sábado, 21 de diciembre de 2013

Cartas de Paolo: Telegramas con preguntas incómodas

Gerson Martínez, ministro de Obras Públicas: ¿No dijo que para el 15 de diciembre iba a habilitar el tráfico normal en nuestra ciudad? Dicen que durante la guerra, con todo su sabotaje, el FMLN nunca logró causar un caos de tráfico como con usted de ministro.
A Ricardo Perdomo, ministro de Justicia y Seguridad: ¿Cómo hace para terminar creyéndose usted mismo los “informes de inteligencia” que se inventa para no tener que enfrentar la responsabilidad por el nuevo aumento de los homicidios? Incluyendo los “informes” que usa para desacreditar a sus críticos... 

A Nicolás Salume, benefactor: ¿En qué fecha recibió una nota del FMLN que asumía la deuda de 3 millones contratado por el señor Mauricio Funes? ¿Y en qué fecha usted condonó la deuda y a quién? Y la pregunta del millón: ¿De dónde provenía el dinero que usted dio a Funes?

A Carlos Cáceres, ministro de Hacienda: ¿En base de qué documentos analizados por su ministerio usted determinó que la condonación del préstamo de 3 millones de dólares por parte del ciudadano Nicolás Salume no es un hecho generador de impuestos?

A Luis Martínez, fiscal general: ¿Cuándo va mandar a allanar y cerrar los centros ilegales de escucha telefónica que usted mismo dice que operan en el país?

A Elías Antonio Saca, candidato: Una vez fuera de la carrera el 2 de febrero, ¿realmente va a pedir a sus votantes que apoyen al FMLN? (Está bien, contésteme el 2 de febrero...)

A Norman Quijano, candidato: ¿Va a cometer el mismo error fatal que Funes: hablar mucho de la tregua (él en favor, usted en contra), pero no invertir un centavo en las comunidades, donde nacieron y se siguen reproduciendo la marginación y la violencia?

Otra pregunta a Norman Quijano: Su eslogan sigue siendo “No voy a negociar con delincuentes”. ¿Lo va a aplicar también en sus gestiones para recomponer la derecha y construir gobernabilidad?

A Jorge Velado, presidente de ARENA: ¿Cuándo va a ejercer realmente la dirección de su partido?

A Salvador Sánchez Cerén, candidato: ¿En serio, usted se cree esta paja del “buen vivir” que se inventaron en Bolivia y Ecuador para no usar la mala palabra “comunismo”?

A Mauricio Funes, presidente: ¿Realmente cree que aun tiene amigos? ¿Y que no se sepa el día siguiente lo hablado al calor de un buen Scotch en tertulia post-entrevista con supuestos amigos?

A todos: Felices vacaciones. Úsenlas para reflexionar.
Paolo Lüers
(Más!)

jueves, 19 de diciembre de 2013

Carta a los magos que nos prometen “unidad”

“El único consenso que se requiere en democracia es alrededor de las reglas de juego con las que se dirimirán los disensos.” Esta frase la encontré hoy en el twitter,  de un muy estimado colega venezolano: Luis Vicente León, economista, encuestador, analista político y columnista de El Universal. Obviamente está hablando de Venezuela, país profundamente polarizado, donde en medio de la crisis total (económica, productiva, de abastecimiento, de instituciones, de derechos humanos) surge el grito desesperado por el consenso, la sensatez, el diálogo, la unidad nacional. Y Luis Vicente le dice a su gente: No sean ingenuos, lo que necesitamos recuperar son instituciones confiables.
Igual podría estar hablando de El Salvador: otro país dividido, donde la gente está frustrada de la polarización – y donde ustedes, los mercaderes de ilusiones, tratan de vendernos que la receta es “unidad”. No estoy hablando solamente del candidato que puso esta palabra incluso de nombre a su movimiento. No, estoy hablando de todos los candidatos y algunos intelectuales que hablan de construir consensos e incluso pactos de nación...

A mi nunca me han gustado estos discursos. Casi siempre son mentirosos. Esto es lo que cae mal en esta campaña: Ninguno de los 3 candidatos habla claro, los programas de gobierno casi no se distinguen, hay que adivinar las verdaderas intenciones de cada uno...

Nos viene como anillo al dedo la frase de mi colega venezolano: “El único consenso que se requiere en democracia es alrededor de las reglas de juego con las que se dirimirán los disensos.”

La receta no es unidad, sino reglas claras. No es pacto nacional, sino seguridad jurídica. No es consenso, sino mecanismos confiables para resolver o administrar las diferencias.

