabajar con los jóvenes de Las Palmas, dice: "Todo lo que
pasa en esta cancha está a la vista de todo el mundo. Si alguien quiere
hacer algo a escondidas, no lo puede hacer en esta cancha". Hernández,
quien también vive en Las Palmas, pasa cinco días y muchas noches de la
semana en esta cancha, dando entreno a niños, niñas y jóvenes. Sabe lo
que pasa y lo que no puede pasar en esta cancha. Conoce a los cuatro
detenidos, dos de los cuales han sido sus alumnos: "Aquí el ambiente es
sano. Es una falsedad lo de los fusiles y de los entrenos. Dicen que
andaban bien noche: Bueno, en esta comunidad la gente tiene vida social,
la gente está en la calle hasta bien noche, porque no hay violencia, no
hay extorsiones. La cancha está ocupada a veces hasta medianoche,
porque vienen bichos a jugar que salen tarde del trabajo o del estudio."
Y
es cierto. Este enviado de El Diario de Hoy se ha movido, de día y
también de noche, en los callejones y pasajes encima de la cancha.
Siempre hay gente afuera, las puertas de la mayoría de las casas están
abiertas. Y desde todos lados se ve lo que está pasando en la cancha.
"Ellos no estaban en la cancha"
¿Qué
pasó entonces aquella noche del 8 de julio, cuando una unidad especial
de la PNC entró a Las Palmas y salió con dos fusiles, cuatro detenidos y
la historia del entrenamiento militar en la cancha?
Según los
vecinos y familiares, nadie estaba en la cancha y los cuatro jóvenes ni
siquiera estaban juntos. Los detuvieron uno por uno,
en lugares muy
distantes uno del otro y de la cancha. Alvin, quien tiene 21 años, y
quien trabaja en un restaurante para financiar sus estudios, estaba en
frente de su casa, en un pasaje encima de la cancha, hablando por
teléfono, cuando lo arrestaron.
A Miguel Antonio Rodríguez, 19
años y desempleado, su madre, doña Sandra Miriam Hernández de Rodríguez,
lo mandó a comprar unas pastillas. Lo mandó bien tarde, porque no
quería pasar la noche con dolores. No regresó, porque lo detuvieron,
lejos de la cancha. Varios testigos confirmaron que a doña Sandra la
amenazaron a llevarla también, cuando trató de acercarse a su hijo ya
detenido.
Una vecina de los Rodríguez, quien solo se identificó
como Ana María, interrumpe el relato de doña Sandra: "Estos muchachos no
son pandilleros, nunca han molestado a nadie. De todos modos, aquí a
los únicos que les tenemos miedo es a los Policías.
Andamos tranquilos
en la calla hasta bien noche y solo hay problema cuando entra la
Policía, o cuando interceptan a nuestros hijos que regresan tarde del
trabajo o del estudio".
Esta afirmación –que aquí nadie vive en
miedo, excepto de la Policía- se repite docenas de veces durante las dos
vistas a Las Palmas, una el domingo en la tarde, la otra el pasado
martes en la noche. La repiten niños, mujeres, dueñas de tiendas y
puestos de comida… y sobre todo los jóvenes y las muchachas de Las
Palmas.
José Alcides Medina Guevara, de 18 años, es otro de los
detenidos del 8 de julio. Su madre, Karina Elena Guevara, cuenta que su
hijo fue detenido adentro de su casa en el pasaje 7, lejos de la cancha,
a las 2:00 de la mañana. Según el relato de su madre, confirmado por
vecinos, José Alcides fue golpeado y nunca presentaron orden de captura.
Lo mismo pasó en el caso de Daniel Antonio Constanza Martínez, quien
con 29 años es el mayor de los acusados. Trabajó este día en Santiago de
María, llegó a Las Palmas ya noche, fue a la casa de un amigo a ver una
película y, cuando caminaba a su casa, fue detenido.
Hay docenas
de testigos que afirman que ninguno de los cuatro estaba en la cancha,
que ni siquiera estaban juntos. Pero la Policía no ha recogido ninguno
de estos testimonios. En la primera audiencia,
la Policía sostuvo el
relato que ya había difundido a través de los medios: que esta noche una
patrulla detectó que un grupo entre 12 y 15 jóvenes estaba entrenándose
en la cancha, que capturaron a los cuatro recuperando dos fusiles, y
que estaban practicando su arme y desarme.
Desde el 8 de julio,
los cuatro están en las bartolinas de Montserrat, donde ningún familiar
los ha podido ver. Este viernes habrá una nueva audiencia para revisar
la decisión del juez de mantenerlos detenidos durante los cuatro meses
que solicitó la Fiscalía para investigar el caso.
Los familiares
ven la detención como injusticia que va a destruir la vida de estos
jóvenes. Para los vecinos, incluyendo los entrenadores que trabajan en
la cancha y los directivos de la comunidad y del complejo deportivo, es
muestra del estigma que sufren esta comunidad y todos sus habitantes.
Sandra
Miriam Hernández de Rodríguez, la madre de uno de los detenidos, dice:
"Es un delito ser joven y vivir en Las Palmas. Con estas acciones de la
Policía y las noticias en los medios nunca se quita esta mentalidad
chuca (sucia) de denigrar a la gente de Las Palmas".
