sábado, 9 de enero de 2010

Polistepeque

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Carta a Rubén Zamora

Estimado Rubén:

¡Felicidades por tu nombramiento como embajador en la India! Tengo que decirte que no me deja de sorprender. No porque esté dudando de tu calificación. Por lo contrario: De los nuevos embajadores y cónsules nombrados esta semana, vos sos el único realmente calificado para las relaciones exteriores. ¡Mucho más que el mismo canciller!

No, lo que me sorprende es que te mandan hasta la India. Por toda tu experiencia, hubiera sido lógico (y bienvenido) que te hubieran nombrado canciller o embajador ante la ONU o la OEA.

¿Pero mandarte a la India? Me huele a que te querían mandar lo más lejos posible para sacarte de la jugada. ¿Cuál jugada? Para quién en este gobierno sos un obstáculo para que te manden al exilio hasta la India?

¿Tal vez los del FMLN, que sacaron al doctor Héctor Dada de la dirección de su partido (Cambio Democrático) para instalar ahí a Oscar Kattán, el director del Seguro Social, que tiene años de ser el hombre del Frente en el CD?

Todos sabemos que el Frente y Mauricio Funes necesitan al CD como partido cuchumbo para guardar los pedazos que arrancan a los partidos de derecha. Sos el único que podría recuperar al CD para la izquierda democrática. Vos o Héctor Dada. Pero hay rumores que a él también lo quieren mandar a una embajada...

¿O tendrán algún plan estratégico secreto con la India para mandar a este país al mejor experto en relaciones exteriores que tenemos? Tal vez quitarles a los hindúes los call centers o las maquilas de software para traerlos para El Salvador...

Quien sabe. Pero de todos modos, te felicito. Y también a los hindúes. No sé para que les servirá, pero tendrán un embajador salvadoreño de lujo...

¡Feliz Año Nuevo y feliz viaje!

Tu amigo envidioso Paolo Lüers

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jueves, 7 de enero de 2010

¿Tranparencia en Casa Presidencial?

La creación de una entidad estatal dedicada a crear transparencia en la jungla burocrática y financiera del gobierno parece una excelente idea. Tal vez hubiera sido más consecuente crear esta oficina fuera de Casa Presidencial, con más independencia y más poderes.

También la selección de Marcos Rodríguez para dirigir la nueva entidad -llamada Subsecretaría de Transparencia- parece adecuada: no proviene de la burocracia gubernamental, sino de instituciones independientes que se dedican a obligar a los gobiernos a ser más transparentes, como Funde y Transparencia Internacional.

Para que el hecho que la entidad dedicada a la transparencia esté bajo el control de la Presidencia no cause sospechas, su primera misión debería ser: hacer transparente cómo funciona el teje y maneje de la presidencia. Tomando en cuenta que en El Salvador la Presidencia siempre ha tenido extraordinarios poderes. Y además que el actual Presidente ha concentrado aún más instituciones del Ejecutivo directamente en Casa Presidencial: todos los medios de comunicación estatales (Canal 10, Radio Nacional, la editorial, una agencia de noticias por fundar) y toda la administración pública de cultura (anteriormente Concultura y supeditado a Educación, hoy Secretaría de Cultura de la Presidencia).

Además el presidente Funes ha creado un aparato nuevo dentro de Casa Presidencial, o sea bajo su control directo, sin intermediación ninguna del gabinete de gobierno: la Secretaría de Asuntos Estratégicos bajo dirección de Hato Hasbún, la cual junto (o en competencia) con la Secretaría Técnica de Alexander Segovia está asumiendo funciones que antes estaban asignadas a una entidad autónoma y plural como la Comisión Nacional de Desarrollo abolida por el "gobierno del cambio". Estas dos super-secretarías de la Presidencia concentran además muchas funciones que históricamente estaban ubicadas en ministerios como Economía, Planificación (mientras existía), Relaciones Exteriores y Cooperación...

¿Cuáles funciones? Con esta pregunta lógica comienza el problema: nadie lo sabe exactamente, ni siquiera los funcionarios que trabajan en estas secretarías. Hay duplicidad de funciones. Hay confusión de competencias y posiblemente luchas por el control dentro del aparato presidencial y con otras entidades del ejecutivo.

Además el presidente Funes ha creado otra superestructura dentro del aparato presidencial: la nueva Secretaría de Inclusión Social bajo dirección de su esposa, Vanda Pignato. De esta manera buena parte del trabajo social y sectorial del gobierno, entes bajo responsabilidad de diferentes instituciones con cierto grado de autonomía, queda bajo el control directo de la Presidencia: política hacia mujeres, juventud, niñez, tercera edad, discapacitados, etc.

Un gran campo para el subsecretario de Transparencia para generar transparencia, claridad, y confianza. La Subsecretaría de Transparencia debería contestar a la opinión pública una serie de preguntas:

1. ¿Quién es quién en CAPRES, a qué se dedica cada quién, y qué competencias tiene cada uno? En este organigrama de Casa Presidencial habría que incluir no sólo a los secretarios y subsecretarios, sino a todos los asesores contratados por Casa Presidencial para asesorar a los secretarios y a los subsecretarios...

2. ¿Por qué el sitio web de Casa Presidencial no provee un organigrama de las diferentes secretarías, ni los nombres de los secretarios y subsecretarios? Con la única excepción de la Secretaría que dirige la Primera Dama.

Esta Secretaría tiene una sub-página que contiene la biografía de la Secretaria, pero ninguna información sobre la estructura, la misión, los funcionarios de la Secretaría. Las demás secretarías, por más estratégicas que sean, no existen en la página oficial de CAPRES. ¿Por qué tanta compartimentación?

