miércoles, 14 de mayo de 2008

Un nuevo país

Cambia la manera de ver El Salvador. Así son los resultados del Censo de población y vivienda 2007. Ahora amanecemos en un El Salvador sobre poblado, pero no tanto, con más migración, con menos nacimientos, más urbano, con mejor educación y con más delincuencia. El censo es un instrumento técnico científico muy útil, esto permite reenfocar medidas, focalizarlas donde realmente se necesitan, permite aplaudirnos por cuestiones bien hechas. Permite tener una verdadera radiografía de la situación de El Salvador.

Hay que aplaudir el trabajo del Ministerio de Economía en este sentido. Se tardaron un poco, pero el resultado parece ser muy bueno. Las herramientas de análisis que han incorporado a las bases de datos permiten hacer análisis no solo de país, departamento o municipios, sino que además le han incorporado una herramienta que permite hacer análisis espaciales mediante circunferencias designadas por el usuario. Lo cual también da otra capacidad de análisis de la información.

Dicho esto no dejan de sorprender los resultados. Ser tantos menos que los proyectados es curioso. Habrá que analizar el porcentaje de omisión que ha tenido este censo. Habrá que comparar los datos con algunos estudios regionales que se han elaborado. ¿Qué pasa si comparamos los datos del censo con los censos del ministerio de salud? ¿Qué pasa si lo comparamos con el registro de personas naturales? ¿Cuál información estará correcta? ¿Por qué las diferencias? Hay dudas que se tendrán que ir despejando, que tendrán que fortalecer los resultados del censo, que permitirán tener confianza que este nuevo país que nos enseñan es tal cual es.

En cuanto a los resultados hay mucho que hablar, habrá que hacer análisis más finos de la información para poder tener resultados más interesantes. Será labor de nosotros, las personas particulares, utilizar esta herramienta para hacer mejores análisis de la realidad, pero también será responsabilidad del gobierno la actualización correcta y completa de todos los indicadores de país. Habrá que ver cual es el nuevo PIB per capita, seguramente será más bonito que él actual. Habrá que ver cual serán los nuevos índices de educación y delincuencia. Espero que ambos ministros den la cara con igual prontitud en la celebración de uno y en la tristeza de otro. Esto son los datos que cambian con esta nueva radiografía.

En la nueva foto que nos tomaron salimos menos de los que esperábamos, y es que nacemos menos, ahora son de 2.4 hijos por mujer en contraste con los 3.5 hijos de 1992. Eso es un cambio positivo, que demuestra que la educación sexual está teniendo resultados importantes y positivos para él país. Y esto a pesar de las agresivas campañas religiosas que mitifican el tema. Mortifican y agreden a todos los que hablan de controles de la natalidad, por favor esto no es un triunfo de la abstinencia y la represión, esto es un triunfo de la sexualidad abierta y responsable. Así que vamos, todavía podemos ser menos, todavía somos sobre poblados, pero parece que vamos en el camino correcto.

Somos más urbanos, ahora un 63% de las personas que viven en El Salvador somos urbanos. Esto tiene consecuencias positivas y negativas. Habrá que repensar cuales son las actividades que se tienen que realizar debido a esta realidad. El aumento de las poblaciones urbanas y el crecimiento de las ciudades traen problemas ambientales serios, por el aumento de la contaminación, el aumento de la basura, el aumento de la presión por el consumo de recursos naturales en general. Por otro parte el abandono del campo, en un país como El Salvador también trae consecuencias positivas, como el crecimiento de bosques naturales y la recuperación de espacios y recursos, como cauces de ríos, etc. Esto trae un problema, la disminución de la producción de alimentos. Ante esta situación habría que pensar en una buena ley de arrendamiento de la tierra, más que en eso en un buen instituto de tierras capaz de regular que el impulso por el desarrollo agrícola no pase por encima de la recuperación y regeneración de los bosques naturales y el agua.

El discurso del presidente otra vez me agradó, estuvo consensuado, no se vanaglorió de cuestiones que no eran su total responsabilidad. Estuvo bien, pero sobre todo me gustó que muy casualmente dijo haber estado pensando: “en realidad este fin de semana pensaba que El Salvador necesita un fondo para este tipo de medidas un fondo ambiental”. Señor presidente, no sabe la alegría que me da saber que pensó esto el fin de semana. Creo que tiene razón, creo que es fácil incentivar la conservación del medio ambiente y como vio en los indicadores, los cambios se pueden apreciar. El presidente pensaba esto cuando hablaba del subsidio al gas propano. Porque el consumo de gas propano se ha casi duplicado, la utilización de leña baja hasta casi el 30% de las cocinas, es un gran avance y eso quita presión a nuestros bosques. Y es una inversión en la población que ayuda a bajar los gastos, además contribuye a la conservación de medio ambiente y además fortalece a la empresa privada. Y por supuesto que esta es una de las formulas del éxito y que este tipo de medidas se pueden impulsar, tal vez el presidente le cuenta la idea al ministros de medio ambiente y sacamos algo bueno de esto.

Pero al final, lo positivo del discurso es que reafirma la voluntad del presidente para cambiar los indicadores que sean necesarios, teniendo las noticias que se tengan y la voluntad que espero se la transmita a sus ministros de convertir este poderos instrumento en una verdadera herramienta de análisis, la cual sea un marco para tomar decisiones y poder enrumbar las políticas del gobierno, no en un sentido populista, sino en un sentido realidad.