Y ahí está la deficiencia, tanto en Venezuela como en El Salvador: No funcionan bien las instituciones encargadas de dirimir las diferencias y conflictos. Bueno, en Venezuela han dejado de funcionar del todo como mecanismos democráticos y se han convertido en mecanismos de control del gobierno sobre la sociedad. Aquí no estamos tan mal, pero tampoco estamos bien. Aquí, con justa razón, tenemos muy poco confianza en la Fiscalía, en la Corte de Cuentas, en el Tribunal Electoral, en la Asamblea – que son las instituciones creadas para dirimir los disensos, para garantizar seguridad jurídica, para proteger las libertades...

Entonces, no haremos caso a los discursos de ustedes que prometen falsos consensos. Mejor pondremos atención a las medidas prácticas que fortalezcan la independencia de las instituciones de control.

A los candidatos no les pedimos cuentos da hada de unidad, sino los interrogamos sobre qué están dispuestos a hacer para que las instituciones (fiscalía, Corte de Cuentas, Corte Suprema, Tribunal Electoral..)  sean entidades profesionales, independientes – verdaderos árbitros, a cuyo juicio todos podemos confiar y supeditarnos.

A los candidatos hay que interrogarnos sobre qué van a hacer para que todos, incluyendo ellos mismos, estén plenamente subordinados al principio que la última palabra sobre conflictos de constitucionalidad la tengan los magistrados de la Sala de lo Constitucional - y no el presidente de la República, ni la Asamblea, ni tampoco los plebiscitos que quieren algunos importar...

Para resumir: El principio que hay que buscar con urgencia no es el consenso, sino la libertad de disentir y reglas claras para administrar el pluralismo.

Así que, no nos vendan recetas demagógicas. 
Paolo Lüers
(Más!/EDH)

Observador político: Los cheques presidenciales

Cheques de 10 millones del gobierno de Taiwán a nombre de Paco Flores, cheques de 3 millones de Nikki Salume que terminan en la cuenta personal de Mauricio Funes, los millones  de ALBA para la campaña de Sánchez Cerén, y a saber los cheques de qué sumas y de quién para financiar las campañas de Elías Antonio Saca y Norman Quijano – toda esta terrible contaminación del clima político la podríamos haber evitado si a tiempo hubiéramos tenido una ley de partidos políticos decente y con dientes. Y otras leyes complementarias que regulan y transparentan las finanzas de candidatos y funcionarios públicos.
O a lo mejor existen las leyes y, como es nuestra costumbre en El Salvador, no se aplican. Me cuesta creer que no exista una ley que prohíba a un gobierno extranjero a emitir cheques pagables personalmente al presidente de la República de El Salvador --  y al mandatario recibirlos. Tampoco puedo creer que no exista ninguna ley que prohíba a un empresario nacional dar 3 millones a un candidato presidencial para financiar su campaña, declararlo préstamo para luego de las elecciones condonarlos, al tiempo que su hijo es nombrado presidente de CEL. Le podemos dar los nombres bonitos que queramos a esta transacción, pero condonar una deuda de 3 millones a un presidente es exactamente lo mismo que llevarle un maletín con cash a Casa Presidencial. Sólo es un poquito más elegante.

Si tenemos leyes que no permiten todo esto, que los apliquen: a Paco Flores, si no presenta una explicación satisfactoria sobre el destino de los 10 millones; a Funes, por recepción de dádiva y evasión de impuesto – y posiblemente a Salume por sobornar a un presidente. Que se apliquen al FMLN y a Albapetróleos, en caso que se confirma que detrás de sus transacciones se esconde la intervención del gobierno de Venezuela en nuestras elecciones. Tengo la sensación que las finanzas de ARENA y de UNIDAD, una vez debidamente abiertas al escrutinio institucional y público, también podrían tener elementos relevantes para la fiscalía...

En caso que resulte que no tenemos las leyes suficientemente claras, urge reformarlas para asegurar que en el futuro ningún gobierno pueda transferir fondos a presidentes ni a partidos políticos y sus campañas. Todo el mundo sabe que Taiwán ha hecho esto durante décadas para asegurar que estos funcionarios, presidentes y partidos sigan dando reconocimiento internacional a este país en pleito con la otra China. Esto no comenzó ni terminó con los cheques para Paco Flores. Pero tiene que terminar.

Igual, si no tenemos una ley que prohíba la forma en que el gobierno de Venezuela, mediante su empresa petrolera estatal PDVESA, está financiando al FMLN, sus operaciones empresariales y su campaña electoral, urge reformar la ley de partidos políticos, la ley de lavado y la ley de empresas mixtas para llenar este vacío legal.

