sábado, 10 de abril de 2010

Correspondencia íntegra

A finales del mes de marzo el cantautor cubano Silvio Rodríguez publicó un poema en la web Rebelión en el que lanzaba una serie de preguntas. Una de ellas, dirigida al opositor anticastrista en el exilio Carlos Alberto Montaner. Éste contestó al texto de Rodríguez al día siguiente, en una carta abierta. EL PAÍS publicó entonces un resumen de esa correspondencia. Desde entonces el intercambio de misivas entre ambas personalidades sigue viva. La última carta fue enviada ayer por Silvio Rodríguez. Reproducimos de manera íntegra el contenido de esta conversación epistolar, todavía abierta.

Carta del 31 de marzo de 2010 [De Silvio Rodríguez a Carlos Alberto Montaner]

Preguntas de un trovador que sueña

(a Bertold Brecht, por sus Preguntas de un obrero que lee)

Si el flautista de Hamelín partiera con todos nuestros / hijos ¿comprenderíamos que se nos va el futuro? / Si ese futuro que se nos va supiera adónde lo lleva el / flautista de Hamelín ¿partiría con él?

Si un huelguista de hambre exigiera que Obama levantara / el bloqueo ¿lo apoyaría el Grupo Prisa?

Si los miles de cubanos que perdimos familia / en atentados de la CIA hiciéramos una carta de denuncia / ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner?

Si algunas firmas meditaran antes de condenar las / cárceles ajenas ¿resultarían incólumes las propias?

Si un líder del norte es un líder / ¿por qué es caudillo el que nació en el sur?

Si la política imperial es responsable de algunas de / nuestras desgracias ¿no deberíamos liberarnos también / de esa parte de la política imperial?

Si condenamos la guerra fría ¿nos referimos a toda / o sólo a la porción ajena?

Si este Gobierno ha sido tan malo ¿de dónde / ha salido este pueblo tan bueno?

Aborto (marque con una cruz): / asesinato, hedonismo, piedad

Homosexuales (marque con una cruz): / Elton John advierte que Cristo era gay

¿Quién le importa al PP? (marque con una cruz): / ¿Zapata o Zapatero?

Si la Casa Blanca devolviera Guantánamo y acabara el / embargo ¿qué posición (común) adoptaría / el Kama-Sutra europeo?

Si el que hoy maldice ayer bendijo / ¿con quién pasó la noche?

Si de veras nos haría tanto daño una amnistía / ¿por qué no me lo explican?

Si la suma de ambas intransigencias nos extingue y la / nada baldía nos arrastra al pasado ¿nuestros hijos / tendrán lo que merecen?

¿Qué pasa con los negros? ¿Qué pasa con los amarillos? / ¿Qué pasa con los blancos?

¿Qué pasa con los rojos, con / los azules e incluso con los hombrecillos verdes?

Si alguien roba comida y después resulta que no da la vida / ¿qué hacer?

Si otro Martí naciera entre nosotros ¿podría ser / emigrante, rapero, cuentapropista, ciudadano provincial / en una chabola periférica?

Patria, Universo, Vida, respeto al semejante / y todos Venceremos un poquito

Carta del 1 de abril de 2010 [De Carlos Alberto Montaner a Silvio Rodríguez]

El cantautor Silvio Rodríguez me ha hecho una pregunta públicamente. Se la voy a responder. Es un magnífico y admirado compositor al que debe tomársele en cuenta. Dice Silvio: "Si los miles de cubanos que perdimos familia en atentados de la CIA hiciéramos una carta denuncia ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner?". La pregunta forma parte de lo que parece ser un poema o la letra de una canción inédita. El texto se titula "Preguntas de un trovador que sueña" y está disponible en un website llamado Kaosenlared.net, vertedero ideológico en el que es posible leer elogios a los narcoterroristas de las FARC o a los asesinos de ETA, pero donde, de vez en cuando, aparecen críticas lúcidas a la dictadura cubana.

