Pocas veces recae en una sola persona la decisión sobre el rumbo de todo un país. Te toca esta responsabilidad, porque antes de vos otros estaban ante la misma prueba – y fallaron. Ahora sólo necesitan 1 diputado más y alcanzan la mayoría calificada que la Constitución exige para las decisiones que realmente afectan al país. Sos la pieza clave, el voto de oro. O te compran y pueden poner al fiscal que necesitan, aprobar los préstamos que quiere, quitar los magistrados de la Corte Suprema que les molestan... O vos obedecés a tu conciencia (y al mandato que te dieron tus votantes) y mandás al carajo a los hombres de los maletines negros que te ofrecen dinero. Bueno, incluso los puedes mandar a la cárcel si tenés los huevos de grabar las propuestas indecentes y entregar las pruebas a la fiscalía.
Si te dejas comprar y comenzás a votar
con el bloque oficialista, resolvés tal vez tus problemas financieros, de una
vez por todas. Pero te cagás, también de una vez por todas, en tu nombre. En
cambio, si hacés lo correcto (que es siempre votar obedeciendo a tu conciencia,
aun cuando difiera de la línea de tu partido, pero jamás haciendo caso a
ofertas indecentes), salvás tu país del ataque del crimen de cuello blanco que
quiere pervertir la institucionalidad del país.
Esta es la disyuntiva que enfrentás.
No sé quién sos. Me imagino que sos
hombre, porque hasta ahora no han logrado comprar ni una sola diputada, ni en
la temporada de gangas del 2009 ni en la actual. No sé a quiénes ahora están
tratando de ablandar para que acepte el maletín negro. Tengo la impresión que
no existe el diputado #56, que irónicamente han gastado tanto para llegar a 55
diputados y no logran cumplir la meta que es 56.
Si es así, felicito a los diputados que
no se han convertido en el #56. Felicito al único diputado del CD que a veces vota
con el bloque oficial, pero no compromete su voto para los chanchullos que
quieren hacer. Felicito al par de diputados que militan en un partido del
bloque pero que tampoco comprometen su voto para cualquier cosa chuca...
De todos ustedes depende la sostenibilidad
de nuestro sistema político de la democracia representativa. Qué triste que
hemos llegado a esto: que tanto dependa de tan pocos; que los partidos en sí ya
no son garantía; que los hombres del los maletines negros operan con tanta
impunidad...
Si queremos cambiar esto, primero tenemos
que asegurar que nunca encuentren al
diputado #56.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)