3. ¿Quiénes son los asesores en CAPRES y sus secretarías? ¿Cuáles son sus calificaciones? ¿Cuánto ganan y de qué fondos están siendo pagados?

4. ¿De qué forma los secretarios, subsecretarios y los asesores en Casa Presidencial intervienen en las decisiones de los diferentes ministerios?

5. ¿Ya ha hecho uso el presidente Funes del mecanismo de transferir a Casa Presidencial fondos aprobados por la Asamblea para otros usos en los diferentes ministerios? Estamos hablando del mecanismo que usó el presidente Saca para gastar en Casa Presidencial 219 millones de dólares extra sin rendir cuentas cabales, una buena parte en publicidad para mejorar su imagen...

6. ¿Cuánto ha gastado entre junio y diciembre de 2009 la Casa Presidencial de Funes en publicidad?

7. Para producir y para pautar las campañas de publicidad de Casa Presidencial, ¿se han hecho licitaciones entre las empresas publicitarias del país?

8. ¿Es cierto que una empresa a cargo de la publicidad del gobierno es propiedad de personas que al mismo tiempo tienen contratos de asesores en Casa Presidencial?

No estoy seguro si el señor subsecretario de Transparencia tiene la autorización, la autoridad y el acceso a información suficientes para investigar y contestar públicamente estas preguntas. Si los tiene y lo demuestra, habría que felicitar a él y a su jefe, el Presidente de la República, por su aporte a la transparencia. Si no, mejor renuncie de un cargo que más bien sirve para que se mantenga la falta de transparencia en el gobierno y en Casa Presidencial.

(El Diario de Hoy)

Carta al doctor Salvador Moncada

Querido doctor y caballero:

Quiero comenzar el año dedicando mi carta a un compatriota ejemplar. Usted es el salvadoreño que más cerca ha llegado a recibir el premio Nobel. “Muchos, en la comunidad científica mundial, consideran que Salvador Moncada debió haber recibido dos veces el premio Nobel de Medicina: en 1982 y 1998,” según la BBC de Londres.

No soy juez de esto, pero me dicen que sin sus investigaciones y aportes no existiera la famosa píldora Viagra que da potencia sexual hasta a casos perdidos. No es que yo sepa de Viagra, pero algo de excepcional tiene que tener un médico graduado de la Universidad de El Salvador si lo relacionan con este tipo de éxitos revolucionarios.

También, que yo sepa, ustedes es el único salvadoreño que puede llevar el título ‘Sir’ con su nombre, porque fue nombrado ‘Knight’ (caballero) por la reina Elizabeth II por sus méritos científicos.

Usted, al igual que su amiga María Isabel Rodríguez, es muestra del potencial académico y científico que no estamos aprovechando como país, porque dejamos a la Universidad de El Salvador en el abandono y en manos de ineptos.

Habrá gente que diga “Pero Moncada no es salvadoreño, es de Honduras.” Igual como dicen de Horacio Castellanos Moya, cuyos libros tienen éxito a nivel internacional. Claro, usted es hondureño, porque nació en Tegucigalpa. Y es salvadoreño, porque se creó y se formó en San Salvador. Y es británico, porque vive y realiza sus investigaciones en Londres.

Su partida de nacimiento hondureña y su pasaporte inglés no le quitan nada del orgullo que sentimos en El Salvador porque en nuestras calles y en nuestra universidad se formó un salvadoreño que conquistó el mundo.

¡Felicidades, Sir Salvador!

Paolo Lüers

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miércoles, 6 de enero de 2010

No lo subestimé...mi error fue otro

Por algún tiempo, viendo la casi total dominación que ha ejercido Hugo Chávez sobre nuestro país, llegué a pensar que lo había subestimado. Desde que lo vi actuar en 1992 y lo oí hablar en su campaña presidencial, en 1998, lo consideré un golpista inculto y corto de ideas. En 1998 creí que había que dejarlo hablar porque el país se daría cuenta de lo nefasto y mediocre de este hombre. Su retórica, pensé, sería la cuerda con la cuál se va a ahorcar.

He llegado ahora a la conclusión de que nunca lo subestimé. Pienso (a pesar de que por bastante tiempo traté de suprimir ese deprimente pensamiento de mi conciencia) , que lo que hice fue sobrestimar a mis compatriotas, pensar que la sociedad venezolana vería a través de este hombre de escasas cualidades intelectuales y lo echaría rapidamente al cesto de la basura política.

No ocurrió así. Sorprendentemente algunos líderes de opinión y personas de alto nivel intelectual comenzaron a ensalzarlo. Aún cuando tuviera luego ocasiones para arrepentirse, el valioso Ricardo Combellas llegó a decir que Chávez era infalible. El admirado y admirable Joge Olavarría, quien luego lo adversaría con su acostumbrada vehemencia, se entusiasmó con él hasta un punto intolerable. Miguél Henrique Otero y Alfredo Peña lo apoyaron en su etapa de candidato presidencial y aún después de su victoria. Políticos del Plioceno inferior como Luis Miquilena y hasta destacados académicos como Ernesto Mayz Vallenilla lo aconsejaron, Mayz muy brevemente, Miquilena convertido en cómplice. Los banqueros empezaron a acercársele y surgieron los escotets y los victores. Regresó Orlando Castro. Mucha de la izquierda intelectualoide venezolana, orgullosa de sus escritores y artistas, lo apoyó en su primera etapa y algunos, a lo Fruto Vivas y a lo Román Chalbaud, se mantienen fieles al déspota. Parece mentira que tanta gente valiosa de nuestro país le haya prestado su colaboración, muchos genuinamente convencidos de que el hombre tenía algo en la bola, como se dice en el beisból, aunque luego se dieran cuenta de su equivocación. Algunos de quienes hoy se definen como líderes de los ni-nis, como Agustín Blanco Muñoz, le dieron el beneficio de la duda en su momento, precisamente porque parecía representar el anti-sistema.