Por supuesto, Silvio: yo firmaría esa denuncia. La CIA, como todos los servicios de inteligencia, ha hecho cosas deplorables que merecen ser censuradas. Y las ha hecho el ejército norteamericano cuando maltrató cruelmente a los prisioneros. Y las sigue haciendo el Departamento de Justicia de Estados Unidos, y hasta la Corte Suprema, cuando priva a ciertos detenidos del amparo de la ley. Todo eso, incluida la pena de muerte, me parece abominable y contrario a un verdadero Estado de Derecho en el que se respeten las libertades individuales.

Ahora, Silvio, me toca preguntarte a ti: ¿firmarías una carta en la que se denunciaran los atropellos a los presos políticos cubanos y el acoso a las Damas de Blanco? Una carta en la que mostraríamos nuestro respeto por Orlando Zapata Tamayo, Guillermo Fariñas y todo aquel dispuesto a morir defendiendo su dignidad de ser humano. Una carta en la que solicitaríamos la condena a los policías responsables de la muerte de 41 infelices, la mayor parte niños y mujeres, que huían de Cuba en un barco en la madrugada del 13 de julio de 1994. Una carta en la que los cubanos les pediríamos perdón a los somalíes por la matanza de miles de personas llevada a cabo en 1977 y 78 por el ejército cubano en la Guerra de Ogadén, cuando Cuba se alió a la dictadura etíope. Una carta en la que se condenara la censura, el dogmatismo, el partido único, la persecución a las personas por tratar de defender sus ideas políticas, sus creencias religiosas, sus preferencias sexuales. Una carta en la que les dijéramos a los hermanos Castro que 51 años es un periodo demasiado prolongado para continuar imponiéndoles a los cubanos un sistema fallido y cruel en el que ya casi nadie cree, comenzando por ti, Silvio, y por tu talentoso hijo "Silvito", músico, como tú, a quien apodan "el Libre" para diferenciarlos, porque Silvito ha decidido cantar y decir lo que piensa.

Voy a contestar por ti, Silvio: yo creo que la firmarías. Y creo que la firmaría el 90% de los cubanos, hartos ya de esa vieja dictadura de difuntos y flores. Y te diría más: es importante que todos los cubanos interesados en salvar el futuro (porque el pasado lo hemos hecho añicos irremediablemente), los de la oposición democrática y los reformistas del régimen, como es tu caso, se encuentren en un punto medio para buscar una salida a la trampa que nos van a legar los hermanos Castro cuando decidan morirse y nos dejen como herencia un manicomio empobrecido y sin ilusiones patrullado por una legión de policías corruptos.

Hace pocas fechas dijiste que a la palabra "Revolución" hay que quitarle la "R" para comenzar a evolucionar. De acuerdo. ¿Cómo se hace ese prodigio? Se hace vaciando las cárceles de presos políticos, permitiendo la libre expresión de las ideas y la asociación espontánea y sin coacciones de las personas. No se trata de determinar ahora hacia dónde debe ir el país. Lo que se impone en este momento es abrir los cauces de participación para que los propios cubanos cambien todo lo que haya que cambiar y decidan democráticamente el rumbo que debe seguirse. Después, poco a poco, sin violencia, sin revanchas, pacíficamente, elección tras elección, las piezas irán cayendo en su lugar hasta que salgamos de la etapa actual y la sociedad, si así lo decide libremente, redefina el Estado y el perfil de la convivencia.

¿Hacemos esa carta juntos? Atrévete.

Carlos Alberto Montaner

Miami

Carta del 2 de abril de 2010 [De Silvio Rodríguez a Carlos Alberto Montaner]

Montaner:

Mi hijo Silvio-Liam es una voz que comienza a extender sus verdades. El ama a nuestro Apóstol, no le resulta incómodo, no desea borrarlo de la Historia. A él no le crispa que Martí haya dicho: "Viví en el monstruo y le conozco las entrañas". Él escogió ponerse "el libre" por no sentirse atado. Asume haber nacido así y su padre aplaude que lo sienta y lo diga en su clave generacional.

