Estimados amigos:
Les tengo que preguntar: ¿Acaso se hubieran sentido más seguros si en la cadena nacional sobre los sismos hubiera aparecido el profesor Sánchez Cerén?
Les tengo que preguntar: ¿Acaso se hubieran sentido más seguros si en la cadena nacional sobre los sismos hubiera aparecido el profesor Sánchez Cerén?
Fue patético el espectáculo del comando de emergencia formado por la ministra de Medio Ambiente (que dijo que mejor nos vayamos a la playa); el “albañil del pueblo” Gerson, (quien dijo que mejor no saliéramos); el canciller, quien no tenía nada que decir; y el vicepresidente a quien sacaron de a saber de qué tipo de vacaciones.
Enfrenten la realidad: Así es nuestro gobierno, esté o no el presidente, esté en Cuba recibiendo tratamiento médico o esté aquí.
El
hombre se fue a Cuba sin avisar. Como si no lo supiéramos. Por supuesto
que no podía saber que iba a temblar. Pero sí sabía que su gobierno
estaba en impago. Sí sabía que nos iban a bajar aun más en las
clasificaciones de crédito, poniéndonos en la misma categoría con
Venezuela. Se fue de todos modos, y de alguna manera tuvo razón: Estén o
no estén el presidente y su vice, aquí no hay liderazgo.
La crisis de los sismos perfectamente la hubieran podido dejar en manos de Jorge Meléndez, quien dirige el organismo que coordina las respuestas a las emergencias. Lo hubiera hecho mejor que los tres que se disputan la candidatura presidencial y las cámaras: Gerson, Oscar y Hugo.
El
presidente se fue a Cuba dejando instrucciones que nadie revelara su
destino y su condición. Esto sí es grave, pero no porque su liderazgo
nos haga falta. Es grave por la evidente inconstitucionalidad de su
salida sin haber pedido permiso a la Asamblea. La Sala confirmó en su
sentencia del 1 de septiembre del 2016 que el mandatario tiene que pedir
permiso cada vez que salga del país. Es incomprensible que la Asamblea y
la Sala permitan que esta inconstitucionalidad se repita en cada viaje
del presidente.
Más grave aún es que, con el presidente ausente o presente, cada vez se confirma más que no es apto para gobernar. No por brillar de su ausencia en una emergencia nacional, sino por brillar de ausencia de liderazgo en todos los asuntos del Estado. Delega la política de Seguridad Pública a un conjunto de policías, quienes facilitan la militarización de la PNC y encubren la sistemática violación de Derechos Humanos. Delega la política fiscal a personeros de notoria incapacidad y negligencia. Delega la tarea de atraer inversiones a Sigfrido Reyes, Oscar Ortiz y José Luis Merino, que son para espantar a cualquier inversionista.
El gobierno está a la deriva. Y lo peor: La oposición tampoco muestra liderazgo. Felices vacaciones les desea
(MAS!/El Diario de Hoy)