Después de su llegada al poder, muchos lo apoyaron por otras razones, la mayoría para promover sus agendas personales. Integrantes de la Corte Suprema le permitieron sus violaciones a la constitución porque pensaron que, al hacerlo, mantendrían sus posiciones burocráticas.Surgieron los aduladores, los carlosescarrás, diazrangeles, ariascárdenas, brittosgarcías y earleherreras. Embajadores quienes habían sido sifrinos y conservadores durante sus carreras, como Roy Chaderton y Alfredo Toro Hardy, se convirtieron repentinamente en “revolucionarios” pensando, quizás, que podrían aspirar a la cancillería por aquello de que en el país de los ciegos el tuerto es rey, olvidando que Nicolás Maduro ya se había entrenado para esa posición en el Metro de Caracas. Algunos empresarios marginados de Fedecámaras, a lo Uzcátegui o a lo Francisco Natera, hablaron de estructurar organizaciones empresariales paralelas y lo hicieron. Militares que habían acompañado a Chávez en sus golpes de 1992 integraron su entorno preferido y comenzaron a “comer completo”como dicen en Africa, es decir, comenzaron a robar, porque ahora les tocaba a ellos. Aún quienes adversaban a Chávez se sentían como obligados a guardar silencio, por temor a ser tomados por miembros de una Venezuela anterior, la llamada cuarta república, a la cuál se le achacaban todos los males del país. Inclusive, desde 1992, cuando Chávez y sus secuaces fueron a prisión, algunos destacados miembros de esa Venezuela democrática, verdaderos democratas como el recientemente fallecido e ilustre Rafaél Caldera y todos los candidatos presidenciales de ese momento, consideraron que debía decretarse una amnistía general. Venezuela siempre ha sido una sociedad tan imbricada e incestuosa que aún quienes transgreden sus leyes eran y son frecuentemente protegidos por sus mismas víctimas, por aquello de que somos” generosos y compasivos” cuando somos realmente cómplices y, pido excusas, una cuerda de bolsas.

Los pobres de Venezuela se sintieron genuinamente tomados en cuenta, sin pensar que la inclusión de la cuál eran objeto se llevaba a cabo a expensas de la exclusión de los “escuálidos”, de los “oligarcas”. Es decir, para favorecer a unos se sacrificaban a otros. Para montar a unos en el autobús bajaban a otros a carajazo limpio. Las grandes mayorías pobres, haciendo sus colas para recibir comida subsidiada o para ser atendidos por los paramédicos cubanos se sintieron consentidos por primera vez en la historia. Al menos tuvieron esa percepción, aunque no haya resultado verdadera. Por ello, se fue formando en la sociedad venezolana una creciente tolerancia hacia una mediocridad que comenzaba a penetrar todos los rincones de la vida nacional. El venezolano común y silvestre llegó a avergonzarse de ser educado, aceptó un nuevo lenguaje procaz , no prozac, en boca del mandatario (que no es un gobernante) como la moda a ser imitada. El “Teresa Carreño” comenzó a ser utilizado para eventos malojillos y simiricuires de la revolución. PDVSA prestó sus aviones, galones y salones a la nueva Venezuela socialista y pintó sus tanques de rojo. El ejército inició el entrenamiento de los funcionarios públicos en los principios de la guerra asimétrica y de vaina no pintó sus tanques de rojo. Comenzó la peregrinación hacia Venezuela de los parásitos latinoamericanos, desde Morales hasta Ortega y hasta el obispo gozón y la señora botox vinieron a que les dieran lo suyo.

Los cubanos se fueron insertando en las posiciones más delicadas de la vida nacional: documentación, inteligencia y espionaje, asesoría militar y de política exterior. Todo ello se ha llevado a cabo bajo la mirada impotente o indiferente del grueso de mis compatriotas. Son muchos quienes se alegran de ver a todo el mundo en el mismo barco de la pobreza, quizás porque Moncho Brujo no los dejó entrar a alguna fiesta en La Lagunita.

Cuando decidí abandonar el país en 2003 ello se debió a que solo tenía cuatro opciones: combatir el régimen desde adentro, plegarme a esa nueva Venezuela que crecía ante mis ojos, pegarle un tiro a Chávez, para lo cuál no estoy entrenado en ningun sentido espiritual o material, o irme del país. Las consideré una por una. Decidí irme porque pensé que, estando afuera, sería más efectivo en la lucha contra el déspota que en Venezuela. No puedo ya marchar en Venezuela pero si puedo tratar de influir en la opinión pública internacional sobre la amenaza que Chávez representa. A mis 76 años ya no le puedo tirar piedras con efectividad a la Guardia Nazi-onal pero si puedo hablar frente a audiencias internacionales que han estado sujetas a campañas multimillonarias de propaganda pro-chavista.

Asombrosamente, esta batalla tan asimétrica de la opinión pública internacional la estamos ganando. Chávez está sustancialmente desacreditado en el mundo entero. Sus discursos y actuaciones son objeto del ridículo desde Nueva York y Tucupido hasta Copenhagen. Sus embajadores e ideólogos ven llegar el desastre y ya piensan, como ratas, en abandonar el barco que se hunde. En Venezuela, aún los consentidos de ayer se han agriado por la disminución de las limosnas y por el colapso en la calidad de la vida. En Venezuela la vida no vale nada, no hay luz, ni agua, ni nuevas carreteras. El intento de Chávez de instalar una Venezuela socialista ha naufragado en las cloacas del Banco Canarias.