Desconoces la razón de un joven, pero intentas apropiártelo. No pareces comprender mucho lo que aseguras defender. ¿Será costumbre tuya? Diseñas una Cuba distorsionada que propagan las monstruosas cadenas. Cortando y pegando repartes un odio que ha derribado aviones llenos de inocentes. Siempre he reprobado el hundimiento del remolcador "13 de marzo". Pero quién va a creer que te importan los muertos somalíes, cuando no te interesan los cubanos que dieron su vida por un fingido prócer. A mí me conforta saber que no fue en vano el sacrificio de los caídos en Angola. No sólo porque los haya visto combatir y morir pobres y limpios, sino porque fueron consagrados en la eternidad por Nelson Mandela.

Atrévete, Carlos Alberto, a afirmar que Mandela mintió cuando dijo que la presencia cubana en África significó el principio del fin del apartheid.

Sé que tus argucias serán multiplicadas mil veces más que cualquier verdad desde Cuba. Desde esta dignidad cercada continuaré cantando lo que pienso: Sigo con muchas más razones para creer en la Revolución que en sus detractores. Si este gobierno es tan malo ¿de dónde salió este pueblo tan bueno?

Atrévete un día a respetar al prójimo. Atrévete a expulsar la soberbia. Atrévete a merecer un pueblo como este.

Silvio Rodríguez Domínguez

La Habana, Cuba

Carta del 3 de abril de 2010 [De Carlos Alberto Montaner a Silvio Rodríguez]

Estimado Silvio Rodríguez,

Me has respondido con cierta vehemencia. No te gustó mi anterior contestación a una pregunta tuya. Ojalá estos papeles tengan mejor suerte. Mi intención no es hostilizarte, sino conversar civilizadamente. Veamos.

Dices: "Mi hijo Silvio-Liam es una voz que comienza a extender sus verdades. El ama a nuestro Apóstol, no le resulta incómodo, no desea borrarlo de la Historia. A él no le crispa que Martí haya dicho: "Viví en el monstruo y le conozco las entrañas". Él escogió ponerse "el libre" por no sentirse atado. Asume haber nacido así y su padre aplaude que lo sienta y lo diga en su clave generacional".

Yo también, Silvio, respeto la memoria de Martí, el más ilustre de todos los cubanos, pero no sólo el que, con bastante sagacidad y razón, temía los impulsos imperialistas de Estados Unidos a fines del siglo XIX, sino, además, el que criticó severamente a Marx y alabó a los empresarios con iniciativa al grado de afirmar: "Pero los pobres sin éxito en la vida, que enseñan el puño a los pobres que tuvieron éxito; los trabajadores sin fortuna que se encienden en ira contra los trabajadores con fortuna, son locos que quieren negar a la naturaleza humana el legítimo uso de las facultades que vienen con ella.

Como coincido con Martí, Silvio, y no con Fidel, a mi me parece muy bien que alguien con tu talento haya podido enriquecerse legítimamente, tener propiedades dentro y fuera de Cuba y poseer una próspera empresa de grabaciones construida con el producto de su esfuerzo. Lo que quisiera es que ese privilegio que te han concedido se convierta en un derecho y se extienda a todos los cubanos. Es cruel y terriblemente empobrecedor que tanta gente talentosa y con iniciativa, como hay en Cuba, tenga que vivir subordinada a los caprichos de los comisarios y los burócratas.

Pero volvamos a la generación de tu hijo, la de Silvito "el Libre", que es, también, la de los míos, y la de Yoani Sánchez y Gorki Águila. ¿No te parece criminal que esos jóvenes estén obligados a suscribir las ideas y prejuicios de unos confundidos octogenarios, paralizados por el miedo y el dogmatismo, que adquirieron sus juicios morales y su percepción de la realidad y de los conflictos sociales hace sesenta años, en otras circunstancias radicalmente diferentes? Tenemos que liberar a las jóvenes generaciones de esa carga nefasta para que sean capaces de construir libremente sus vidas. Eso es urgente.

Sigo con tu carta. Dices: "Diseñas una Cuba distorsionada que propagan las monstruosas cadenas. Cortando y pegando repartes un odio que ha derribado aviones llenos de inocentes. Siempre he reprobado el hundimiento del remolcador 13 de marzo".