CRISIS ECONÓMICA, REMESAS Y DEPORTACIONES

Los centroamericanos hemos logrado contribuir al desarrollo de este país que nos ha adoptado y nos ha brindado la oportunidad de trabajar, estudiar y progresar económicamente; el resultado de esa oportunidad ha sido reflejado en los beneficios que nuestras familias y países de origen han obtenido a través de las remesas, familiares, de turismo y de desarrollo e inversión.

Las economías de nuestros países que, por dos décadas han sido fortalecidas y dinamizadas por las remesas de la diáspora, se ven ahora amezadas por cuatro factores que imperan como determinantes para los centroamericanos en este país, los cuales son: la disminución de empleo, el alto costo de la vida, el envío de remesas y las deportaciones masivas.

La crisis inmobiliaria y el alto costo de los productos derivados del petróleo han ocasionado una crisis económica en la mayoría de familias hispanas en este país; específicamente, la fuente de trabajo más importante para los hombres de la diáspora, ha sido la industria de la construcción, la cual en estos momentos se encuentra en una de las crisis más profundas en su historia, lo que ha ocasionado niveles altos de desempleo.

A este problema de desempleo se agrega el alto costo de la vida, que debido a los altos precios de la gasolina y la generación de energía, ha resultado en un aumento significante en productos de consumo principales como los son los alimentos, el transporte, la electricidad, el agua, el gas, etc., disminuyendo con esto considerablemente el poder adquisitivo de los emigrantes centroamericanos quienes en su gran mayoría levemente superan los niveles de pobreza de este país.

Las remesas aun continúan su flujo ascendente en nuestros países, según datos bancarios hasta la fecha, sin embargo, se prevé que para el final de este año esa alza cambie, debido al impacto que las actuales dificultades económicas en Estados Unidos ocasionan a las familias de la diáspora.

Finalmente, es conocido que el mayor porcentaje de las personas que envían remesas son los nuevos inmigrantes, quienes en casi su totalidad se encuentran en este país de manera indocumentada e ilegal para los estándares de la ley en este país. La falta de una reforma migratoria integral que proteja a los millones de nobles trabajadores emigrantes latinoamericanos, ha ocasionado una cacería inhumana e inmoral, que deplora los principios de la libertad y justicia que la constitución de este país tan orgullosamente propone como principios fundamentales de la vida.

Muchos de mis hermanos dejaron de pagar sus casas debido a la falta de empleo en la construcción, después de ganar veinticinco dólares la hora, pasaron a ganar diez en algún restaurante o compañía de limpieza, y ahora muchos de ellos viven en pequeños apartamentos que comparten hasta con diez personas para ahorrar en el pago de la renta, así, pueden continuar enviando sus remesas para construir sus casas, ahorrar para su regreso y mantener a sus padres, hermanos, cónyuges e hijos que han quedado en la patria con la esperanza de reunirse algún día.

Todavía en este país existe una demanda bastante grande para la mano de obra hispana, la cual es codiciada por ser buena y barata, aunque, miles de los hermanos indocumentados han sido despedidos de las compañías grandes que mejor pagan en la construcción, la limpieza y los restaurantes, debido a las altas multas que los empleadores reciben al contratarlos, de alguna manera, siempre encuentran empleo en otros lugares, aunque signifique ganar aun menos dinero.

Los menos afortunados son atrapados en redadas por oficiales de migración o por la policía al cometer delitos o infracciones civiles de cualquier índole, por lo que son deportados, terminando así el sueño de una mejor vida y regresar a la pesadilla que significa la realidad sin futuro, sin oportunidades comparables a las de aquí, que se vive en nuestros países.

Por dos décadas los gobiernos de los países centroamericanos han tenido la oportunidad de contar con una contribución extraordinaria de parte del pueblo que forma la diáspora, así como, con apoyos económicos de organismos internacionales, donaciones de países amigos, etc., y ¿qué han hecho con esta contribución?, ¿Cómo este dinero ha mejorado las condiciones de vida de la mayoría de los ciudadanos de Centroamérica?

¿Cómo explican que por veinte años de percibir beneficios económicos a través de los impuestos, pagados por nuestros familiares con las remesas, las inversiones hechas con las remesas, el turismo revitalizado por las remesas y el consumo incitado por las remesas, aun nuestros países se encuentran incapacitados ha proporcionar oportunidades ideales de educación, de salud, de progreso, de paz social y de libertad económica?

La respuesta es evidente, durante estas dos décadas, bajo los nombres de nacionalistas, demócratas cristianos, social demócratas, social cristianos, conciliadores, revolucionarios, socialistas, comunistas y cada nombre imaginable en el amplio mar político-ideológico del siglo pasado, los lideres de estado de nuestra amada Centroamérica no han podido constituir Repúblicas que reflejen las aspiraciones nobles que con honor son ilustradas en el idealismo de sus cartas magnas.

La carta magna de mi país El Salvador, demanda enfáticamente con relación a la persona humana y los fines del estado en su articulo primero que, " El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado, que está organizado para la consecución de la justicia, de la seguridad jurídica y del bien común.

En consecuencia, es obligación del Estado asegurar a los habitantes de la República, el goce de la libertad, la salud, la cultura, el bienestar económico y la justicia social".

