Estimados:
Seguramente leyeron la columna de Manuel Hinds, titulada “Ensuciando el agua que uno va a beber”. Más les vale.
Seguramente leyeron la columna de Manuel Hinds, titulada “Ensuciando el agua que uno va a beber”. Más les vale.
Discuto mucho con Manuel Hinds, y casi siempre llegamos a coincidencias que se reflejan en nuestras columnas. El mejor ejemplo: Discutiendo hemos desarrollado, durante años, una sistemática crítica a ARENA, su dirección, y su trabajo parlamentario. Estoy convencido que ahora, oficialmente abierto el proceso de definir democráticamente al candidato presidencial para las elecciones del 2019, no hay que aflojar en este ejercicio crítico. ARENA lo necesita, por las deficiencias señaladas reiteradamente por ambos. Deficiencias del debate interno y de cómo este partido define (o más bien no define) sus posiciones y propuestas políticas.
Por esto disiento de la columna de Manuel Hinds.
Él critica a uno de ustedes de “ensuciar el agua”, criticar al partido, y así hacer daño al vehículo con el cual pretende llegar a la presidencia. Aunque no menciona nombre, es claro que se refiere a Javier Simán.
Defiendo la posición contraria:
Nadie (ni dentro ni fuera del partido) debe tener confianza a candidatos que quieren asumir la candidatura, y por tanto la presidencia, que no tematicen con transparencia y valor las deficiencias de su partido, los cuales por años hemos señalado – y que no han sido discutidas adecuadamente por su dirigencia. El COENA se ha negado a abrir los espacios necesarios de debate y renovación, y los dos diputados que más han empujaron a abrirlos han quedado fuera de la jugada electoral (Juan Valiente y Johnny Wright). Ahora la expectativa es que ustedes, los precandidatos, respondan a la necesidad histórica de abrir estos debates. Porque tienen que tener claro que sin renovación y democratización de su partido, cualquiera de ustedes lo tendrá cuesta arriba para ganar, pero sobre todo para gobernar bien.
Si alguien de ustedes tiene por estrategia mejor mantener los problemas internos debajo de la alfombra para no complicar su campaña y no dar argumentos a los adversarios, y piensa que pueda resolverlos una vez que llegue al poder, está equivocado. Todas las mentiras, incluyendo por omisión, serán amarres y hipotecas difíciles de deshacer por quien llegue al poder sin haber conducido su partido por un proceso transparente de discusión, renovación y autocrítica.
Hinds tiene razón:
No hay que dar oxigeno a la tesis irresponsable de la anti política de que todos los partidos son irreparablemente corruptos. Pero no veo a ninguno de ustedes cayendo en este discurso populista. Es cierto: No hay que ensuciar el agua. Pero el otro extremo seria por oportunismo y cobardía no limpiar el agua que no se ha terminado de purificar en ARENA. Quien como candidato asume demencia diciendo que todo está bien, hace más daño a su vehículo electoral que él que tematiza los errores que hay que superar.
Porque no es cierto que todo está bien en ARENA y su liderazgo. Su partido avanzó en su democratización, se limpió de buena parte del cáncer de corrupción, populismo y autoritarismo – pero no fue solo Tony Saca el responsable de este cáncer, también los vicios históricos que permitieron su ascenso – y estos no han desaparecido en su totalidad del cuerpo y de la cabeza de ARENA.
Ustedes tienen la oportunidad histórica de abrir en su partido y en el país un debate franco, crítico y autocrítico. Las elecciones internas son el escenario ideal par hacerlo. No tengan miedo a este desafío. Saludos,
Vea el artculo de Manuel Hinds:
“Ensuciando el agua que uno va a beber”
(MAS! / EL DIARIO DE HOY)