¡Ay, Silvio! ¿Diseño una Cuba distorsionada? ¿Te parece poco que, desde que se instauró la revolución, hace ya más de medio siglo, el 20 por ciento de la población ha huido a bordo de cualquier cosa, pagando el intento con varios miles han muertos? ¿Son falsos los fusilamientos, los maltratos en las cárceles, los actos de repudio a quienes se atreven a criticar al régimen? ¿Es mentira la censura?

¿Recuerdas cuando apaleaban a los cubanos por quererse ir del país en aquellos "actos de repudio", que no han cesado nunca porque hoy los organizan contra las Damas de Blanco y los demócratas de la oposición? ¿Se te ha olvidado como encerraban a los homosexuales en campos de concentración, como los echaban de la Universidad tras humillarlos públicamente? ¿No es verdad que en la primavera del 2003 encarcelaron y condenaron a penas de hasta 28 años de cárcel a 75 personas por prestar libros prohibidos, pedir un referéndum y escribir crónicas en los diarios extranjeros?

¿Qué tiene que ver la denuncia de esas monstruosidades con el condenable derribo de un avión de "Cubana de Aviación" lleno de inocentes, crimen que me parece repugnante? Tú condenas, y yo creo en tu sinceridad, el hundimiento del remolcador "13 de marzo" y el asesinato en ese episodio de 41 personas, pero ¿por qué no alzaste tu voz en la Asamblea Nacional del Poder Popular para denunciar el crimen? Eras un diputado, un representante de la sociedad. ¿Por qué callaste? Si quienes pueden hablar no se atreven a hacerlo se convierten en cómplices de la barbarie y contribuyen a perpetuarla. Quienes desean cambios deben proclamarlo con valentía.

Y luego dices: "Pero quién va a creer que te importan los muertos somalíes, cuando no te interesan los cubanos que dieron su vida por un fingido prócer. A mí me conforta saber que no fue en vano el sacrificio de los caídos en Angola. No sólo porque los haya visto combatir y morir pobres y limpios, sino porque fueron consagrados en la eternidad por Nelson Mandela. Atrévete, Carlos Alberto, a afirmar que Mandela mintió cuando dijo que la presencia cubana en África significó el principio del fin del apartheid".

Claro, Silvio, que me importan los miles de muertos somalíes exterminados por el ejército de Cuba en una guerra desigual y sin piedad que nada tenía que ver con la lucha contra el apartheid y sí con darle una victoria a la dictadura etíope, entonces aliada de la URSS. Como me importan, y mucho, los tres mil cubanos que dejaron la piel en África, sólo porque Fidel Castro, sin consultar con nadie, ni siquiera con el Partido Comunista, decidió convertirse en un líder planetario y transformó a la pobre Cuba en la punta de lanza de sus apetencias de renombre internacional y en el peón más agresivo y oportunista de la Guerra Fría.

¿Para qué tanto sacrificio? Al final, las tropas cubanas, entre otras ironías de esa insensata carnicería, acabaron custodiando los intereses petroleros norteamericanos en la zona de Cabinda, y hoy Angola es una nación capitalista deseosa de olvidar los años en los que planeaba construir un estado calcado del modelo soviético. En Angola ya nadie recuerda aquel proyecto revolucionario por el que murieron tantos cubanos inútilmente.

¿No crees que es hora de poner punto final a la utilización del pueblo como carne de cañón para saciar las ansias de notoriedad de una camarilla sedienta de poder y gloria? ¿No crees que el arrendamiento de profesionales cubanos para pagar deudas, como si fueran esclavos, en nombre de la solidaridad internacional, es una ofensa profunda al honor nacional?

Mi admirado Mandela, Silvio, no mintió: tiene, sencillamente, un ángulo diferente al mío sobre el papel de las tropas cubanas en África. En todo caso, lo que me emociona de Nelson Mandela no es su discutible opinión sobre el rol de las tropas cubanas en ese continente, sino esa democracia y esa libertad sin ira que les llevó a todos los sudafricanos en lugar de seguir el ejemplo totalitario de Fidel.

