sábado, 19 de junio de 2021

El engaño de la descentralización educativa. Columna Transversal de Paolo Luers

Es populismo barato (no sólo de este gobierno, sino de varios anteriores) querer llevar la universidad a la gente, en vez de llevar a los estudiantes a las universidades. Suena bonito, pero lo que necesitamos es invertir para que las 3 sedes universitarias de la UES (San Salvador, Santa Ana y San Miguel) se conviertan en universidades integrales, profesionales, con todas las carreras, con un cuerpo de docencia excelente, con docencia e investigación –y con dormitorios para los estudiantes que vienen de los pueblos.







Publicado en EL DIARIO DE HOY, domingo 20 junio 2021

Ahora en La Unión están peleando si la nueva sede de la Universidad de El Salvador será en la ciudad de La Unión, en Santa Rosa de Lima o en Pasaquina. Es una discusión absurda. Ninguno de estos pueblos debería ser sede universitaria, porque en ninguna existen las condiciones mínimas para establecer un centro de estudios superiores con la excelencia e integralidad, que los estudiantes y el país necesitan y merecen.

Es populismo barato (no sólo de este gobierno, sino de varios anteriores) querer llevar la universidad a la gente, en vez de llevar a los estudiantes a las universidades. Suena bonito, pero lo que necesitamos es invertir para que las 3 sedes universitarias de la UES (San Salvador, Santa Ana y San Miguel) se conviertan en universidades integrales, profesionales, con todas las carreras, con un cuerpo de docencia excelente, con docencia e investigación –y con dormitorios para los estudiantes que vienen de los pueblos. Sólo así vamos a formar profesionales que podrán responder a los retos de la digitalización, la globalización y de la competencia regional.

Por razones de clientelismo, la tendencia va a en la dirección contraria. Aparte de la sede de La Unión, ya decidieron que van a establecer dos sedes departamentales más: Chalatenango, Morazán – y ya está funcionando la de San Vicente. Ciudades como Usulután, Zacatecoluca, Sonsonate, Sensuntepeque y Ahuachapán ya están exigiendo que se les tome en cuenta. Esta descentralización de la educación universitaria puede poner contento a algunos alcaldes y empresarios locales, pero brindará formación mediocre e insuficiente. Ante los retos que enfrenta el país, serán pésimas inversiones.

El argumento es que hay que abrir a los jóvenes del interior del país el acceso a la educación superior. Es correcto. Dicen que los estudiantes de familias de clase baja y media baja no tienen los recursos para costear los pasajes para asistir a clases en San Miguel, Santa Ana o San Salvador. También correcto. Pero la solución no es llevar una mini universidad con poca calidad académica a cada departamento. Hay otras soluciones. Básicamente son tres, que en su conjunto resolverán el problema:

1) El Estado asume el costo de transporte para los que viven no tan lejos de las universidades;
2) Para los que vivan más lejos y no pueden viajar todos los días, se construyen villas estudiantiles con dormitorios, instalaciones deportivas, y servicios de salud y comida;
3) El estado invierte fuerte en las 3 sedes de la UES y sus instalaciones; se aumenta el presupuesto para contratar más y mejores docentes; y se agregan institutos de investigación científica en las disciplinas esenciales para el desarrollo tecnológico, ecológico y social.

Los dos primeros rubros salen más baratos que construir sedes departamentales. Y el financiamiento del rubro 3 es la inversión extra que el país necesita con prioridad absoluta, si quiere conectar con la sociedad global del conocimiento.

La descentralización suena progresista, participativo y democrático, pero es una ilusión y un fraude. Lo mediocre nunca es progresista, ni emancipativo ni democrático. El acceso a educación excelente es participativo de verdad, no una educación de baja categoría cerca de su casa.

