sábado, 6 de agosto de 2016

Carta a los salvadoreños: No dejen de joder, y no se dejen joder

Por más que nos quejamos de la inseguridad, las ventas de frutas y verduras en nuestros mercados siguen siendo obras de arte. Por más que los números nos digan que somos el país más violento del mundo, sigue siendo un deleite caminar por los mercados, bromear con las vendedoras, tomar sopa de gallina en los comedores…

Por más que la mayoría de jóvenes diga que quiere salir del país para irse al Norte, solo hay que salir a la vuelta de la capital para darse cuenta que vivimos en un paraíso: en 20 minutos estamos en el Boquerón, en el lago de Ilopango, subimos a Comasagua o la Puerta del Diablo; en una hora estamos en el Tunco, en el Lago de Coatepeque, o en Suchitoto…

Si preguntamos a los extranjeros que llegaron al país y terminaron quedándose, todos nos dicen que los salvadoreños, que en las estadísticas internacionales aparecen como campeones mundiales en homicidios, en realidad son amables, generosos, hospitalarios…

Yo en todo el país he recorrido las fincas, las fábricas, los ingenuos, los talleres donde los salvadoreños trabajan; las iglesias donde rezan; las escuelas y universidades donde sus hijos estudian; y hasta las cárceles donde sus otros hijos pagan pecados – y en todos estos lugares no encontré que nadie este paralizado por el miedo. Más bien encuentro hoy lo mismo que tanto me impresionó cuando durante 12 años cubrí la guerra: resiliencia. Según Wikipedia, “la resiliencia es la capacidad de los seres humanos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas.”

Según yo, es “la capacidad de nunca dejar de joder, y nunca dejarse joder.” Que es lo mismo, pero suena mejor. Suena más salvadoreño.

Interesante ver de dónde viene esta palabra ‘resiliencia’. Viene del verbo latín ‘resilire’ que significa ‘retirarse’, pero al mismo tiempo ‘rebotar’. A esto se referían los campesinos combatientes en Morazán cuando hablaron de ‘guinda estratégica’… Otra palabra clave para entender la identidad salvadoreña…

Claro que la gente tiene miedo a la violencia rampante. Claro que la gente ve con preocupación el futuro económico del país – y de su familia. Hay miles de razones de afligirse – sobre todo cuando no hay gobierno o partido en cual realmente confiar…

No se confundan: El hecho que la mayoría de los jóvenes (de todos los estratos sociales) quieran salir del país para estudiar o trabajar en el Norte no es muestra de resignación. Todo lo contrario, es manifestación de esta misma resiliencia (o resistencia) guanaca. Emigrar no significa tirar la toalla, sino lo contrario: aceptar los retos, desafiar la suerte – y sacar adelante la familia. Los emigrantes no huyen del país, más bien toman la iniciativa de rescatarlo. Si no hay trabajo en Chalatenango o Cabañas, la gente va a San Salvador o Soyapango a buscarlo – y si es necesario, hasta Los Angeles o Milan. Y si en San Salvador no hay universidades que ejercen la investigación científica, se va al MIT en Boston o a Oxford en Inglaterra. Esto se llama no dejarse vencer. Estos jóvenes tal vez no creen mucho en las oportunidades que les da el país, pero creen firmemente en la capacidad de los salvadoreños…

Escribo esto porque en tantas columnas y cartas me toca señalar problemas, corrupción, y mal gobierno – y existe el peligro que esto resulte en pesimismo y resignación. Pero yo sigo viendo El Salvador como un país con gran potencial humano. Solo hay que remover los obstáculos y restricciones, los malos gobiernos y las malas políticas – y no tengo duda que aquí habrá inversión, desarrollo y creatividad.

Felices vacaciones les desea
44298-firma-paolo


(MAS!/EL DIARIO DE HOY)


jueves, 4 de agosto de 2016

Carta a mis colegas periodistas y editores: No pueden delegar su trabajo a la Fiscalía

Dice la jueza que el fiscal le dijo que en una llamada telefónica interceptada por la Fiscalía, un supuesto cabecilla de una pandilla le dijo a un individuo no identificado que algunos pandilleros estaban “diciendo que dicen” que los líderes de la MS13 recibieron de a saber quién 25 millones de dólares para realizar la tregua y reducir los homicidios…

Esto es lo que a esta altura se sabe. Lo que dijo la jueza y lo que dicen los fiscales. Nada más.
Y este ‘dicen-que-dicen-que-dicen’ se plasmó en titulares de portada de los tres periódicos de El Salvador:

-“Testigo: MS recibió $25 millones por tregua” (La Prensa Gráfica)
-“Revela juez en la audiencia: La MS recibió $25 millones durante tregua” (El Diario de Hoy)
-“Pandilla MS habría recibido $25 mills. durante la tregua” (El Mundo)


Pregunto a mis colegas periodistas y editores: ¿Cómo una información tan poco dura y confirmada puede convertirse en “noticia de verdad” y en titular de portada?

Pregunto a mis colegas: ¿Y las preguntas de rigor que tenemos que responder antes de dar algún hecho como noticia?

¿Quién entregó este dinero, dónde, de qué fondo, con qué autorización?

El único hecho comprobado que tenemos es la afirmación de la Fiscalía de haber escuchado una conversación telefónica entre dos individuos. Uno, el acusado Marvin Quintanilla, lo niega. El otro ni la Fiscalía dice quién es. Entonces, como periodista me pregunto: ¿Cómo hago para conseguir la confirmación que necesito para afirmar, como medio de comunicación, que hubo un pago tan importante de 25 millones de dólares?