Con enfática tristeza y agónica convicción puedo asegurar que el propósito de este articulo, ha sido ignorado, pisoteado y traicionado por cada uno de los últimos cinco presidentes de la república, por cada uno de los cientos de diputados elegidos por el pueblo desde la primera elección democrática, por cada uno de los presidentes de la corte suprema de justicia junto a los cientos de jueces bajo su responsabilidad.

La nación centroamericana en Estados Unidos enfrenta los mismos problemas como emigrantes, y los enfrentamos juntos como ciudadanos del mundo que creemos en el trabajo, la educación, el sacrificio, el desarrollo humano, la justicia y la libertad; así mismo, enfrentamos los retos de incidir en el propósito de cambiar el destino de nuestras repúblicas.

El destino que vivimos en esta gran nación del norte del continente es difícil, pero como nación sabremos vencer la adversidad de políticas injustas, como la actual con respecto a la migración, y con nuestra contribución ayudaremos a perfeccionar esta democracia, la cual a pesar de ser una de las mas sólidas y completas en el mundo, esta aun muy lejos de ser perfecta. Así mantendremos nuestro poder económico tan importante para nuestro propósito de incidencia política en Centroamérica.

Es importante que para asegurar nuestro futuro, no nos limitemos únicamente a la convicción de nuestra lucha para mejorar nuestras condiciones de vida como emigrantes en este país, sino que la extendamos a nuestra incidencia como ciudadanos de nuestros países de origen, de manera que, adquiramos con voluntad patriótica el reto histórico de no permitir que dos décadas mas trasciendan sin avances sustanciales que aseguren una mejoría trascendental en las condiciones de vida y de libertades en nuestros países, así, nuestro aporte económico, social y político en Centroamérica sea un valuarte de desarrollo y bienestar común.

Hasta ahora, nuestra contribución ha sido una fuente billonaria de recursos económicos que ha mantenido a los círculos de poder monopólicos que cubiertos bajo ideologías políticas viven y fomentan la corrupción estatal, el crimen organizado, la delincuencia, el desorden civil, el contrabando, la polarización, el odio social y protegen los intereses especiales de grupos históricos privilegiados.

En diez años es posible que la crisis económica de este país sea aun más profunda, la reforma migratoria jamás haya sido implementada, que las deportaciones no se limiten a indocumentados, sino que, incluyan a residentes y ciudadanos de este país, de manera que, sean mucho más grandes. En todo caso las remesas podrían ser muy inferiores a las actuales o a las proyecciones actuales. Y si eso sucediera, ¿qué pasara con los ciudadanos centroamericanos que tendrán que regresar a sus países de origen?

Hermano que lee este articulo, pregúntate ¿Qué debo hacer para incidir y cambiar mi país? Mi sugerencia es que te organices y demandes tus derechos como ciudadano para participar políticamente y colaborar en la definición e implementación de políticas publicas que trasciendan en el cumplimiento de los ideales de las cartas magnas, las cuales definen nuestro principio y fin como ciudadanos, así como país.

martes, 13 de mayo de 2008

Columna transversal: Merkel vs. Chávez 2:0 por autogol

Nunca me imaginé una situación en la cual tuviera que apoyar a un jefe de gobierno alemán proveniente de la democracia cristiana. No que la señora Angela Merkel necesite que la defiendan, yo sólo tomo la palabra porque son tan raras veces que yo me siento orgulloso de un canciller alemán. Sólo acuerdo dos veces: La primera cuando Willy Brandt tuvo la valentía de arrodillarse frente a un monumento a las víctimas que el nazismo alemán causó en Polonia. Le segunda cuando Angela Merkel pone en su lugar a Hugo Chávez.

Ella se defiende solita y con gran dignidad, dejando nuevamente como bruto a Hugo Chávez, el teniente coronel venezolano convertido en “comandante de la revolución”. Hay que esperar la cumbre de Lima para ver si Angela Merkel logre lo que no pudo el rey Juan Carlos: callar a Hugo Chávez. Ya dijo, a raíz del intercambio con la jefa del gobierno alemán, que estaba considerando mejor no participar en la cumbre de Lima, para evitar decir algo que podría enojarla. Sería una lástima, porque realmente me gustaría ver a este macho vencido por las armas de una mujer como Angela Merkel: humildad, dignidad, humor y, sobre todo, su capacidad de trascender barreras ideológicas.

¿Que ha hecho Angela Merkel, una mujer muy poco confrontativa, más bien conciliadora, para enojar tanto al teniente coronel para que dijera, en su homilía dominical Aló Presidente, “Señora cancillera... vaya usted... como es una dama no digo más nada... pero vaya usted?”

Angela Merkel hizo dos cosas para encender la mecha corta de Chávez: Cuando este solicitó a los países de Europa de dejar de considerar y tratar a las FARC de Colombia como fuerza terrorista, ella públicamente vetó cualquier moción de este tipo. Y antes de viajar a Lima, dio una entrevista a la agencia alemana de noticias DPA diciendo que “Un único país no puede dañar por mucho tiempo las relaciones entre la Unión Europea y América Latina. El presidente Chávez no habla por Latinoamérica”.

Eso es grave para un hombre que se cree la reencarnación de Simón Bolívar y, por lo tanto, el vocero natural de América Latina.