Pero….. siempre quedará en nosotros ese amargo sabor en la boca sobre una sociedad que se plegó al bárbaro.

Ese es el problema espiritual con el cuál muchos venezolanos tendrán que vivir de ahora en adelante: Como permitimos que esto sucediera? Chávez solo ha sido el espejo en el cuál nuestra fea sociedad ha tenido que verse reflejada. Chávez no existe, éramos nosotros!

Arrancar esta mala hierba de nuestros corazones y comenzar, de nuevo, a ser dignos de ser llamados venezolanos será la tarea de las próximas generaciones. Pienso en la frase final de “La Montaña Mágica”de Thomas Mann, aunque no encaje perfectamente: “De esta fiesta de la muerte, de este terrible ardor febril que incendia el cielo lluvioso del crepúsculo, ¿se elevará el amor algún día?".

Se elevará el amor algún día? Ese es mi deseo para la Venezuela del futuro. Mientras tanto: Feliz año…..

(Del blog Las Armas de Coronel. El autor es geólogo y politólogo venezolano)

La doctrina Chavezjad: Entre el mito y la especulación

Durante sus once años de gestión, Hugo Chávez, el experto provocador, ha forjado alianzas políticas con una colección de gobiernos que comparten su celo y la necesidad de desafiar a Estados Unidos. La estrategia política de Chávez, en definitiva, consiste en la acumulación de poder. A pesar de sus considerables dificultades y relativo declive, Estados Unidos sigue siendo la potencia más poderosa del mundo. Dado que América Latina (sin mencionar a Venezuela) es un actor demasiado pequeño para sus excesivas ambiciones, Chávez ha intentado hacer amigos en todas partes el mundo, acaso con el único propósito de molestar a Washington. En este sentido, no hay alianza tan satisfactoria para Chávez como la que ha desarrollado con Irán, relación que ha crecido especialmente desde que Mahmoud Ahmadinejad llegó a la presidencia en 2005.

La relación entre Venezuela e Irán precede a Ahmadinejad y Chávez, viene desde los años 60 cuando ambos gobiernos eran miembros fundadores de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). Sin embargo, fue después de importantes cambios políticos en cada uno de estos países –la Revolución Iraní en 1979 y la ascensión de Chávez al poder dos décadas más tarde– que los intereses compartidos más allá del mercado del petróleo ganaron prominencia. Irán y Venezuela comenzaron a aprovecharse de sus recursos, no sólo para sentirse bien como actores relevantes en el plano internacional, sino también para apoyar la meta compartida de disminuir la influencia de los Estados Unidos en todo el mundo. Actualmente, no están muy claras las metas geopolíticas perseguidas por ambos mandatarios. Su enemigo común es Estados Unidos y la posición de cada uno de estos presidentes hacia ese país podría resultar en conductas temerarias.

La pregunta clave es si la relación Venezuela-Irán se podría entender como una simple alianza política –es decir, un engañabobos interesado en cambiar rápidamente los polos de poder en el mundo– o quizás algo más siniestro que merezca una respuesta más enérgica por parte de Estados Unidos y de otros gobiernos. ¿Aparte de irritar a Washington, qué gana Venezuela con esta alianza? ¿Y cuáles son las posibles ventajas para Irán en su estrategia global?

Relación oscura
Tales preguntas no son fáciles de responder. La relación Venezuela-Irán sigue siendo oscura y el tema es centro de la especulación y del mito sin fin. Las suspicacias abundan, por ejemplo, sobre el propósito de los vuelos semanales entre Caracas y Teherán –hay incluso un cierto rumor que circula sobre el entrenamiento de Hezbollah en el estado Zulia– pero tales rumores no están confirmados y hasta parecen un poco inverosímiles.

Lo que sí se sabe es –de lo cual ambos líderes están orgullosos– es que Chávez y Ahmadinejad se han visitado con frecuencia estos últimos años, y que los dos gobiernos han firmado innumerables acuerdos de cooperación para desarrollar futuros proyectos económicos. Sin duda alguna, Chávez es el principal punto de entrada para el régimen de Ahmadinejad a América Latina, pues aparentemente él ha facilitado algunas visitas iraníes y también relaciones económicas incipientes con los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) tales como Nicaragua, Bolivia, y Ecuador.

Irán también está intentando extender su presencia e influencia en diferentes países de la región, algunos de ellos fuera del ámbito de influencia de Chávez, como Brasil e incluso Colombia (hoy no muy aliada de Chávez). Ahmadinejad hizo una controversial y muy publicitada visita a Brasil el pasado 23 de noviembre (ver recuadro), que sirvió como introducción formal de Irán a la potencia más fuerte de Suramérica y como mensaje de Lula a Washington en cuanto a su política exterior. Está claro que Brasil se encontrará con quienquiera que desee. Pero es Chávez y no Lula, el principal interlocutor de Ahmadinejad en el hemisferio y su afinidad ideológica es la más pronunciada.

Fastidio y amenaza
El problema es que mientras que Chávez es visto por gran parte de la comunidad internacional como un fastidio, a Ahmadinejad lo ven como una amenaza porque creen que desarrolla un programa de armas nucleares y simultáneamente obstruye las inspecciones de la Organización de Naciones Unidas a las instalaciones iraníes. Su repetida negativa del Holocausto, sus virulentas observaciones contra Israel, la ayuda para los grupos de terroristas como Hezbollah y Hamas, así como el ataque sistemático a la oposición iraní después del disputado resultado de las elecciones de junio, deja constancia del carácter infame del régimen iraní.