El mismo debate habrá que hacer sobre para analizar el futuro del bachillerato. La doctrina es que lo más democrático es llevar el bachillerato a los cantones. Tiene el mismo impacto negativo: Salen más bachilleres, pero pésimamente preparados y con grandes desventajas frente a los egresados de los colegios privados y de los institutos nacionales en las ciudades. El Instituto Nacional de Suchitoto garantiza una buena preparación a un bachillerato integral, pero no así las escuelas rurales, que en los últimos años se han extendido y ahora van hasta el bachillerato. Lo mejor sería ampliar, profesionalizar y mejorar sistemáticamente los institutos en las ciudades y cabeceras municipales, para que puedan incorporar a los alumnos de las zonas rurales – y que el Estado asuma el transporte escolar.

No todos van a estar de acuerdo, y seguramente el Ministerio de Educación no tomará en cuenta ninguna propuesta de este tipo. Pero es una discusión que tenemos que llevar, para preparar consensos sociales amplios para una futura reforma educativa.




Carta a los amantes de las series: En “Safe”, nada es seguro. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 19 junio 2021

Estimados amigos:

Los ingleses tienen el término “gated community”, para describir un vecindario cerrado, amurallado, apartado del resto de la ciudad. No sólo son residenciales, sino son comunidades completas, con supermercados, escuelas, estación de policía...


En la serie inglesa que hoy les presento, este vecindario de mansiones y jardines bonitos y calles asombradas, estáprotegido y seguro del mundo hostil y caótico. Por esto se llama “Safe”. Y así se llama la serie.


Esta comunidad puede ser muy protegida contra ataques e invasiones desde afuera, ¿pero qué sirven los muros y portones cuando los peligros nacen adentro? En esta comunidad todos se conocen desde su niñez, todos fueron a la misma escuela. Y todos tienen sus secretos – aparte de un secreto que casi todos los personajes principales comparten. De estos secretos, de estos muertos en el sótano, de este elefante blanco en la sala, del cual nadie habla, vive la serie. 


Nada y nadie es lo que parece. Luego de una fiesta de adolecentes, con mucho alcohol y drogas, una joven desaparece y su novio muere ahogado en la piscina. Todos son sospechosos. O más bien, uno tras otro. Para los amantes del gran arte inglés del whodunit” (¿Quién fue el culpable?), esta serie es un regalo. Hay series donde en cada episodio cambia el sospechoso principal. En “Safe” cambia cada 5 minutos. Y al final resulta que la persona menos probable es la culpable – pero en el fondo es el gran secreto compartido...


¿Cómo sentirse seguro en un vecindario amurallado llamado “Safe”, donde no entran extraños, pero donde todos los pilares de la comunidad mienten y tienen escondidos  los pecados? Bueno, todos menos el personaje principal, el padre de la muchacha desaparecida que durante toda la serie corre como loco de un secreto al siguiente para buscar a su hija – y la verdad.



Es impresionante como en esta serie nos tienen en una tensión permanente – misma tensión que sufre el padre que desesperadamente busca a su hija y solo encuentra mentiras, sorpresas, silencios. Al tiempo que busca a su hija desaparecida, va descubriendo verdades escondidas que le cambian la imagen de su difunta esposa. Es una doble búsqueda, y como en cualquier serie buena, podemos compartir las angustias, esperanzas y confusiones del protagonista, que por cierto está bien representado por Michael Hall, viejo conocido de la serie “Dexter”.


Pero la estrella escondida de esta serie es su creador y director, Harlan Coben, quien llega al cine luego de haber escrito más de 30 novelas exitosas de crimen. Este hombre sabe tejer suspenso...


Hablando de otra serie: En mi primera carta sobre las mejores series, escribí sobre “The Kominsky Method”, con Michael Douglas y Alan Arkin. Lo mejor que pueden ver sobre el tema de envejecer con dignidad, humor y sex. Hace poco, Netflix lanzó la tercera y última temporada de esta saga. Es obligatorio verla. Es lo mejor que hemos visto en años, y con esta serie Michael Douglas se hizo leyenda.