Igual si resulta que según nuestras leyes no había nada ilegal y penable en transacción entre la familia Salume y Mauricio Funes. La Ley de Partidos Políticos aprobada en esta legislatura no garantiza una real transparencia de las finanzas de los partidos y de las campañas electorales. En la Ley de Lavado de Dinero, FMLN y GANA están vetando que se incluya un escrutinio de las finanzas de partidos y sus patrocinadores. Y ARENA, aunque de palabra se ha pronunciado por más transparencia, tampoco ha abierto las finanzas de su campaña y las aportaciones de sus donantes al escrutinio público.

El presidente piensa que diciendo en qué ha gastado los 3 millones (para comprar la publicidad de su campaña electoral),  el problema está resuelto. No entiende que en el caso suyo, diferente al caso de los cheques a nombre de Flores, no importa en qué lo ha gastado. Si los gastó en la campaña o lujos personales no hace ninguna diferencia legal en su caso. El problema reside en la relación donante-funcionario y en el status tributario de la donación, no en el destino de los fondos. Si gastó el 100% para pagar gastos de campaña, no hace más legal la recepción del dinero; y si los ha gastado en lujos personales y mujeres, no lo hace más ilegal. Tiene razón: de esto sólo tiene que rendirle cuenta a Salume y su esposa.

Diferente en el caso de Paco Flores y Taiwán. Hay que reafirmar y aplicar estrictamente la norma que de un gobierno extranjero no pueden entrar fondos a cuentas personales de funcionarios ni a partidos políticos. Todos saben que los fondos de Taiwán estaban destinados, por mutuo acuerdo, a financiar la campaña de Elías Antonio Saca en el 2003/4. Si Paco Flores de este dinero desvió algo para su bolsillo, es un asunto entre su partido y él. El asunto relevante es que no podemos seguir permitiendo que gobiernos extranjeros financien campañas partidarias. Y ahí nos topamos nuevamente con el problema que se llama ALBA... 
(El Diario de Hoy)

martes, 17 de diciembre de 2013

Observador político: Esta es la fase eliminatoria, no la final

El Mundo publicó una cosa interesante: el promedio de todas las encuestas, convertido en curvas que demuestran el desarrollo de las tres candidaturas presidenciales desde diciembre del 2012 a noviembre del 2013. Las curvas ilustran lo que todo el mundo ya sabe:
  • UNIDAD, el proyecto del ex-presidente Saca, bajó a niveles inferiores a la suma de votos que sus partidos integrantes (PCN, PDC, GANA) obtuvieron en las elecciones de diputados en el 2012. Saca no suma, más bien resta.
  • El FMLN y ARENA están empatados a niveles ya no alcanzables para Saca.
  • Habrá segunda vuelta entre FMLN y ARENA.
Es interesante comparar las tres curvas: ARENA y FMLN registran una sensible baja en el apoyo popular a partir de la entrada de Saca a la competencia, en febrero 2013. Pero a partir de agosto, cuando Saca comienza su descenso imparable, ambos partidos mayoritarios vuelven a subir – de forma sincronizada y paralela. Esto confirma que cuando Saca se lanzó, le quitó votos a ambos partidos grandes; y cuando Saca bajó, los votos regresaron a ambos.

Viendo los promedios de todas las encuestas realizadas es difícil entender porqué algunos tratan a decirnos que hay una clara tendencia favorable al FMLN. Las únicas tendencias claras son el descenso de Elías Antonio Saca y el empate entre Norman Quijano y Sánchez Cerén.

Esto quedaría aun más claro si para sacar los promedios se aplicara una regla no escrita, pero universalmente vigente entre los analistas de encuestas electorales: Primero se eliminan las encuestas que salen disparados a favor de cualquier candidato. Algunos analistas incluso son más rigorosos y eliminan las encuestas que dan el mejor resultado a cada uno de los contendientes. Y luego sacan el promedio.

Si aplicáramos este método, quedarían eliminados la de la UCA, que da al FMLN una ventaja de 7 puntos; otra que da a Saca ventaja sobre ARENA; y una que ve a Norman Quijano 4 puntos adelante de Sánchez Cerén.

Como resultado tuviéramos una imagen que, a mi criterio, reflejaría con bastante fidelidad la situación actual de la campaña electoral - antes de entrar en vacaciones y luego en la recta final: FMLN y ARENA ambos con leve crecimiento, en curvas perfectamente paralelas. Ambos partidos han logrado reunir detrás de sus fórmulas presidenciales su voto duro respectivo (que en ambos casos es más menos el 33% del electorado). Ambos partidos han logrado defender este voto duro contra el intento de Saca de establecerse como tercera fuerza a la par de ellos, lo que solamente sería posible si lograra incursionar en el voto duro - no solamente de ARENA sino también del FMLN.