Sólo así se explica que Chávez ni siquiera se contentó con mandar al diablo a su colega alemana, sino de compararla con Adolf Hitler, diciendo que la Democracia Cristiana alemana, el partido que preside Angela Merkel, es “la misma derecha que apoyó a Hitler, al fascismo".

Aunque ya estamos acostumbrados a los exabruptos de este militar con antecedentes golpistas, estas son palabras mayores entre jefes de Estado. Es admirable cómo la canciller alemana reacciona a este insulto que, de otra manera, podría convertirse en un problema diplomático serio y en un obstáculo pesado para la cumbre de Lima. Lo toma no como asunto entre Estados, sin como muestra de ignorancia, malacrianza y amargura de un hombre desesperado porque ya ha perdido el apoyo popular para sus aventuras del ‘Socialismo del Siglo 21’.

Angela Merkel toma todo esto con calma, precisamente porque sabe que Hugo Chávez quiere estropear la cumbre de Lima. Chávez no está interesado en buenas relaciones, ni mucho menos en estrategias compartidas, entre la Unión Europea y América Latina. Por lo contrario, esto sería una competencia fatal ara su liderazgo y para sus proyectos geopolíticos alternos de carácter anti-capitalista, anti-americano y anti-europeo.

O, como mejor lo resume un editorial del periódico alemán Ostsee-Zeitung: ”Europa y América Latina dependen una de la otra. Merkel lo sabe. Chávez no.”

lunes, 12 de mayo de 2008

Izquierdas americanas. Entrevista a Teodoro Petkoff

(Letras Libres, mayo 2008)
En febrero de 1967, Teodoro Petkoff Malec tenía 36 años y era un importante dirigente del Partido Comunista de Venezuela. Por aquellos días, el legendario comandante guerrillero que ya era Petkoff escapó espectacularmente, junto con otros dos importantes jefes comunistas, a través de un túnel que los sacó de la prisión militar de San Carlos, un viejo cuartel caraqueño cuya construcción se remonta al siglo XVIII. No fue esta su única fuga ni la más desconcertante para sus captores. En 1969, Petkoff todavía se hallaba prófugo cuando el presidente Rafael Caldera propició un proceso político de pacificación que, en breve tiempo, llevó a muchos jefes guerrilleros de entonces a incorporarse al juego electoral propio de la vida democrática.
Petkoff es hijo de un químico búlgaro y de una médico polaca, de origen judío; tras conocerse en Checoslovaquia a fines de los años veinte, y desencantados ambos de las políticas del Comintern, decidieron emigrar a Venezuela. Ambos fueron a trabajar a una central azucarera, en una todavía remota región al sur del Lago de Maracaibo: su padre, como químico de la central, y su madre, como la primera mujer médico que ejerció en Venezuela. Allí, en Bobures, pueblito habitado por descendientes de esclavos, nació el “catire” (entre venezolanos, el “güero”) Petkoff. Debía transcurrir un lustro todavía para que la muerte pusiera fin a la oprobiosa dictadura del general Juan Vicente Gómez.

Graduado con honores como economista en la Universidad Central de Venezuela (UCV), alcanzó desde muy joven posiciones de dirección en el Buró Político del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Actuó en la resistencia estudiantil contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

Ya desde sus primeros carcelazos, Petkoff comenzó a disentir de la estrategia revolucionaria “tricontinental” propugnada por La Habana. Así, desde mediados de los años sesenta, Teodoro –como es conocido en toda Venezuela– construyó, en artículos y documentos del partido, un discurso sumamente crítico del modo en que muchos movimientos de izquierda latinoamericanos buscaron repetir la exitosa experiencia insurreccional cubana. Esto, desde luego, le valió la excomunión por parte de Fidel Castro.

La irrupción de fuerzas del pacto de Varsovia en Checoslovaquia, a fines de 1968, lo hizo no sólo tomar partido por la así abortada “primavera de Praga”, sino también escribir un libro sumamente polémico, Checoslovaquia / El socialismo como problema (1969), que trascendió las fronteras de su país y alcanzó la distinción de que Leonid Brézhnev incluyera a su autor en la lista de enemigos de la URSS.

En 1971, junto con otros muchos dirigentes del PCV, Petkoff fundó el Movimiento al Socialismo, de tendencia moderada. Veintisiete años más tarde, en 1998, se separó del MAS por estar en desacuerdo con la línea de ese partido, en el sentido de apoyar la candidatura de Hugo Chávez. Como independiente, abrazó entonces el periodismo político, primero como director del vespertino El Mundo, y más tarde fundando su propio periódico, Tal Cual, cuya política editorial ha sido de indoblegable crítica al presidente Chávez.

Su libro Dos izquierdas (Alfa Grupo Editorial, 2005) aborda las recientes oleadas populistas y el resurgimiento de los gobiernos “de izquierda” en América Latina.

Se lo tiene en Venezuela por hombre ríspido, pero casi siempre atinado en sus juicios, al punto de que aun sus adversarios más enconados en el gobierno rinden respeto a su independencia intelectual, a su valor personal y a su larga experiencia en el duro oficio de estar siempre en lúcida minoría.