Terminas tu carta de una forma curiosa: "Sé que tus argucias serán multiplicadas mil veces más que cualquier verdad desde Cuba. Desde esta dignidad cercada continuaré cantando lo que pienso: Sigo con muchas más razones para creer en la Revolución que en sus detractores. Si este gobierno es tan malo ¿de dónde salió este pueblo tan bueno?

Concuerdo contigo, Silvio, en que la prensa libre será más generosa con mis explicaciones que con las tuyas, pero no es tu culpa. El mundo al que se adscribía la revolución cubana se derrumbó con el Muro de Berlín y hoy esa dictadura es sólo un viejo y desacreditado fósil, apenas emparentado con Corea del Norte, porque ya ni siquiera China y Vietnam son regímenes comunistas, aunque, lamentablemente, sigan siendo dictaduras gobernadas por un partido único con mano de hierro.

No obstante, me parece legítimo que continúes cantando lo que piensas e insistas en defender la revolución y la dictadura comunista. Ese es tu derecho. Te diré más: la Cuba con la que sueñan millones de cubanos debe ser un país en el que tú puedas cantar lo que piensas, pero en el que también quepan Gloria Estefan, Willy Chirino, Paquito D?Rivera y Los Aldeanos. Una Cuba sin exclusiones.

Entre todos, Silvio, tenemos que forjar esa Cuba tolerante en la que no se persiga a nadie por manifestar sus ideas. No te equivocas cuando dices que el cubano es un pueblo "bueno". Todas las dictaduras comunistas padecían malos gobiernos, pero tenían pueblos buenos en los que no faltaban los Sajarov, los Walesa y los Havel. En Cuba también abunda esa clase de héroes. Muchos están presos.

Tenemos que encontrarnos en un claro de la historia patria para darnos ese abrazo de reconciliación, libertad y cambio que casi todos anhelamos. Saltemos sobre nuestras diferencias, Silvio, y hagamos un mundo mejor para nuestros hijos. Un mundo democrático y libre, como esas veinte naciones que están a la cabeza del planeta; esas veinte naciones a las que quieren escapar tantos cubanos jóvenes, como tú mismo acabas de advertir muy preocupado. Entre todos, Silvio, pacíficamente, podemos cambiar nuestro destino y salvar el futuro.

Con genuina cordialidad cívica,

Carlos Alberto Montaner

Madrid.

Carta del 9 de abril de 2010 [De Silvio Rodríguez a Carlos Alberto Montaner]

(Segunda réplica a Carlos Alberto Montaner. Letanía)

Montaner:

Sé que, cuando Marx murió, Martí le dedicó algunas frases de homenaje, si mal no recuerdo "por haberse puesto de parte de los pobres". Por favor, ilústrame y muéstrame las "críticas severas" del Apóstol al autor de El Capital.

Montaner:

Antes de la Revolución, la mayoría de los cubanos no podía ni soñar con tener casa propia. Mi familia entre ellos. El único inmueble que ahora mismo poseo es mi casa. Infórmate mejor, porque hasta el día de hoy no tengo propiedades o empresas en Cuba o en el extranjero.

Montaner:

En algunas entrevistas y canciones, a través de una trayectoria de más de 40 años, he señalado lo que he considerado criticable del proceso revolucionario. En otras he apoyado este proceso, sin caer jamás en el servilismo o el panfleto. No hay dualidad en esto. En ambas facetas soy el mismo cubano pretendiendo asistir a los suyos.

Montaner:

No me molesta un gobierno de ancianos. En muchas culturas antiguas tener edad, por la sensatez inmanente, era un requisito para gobernar. Acuérdate de que tú también adquiriste tus "juicios morales, tu precepción de la realidad y de los conflictos sociales" hace medio siglo. No pretendas venderte como prospecto de la generación del dos mil, que no te queda bien.