En este sentido, Chávez queda como el moderado en esta relación. Mientras que sus propias tendencias autoritarias en Venezuela son preocupantes, el sistema político se puede caracterizar como opresor, ante el abiertamente sistema represivo de Irán. Retórica, sin embargo, las semejanzas saltan a la vista y las coincidencias de opiniones quedaron muy claras durante la última visita de Ahmadinejad a Caracas el 27 de noviembre. Con el presidente iraní en su lado, Chávez lo elogió como “gladiador del anti-imperialismo” y denunció a Israel como el “brazo asesino del imperio yanqui”.

Como una muestra de la preocupación en Washington ante los riesgos asociados a la relación entre Venezuela e Irán, el 27 de octubre de 2009 la Cámara del Subcomité del Hemisferio Occidental convocó una audiencia sin precedente para tratar este tema. El presidente del comité Eliot Engel, del Partido Demócrata, señaló que “dada la naturaleza del régimen puede asumirse que (Irán) está en la región para nada bueno”. Asimismo, Negel estaba preocupado por “el expediente del engaño de Irán especialmente sobre el programa nuclear”. Engel aceptó que es mucho lo que no se conoce sobre la relación de Venezuela-Irán.

La audiencia fue seis semanas después de una conferencia especial celebrada en el Instituto Brookings con sede en Washington dada por el Fiscal del Distrito de Nueva York, Roberto Morgenthau, la cual tituló: “La conexión entre Irán y Venezuela: Una crisis en la estructura?” Para la mayoría de los asistentes conocedores de esta relación bilateral, Morgenthau destacó particularmente la pregunta sobre operaciones de posible lavado de dinero para apoyar a grupos terroristas en el Medio Oriente. Aunque los informes no eran nuevos, el hecho de que fueran presentados por alguien del nivel y la reputación de Morgenthau, otorgó mayor seriedad a este asunto. Para muchos observadores, el posible lavado de dinero por parte de Irán dentro del sistema bancario venezolano, aunque no está confirmado, podría ser en cierta medida posible, pues la práctica es un problema desafortunado pero extendido en muchos países de las Américas.

Y en un informe del Departamento de Estado sobre América Latina el 11 de diciembre de 2009, la secretaria de Estado Hillary Clinton manifestó la advertencia más enérgica que hasta ahora haya hecho su gobierno en cuanto a las relaciones de Irán en la región, especialmente con Venezuela y Bolivia. “Y yo pienso que si la gente quiere coquetear con Irán”, advirtió Clinton, “debe dar una mirada a lo que pudieran ser las consecuencias para ellos”. Como era de esperarse, esas severas palabras provocaron una reacción de Chávez y tres días más tarde, en una reunión ALBA en La Habana, al despedirse, el Presidente calificó tales “amenazas” como parte de una “ofensiva imperial.”

¿Aparte de las oportunidades para el espectáculo y los gestos simbólicos, qué consigue Chávez de la relación? La respuesta corta es, al parecer, no demasiado. La alianza de Chávez con Ahmadinejad le da otra razón más para manosear alegremente su nariz con los dedos ante los Estados Unidos, pero existe la duda de que hayan otras ventajas de esta alianza. El comercio entre los dos países es notablemente modesto (apenas 52 millones de dólares en 2008) y el arsenal de proyectos económicos comenzados por los dos presidentes, van desde ventas de leche a la producción de automóviles. Según se informa esto podría ser más un problema que una ventaja (lo mismo se puede decir de Nicaragua, donde las promesas hechas por el régimen iraní para mejorar la inversión no se han llevado a cabo). No es la relación con Irán la que va a rendir dividendos económicos para Chávez en otros sectores, aunque sí le permite mantener altos los precios del petróleo.

Una alianza con Ahmadinejad tampoco ayuda a Chávez en su pretendido papel de líder de la paz global. En la actualidad perjudica las relaciones del presidente venezolano con los potenciales aliados en Europa e incluso en América Latina que están preocupados por los proyectos nucleares de Irán. Y mucho menos claro está que ayude políticamente a Chávez en su país. Las culturas venezolanas e iraníes no pueden ser más diferentes de lo que son. Los dos gobiernos comparten actualmente una antipatía por Estados Unidos (sin embargo, es curioso que históricamente hayan habido sentimientos de rechazo en sus respectivas regiones hacia lo que llama Chávez el “imperio”), pero Ahmadinejad se siente como pez fuera del agua en Venezuela, en donde él no parece despertar mucho entusiasmo, incluso entre los partidarios chavistas de base.

En cambio, para Ahmadinejad las ventajas de la relación parecen estar un poco más claras. La amistad de Chávez le abre la puerta al hemisferio occidental, así irrita a Washington y proyecta una presencia más global. También ayuda a Irán a superar su estatus de paria internacional y a ganar cierta legitimidad en una región que es vista como la más democrática. No obstante, mientras Venezuela ofrece a Irán la hospitalidad para conseguir sus objetivos estratégicos, es difícil sostener que Venezuela sea fundamental para la agenda de la política exterior iraní. Cualquiera que sean las metas geopolíticas de Irán, sólo por la alianza con Venezuela puede tener en el mejor de los casos un avance marginal. Y las ventajas económicas de la relación para Irán son aún más evasivas.