Disfruten las buenas series. Saludos, 







miércoles, 16 de junio de 2021

Carta a los periodistas: Lo publicado es público y no se deja ‘despublicar’. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 17 junio 2021

Estimados colegas:

Censura es censura, provenga de un gobernante, de la Fiscalía o de un juez. No soy abogado, así que no sé si es apegada a ley o no la orden que dio el juez de Santa Ana a la revista digital Factum de retirar de su página Web una nota sobre el caso de Chalchuapa. No me corresponde decidirlo.

Lo que sí me corresponde decir como periodista es que la justicia, para ser creíble y confiable, no puede ir contra la razón y la lógica. Lo que el juez y todos los que defienden su resolución no entienden es que una voz algo es publicado, es de dominio público y es irreal pensar que se pueda “despublicar”, por más que un juez lo ordene.

Veamos el resultado: a raíz de la orden del juez de despublicar la nota titulada “Asesino de Chalchuapa confiesa cómo mataron a 13 víctimas en el último año”, este texto ha sido leído por muchísimas más personas, ha sido reproducida enteramente en decenas de otros sitios WEB y alcanzó una amplia audiencia internacional. Factum obedeció la orden y retiró la nota de su sitio WEB. Pero lo despublicado se hizo mucho más público por la acción del juez. Un absurdo de lógica, y por tanto un absurdo jurídico.

¿Qué hubiera hecho el juez si la nota hubiera salido en un periódico impreso? ¿Hubiera ordenado que se le entreguen todos los ejemplares remanentes? ¿Hubiera ordenado a los salvadoreños no leer esta nota y no pasar este periódico a nadie más? Obviamente no se podría.

En el mundo digital, técnicamente se puede borrar una nota, tanto en un periódico digital como en un blog, incluso en las redes sociales. Pero es iluso pensar que de esta manera el contenido desaparece. Por lo contrario. se multiplica y se hace viral en el momento que hay un acto de censura. Hace muchos años, a mí me querían despublicar una nota, no por decisión de un juez, sino por decisión del director del medio. Mandó a borrar la nota de su página WEB, con el resultado que se convirtió en la nota más leída y más discutida. ¿Cómo? Porque volvió a aparecer en otros sitios, igual como ahora pasa a la nota censurada de Factum. Lo publicado no se puede despublicar. Hoy, en la era de las redes sociales, mucho menos que hace 15 años que trataron de despublicar mi columna.

Los jueces deberían entender esto y sacar la conclusión que, aunque tal vez una ley les faculta ordenar que algo se despublique, no tiene sentido práctico hacerlo.

Hay otra razón que el juez no tomó en cuenta: En un caso como el de Chalchuapa, en el cual Policía, Fiscalía, Ministerio de Seguridad y Gobierno manipulan la información, sin permitir que nadie tenga acceso a los hechos y pueda contrarrestar las versiones oficiales, existe un claro interés y derecho público de saber qué pasó. Tenemos derecho de saber por qué la PNC no actuó a tiempo; cuántos cuerpos están enterrados en las fosas clandestinas; cuál ha sido la relación del culpable principal, un ex policía, con otros miembros de cuerpos de seguridad o militares; y cómo se desarrollan las exhumaciones e investigaciones.

¿De repente, las desapariciones ya no son tema de pandillas, sino de exsoldados y expolicías y quieren mantener secreto el caso? No, señores.

En este tipo de casos, con un claro y legítimo interés público de saber la verdad, el juez tal vez puede aplicar la ley contra quienes han filtrado la información, desde el interior de las instituciones de investigación. Tal vez. Pero de ninguna manera pueden censurar o sancionar al periodista y su medio. Como periodistas recibimos información de muchas fuentes, y nunca nos pueden obligar a revelarlas. Tampoco pueden obligarnos a no publicar la información recibida.

Si no fuera así la lógica jurídica, nunca el New York Times no hubiera podido publicar los Vietnam Papers y exponer los crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos. Tampoco el Washington Post hubiera podido publicar sobre el caso Watergate. En ambos casos (y muchos otros) fue el derecho del público de saber la verdad lo que permitió a los periódicos publicar documentos filtrados. Y a nadie se le ocurrió sancionarlos.