También a la jueza habría que preguntar cómo en esta audiencia que exclusivamente fue de imposición de medidas, ella pudo hacer semejante afirmación? Primero, no le tocaba en esta audiencia hacer valoraciones de pruebas. Y segundo, no hay ninguna prueba del hecho (los $25 millones), sino solamente una mención del fiscal quien dijo que alguien dijo que dijeron…

En la corte, absolutamente ningún hecho es cierto mientras no esté debidamente comprobado por testimonios y pruebas físicas admitidas por los jueces. Punto. Esto lo tiene que asumir la jueza, pero también los medios – e incluso los fiscales.

¿Cuándo hemos dado a los fiscales el poder de determinar la verdad? Porque esto estamos haciendo (o permitiendo que se haga), cuando al muy principio de un juicio tomamos y reproducimos como hechos las acusaciones, hipótesis y teorías de conspiración que la Fiscalía plasma en el requerimiento fiscal del caso. En un Estado de Derecho, con esta apertura del juicio, con la acusación formal de la Fiscalía, apenas comienza la búsqueda de la verdad. Cuando ni siquiera ha comenzado el proceso de evaluación y comprobación de las acusaciones, en un juicio no existen hechos y no existen culpables.

Es la regla básica de la justicia.

Entonces, ¿por qué en nuestros medios el requerimiento fiscal (la acusación) se convierte en el guión de la cobertura? Porque esto pasa, por lo menos cuando estas acusaciones corresponden a nuestros propios resentimientos. Esto, que mis colegas me disculpen, es parcialidad. Y cuando los medios reproducen una acusación sin ningún filtro profesional e investigativo, porque sienten que está en concordancia con lo que la gente piensa y pide. Esto, que mis colegas me disculpen, es la versión mediática del populismo.

Aquí solo he escogido el caso de los 25 millones como ejemplo. Pero la cobertura del ‘Operativo Jaque’ durante la última semana está llena de estos ejemplos; cuando los medios, sin ninguna información y comprobación, toman como verdad lo que la Fiscalía sostiene. Tomen un poco de distancia de sus percepciones subjetivas y revisen la cobertura periodística. Llegarán a la conclusión de que la pueden mejorar mucho.

Saludos,
44298-firma-paolo 
(MAS!/El Diario de Hoy)


martes, 2 de agosto de 2016

Carta a los ejecutivos del gobierno: Sí es personal

Estimados amigos:
Siempre la mara los está jodiendo. Como ahora vivimos bajo el régimen de la transparencia, alguien publicó los salarios que ustedes reciben, y que había encontrado en algún sitio de Internet.
Gran escándalo: Los secretarios de la presidencia todos ganan como 6 mil al mes, y algo parecido los jefes de las autónomas. Sumemos a esto el uso de buenos vehículos del estado, gasolina y celular libre, indudablemente sale una buena vida.

Fíjense, a mi no me escandaliza la manera como nosotros remuneramos a los ejecutivos del gobierno. O mejor dicho: si tuviera la certeza que ustedes son ejecutivos preparados, de la mayor calificación académica-profesional y alto rendimiento, yo estaría de acuerdo que ganen aun más. Estoy convencido que el Estado debe de tener la capacidad de competir con el sector privado en la atracción de los mejores cuadros gerenciales.

Me parece ridículo que en nuestro país los ministros tengan salarios de 3 mil dólares, cuando ejecutivos en el empresa privada con el mismo grado de responsabilidad, manejo de personal y de presupuestos no estarían dispuestos de trabajar por ese salario. Y me parece sumamente peligroso que la solución a este dilema no es redefinir los salarios formales sino la cultura del sobre de manila con el sobresueldo. Es peligroso porque abre la puerta a cualquier tipo de arbitrariedad, corrupción y compromisos de compadres.

En este sentido, es mucho mejor definir que el presidente de CEL devenga un salario de 10 mil.

Entonces, el escándalo no es el monto de los salarios de nuestros ejecutivos, sino son dos mañas que realmente huelen muy mal: por una parte la creación de puestos que no son necesarios, como el montón de secretarios en Casa Presidencial que duplican (y complican) la labor de los ministerios. Son cargos que surgen de la necesidad política y partidaria, pero no de la lógica de eficiencia del aparto ejecutivo. Y la segunda cosa que huela a podrido es la falta de idoneidad de los altos funcionarios – y por siguiente, la falta de resultados. El hecho que hay cuadros del partido y de ALBA que ocupan cargos importantes en instituciones como CEPA, PROESA, CNR, Ministerio de Economía y varias Superintendencias – y que ganen de 6 mil para arriba, esto sí es escandaloso.
Cuando esto pasa, el malestar popular, que nunca es muy justo, conduce a conclusiones erróneas y juicios peligrosos. Por ejemplo, que si el país está en crisis, los ejecutivos del gobierno también tienen que compartir la miseria. O la otra, que todos ustedes son corruptos e ineptos.

¿Cómo no va pensar (y gritar) esto la mara si ven a un presidente de CEL, cuya calificación es su relación familiar con el máximo líder del FMLN, Medardo González, pero que tiene la CEL desfinanciada, envuelta en casos de corrupción e invirtiendo en megaproyectos equivocados, como El Chaparral y la ampliación de la presa 5 de noviembre, que por su elevado costo no pueden ser rentables nunca? ¿O cuando ven a un secretario de Transparencia que no cum0le ninguna función ejecutiva, pero que no solo gana 6 mil dólares al mes, sino además dispone de enormes recursos de Casa Presidencial en asuntos que exclusivamente son de interés partidario e ideológico?

Normalmente se dice: No lo tomen personal. Pero en los casos de los funcionarios ineptos o no necesarios, el asunto sí es personal. Ahí la única solución sería removerlos.

Saludos,
44298-firma-paolo

(MAS!/El Diario de Hoy)