¿Qué busca Irán?
Muchas de las últimas conjeturas sobre esta relación se centran en la posibilidad que Irán esté buscando depósitos de uranio en Venezuela, y que allí hay cierta colaboración entre los dos gobiernos para desarrollar las capacidades del arma nuclear. No se ha revelado ninguna evidencia convincente sobre tales proyectos, sin embargo, y a la luz de las dificultades que tiene el gobierno de Venezuela para ejecutar las funciones gubernamentales elementales, nos preguntamos si el país tiene la capacidad o los recursos técnicos para lograr una tarea tan sofisticada. No obstante, dada la sensibilidad del asunto, Estados Unidos junto a otros países de la comunidad internacional han solicitado una estricta vigilancia, que se está practicando sin duda alguna en la medida de lo posible.

También existe una considerable preocupación sobre el apoyo que Irán podría estar dando a grupos terroristas como Hezbollah y Hamas, los cuales estarían recibiendo algún tipo de ayuda financiera o logística para posibles operaciones en el hemisferio occidental. Esta posibilidad está siendo seguida muy de cerca ya que hay informes que señalan que estos grupos están estableciéndose en algunos países del hemisferio occidental. Este tipo de grupos forman parte de redes globales con un gran alcance, así que los contactos que ellos pudieran tener en Latinoamérica no necesariamente se limitan sólo a Venezuela.

Sin embargo, hay dos factores a considerar al determinar la posible implicación terrorista en la región. El primero es la vergonzosa relación que existe entre el gobierno de Chávez y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), grupo terrorista que pretende derribar al gobierno colombiano desde hace más de cuatro décadas. Mientras la “prueba irrefutable” que relaciona a Chávez y las FARC puede que no exista, hay muchas evidencias indirectas de la colaboración entre ambos.

Existen numerosos informes que han documentado el uso del territorio venezolano para dar abrigo a la guerrilla, así como la ayuda financiera que Chávez proporciona a este movimiento, como lo sugieren algunos archivos encontrados en la computadora que pertenecía al anterior líder de las FARC, Raúl Reyes (autenticada por Interpol), descubierta después del ataque de militares colombianos en territorio ecuatoriano el 1 de marzo de 2008. Chávez no ha ocultado su simpatía por la lucha de la guerrilla, como lo constata el monumento dedicado al fundador de ese movimiento, Manuel “Tirofijo” Marulanda, en el 23 de Enero en Caracas, una acción que sería difícil de imaginar sin su bendición, especialmente debido al deterioro progresivo de las relaciones con el presidente colombiano Álvaro Uribe. Después de las belicosas declaraciones de Chávez –a menudo ha llamado a los militares “a prepararse para la guerra”– es poco probable que el presidente venezolano se distancie en un futuro cercano de la insurrección más significativa del hemisferio occidental.

El segundo factor importante es el historial de Irán en América, que es un tema preocupante. Se cree que Irán y Hezbollah fueron cómplices en los bombardeos contra la embajada israelí en Buenos Aires en 1992 y la Asociación Mutual Judía de Argentina (AMIA) en 1994, que dejó 115 muertos y más de 500 heridos. Un informe emitido por el Ministerio de Justicia de Argentina indica que en el bombardeo de la AMIA se identificaron como los autores materiales y operacionales del ataque a varios funcionarios iraníes de alto nivel y a un miembro del Hezbollah.

Estos asuntos vinculados con el terrorismo se convierten en una preocupación para EE UU, en la relación Venezuela-Irán. Barack Obama dijo en su famoso discurso inaugural el 20 de enero de 2009 que los Estados Unidos “le extendería una mano si usted estaba dispuesto a abrir su puño”. Pero hasta ahora la relación de Venezuela con Irán ha cambiado un poco a partir de los momentos de confrontación enorme y de tensión bajo la presidencia de George W. Bush. El contenido y el tono de las declaraciones hechas por Chávez y Ahmadinejad en Caracas el pasado mes de noviembre fueron similares a aquellas que se hicieran en los Estados Unidos cuando estaban bajo la administración distinguida por su unilateralismo militar, la disposición para el cambio del régimen y las alarmas sobre el llamado “eje del mal” (que, por supuesto, incluían a Irán).

Es verdad que con Obama el tono del discurso que venía de Washington se ha moderado considerablemente, y la imagen de Estados Unidos es mucho más favorable de lo que había sido. Pero aunque los embajadores de Caracas y Washington hayan vuelto a sus puestos después de ser expulsados a finales de la gestión de Bush, entre los dos gobiernos la cooperación es escasa y no se diga la comunicación. Aparte de la continua irritación sobre la relación de Irán con Venezuela, las diferencias de la política entre Washington y Caracas se resisten a tender puentes de diálogo particularmente, sobre la crisis de Honduras y el pacto de Estados Unidos y Colombia para el uso de bases militares en este último. Las perspectivas de un pronto acercamiento parecen nulas.

Vuelve la tensión
Es muy significativo el grado al cual ha llegado la relación entre Estados Unidos e Irán. La receptividad inicial del gobierno de Ahmadinejad a la sugerencia de Obama de abrir su programa nuclear al escrutinio internacional, parecía augurar un deshielo posible, pero esa insinuación ha sido tristemente infructuosa. De hecho, Irán ha llegado a ser más desafiante que nunca, determinado a seguir con su programa nuclear, sin importarle mucho que la opinión internacional se una contra ella.