Montaner:

Los fusilamientos se originaron en los primeros meses de la Revolución, contra criminales de guerra del batistato: torturadores y asesinos probados en los juicios que el pueblo de Cuba miró sobrecogido. La guerra despiadada que nos impuso la CIA obligó al gobierno a mantenerla como medida persuasiva. Con los años me he dado cuenta de que la pena de muerte es algo que debiera abolirse en todo el mundo, por incivilizada. Estoy convencido de que el cese de las hostilidades contra Cuba sería el principio del fin de la pena de muerte en nuestra Patria.

Montaner:

La oposición, en las prisiones, enfrenta el mismo drama que en las calles: no tienen pueblo, sus posiciones los alejan de las masas. En el 2008 más de treinta artistas e intelectuales visitamos 16 prisiones y cantamos ante más de 40 mil reclusos. Los malos tratos que ustedes manifiestan no tienen nada que ver con la mucha preocupación que vimos en las autoridades carcelarias de todos los penales que visitamos. El mismo hecho de que exista un movimiento de aficionados tan poderoso en las prisiones cubanas contradice profundamente la versión que ustedes propagan.

Montaner:

No estoy de acuerdo con los actos de repudio, pero otros cubanos se indignan hasta el punto de cometerlos. Los cubanos de Miami hacen lo mismo. Debe ser la parte triste de nuestro karma. Encuentro lógico que las madres y esposas de los presos se preocupen por sus familiares y que lo manifiesten. No me parece muy honesto que reciban ayuda económica de otro gobierno y mucho menos de connotados terroristas, como parece ser el caso de ciertas señoras. La censura, como en otros países, existe en Cuba. Y ahí donde estás ahora mismo, existe también, sobre todo para los que no piensan como tú.

Montaner:

Me parece que no te corresponde decir lo que recuerdan los angoleños. A mí me consta que recuerdan mucho y bien la desinteresada ayuda de los cubanos. En Cuba nunca se ha usado una gota de combustible de Cabinda, donde estuve personalmente y vi caer a hombres extraordinarios, defendiendo ese petróleo para que una Angola soberana decidiera su suerte.

Montaner:

Si tanto deseas que Cuba sea mejor, cambia tu lógica y empieza a luchar contra el bloqueo. El bloqueo es genocida, inmoral, impresentable. Mientras exista será la justificación para no bajar ni un ápice la tensión defensiva. Si quieres tanto a los somalíes, supongo que debes querer al menos igual a los niños cubanos. Pues bien: los niños cubanos, gracias al bloqueo, este año no podrán entrar masivamente a los conservatorios musicales. Y no me vayas a decir que el gobierno cubano se volvió loco y ahora quiere destruir lo que construyó. En tus manos queda hacer felices a cientos de miles de niños del país en que naciste.

Por eso, Montaner:

Lucha contra el bloqueo para que el talento que lleva 50 años floreciendo no se frustre.

Con probada vocación patriótica e internacionalista,

Silvio Rodríguez Domínguez.

La Habana, 9 de abril de 2010

PD: La todopoderosa "Gran Prensa" que te apoya ya empezó a publicar versiones convenientes de este careo. Sé demócrata cabal (y cívico) y pídeles que muestren íntegras mis palabras.

(El País/Madrid)

Bienvenidos al periodismo-espectáculo

Que un periodista haga una entrevista con un narcotraficante no tiene nada de extraño, al contrario. Que Julio Scherer, el decano del periodismo en México, haga esa entrevista al Mayo Zambada, uno de los narcos que más daño le han hecho a este país, es vergonzoso. Todos los que nos dedicamos a este oficio sabemos que hay veces que el entrevistado nos gana la entrevista, a todos nos ha pasado. El mismo Scherer hizo una de sus peores entrevistas, en aquella ocasión en televisión y en red nacional, al subcomandante Marcos. El sub se comió al maestro: le impuso el ritmo, el tono, la forma y Scherer terminó siendo un agradecido público, un fan más del show de Marcos. Pero el encuentro con El Mayo es más que una entrevista fallida.

