jueves, 5 de marzo de 2015

Carta a los “sabios”

Estimados rectores universitarios:
Siempre se dice que las encuestas pre-electorales tienen dos funciones: medir la opinión pública, y al mismo tiempo influir en ella. Las encuestas generan la percepción sobre perdedores y vencedores, y así se convierten en un poderoso instrumento de las campañas proselitistas.


Luego de estas elecciones, queda comprobado que todas (!) las encuestas emitidas por sus universidades (UCA, UTEC, UFG) exclusivamente cumplieron la segunda función: generar opinión, pero lamentablemente dibujaron imágenes falsos de la opinión pública y sirvieron como armas propagandísticas del FMLN. En cuanto a su función primordial de medir la opinión de los potenciales votantes, aportaron absolutamente nada. Por lo contrario.

Incluso la últimas encuestas universitarias, publicadas en febrero, pintaban al público un panorama falso, en el cual el candidato del FMLN para la alcaldía de San Salvador llevaba una ventaja de entre 13 y 25 puntos. De hecho, a esta altura la carrera estaba bien apretada, y Bukele terminó ganando con una mínima diferencia. Tan mínima que uno se pregunta: ¿Cómo hubiera sido el resultado sin encuestas tan engañosas?

El efecto distorsionador y manipulador de las encuestas universitarias aun se duplicó por la irresponsable manera como ustedes usaron su prestigio como académicos y rectores universitarias para presentar y propagarlas. Los canales de televisión han institucionalizado sus llamadas “rondas de rectores”, donde ustedes crean la ilusión que ahí habla la sabiduría, independencia y el sentido crítico de los académicos. La triste verdad es que ahí hablan, en el mejor de los casos, ciudadanos comunes, con mediocre criterio político y con los mismos prejuicios de ninguna manera filtrados por criterios científicos. En el peor de los casos, oportunistas que sacrifican el prestigio de sus casas universitarias para quedar bien con el gobierno de turno. De sabiduría, ni la huella. 

Uno se pregunta: ¿Qué pasó en este país, donde por la Universidad de El Salvador y la UCA han desfilado intelectuales, rectores y profesores de alto reconocimiento internacional, para que hoy las “rondas de rectores” sean tertulias mediocres como cualquier otra en cafetines y en el lamentable concierto de debates y entrevistas? Ver al rector de la UES, sucesor de intelectuales de respeto como don Fabio Castillo, Félix Ulloa y María Isabel Rodríguez, tartamudear en un estudio de televisión y hacer propaganda gratis al FMLN (tal vez pensando en las próximas negociaciones del presupuesto universitario con el Ejecutivo), da pena ajena. Ver al rector actual de la UCA, o a su antecesor inmediato Chema Tojeira, ambos herederos de Ignacio Ellacuría, hablar frívolas ocurrencias, pero siempre al favor del FMLN, resulta altamente frustrante.

No sólo vendieron las encuestas universitarias como imparciales y científicamente válidos, también se dedicaron, en unísono, a desprestigiar la única encuesta que al final de día resultó válida: la de New Link y El Diario de Hoy, que diagnosticó dos veces, en enero y otra vez en febrero, que Bukele y Zamora estaban empatados. En vez de reflexionar, como corresponde a académicos serios, sobre el reto que a todos ustedes lanzaba esta encuesta de New Link, con su enfoque metodológico diferente, no les ocurrió otra coas que burlarse: ¿Cómo se les ocurre hacer una encuesta en facebook?

Obviamente no saben, porque no lo han estudiado, que esta nueva metodología del “análisis predictivo”, apoyándose en complejas fórmulas matemáticas, en muchos países ha revolucionado la forma de hacer estudios de mercado y mediciones de la opinión pública. Entiendo que va contra su naturaleza reconocerlo, pero El Diario de Hoy, luego de mucha discusión con los matemáticos, sociólogos y informáticos de New Link, tomó la audaz decisión de apostar a esta nueva metodología. ¿Saben por qué? Porque la experiencia de los últimos años con las encuestas tradicionales, como ustedes las siguen haciendo, nos llevó a la conclusión que nunca se acercan a la realidad, y que son muy vulnerables a la contaminación ideológica de sus resultados. Prueba de esto: las encuestas que ustedes tanto defienden, aunque elección tras elección producen mediciones absurdamente erróneas.

Las universidades, si quieren recuperar su credibilidad, tienen que revisar de fondo la concepción de sus encuestas.

No me tomen mal mis palabras tan francas, señores, pero alguien les tiene que decir la verdad: Están haciendo un pésimo servicio a la academia salvadoreño y al país. Saludos, Paolo
(Mas!/El Diario de Hoy)

Columna transversal: #FueraOlivo

El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Julio Olivo, tiene que renunciar. Es inevitable, ya la ciudadanía lo exige en voz alta. No cumple el requisito de independencia establecido por la Sala de lo Constitucional, por su clara adhesión al FMLN. No cumple el requisito de competencia profesional, como evidenciado por el fiasco del escrutinio y de la transmisión de los resultados electorales. No cumple ni siquiera la ley: piensa que puede simplemente “suspender” la realización y divulgación del escrutinio preliminar que demanda el Código Electoral.