En el curso de esta “década de Chávez”, Teodoro Petkoff ha perseverado como vocero de una grave advertencia que preferimos poner en sus propias palabras: “Existe hoy la manifiesta voluntad del gobierno de Chávez de controlar nuestros actos y hasta nuestro pensamiento. Se trata de tendencias que todavía podemos detener, pero a condición de que tomemos conciencia de la gravedad de la situación y actuemos en consecuencia.” ara combatir el chavismo, Teodoro Petkoff no ha tenido que renunciar a la inteligencia ni a sus convicciones izquierdistas. Por el contrario: mediante un periodismo agudo y vehemente ha logrado desnudar el autoritarismo de Hugo Chávez. En esta conversación, exclusiva para Letras Libres, apunta más lejos: contra la izquierda autoritaria y a favor de la izquierda democrática en América.


Has manejado los conceptos de izquierda borbónica e izquierda no borbónica para referirte a lo que Álvaro Vargas Llosa llama izquierda vegetariana e izquierda carnívora. ¿Qué izquierda crees que va a prevalecer?

Creo que ambas son, por decirlo de alguna manera, inmortales. En algunos países prevalecerá o continuará prevaleciendo la izquierda democrática, moderna, y en otros, la izquierda más atrasada. Tenemos que hablar de casos nacionales. En términos generales, en los países más grandes y modernos del continente, en los institucionalmente más desarrollados, el espacio político está abierto para la izquierda democrática; en cambio, en países menos estructurados, con instituciones más frágiles y con grados menores de desarrollo económico, la prédica ultra podría encontrar, como en efecto lo ha hecho, terreno apropiado. Pero si queremos echar una mirada en conjunto, desde mi perspectiva el desenvolvimiento histórico del continente apunta a la afirmación creciente de una izquierda democrática.

¿Cómo encaja el proyecto de Venezuela ahí? Estamos ante un discurso de izquierda radical, pero con mucho dinero.

El caso de Venezuela es atípico. Aquí hay una izquierda –si es que queremos seguir llamándola así, aunque yo creo muy inapropiada la utilización del término para calificar al chavismo– que está en el poder y que no es fruto de procesos semejantes a los ocurridos en los demás países de América Latina. Tanto en Ecuador como en Bolivia y Nicaragua, los movimientos izquierdistas son fruto de décadas de lucha y de fuerzas de izquierda “clásicas”, con toda esa mezcolanza de marxismo, leninismo, trotskismo, peronismo y fidelismo. Ese no es el caso venezolano. Aquí Chávez accedió al poder por medio de una conspiración militar fracasada. Aprovechando el halo de bravura que suele rodear a los conspiradores militares y el anchísimo vacío institucional partidista que existía en Venezuela, este hombre ganó las elecciones, pero no a la cabeza de las fuerzas de izquierda. Ganó las elecciones acompañado de los sectores dominantes de Venezuela; llegó cabalgando la ola mediática que le proporcionaron los más importantes medios de televisión del país. En los días iniciales de su gobierno se agolpaban todos los grandes empresarios del país en Miraflores, y allí comenzaron a percibir que estaban ante un animal político diferente. Una vez Chávez los reunió a todos y les dijo que no les debía nada, cuando en realidad les debía todo: el apoyo mediático y financiero, los aviones y automóviles que le habían prestado, los recursos logísticos... Esto sólo podía ocurrir en Venezuela, es decir, en las circunstancias históricas de un país dominado durante décadas por dos gigantescos partidos populistas, democráticos, uno un poquito a la izquierda del centro, y otro un poquitito a la derecha, Acción Democrática y el Partido Social Cristiano, dos máquinas políticas que no tenían equivalente en América Latina; ni siquiera el PRI, creo yo, se podía comparar con la maquinaría política que era Acción Democrática. Cuando las instituciones fueron capturadas por los sectores más corruptos de estos partidos y fueron envilecidas, cuando comenzó a degradarse la economía venezolana, se creó ese ambiente específico donde se cocinan los líderes carismáticos, los líderes providenciales, y surgen ese tipo de movimientos que levantan el légamo de la sociedad. Son olas de fondo que mueven a una parte muy grande de la sociedad, en Venezuela no tanto a las clases medias empobrecidas –como en la Alemania de Hitler–, sino a los pobres más empobrecidos.
Lula, por el contrario, es producto de veinticinco años de trabajo tesonero en la clase obrera, de un partido no comunista surgido de la clase trabajadora. Si hay un partido en el mundo que puede clasificarse como un partido de la clase obrera, aparte del francés y el italiano, es el de Lula, que surge del movimiento sindical, que va avanzando poco a poco en la sociedad, que gana alcaldías, consejos municipales, gobernaciones; que participa en procesos electorales, que elude las trampas de la violencia. Hay un sustrato democrático que deriva de la práctica democrática del petismo brasileño. Ellos hacen suya la democracia: no la perciben como un instrumento útil mientras se es oposición, y olvidable cuando se llega al poder; les es consustancial porque nacieron luchando por ella.
El caso del Frente Amplio Uruguayo es incluso más paradigmático, porque los partidos que lo componen son partidos centenarios. Ahí están el Partido Socialista y el Partido Comunista más viejos de América Latina. Son movimientos muy vinculados a la clase obrera. Es un siglo de luchas sociales lo que está detrás del gobierno de Tabaré Vázquez; y ni hablar del socialismo chileno y de la larguísima tradición de un partido que nace prácticamente con la Segunda Internacional... Esa es un poco la historia del continente, pero no la de Chávez. Chávez no es un luchador social ni un líder formado en la lucha social o en el estudio. Chávez es un conspirador afortunado, simplemente un hombre de gran audacia y, es verdad, de mucho instinto político. Para nuestra desgracia, llega al poder sin saber qué hacer con él: sin un programa, sin formación, sin un conocimiento del país y sus problemas. Después, cuando comienza a tantear soluciones, va apareciendo un utopista, un utopista por fortuna no sanguinario, al menos hasta ahora. Un utopista que no considera necesario cortarle los dedos de los pies a la muchacha para que le calcen las zapatillas de la Cenicienta, sino que aplica sus ideas –que van fracasando casi todas– sin meter presos a sus adversarios. Ahora, ¿por qué podemos tener nosotros un utopista no sanguinario? Porque “tiene la plata que jode”. Este utopista no sanguinario puede permitirse estos experimentos en Venezuela porque tiene un dinero que no tiene nadie. Somos un país de veintisiete millones de habitantes que va a recibir este año setenta mil millones de dólares provenientes de sus exportaciones petroleras. ¡Hombre, qué país en el mundo se puede dar ese lujo! Chávez no halla qué hacer con el dinero: puede alimentar todas sus fantasías.

