Por supuesto, nadie tiene respuestas. Es que no puede haber respuestas. El sistema de los fondos públicos no funciona así. No hay una fuente específica para escuelas, otra fuente financiera para hospitales y una tercera para la policía. Todos estos fondos provienen de la caja central del gobierno, y todos los impuestos y otros ingresos van a esta caja. Así lo dicta la Constitución. Hay algunas excepciones, como los impuestos especiales para gastos específicos, pero los constitucionalistas nos dicen que esto no puede ser la norma, sino la excepción, y de forma temporal. No podemos crear financiamientos específicos para cada rubro del gasto estatal.
Estamos haciendo las preguntas equivocadas a los candidatos. No hay que preguntarles de dónde van a sacar el pisto para medicinas, uniformes o bonos para policías y soldados, sino cómo proponen ellos sanear las finanzas públicas. ¿Con qué medidas piensan aumentar los ingresos y reducir los gastos del Estado? ¿Cómo van a hacer para que el presupuesto general de la nación realmente sea reflejo de un plan de gobierno, en el cual se priorizan correctamente los problemas a resolver?
Todo lo demás es paja. Paja de los políticos que no entienden la problemática, o que nos quieren engañar con trucos como: Voy a aumentar la recaudación tributaria y un día esto va a Educación; otro día va a Salud; el tercer día, en otro discurso ante otro sector, va dedicado a Seguridad.
O el truco del impuesto predial, que varios quieren implementar: un candidato dice que el nuevo impuesto será para financiar proyectos de infraestructura; y el otro afirma que será para financiar las municipalidades. Sigue siendo paja. Lo que el futuro presidente necesita hacer es revisar de fondo el gasto estatal con dos criterios: Primero, ¿qué realmente es necesario y qué es superfluo?, y segundo, ¿qué es realmente prioritario, de acuerdo a un plan de desarrollo nacional?
Necesitamos líderes con la capacidad y la voluntad de priorizar y focalizar los gastos estatales adecuadamente, en vez de seguir distribuyéndolos con la regadera para que a todos les caiga un poquito y nadie se sienta abandonado por el gobierno.
Así que, en los pocos días que faltan para las elecciones, fíjense en quiénes son los candidatos dispuestos a priorizar y focalizar los gastos estatales según nuestras verdaderas necesidades, y quiénes son los que prometen un poquito a cada región y a cada sector social. Los primeros son los visionarios y audaces, porque no temen tomar medidas impopulares; los segundos son los populistas, quienes nunca van a resolver ningún problema del país.
Saludos,
(MAS! y EL DIARIO DE HOY)