Pero no es suficiente que renuncie Olivo. Luego la Asamblea tiene la obligación de formar una Comisión Especial para investigar la inaceptable actuación del Tribunal. No solo para determinar responsabilidades y, si hay caso, destituir al resto de magistrados, sino sobre todo para tener elementos para una reforma al Código Electoral que garantice que las siguientes elecciones se realicen de mejor forma.

Respecto al colapso del escrutinio, ya está claro que la falla de origen es la negativa del TSE, sobre todo de Olivo, de volver a contratar a la empresa INDRA, que con transparencia y eficiencia ha manejado las últimas elecciones. El argumento que esta empresa española era demasiado cara y que el presupuesto asignado al TSE no permitía contratar sus servicios, es absurdo, por dos razones: Primero, como muchas veces, lo barato sale más caro. EL TSE decidió contratar, sin licitaciones y sin aplicar los mínimos filtros, a un sinfín de empresas – y cuando se dieron cuenta que esto no funcionaba, tuvieron que contratar, de emergencia, a otro montón de técnicos. Al fin esto saldrá más caro que haber enregado todo el paquete a INDRA.

La segunda razón: El TSE no tiene ninguna obligación de aceptar las limitaciones presupuestarias que quiere imponer el ministro de Hacienda. El Ejecutivo está constitucionalmente obligado a proveer los fondos necesarios para garantizar el debido desarrollo de las elecciones. Punto. Un presidente independiente del TSE no hubiera aceptado la imposición del Ejecutivo.

Por ahora, toda la crítica al TSE se concentra en el colapso del sistema informático que hizo imposible el escrutinio preliminar y que a esta altura todavía nos tiene sin datos oficiales sobre los resultados. Pero la negligencia del Tribunal comenzó mucho antes y es mucho más integral. Los magistrados y su institución TSE fallaron también en la organización y preparación de las elecciones. No realizaron a tiempo la campaña para orientar a los votantes de las nuevas modalidades de esta votación. No emitieron a tiempo los instructivos para los miembros de la Juntas Receptoras del Voto, que son los que realmente tienen que ejecutar la votación y el escrutinio en sus respectivas mesas. No capacitaron a los miembros y delegados de las Juntas Electorales Municipales. Había delegados que en vez de aclarar las dudas en las mesas, crearon más confusión. El TSE no creó las mínimas condiciones para que las JRV pudiesen con eficiencia cumplir sus funciones: En muchos locales, no hubo mesas para adecuar ordenadamente el montón de papeletas y actas a llenar. Las actas no servían: tuvieron 16 copias, y era imposible llenarlas de manera que todas las copias fueran legibles. El conjunto de estas fallas llevó a una situación caótica en el escrutinio de las mesas, o incluso en la misma votación. Muchas actas, por esta negligencia del TSE, fueron mal elaboradas, lo que complicará aun más el escrutinio final.

No es suficiente que renuncien o sean sustituidos el presidente y los magistrados del TSE. Desde ya hay que hacer cambios en el procedimiento. Hay que normar la acreditación de los vigilantes. No podemos seguir permitiendo que los partidos traigan miles de vigilantes de otros municipios. No puede ser que residentes de Soyapango voten por el alcalde de San Salvador. Los credenciales de los vigilantes deben ser emitidos, a solicitud de los partidos, por el TSE, así como se procede con los integrantes de las JRV. Es la única forma para evitar los fraudes masivos detectados, por ejemplo en la Concha Viuda de Escalón, donde se presentaron (y votaron fraudulentamente) “vigilantes” con credenciales falsos. Las JRV no tienen capacidad de comprobar la autenticidad de los credenciales emitidos por los partidos.

Las JRV hay que componerlos de otra manera, para garantizar que todos sus integrantes estén debidamente capacitados. Es indispensable tener en cada JRV un delegado neutral, capacitado por el TSE, que puede orientar la labor de la mesa y garantizar que las actas se llenen correctamente. Estos delgados deberían sacarse de listados presentados por los gremios profesionales.