En una votación realizada el 26 de noviembre de 2009, la AIEA emitió una declaración que reprendía a Irán, la cual fue apoyada de forma aplastante incluso por Rusia y China. Solamente tres gobiernos respaldaron a Teherán: Malasia, Cuba, y Venezuela. Los niveles de preocupación en Washington con la alianza política entre Venezuela e Irán se deben considerar dentro del contexto de la relación de deterioro total que existe entre Washington y Teherán.

Irán y Venezuela tienen actualmente muchas cosas en sus manos, no sólo en sus extensas regiones del Oriente Medio y de América Latina, sino también, quizás lo más crucial, en sus frentes domésticos, circunstancias que hacen muy difícil esta fuerte relación. Para Chávez y Ahmadinejad, la principal prioridad es la de perpetuarse en el poder de sus respectivos países. El gobierno de Ahmadinejad tiene problemas económicos, de disensión y oposición, según lo reflejan las protestas de la calle que siguieron a la elección pasada. Los expertos iraníes observan grietas dentro de la estructura de gobierno del país.

De igual forma Venezuela enfrenta problemas y vulnerabilidades cada vez mayores que requieren toda la atención del gobierno de Chávez: criminalidad incontrolada, la alta inflación, deterioro de la infraestructura, escasez de agua y racionamiento de la electricidad. Irán puede ofrecer un poco de ayuda en el manejo de tal deterioro. Las respuestas tendrán que venir dentro del modelo de Chávez de gobierno y de los pilares que lo han apoyado por más de una década en la prosecución de la llamada Revolución Bolivariana.

Pero, como lo demostró claramente la crisis bancaria ocurrida a principios de diciembre, uno de estos pilares –conocido como “Boliburguesía”, por ejemplo– está dando muestras de descontento con el actual régimen, lo que podría generar grietas importantes dentro de chavismo. Cuando tales semillas de decadencia adquieran una dinámica propia, ésta se hará cada vez más difícil de revertir, sin importar cuán seductora sea la retórica o temerarias las provocaciones.

(De la pagina Interamerican Dialogue)

martes, 5 de enero de 2010

Carta a Marcos Rodríguez, Subsecretario de Transparencia

Estimado Marcos:

La creación de una entidad estatal dedicada a crear transparencia en la jungla burocrática financiera del gobierno me parece una excelente idea. Tal vez hubiera sido más consecuente crear esta oficina fuera de Casa Presidencial, con más independencia y más poderes. ¿O será que la razón de que usted opera desde adentro del centro de poder sea que su primer tarea es: Hacer transparente cómo funciona el teje y maneje de Casa Presidencial?

En este caso, me permito hacerle algunas preguntas:

1. Ya que todo ha cambiado, ¿me podría facilitar un mapa de quién es quién en CAPRES, a qué se dedica cada quién, y qué competencias tiene? Le pido no sólo incluir a los secretarios y subsecretarios, sino a todos los asesores contratados por Casa Presidencial?

2. Ya que estamos en esto, ¿cuánto ganan los asesores y de qué fondos están siendo pagados?

3. ¿Me puede ilustrar si el gobierno del presidente Funes ya ha hecho uso del mecanismo de transferir a Casa Presidencial fondos aprobados por la Asamblea para otros usos en los diferentes ministerios? Estoy hablando del mecanismo que usó el presidente Saca para gastar en Casa Presidencial 219 millones de dólares extra sin rendir cuentas cabales.

4. ¿Cuánto ha gastado entre junio y diciembre de 2009 Casa Presidencial en publicidad?

5. Para producir y para pautar las campañas de publicidad de Casa Presidencial, ¿se han hecho licitaciones entre las empresas publicitarias del país?

6. ¿Es cierto que una empresa al cargo de la publicidad del gobierno es propiedad de personas que al mismo tiempo tienen contratos de asesores en Casa Presidencial?

Estoy seguro que como Subsecretario de Transparencia usted tendrá a capacidad y la voluntad de responder estas preguntas.

Le deseo muchos éxitos profesionales en el nuevo año,

Paolo Lüers

(Más)

lunes, 4 de enero de 2010

El Cambio Climático

Con mucha atención leí el comentario del Dr. Luis Fernández Cuervo titulado: Copenhague y su calentamiento mediático, digo comentario porque no se le puede llamar ensayo a algo sin un fundamento científico y poder considerarlo un articulo serio. Sin embargo, por lo que representa merece ser desmitificado. Es curioso, se observa, que alguien con familiaridad en el rigor y entrenamiento científico pueda ignorar los fundamentos del quehacer académico y la ciencia.


La problemática ambiental no es algo nuevo. Entra en lo que se considera la esfera de la política en 1968 cuando Garret Harding en su ensayo la tragedia de los comunes[1] nos habla del dilema social cuando los intereses de algunos individuos entran en pugna con los intereses de la mayoría, en lo que respecta al bien común y particularmente en el manejo de los recursos naturales.


Sin embargo, fue en 1972 que la relación entre desarrollo económico y degradación ambiental es puesta en el contexto político internacional en la cumbre de Estocolmo auspiciada por la Naciones Unidas. La Cumbre de Rió en 1992, expone la complejidad de los problemas ambientales y las causas de estos. Particularmente, se enfoca el problema de la pobreza, los patrones de producción y consumo, la salud de los ecosistemas, transporte sostenible, hábitat, la reducción de las emisiones de dióxido de carbono y el problema de la escasez del agua, entre muchos otros temas. El Protocolo de Kyoto trata específicamente de articular un programa sistemático de reducción de dióxido de carbono, como también implementa mecanismos para que la sociedad civil se integre en la búsqueda de soluciones.