De eso (y sólo de eso) se trata la primera ronda de las elecciones el 2 de febrero: Eliminar al supuesto tercero, que centró toda su campaña en romper el bipartidismo, la polarización, la ideologización, etc., pero cuyo verdadera estrategia política era destruir y sustituir a ARENA y convertirse en uno de los dos polos de un nuevo bipartidismo.

Nadie en su sano juicio espera que estas elecciones se definirán en primera ronda. Quien lo dice, tiene derecho de hacerlo dentro de su estrategia de campaña. Pero quien realmente se lo cree, puede cometer errores fatales.

En la segunda ronda, en marzo, realmente se definirán las elecciones, una vez eliminado el factor de distorsión que es Saca. Y ahí los promedios de todas las encuestas, incluso sin eliminar a las “disparadas”, son claros: Siempre gana ARENA, porque Saca, aunque quisiera, no tiene capacidad de endosar la mayoría de los votos que le quedan al FMLN.

Así va a vacaciones el proceso electoral, y así entrará en enero en su recta final. ¿Pueden las nuevas campañas publicitarias de ARENA y FMLN cambiar la tendencia al empate en primera ronda? Lo dudo. Son importantes los cambios de rumbo que ambos partidos harán en sus mensajes publicitarios, pero servirán para consolidar y para evitar abstención dentro de su voto duro, no para cambiar la correlación de fuerzas. El verdadero cambio de timón en la campaña, sobre todo de ARENA, que hasta ahora mantiene una pésima campaña, será para la segunda ronda, cuando realmente hay que ir a la conquista del voto indeciso y de los que votaron por Saca.
(El Diario de Hoy)

Carta a los médicos de mañana

Estimados amigos:
veo con zozobra cómo los egresados de las diferentes escuelas de medicina están peleándose las escasas plazas en los hospitales. Peleándose en público, en los medios, en la calle, en los redes sociales. Los de la UES contra los de la Evangélica, por las plazas en Santa Ana. Ambos juntos contra los que estudiaron becados en Cuba.
Y a nadie de ustedes se les ocurre hacer un sólo frente solidario y exigir a la ministra de Salud, al ministro de Hacienda, a Funes y a los diputados que creen plazas para todos. Y que todas las plazas sean pagadas.

El país necesita de todos ustedes. A mi como ciudadano y paciente me vale si los médicos que me atienden en los hospitales han estudiado en El Salvador o en Cuba, en la Evangélica o en la Nacional. Quiero a los mejores médicos, y suficientes, que entre todos reúnan todas las cualidades de las diferentes universidades.

Es triste ver cómo ustedes se dejan dividir. Terminan peleándose entre colegas en vez de pelear con el gobierno. Y es una cosa vieja. Hace un par de años, bajo el gobierno de Saca, cuando regresaron los primeros médicos egresados de Cuba, aquí los trataron con la pata – y los gremios, en vez de echarles una mano, se unieron al gobierno para marginarlos y no dejarles entrar el sistema. Muchos de los mejores médicos formados en Cuba, que venían con la ilusión de servir a su país como profesionales, tuvieron que ir a otros países, porque aquí no los dejaron entrar. Mi hija es un ejemplo. Llorando de frustración se fue para España, donde la recibieron con los brazos abiertos, y donde se terminó de formar como especialista. Ella nunca va a regresar, porque su país la defraudó.

Y ahora parece que es el mundo al revés. La Chabelita quiso abrir las puertas a los egresados de Cuba, pero sin facilitar un entendimiento entre todos, y sin pelear dentro del gobierno por los fondos necesarios para que todos ustedes quepan, con dignidad y con oportunidades...

¿Cómo la ministra, a la cual estimo mucho, piensa hacer una verdadera reforma de salud sin ponerse de acuerdo con los médicos y los trabajadores de Salud, y sin reformar el sistema de formación de los médicos? Esto no puede funcionar.

Ahora que el gobierno ya va de salida y antes de que entre el siguiente, todo depende de ustedes: Pónganse de acuerdo entre ustedes, elaboren una plataforma conjunta – y luchen por ella, con el gobierno que sea, del partido que sea.

No es una cuestión ideológica, sino de ética profesional. No permitan que los dividan en médicos de izquierda  de derecha. Es absurda esta división. Hay médicos buenos y malos, pero no políticamente correctos...