Así que por favor, que ningún periodista o medio se deje intimidar y se abstenga de publicar lo que necesitamos saber.

Saludos, 



lunes, 14 de junio de 2021

Carta a Daniel Ortega: Vas a caer. De Paolo Luers

Arriba de izquierda: Christiana Chamorro, Félix Maradiaga, Arturo Cruz y Juan Sebastián Chamorro.
Abajo: Suyen Barahona, Ana Margarita Vigil, Tamara Dávila,  Víctor Tinoco, Hugo Torres y Dora María Téllez


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 15 junio 2021

Ya sabíamos -algunos con mucho pesar, otros porque nunca te confiamos mucho- que sos un traidor al sandinismo, a la izquierda y a la libertad. Por tanto, las malas noticias que desde hace años recibimos de Nicaragua ya no nos pueden sorprender. Los descubrimientos de corrupción y las imágenes de represión eran de esperarse, una vez que optaste por abandonar el contenido emancipativo y progresista del sandinismo y lo convertiste en un caudillismo represivo, mezclado con el loco sectarismo religioso de tu cómplice, esposa y vicepresidenta Chayo Murillo. 

 

Pero ahora te pasaste de la última raya. Luego de capturar a todos los posibles candidatos presidenciales que podían derrotarte en las elecciones de noviembre, mandaste a encarcelar al general Hugo Torres, quien en 1974 hizo una audaz acción guerrillera para conseguir tu libertad. Te salvó la vida, arriesgando la suya, como hacen los verdaderos revolucionarios. Igual mandaste a encarcelar a Dora María Téllez, la legendaria “comandante 2” de la toma de la Asamblea, con la cual lograron liberar de las cárceles de Somoza a 60 sandinistas, incluyendo a tu gran amigo Tomás Borge, quien te abrió el camino al poder absoluto.

 

Dos de los pocos héroes aun vivos de la lucha sandinista, hechos presos por un hombre a quien nadie nunca ha llamado héroe, porque nunca lo fuiste. De esta traición al sandinismo te vas a arrepentir, porque es algo que no te van a perdonar los nicas.

 

Ahora, aparte de los 200 presos políticos que ya tenías en tus cárceles, tenés como rehenes a cuatro precandidatos presidenciales: Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Juan Sebastián Chamorro y Félix Maradiaga; y a buena parte de los líderes de UNAMOS, partido donde se movilizan los sandinistas que se separaron de la línea dictatorial tuya, entre ellos Hugo Torres, Dora María Téllez y Víctor Tinoco. 

 

Hay que digerirlo: Ortega a los sandinistas históricos de “terrorismo”, porque movilizan una resistencia pacífica que con tres años de represión no has podido parar. Algunos lo describen así: El sandinismo comiendo a sus hijos. Pero no es así, sino: el orteguismo comiendo no solo a sus hijos sino a los sandinistas históricos, los que siguen luchando por la libertad de los nicaragüenses. Vos sólo te robaste el nombre y los colores rojo y negro de la bandera del sandinismo, pero los verdaderos herederos de la revolución son los que ahora tenés encarcelados. Te van a derrotar de todas formas, desde las cárceles, desde su ética sandinista intacta que se enfrenta a tu traición a los ideales de la revolución; y desde la calle, donde se van a seguir manifestando lo mejor de la juventud de Nicaragua...


La 'Comandante 2" Dora María Téllez y el general Hugo Torres


 

No creas que Cuba y Venezuela te van a defender. No pueden. No tienen solvencia para hacerlo. Ni el FMLN, ni Bukele con su silencio escandaloso. Estarás solo. Solos y abandonados por sus aliados oportunistas se mueren los traidores.

 

Dicen que tal vez todavía estás a tiempo para negociar una transición pacífica. Lo dudo. Ya no tendrás una salida “honrosa” de esta situación. Te pasaste de la última raya y vas a caer. Y los verdaderos luchadores por la libertad de Nicaragua van a reconstruir el país, con el apoyo de todos nosotros.