Dices que Chávez es un utopista no sanguinario, pero en su régimen el funcionariado está lleno de militares, presidido por un militar con un discurso belicista...

Ese es otro rasgo que diferencia el caso venezolano de los demás. La izquierda democrática de América Latina, e incluso la no democrática, no es militarista: es civilista y no le debe nada a los militares. El eje articulador del poder en Venezuela son las fuerzas armadas, no un partido político. Han pasado nueve años y a lo largo de ellos Chávez ha emprendido distintos experimentos organizativos de su partido, pero sólo para hacer de él una máquina para los procesos electorales.

Se calcula que hay quinientos militares en activo repartidos en cargos de alto nivel.

Sí, esa cifra puede estar bastante próxima a la verdad, si no es que se queda corta. Pero el número no es tan importante como la concepción que tiene Chávez del rol de las fuerzas armadas en la sociedad venezolana, concepción que por cierto está muy bien plasmada no sólo en la reforma constitucional derrotada, sino en el proyecto de currículo educativo. A lo largo de los cinco años de bachillerato, el único tema que se repite sistemáticamente es el de las fuerzas armadas. Por supuesto, esto no tiene nada que ver con la gran tradición del socialismo mundial ni con la tradición de las izquierdas latinoamericanas.

Hay que hacer aquí un pequeño paréntesis. De un tiempo para acá, desde el gobierno de Néstor Kirchner, el peronismo comenzó a recibir el baño lustral de la definición izquierdista. Yo creo que el peronismo no tiene nada que ver ni con la izquierda ni con la derecha; es un fenómeno argentino, y con esto quiero decir que ya es una definición por sí mismo. Hay semejanzas y diferencias entre el chavismo y el peronismo. Una primera gran semejanza es la dependencia que tienen estos movimientos del liderazgo carismático. Claro que Chávez no tiene una Evita al lado que complemente su liderazgo carismático. Una segunda semejanza es esta: si bien las raíces fascistas del pensamiento de Perón son muy claras, en el caso de Chávez no hay un comportamiento motivado ideológicamente por el fascismo; muchas de sus acciones, sin embargo, entran en el cuadro de lo que Umberto Eco llama urfascismo, es decir, el fascismo cotidiano que segregan las sociedades. En Chávez es muy prominente el culto a la tradición, a los héroes, a la violencia, el tono bélico, la mitología belicista... y todo eso forma parte del urfascismo. Si antes dije que es un utopista no sanguinario, esto no significa que no sea represivo.

Tiene presos y hace una utilización política y casi personal del sistema judicial...

Sí, el uso de la violencia del Estado y la manipulación de las instituciones en su provecho personal son rasgos muy visibles en Chávez. Este es un segundo elemento que lo asemeja con Perón. Pero también hay diferencias: el peronismo organizó a la clase obrera y Chávez no ha podido con la clase obrera de Venezuela, que se ha mostrado refractaria al chavismo. A diferencia de Perón, que tenía el apoyo de una clase obrera grandísima, Chávez logró otra suerte de milagro: organizar a un sector que parecía imposible de organizar: la pobreza urbana, por llamarla de alguna manera. Desempleados crónicos, amas de casa de hogares pobrísimos, trabajadores informales, vendedores callejeros, incluso gente que llevan vidas más o menos delictivas... El discurso chavista, animado por una cierta resonancia redentora, logró organizar a este sector y allí han surgido una miríada de organizaciones populares de distinto tipo que han creado centros de poder populares.

Para cambiar un poco los tercios, hablemos del antiamericanismo. En Estados Unidos muchos analistas creen que la política exterior de este país hacia Cuba, pasado el periodo fidelista, está por cambiar. ¿Qué consecuencias podría traer esto para la izquierda de América Latina y, en particular, para Chávez?