Hay una tendencia mundial al periodismo-espectáculo que en México está tomando carta de naturalización a gran velocidad. Lo periodístico de hoy es aquello que genera "tráfico", tiene rating, mueve masas y es tema de conversación en los camiones y los cafés. Se trata igual un asunto de una niña muerta en circunstancias extrañas, como el caso Paulette, la salida del armario de una cantante pop, o un tema de narcotráfico. La historia periodística ya no es aquella que nos revela algo nuevo, distinto o sorprendente, sino la que nos mantiene pegados al televisor, a la pantalla o a la Blackberry. Lo importante no es la veracidad de los hechos, sino la capacidad de sorprendernos más veces en menos tiempo. Lo que trasciende no es lo que dijo el narcotraficante, mucho menos las preguntas que le hizo el entrevistador, sino que está ahí, en la foto de portada, al lado del periodista, banalizando la información. Pero lo más patético y paradójico es la lógica del periodista banalizándose a sí mismo. A la clase política la ha perdido el dulce encanto de su propia voz: escucharse en los medios ha hecho que dejaran de escuchar a los demás. A los periodistas de hoy nos está aniquilando la fascinación por la imagen propia.

El periodismo está siendo víctima de sus propios medios. El medio está imponiendo la lógica al periodismo y hoy el performance se volvió más importante que el contenido. La entrevista de Scherer con el narco Zambada desnudó, de manera por demás impúdica, esta nueva realidad del periodismo. El performance de la Proceso es la puesta en escena, en una sola portada, del periodismo rendido, no ante el narco, que en este caso es circunstancial, sino ante la lógica el espectáculo. Hay quien dice, entre ellos el propio director de la revista, que esta portada será histórica. Será la menos tristemente célebre como icono del periodismo mediatizado. El espectáculo es lo de hoy.

(El País/Madrid)

Carta al diputado Rodrigo Samayoa

Estimado representante del pueblo:

así me hubiera dirigido a usted antes de que se convirtiera en el catorceavo enanito de GANA. Hoy tengo que decir:

Estimado representante de Tony Saca:

¿usted cree en serio que alguien ha votado por su persona, por su liderazgo, por su capacidad de propuesta cuando marcó la papeleta para diputados?

No way. La gente votó por el partido – que es lo único que nuestro sistema electoral permite. Infortunadamente. Porque si pudiéramos votar por personas, escogiendo a los mejores diputados, ni usted ni ninguno de los otros enanitos que desertaron a GANA estuvieran en la Asamblea. Y no tuviéramos de repente una mayoría en la Asamblea que nadie eligió...

Así que hoy, aunque nadie voto por él, el ex-presidente tiene 14 diputados, lo que le permite seguir gobernando, pactando a veces con el FMLN, a veces con el presidente de la República, a veces con los dos.

No sé si usted puede dormir tranquilo mientras el país va al barranco económico y moral. Bueno, si le muerde la conciencia y le causa insomnio, siempre puede echarse un par de tragos...

Salud, Paolo Lüers

(Más!)

jueves, 8 de abril de 2010

It’s a dead end in MS-13


9:00 a.m. Sunday, April 4, 2010

Lucky had no idea where he was headed. Hours earlier, he was thrilled to be invited to a party. Now he sat in the passenger seat of a pickup with Travieso at the wheel.

Travieso’s real name is Joseph Ivan Diaz, but nobody called him that. The nickname — “mischievous” in Spanish — just suited him. Lucky’s name was Lal Ko, a Burmese immigrant who liked the idea of being in a gang. Days earlier, the Parkview High senior had endured a load of bruises when he was “jumped” into the MS-13 gang.

Ahead of them, in a Ford Excursion, was Joker: Miguel Alvarado-Linares, alleged leader of their loose-knit clique. For a couple of hours, the young men traversed the dark roads of Gwinnett County. Every so often Joker called Travieso with odd instructions. Turn here. Go there. But the longer they drove, the more apparent it was that the route was anything but aimless.

Travieso turned to Lucky. “One of us is getting killed tonight,” he said.

His hunch came from living on the edge with MS-13, a street gang whose credo is “rape, kill, control.” MS-13, or Mara Salvatrucha, has its origins in Los Angeles, the offspring of hard-nosed immigrants from El Salvador who fled a civil war and knew life afforded them no mercy.