Primeramente, quisiera aclarar a los detractores de la Naciones Unidas y el Estado como formas de organización social y política. Que el Estado y sus instituciones son lo más inteligente que el hombre ha creado para convivir en armonía. Las Naciones Unidas, el imperio del mal como le llaman, es la única organización en el ámbito global donde las naciones pueden discutir los problemas racionalmente.


Déjenme recordarles que aún con sus deficiencias e indeficiencias no existe absolutamente nada similar donde como especie humana podamos discutir los problemas globales de manera civilizada. Se necesitaron dos guerras mundiales y la vida de millones de seres humanos para formar una estructura como las naciones unidas y si existe un iluminado con una idea mejor, por supuesto que existe disponibilidad de escucharlo, de lo contrario me gustaría referirles a El Origen del Totalitarismo y la Condición Humana de Hannah Arendt para entender que pasa en la ausencia de mecanismos para resolver las disputas internacionales.


No se puede minimizar las iniciativas que emergieron de estas conferencias. El concepto de desarrollo sostenible producida por la Comisión Brutland[2] ha generado nuevas ideas y técnicas de producción y minimizado la degradación ambiental, específicamente con los ISO. Si se dan cuenta, gracias al protocolo de Montreal[3] su refrigerador ya no contiene fluoruro de carbono, químico causante del agujero en la capa de ozono, un mito por supuesto que seguramente sin el auspicio de las naciones unidad nunca hubiera sucedido. Similarmente, Agenda 21 fue fundamental en crear conciencia sobre el desarrollo sostenible y sus beneficios hacia la humanidad.


El IPCC o Intergovermental Panel on Climate Change fue creado por la organización metereologica mundial y el programa de la Naciones para el medio ambiente en 1989 y no por Margaret Tacher como se argumenta, de lo contrario lean la resolución 43/53 del 6 de Diciembre de 1988. Tacher fue inicialmente influida por Sir Crispín Tickell en la idea del cambio climático, lo mismo que por James Lovelock el autor de Gia, lo que ella hizo a instancias de estos fue dar una conferencia en la Sociedad Real de Londres en el tema e introducirlo en la agenda del entonces G7. Similarmente, lo hizo también James Hansen ante el congreso norteamericano[4].


IPCC esta compuesto por renombrados científicos de las mejores universidades del mundo, todos ellos expertos en diversas ramas y campos de investigación, especialmente paleo-climatología que es la ciencia que estudia la evolución del clima. Son estos, los que en ausencia de datos estudian los sedimentos en el mar y las capas de hielo en los polos, como también estudian las fluctuaciones de sequías y lluvias y sus efectos. Extraen muestras de las capas de hielo y estudian las burbujas de aire atrapadas entre las capas, estudian el crecimiento de los árboles y su constitución; aíslan y miden en décimas las partículas de carbonos atrapadas y publican los resultados en periódicos de investigación científica los cuales son revisados por otros científicos expertos en el ramo y no por articulistas[5].


Es así como sabemos que las partículas de carbono han aumentado desde que se comenzaron a tomar datos en 1958, de aproximadamente 315 ppm a 370 ppm en 2009. Lo cual contrasta con las 282 ppm encontradas en los estratos de hielo en el ártico los cuales se han extrapolados y se calculan pertenecen al año 1832.

De los trescientos y pico científicos estudiando los cambios climáticos hay solamente 4 o 5 que todavía disputan los datos no la ciencia del cambio climático. Notablemente hay un economista holandés que ha alcanzado notoriedad no como economista sino disputando la ciencia de cambio climático.


No se puede disputar ni discutir que el cambio de una economía basada en carbono a una economía mas limpia generaría un decaimiento económico, pero de eso a ignorar completamente lo que es visible y que esta a nuestro alcance es demagogia que en nada ayuda a resolver los problemas nacionales. Si se va discutir el tema especialmente del contexto Salvadoreño debemos de asegurarnos que los hacemos sobre una base de hechos y no del ilusionismo o malabarismo mediático.


Los efectos del cambio climático son reales y sin duda alguna afectaran a países en desarrollo como el nuestro. Somos un país con un alto grado de vulnerabilidad y con pocos recursos para protegernos de los cambios climáticos y la degradación ambiental. En otras palabras es poco lo que podemos hacer, sin embargo no podemos adoptar una aptitud nihilista y negativa cuando una lluvia intensa desnuda nuestra desorganización y vulnerabilidad.


No se necesita importar tecnología cuando la solución se encuentra en las semillas de los árboles que podemos plantar. No necesitamos hablar de Al Gore, hablemos de Verapaz y las muchas otras áreas afectadas y los muertos y los derrumbes para que se grave en nuestra conciencia que tenemos que mejorar.


No hablemos de Kyoto o Estocolmo como si fuera un pacto con el demonio, sino pensemos en nuestra realidad y vulnerabilidad. No somos firmantes porque emitimos cantidades de dióxido de carbono, sino por tenemos que ser vigilantes para que los contaminan se responsabilicen de sus actos. Y por ultimo cuando no hay nada positivo que agregar............ el silencio es más prudente y aceptable.


Atentamente,


Eric López

Tecnología en Manejo de Recursos Naturales, Séneca College

Licenciatura en Estudios Ambientales, York University,

Maestría En Planeamiento Urbano y Regional, York University


[1] Garrett Hardin, "The Tragedy of the Commons", Science, Vol. 162, No. 3859 (December 13, 1968), pp. 1243-1248.

[2]http://www.un-documents.net/wced-ocf.htm.

[3] http://www.theozonehole.com/montreal.htm.

[4] Climate Wars, Gwyne Dyer

[5] http://hurricane.ncdc.noaa.gov/pls/paleo/fm_createpages.icecore