Creo que van a ocurrir cosas muy interesantes en las relaciones cubanonorteamericanas, sea quien sea el próximo presidente de Estados Unidos. Los analistas del Departamento de Estado, aunque miopes, no son ciegos y no pueden dejar de ver los cambios que están ocurriendo en Cuba. Puede resultarnos hasta divertido saber que un cubano ya puede comprar un celular, pero eso significa que Cuba está entrando en el siglo XXI, que está comenzando a salir tímidamente a la modernidad. El fidelismo aisló a Cuba –no en el sentido político, porque Cuba estuvo engranada con muchas corrientes históricas y políticas del resto del mundo– y Raúl, que sabe que tiene que legitimar su gobierno puesto que no fue elegido, ha comenzado a dosificar cambios que son enormes, yo me atrevería a decir que casi copernicanos. Los analistas norteamericanos están tomando nota de esto, aunque también saben que Raúl Castro no va a impulsar grandes cambios en las instituciones. La garra del Partido Comunista seguirá allí, y Raúl no se puede permitir audacias como las chinas o vietnamitas porque Cuba está demasiado cerca de la fuerza gravitacional de Estados Unidos. Pero ciertamente se están produciendo cambios en lo político y cultural.
Todo esto causará, por supuesto, cambios en la imagen que se tiene de Cuba en América Latina. Sin Fidel, este icono de la izquierda no democrática, de la izquierda anacrónica, dejará de ser lo que fue a lo largo de medio siglo. Y esas botas no las puede calzar Hugo Chávez. Fidel Castro llenaba esas botas con el peso de su personalidad, de su genio político, y no con dólares. Nuestro caudillo es otra cosa: un hombre al que tú le quitas los dólares y lo dejas desnudo. Por otra parte, los cambios que se vayan produciendo en Cuba irán alimentado las tendencias democráticas de izquierda en América Latina.

A veces uno tiene la impresión de que Correa y Evo han seguido un guión más o menos ligado al proceso chavista, pero eso no quiere decir que se vaya a producir el mismo fenómeno que en Venezuela.

Creo que los países andinos están en una crisis terrible. Uno de los aspectos de esa crisis es la demolición del Estado y sus instituciones. Los Estados de los países andinos están desportillados, son casi ficticios. Por lo mismo, el que en Bolivia o en Ecuador se haya planteado una Constituyente no significa que se esté siguiendo el guión chavista. Yo veo esto como un recurso democrático para intentar reconstruir el Estado.
Nunca he creído en esa supuesta influencia desbordante de Hugo Chávez en América Latina. Eso es sobre todo un producto de los medios norteamericanos y de la miopía de su Departamento de Estado. No considero que Chávez haya sido nunca una amenaza para las empresas del imperio, ni que tenga la fuerza que le atribuyen los estadounidenses. Políticamente hablando, Chávez es un fenómeno marginal. El chavismo rebota con fuerza en los sectores ultra de la izquierda continental, pero en el mainstream, entre las grandes fuerzas de izquierda, en los países más grandes del continente, es un fenómeno completamente marginal, y esto más aún a medida que pasa el tiempo. La agenda política de Lula no tiene nada que ver con la de Chávez, ni tampoco la de Tabaré Vázquez o la de Bachelet, y ni siquiera la de los Kirchner... Hay una izquierda que no he mencionado, la izquierda democrática colombiana, que tampoco se identifica con Chávez, salvo algunos de sus personajes. Por otra parte, las farc están muy desacreditadas políticamente; ya no es un movimiento político sino de narcotraficantes y secuestradores.

Por último: hace cuarenta años hubo dos asesinatos en Estados Unidos, uno de un precandidato y uno de un exitoso promotor de los derechos civiles americanos. Hoy uno de los candidatos a la presidencia de aquel país es negro y otro es mujer. ¿Qué piensas de esto?

Si yo fuera norteamericano votaría por Obama con los ojos cerrados. Obama, como Hillary, representa un fenómeno que no se puede dejar de subrayar: la condición revolucionaria de la sociedad norteamericana. No hay ninguna sociedad en el mundo que tenga la capacidad de la sociedad estadounidense para cambiar. Lo que está ocurriendo en Estados Unidos es impensable en cualquier país europeo, y más todavía en los países no desarrollados, que son sociedades aún más conservadoras. Hace todavía cuarenta años los negros tenían que sentarse en los sitios traseros de los autobuses y beber en bebederos públicos hechos sólo para ellos, y hoy esa misma Norteamérica podría elegir tranquilamente un presidente negro.
Estados Unidos es el país que más temor inspira en el mundo; es una sociedad violenta –tan violenta como se expresa en la película No Country for Old Men–; es una sociedad racista y machista; es la sociedad de John Wayne; y su política exterior, sobre todo en el periodo de Bush, ha expresado toda esa Ugly America. Pero también hay que decir, en honor a la verdad, que la esperanza de que todo eso cambie nos viene también de Estados Unidos. Si va a haber un cambio en la política norteamericana, será porque los estadounidenses votarán por ello. De esta sociedad vienen muchos de los miedos del mundo, pero también las esperanzas. Es la única sociedad que ha derrotado al fascismo pacífica y democráticamente. Es un pueblo crédulo, pero cuando deja de creer, “no masca”, como decimos en Venezuela, con la misma determinación con que de pronto dicen: “Hay que ir a Iraq a matar a esos moros”, dicen después que hay que salir de Iraq porque no hay nada que hacer ahí. Creo, pues, que esta campaña electoral norteamericana va a marcar un antes y un después. Estados Unidos será distinto después de las elecciones, incluso si ganara McCain.