Una vez se haya limpiado el caos creado por la incapacidad y negligencia del actual Tribunal, la Asamblea debe ponerse de acuerdo sobre cómo completar la reforma electoral impulsada hasta ahora por la Sala de lo Constitucional. Urge una depuración del padrón. Urge la constitución de un Instituto Electoral que organiza las elecciones, y de un Tribunal que funciona como una corte electoral. Y urge la creación de distritos electorales, donde tres o cuatro diputados representen una población determinada, comparable a los departamentos pequeños como Morazán o Cabañas. Es imposible ejercer con eficiencia el voto por cara y cruzado en planillas de 24 o 10 candidatos por partido, que para la mayoría de los votantes son desconocidos y a los cuales nunca pueden pedir rendición de cuentas.
(El Diario de Hoy)




martes, 3 de marzo de 2015

Carta a mis colegas de la JRV 438


Estimados colegas:
Al escribir esta carta, en la tarde de este lunes post-electoral, siento una horrible goma. Peor incluso que las gomas que le producen los placeres del licor. Es una de fatiga, luego de una jornada de 27 horas de trabajo como miembro de una junta receptora de voto. Pero también es goma producida por la rabia que te produce la manera como el Tribunal Supremo Electoral pone a trabajar a estos más de 300 mil ciudadanos que en cada elección se apuntan voluntariamente para integrar las juntas o servir de vigilantes electorales.

Quería conocer esta experiencia, y por esto me apunté, esta vez no como periodista o observador, sino como miembro de la JRV 438. A pesar de la goma, estoy feliz de haber vivido esta experiencia junto con todos ustedes.

Trabajar juntos hasta el punto del colapso es una excelente forma de conocer a los seres humanos. Conocí en ustedes, los colegas y vigilantes de la JRV 438, extraordinarios ciudadanos comprometidos, cada uno con sus causa política, pero de gran calidad humana y solidaria que deja olvidar las diferencias. Por mala suerte, tuvimos que establecer la mesa entre solo cinco integrantes, lo que significaba que nadie tenía suplente y nadie podía descansar en ningún momento de la jornada. La única manera de enfrentarse a la monstruosa tarea de facilitar, en medio del caos creado por la incompetencia y negligencia del Tribunal Electoral, el voto libre a los ciudadanos y luego terminar los conteos y llenar los docenas de actas era formar un verdadero team.

Conocí a Lorena, quien con orgullo lleva el chaleco rojo del FMLN, siempre cumpliendo su misión de proteger “su voto”, pero al mismo tiempo solidaria con la inexperiencia de otros, como yo, echándonos la mano – y tratando a los votantes vestidos de tricolor con la misma amabilidad que a los que venían forrados de rojo.

Conocí a Vicente, veterano de batallas electorales de ARENA, quien junto con Lorena hizo funcionar esta mesa, con su sentido de humor, su experiencia y su concentración.

Conocí a María Isabel, la representante del FMLN en esta la JRV 438, una mujer de extraordinaria dulzura y disposición de trabajo, sin la cual yo hubiera estado perdido en el caos, y que con suavidad ayudó a ordenar el caos. Durante la jornada se me olvidó por completo qué partido representaba, por que jamás se expresaba en su actuar.

Conocí a Roberto, con su chaleco amarillo, con el cual celebramos cada uno de los pocos votos por el CD, “el tío” Douglas y Roberto Cañas, y que se convirtió, sin que yo se lo pidiera, en mi subsecretario. Conocí a Erika del PCN, que me hizo masajes para aguantar el dolor de espalda, a Verónica y Gissela que representaban al PDC y al PSD, siempre sonrientes, siempre dispuestas a ayudar a quien necesitaba que le echara una mano. Conocí a doña Flor, que GANA había inscrito como presidenta de la JRV 438, sin experiencia ninguna, sin ninguna preparación. Sin discusión alguna, entre todos, sin distinción de colores, actuamos para que nunca se sintiera incómoda o humillada. Simplemente, Lorena y Vicente asumieron sus funciones en la mesa, con el apoyo de todos los demás vigilantes y vocales de todos los partidos. Y doña Flor nos agradeció esto siempre con una sonrisa.

Entre todos nos enfrentamos al caos y al hecho que el Tribunal no procura, por nada, que este ejercito de voluntarios pueda hacer su trabajo en un ambiente adecuado. No tuvimos ni una sola mesa adecuada para ordenar los montones de papeles a llenar, revisar, y resguardar. No había ni siquiera sillas para cada uno del equipo, y los que había eran pupitres para niños que te quiebran la espalda. Ni hablar de la desorganización, a pesar del esfuerzo sobrehumano de algunos héroes como Erika Saldaña y Bea Gamero que corrian de una mesa a otra a contrarrestar el caos creado por un TSE cínicamente incompetente. Hay que decir: esta elección estaba pésimamente preparada, con un exceso de burocratismo inadecuado y ridículo.

Todo esto lo aguantamos porque decidimos olvidarnos de nuestras diferencias y comportarnos como ciuadadanos. Quiere dedicarles a todos ellos esta carta como agradecimiento. No merecen cumplir su deber ciudadano en estas condiciones infrahumanos. Ustedes merecen mi respeto y cariño.

Saludos, su amigo Paolo 
(Mas!/El Diario de Hoy)