Saludos, Paolo Luers
(Más!/EDH)

lunes, 16 de diciembre de 2013

La gran coalición que nadie quería

Luego de dos meses de difíciles negociaciones entre los conservadores gobernantes y los socialdemócratas opositores está listo el Contrato de Coalición que regirá al nuevo gobierno alemán: las dos fuerzas mayoritarias del país gobernarán juntos. La famosa gran coalición, que nadie la quería, resultó la única opción políticamente viable. Los democratacristianos de Angela Merkel querían seguir gobernando con su socio preferido, los liberales. Los socialdemócratas opositores hicieron campaña electoral para formar un gobierno de cambio junto con sus socios preferidos, los ecologistas del Partido Los Verdes.
Ninguna de estas alianzas logró en las elecciones parlamentarias de septiembre la mayoría necesaria para formar gobierno. Alemania es un régimen parlamentario: el que logra construir una coalición parlamentaria con 50% más 1 diputado puede elegir al jefe de gobierno (canciller) y formar gobierno. Ninguna de las coaliciones que se habían presentado en las elecciones logró esta mayoría. Los socios liberales de Merkel ya ni siquiera lograron los 5% de votos mínimos para ingresar al parlamento. Y socialdemócratas y verdes quedaron lejos de los 50% de diputados.

Entonces, había 3 coaliciones matemáticamente posibles: aparte de la gran coalición entre los partidos mayoritarios, los conservadores podían formar mayoría junto a Los Verdes; y los socialdemócratas y verdes podían incluir en su alianza a los poscomunistas del Partido La Izquierda. Resulta que ambas coaliciones carecían de factibilidad política. Para los conservadores de la Democracia Cristina (CDU/CSU), Los Verdes, a pesar de su transformación de un movimiento de rebeldes en un partido de clase media, siguen siendo de extrema desconfianza. Y los socialdemócratas, igual que Los Verdes, se habían comprometido antes de las elecciones a no incluir en su gobierno a los poscomunistas, quienes siguen opuestos a las alianzas que han integrado Alemania al mundo occidental: la OTAN y la Unión Europea...

El resultado lógico: la gran coalición entre los dos partidos mayoritarios, los socialdemócratas y los conservadores (democracia cristiana). Nadie la quería, es un matrimonio de conveniencia.

En las negociaciones entre los dos partidos inmediatamente quedó evidente algo que aun más complicó la preparación de la boda: La única manera de justificar esta alianza entre las fuerzas opuestas, que obliga a ambos a hacer concesiones esenciales, modificando sus respectivos programas de gobierno y sus promesas electorales, es cuando logre atacar de raíz los problemas no resueltos del país. Esta coalición o será una frustrante aberración del oportunismo de la clase política – o será lo mejor del pragmatismo político: el pacto nacional que necesitaba la República para enfrentarse a sus principales retos. Esta coalición, que nadie quería, está obligada a hacer lo que ningún otro gobierno con mayoría precaria y oposición fuerte puede lograr: arreglar el sistema de pensiones; revertir la creación de una nueva pobreza de subempleo; una reforma de salud  capaz de enfrentar la explosión de costos en una sociedad cada vez más vieja; poner en práctica el anunciado cambio energético, asegurando sostenibilidad ecológica a largo plazo, pero sin disparar los costos de energía; pasar de la administración de la crisis del Euro a la integración política de Europa.

La gran coalición alemana está condenada no sólo al éxito sino a lograr éxitos extraordinarios y cambios estructurales. Si se queda en la administración de las crisis, poniendo parches y quedando corto en las reformas, a la democracia alemana le van a crecer enemigos peligrosos, tanto en la izquierda antisistema como en la nueva derecha anti-europea.

Esta gestión gubernamental de una coalición que tiene respaldo de 85% de los diputados tiene la oportunidad de abandonar el populismo y hacer reformas dolorosas pero necesarias, por ejemplo en los sistemas de salud y pensiones. Tiene la fuerza necesaria para parase a la arrogancia de Estados Unidos en el pleito por las prácticas de espionaje. Tiene la fuerza necesaria para convertirse en la locomotriz de la unidad europea. Por parte de los socialdemócratas entra al nuevo gobierno alguna gente de gran capacidad profesional y política. Juntos con dirigentes de la Democracia Cristiana como Angela Merkel y Ursula von der Leyden, la primera mujer a dirigir el ministerio de Defensa, que de todos modos han sido acusados a llevar su partido del conservadurismo tradicional a posiciones socialdemócratas, pueden convertirse en el gobierno de las reformas consecuentes que necesita Alemania. 
(El Diario de Hoy)