(Publicado en Letras Libres)

La traición de los medios

(De Gabor Steingart, corresponsal de la revista alemana DER SPIEGEL en Washington)

Las primarias en Estados Unidos se acercan a la decisión. Tiempo de pedir cuentas – a los periodistas. Jugaron un rol importante pero también fatal en el poker de los candidatos.

El buen periodista, dijo Rudolf Augstein (el fundador del SPIEGEL), no está sometido a nadie, sólo a sus prejuicios y errores.

En esta campaña, muchos periodistas y medios hicieron uso del derecho a equivocarse, incluyendo el autor de esta columna. “Todos los que soñábamos del primer presidente negro, tuvimos un despertar amargo. Espero que lo habrá, en algún momento, pero no en estas elecciones”, escribí luego de las derrotas que sufrió Obama en las primarias de New Hampshire y Nevada. El título de mi columna: “El fin de la revolución de Obama”.

La probabilidad que el próximo presidente de Estados Unidos sea negro son más altas que nunca en la historia. La revolución sigue en marcha, el escepticismo queda.

Pero no hablemos de los errores. Hablemos de traición. Una buena parte de los medios norteamericanos, en esas primarias, trató con las patas los principios de nuestra profesión. (...)

Los dos puntos de referencia del periodista son la realidad y la importancia. Sin embargo, durante meses el énfasis principal de la cobertura de las primarias estaba en lo periférico e irrelevante. Manipular mediante exageración, así podríamos llamar este método de trabajo. Cada ardillita se convirtió en Godzilla. Más del 60% de toda la cobertura de la primarias en los medios de Estados Unidos hablaron de estrategias de campaña, de tácticas, de la construcción de personalidades – pero no de los contenidos políticos.

El mayor interés de los reporteros se dedicó a cuestiones como estas: si Obama llevaba o no un pin con la bandera de Estados Unidos; si John McCain tuvo –ocho años atrás- una amante; si a la ex primera dama Hillary Clinton le falló la memoria sobre su viaje a Bosnia. (...)

Incluso el excéntrico pastor de Obama no merece tanto alboroto. Dios condene a Estados Unidos, exclamó el pastor. ¿Y qué? El padre en mi parroquia católica era reaccionario, mi profesor era comunista. Tal vez los locos al la derecha y a la izquierda del camino de nuestras vidas son necesarios para mostrarnos el camino del medio.

No es que el público americano, en estas primarias, haya sido alimentado de mentiras, pero si de irrelevancias. El escritor, ensayista y periodista británico George Orwell inventó la palabra “minitrue”, abreviación para el ficticio “Ministerio de La Verdad”. Los mini-verdades se pueden sumar, pero nunca resultan en una imagen completa.

Lo irónico es que no hay ninguna escasez de temas relevantes. En las elecciones de Estados Unidos están en juego la guerra y la paz, además de la creciente injusticia social...

Están en la agenda preguntas que casi no podrían ser más dramáticas:
¿Qué pasará cuando los demócratas realmente retiran las tropas del Irak? ¿Cómo enfrentará Obama el peligro que en Basra y Bagdad se repitan los campos de muerte de Camboya? ¿Cómo piensan los republicanos terminar con el escandaloso hecho que 47 millones de ciudadanos de Estados Unidos no tienen seguro médico?

No son los periodistas los únicos responsables de la decadencia del periodismo. Su importancia fue disminuida como en ninguna campaña electoral anterior. Hoy tienen que compartir las páginas de los periódicos y los estudios de televisión con personas que se llaman estrategas o consultores o asesores. Trabajan o han trabajado a sueldo de los partidos.

Ambos, el periodista y el estratega a la par, comentan en CNN o Fox News las campañas y los temas políticos. Cámara para Karl Rove, el arquitecto de los dos triunfos electorales de George W. Bush, hoy bajo contrato en Fox, Newsweek y el Wall Street Journal. Entra en escena Dick Morris, entonces el más cercano asesor de Bill Clinton, hoy contratado de comentarista por todos los canales de televisión. Luces para Donna Brazile, que nunca falta cuando en CNN se comentan elecciones. Casi nadie se da cuanta que es integrante del exclusivo Comité Nacional del Partido Demócrata...

No puede haber perfiles profesionales más distantes que entre periodistas y estrategas de campaña. Uno es buscador de la verdad, el otro encargado a alterar la realidad. Lo que los estrategas ofrecen al público suena a comentario, pero es propaganda. En el empaque dice periodismo, pero el contenido es táctica partidaria. Morris polemiza contra Hillary Clinton; Donna Brazile hace publicidad para los demócratas; Rove pone decoración a las políticas de Bush.

Para estos estrategas, la verdad es sólo la materia prima para modelar candidatos. El amor a la verdad, para ellos, es nostalgia y la manipulación un arte.

No son pocos los periodistas que contribuyen a la decadencia de su profesión. El legendario White House Presse Corps ahora se define como parte de la industria de entretenimiento. Dentro de esta élite periodística hay reporteros que venden cada spot de campaña medianamente inteligente como una sensación política. Estilo va encima de sustancia, cosa que en última instancia deja su huella en los mismos reporteros. Cuando los corresponsales interpretan como factor decisivo para una elección si el candidato “es capaz de inspirar al pueblo americano”, no es extraño que la gente comienza a usar los mismos criterios para los periodistas.

Esto no es bonito, pero justo.

(Publicado en Spiegel Online. Traducido del alemán de P. Luers)