Ángela Méndez
está parada en frente a su casa en el mismo pasaje donde viven Alvin y
su familia. Es uno de los "palcos" directamente encima de la cancha. A
la pregunta de si ella se ha dado cuenta de entrenamientos en la cancha,
dice: "Todos los días y todas las noches. Pero entrenamiento del bueno,
de deporte. Si alguien hace algo diferente ahí abajo, ¿cómo no me voy a
dar cuenta? Pero a mí no vino a preguntar nadie, sólo usted".
"Miedo... pero a la Policía"
Carlos
Espinoza es el coordinador del trabajo pastoral y social de la
parroquia católica en Las Palmas. Vive y trabaja en la comunidad, y
conoce bien a los cuatro detenidos: "Son inocentes, esta historia del
entrenamiento militar es absurda. No entiendo por qué la PNC viene a
ajolotar una comunidad que está tranquila, donde no hay violencia. Hay
pandilleros, pero no se meten con nadie, no hay renta, no hay
reclutamiento por la fuerza. Ahora la gente tiene miedo, ¡pero de la
Policía!".
Dos días después, en la noche, encontramos a otros dos
entrenadores que conocen a todos los jóvenes de la comunidad, incluyendo
a los cuatro detenidos. Solo se ríen cuando se habla de entrenamientos
militares y fusiles. Damián Ernesto Sorriano es el hombre que, sin que
nadie le pague un sueldo, entrena a cinco diferentes grupos femeninos de
diferentes edades en basquetbol. Mientras estamos hablando con él, a
las 8:00 de la noche, hay como 30 niñas entre 6 y 15 años en la cancha
de basquetbol. "Yo paso aquí en la cancha todo el tiempo y nunca he
visto nada ilegal pasando aquí. Esta cancha es el corazón de la
comunidad. Mis tres hijos vienen aquí a jugar. Todos trabajamos gratis
en los entrenos, porque queremos romper, mediante el deporte, esta mala
imagen que tienen afuera de Las Palmas. Conozco a los 4 muchachos y son
ridículas las acusaciones. Con esta acusación quieren destruir lo que
aquí en la cancha estamos construyendo, pero nosotros seguimos como si
nada con todos los cursos, incluso en la noche".
La que le asiste
en los entrenamientos de basquetbol es Maritza Trejo. Ella no vive en
Las Palmas, pero tiene 4 años de trabajar en esta comunidad, por parte
de la ONG Glasswing. De oficio trabaja con la escuela en Las Palmas,
pero de noche, como voluntaria, en la cancha. Y ella dice lo mismo: "Es
una comunidad sin violencia, sin miedo, a menos que entra la Policía y
maltrata a los jóvenes. Amo esta comunidad".
Diputada del FMLN: "Captura es injusta"
Mientras
están hablando los dos entrenadores, en la oficina administrativa de la
cancha "Los Papis", el equipo de fútbol de los adultos, se ha reunido
con Mauricio Castro, el presidente de la ADESCO Las Palmas, y con otros
directivos que administran la cancha. Todos "Los Papis", que casi todas
las noches están en la cancha, desmienten las acusaciones de la Policía
contra los cuatro detenidos – o más bien "contra Las Palmas, porque es
contra todos nosotros", como dice uno de ellos.
De repente se abre
la puerta y entra otra visita: la diputada de Parlacen por el FMLN,
Gloria Anaya, junto con Alva Santana, la subdirectora de INJUVE, la
instancia del gobierno para el trabajo preventivo con jóvenes. Luego de
largos discursos bastante ideológicos sobre "la profundización de los
cambios" y el "buen vivir" que el gobierno quiere llevar a comunidades
como Las Palmas, la representante del FMLN llega al grano, respondiendo a
preguntas insistentes del directivo Mauricio Castro: "Es una injusticia
lo de los jóvenes detenidos. Nosotros somos testigos que esta cancha no
es lugar de entrenamiento militar, y vamos a apoyar a las familias en
la defensa", dijo la diputada. Y además, anunció una decisión tomada por
el Presidente Sánchez Cerén, quien aprobó la solicitud de la comunidad
de ampliar la escuela a bachillerato. Fue una de las peticiones que la
directiva hizo
llegar al mandatario luego de su visita a Las Palmas con
su programa "Gobernando con el Pueblo".
Al salir de esta reunión,
una muchacha se acercó y me dijo, casi susurrando: "Escriba esto del
bachillerato, porque si no, luego se olvidan. Y escriba que no se hagan
los majes: son ellos mismos que controlan la Policía. ¿Y no tienen cinco
años gobernando?".
Afuera, en un rincón cerca de la cancha,
están esperando los pandilleros de la 18, línea revolucionarios, de Las
Palmas. Quieren dejar claro dos cosas: "Estos bichos que agarraron, nada
tienen que ver con la pandilla. Ni con fusiles, ni con nada". Y el otro
mensaje lo quieren mandar "a la gente arriba en la Zona Rosa y La
Escalón": "Nosotros mantenemos la tregua, a pesar de todo. Por esto aquí
no hay violencia. Ni en Las Palmas, ni con la mara contraria en 'La
Fortaleza' (del otro lado de la Panamericana), ni en San Benito, ni en
La Escalón". Y así como aparecieron, desaparecen, caminando tranquilos
entre el mar de gente en la cancha y en las gradas.
A la hora de
salir de Las Palmas, a las 10:00 de la noche, las calles y los pasajes
están llenos de gente, con niños jugando, señoras vendiendo pupusas,
viejitos en sus sillas frente a sus casas.
(El Diario de Hoy)
Más fotos de Las Palmas y su cancha: