Me encuentro en Alemania para celebrar el cumpleaños 90 de mi hermano mayor y luego el mío, con amigos que tengo años de no ver. Está lloviendo, pero los paisajes de otoño son preciosos, con las hojas de los árboles en todos los grados de verde, amarillo, café y rojo…
Espero que durante las tres semanas que estaré ausente, no pase nada que hunda más al país. Ningún madrugón legislativo, ningún asalto nuevo a los fondos de pensiones, ningún impuesto adicional.
Espero que los diputados no le den ningún cheque en blanco al gobierno, o sea, ningún préstamo sin que el gobierno corrija el presupuesto para el 2017 y firme con el FMI los compromisos adquiridos en la negociación.
Cuando regrese, quisiera llevarme la grata sorpresas de buenas noticias:
-que las alcaldías hayan recibido el FODES retenido por el ministro de Hacienda;
-que la ministra de Salud haya firmado un acuerdo con los sindicatos para garantizar que los hospitales puedan trabajar en paz;
-que Guillermo Gallegos se haya negado a asumir la presidencia de la Asamblea Legislativa, luego de un sorprendente ataque de sinceridad. Para mí sería el segundo mejor regalo de cumpleaños si el 8 de noviembre asumiera un presidente parlamentario comprometido con la institucionalidad del país (el regalo principal será la paliza de cantina que sufrirá este día Donald Trump).
-que la Sala de lo Constitucional haya tomado medidas efectivas para hacer que el gobierno comience a cumplir la sentencia de inconstitucionalidad de la situación en las bartolinas y los penales;
-que el general Atilio Benítez haya regresado a Berlín a retomar su cargo de embajador, porque la comisión de antejuicio de la Asamblea haya declarado sin lugar la acusación del fiscal general contra él;
-que la Asamblea haya aprobado la Ley de Responsabilidad Fiscal sin que ARENA la haya tenido que comprar por 1,200 millones de dólares. Las leyes no pueden tener etiqueta de precio.
-que el fiscal general haya incluido al nieto del presidente Salvador Sánchez Cerén en la acusación por el accidente fatal de la camioneta de Casa Presidencial, y a Marcos Rodríguez y Eugenio Chicas en la acusación por encubrimiento…
¿Es demasiado pedir? ¿Demasiado trabajo para tres semanas? Bueno, uno tiene derecho de soñar, sobre todo en vacaciones.
Confío que mis colegas periodistas no bajarán la guardia, porque voy a seguir mi viaje, a ver si encuentro temas diferentes para mis cartas. Aunque solo llevo dos días en Alemania, ya me topé con el asunto que todo el mundo aquí discute: los refugiados.
Saludos desde Alemania,
(MAS!/El Diario de Hoy)