Known for a ruthless, twisted version of camaraderie and earned respect, MS-13 is one of the nation’s fastest-growing street gangs, with hybrid versions metastasizing across the county to suburban regions like Tucker, Norcross and Lawrenceville. Their criminal enterprise, it appears, revolves around projecting an aura of the gang, not making money.

In March, federal authorities in Georgia used racketeering laws to indict 26 alleged MS-13 members, incorporating several criminal cases already charged in DeKalb and Gwinnett counties. The alleged gang members are accused of cold-blooded, indiscriminate violence, including seven slayings dating back to October 2006. Four are fugitives, federal prosecutors said. About three-quarters are illegal aliens.

While all of the alleged MS-13 members have pleaded not guilty to the charges, the federal indictment, state court records, police reports and interviews with prosecutors, defense attorneys and family members — used to describe the scenes in this story — depict a motley collection of young men banding together and committing violence for relatively minor reasons. Sometimes to gain recognition or settle slights, real or perceived.

Often, the victims were MS-13 rivals. Sometimes they were among their own.

One-way ride

Lucky Ko spent Oct. 26, 2006, painting his room bright blue, an MS-13 color his father thought was ugly.

Lucky was fluent in Burmese, Spanish and English, and made friends in each language. By day, he was a Publix sushi chef. At night, he enjoyed clubbing and hanging out. He was a gregarious type who once ran afoul of his compadres by chatting with a rival gang member.

When he was done painting, Lucky went out to eat with a friend, Whiskey (Jose Alexi Ferrufino), an older, tattooed MS-13 member who is charged in another killing. Lucky got a call from Travieso to go to a party. Whiskey wanted to come along. No, Lucky told him, you’re not invited.

Travieso, a Honduran immigrant and worker at the Wrigley factory in Gainesville, didn’t know there was to be an execution that night. The stylish 19-year-old with longish hair and a penchant for colorful clothing thought they might do a drive-by shooting. Or set a house on fire. He wondered why Joker wanted Lucky along. Everyone knew Lucky was just too timid for those things.

Joker thought Lucky was snitching, witnesses told police, so he had to be killed.

Joker, 19, was born in El Salvador and lived in Norcross with his mother, stepfather, girlfriend and 2-year-old daughter. By night, he allegedly ordered others to kill. But to earn a living, he woke up each day at 6 a.m. and cleaned gutters with his stepdad.

After driving around, Joker allegedly called Travieso and told him to get Lucky out of the car. By now, Lucky was sobbing, knowing something bad was happening.

With Joker was Victor Pastor, a 5-foot-2, 110-pound Salvadoran native called Canario, or Canary. He and Travieso were each supposed to shoot Lucky, but Canario got carried away and fired five shots into him from behind, witnesses have told authorities. Joker has told police he had no part in the killing and left MS-13 because a hit was put out on him.

The shooting done, Canario asked for a ride to Discover Mills Mall. He wanted to see a movie.

But there was a problem. Just yards from the killing, Joker’s Ford Excursion raced into the intersection of Oakland and Herrington roads in Lawrenceville and struck a passing Volkswagen Jetta. A frantic Joker begged the other driver not to report the accident, promising to pay for the damages. The woman agreed.

Three days later, the woman called Joker. She needed a police report for insurance purposes. They agreed to return to the scene and stage the accident. Joker came with his mom. The police report on the faked crash lists her as the driver.

Days later, Lucky was buried. Photos of the service show Travieso standing graveside, grieving.

‘Life is cheap’

Police reports and court files show a disturbing level of violence involving MS-13. But surprisingly, many alleged members have relatively light rap sheets. Some live with their parents and have small children. Many work menial jobs.

There are meetings to plan violent “missions” and discipline those who fail. Members even pay monthly dues. “The central, driving, galvanizing force with street gangs is recognition and respect,” said Michael Carlson, DeKalb’s gang prosecutor. “The coin of the realm is violence, force and intimidation.”

People often think of gang members as being in it for the money, that it is “their job,” Carlson said. But local MS-13 members work during the day so they can roll at night. Violence “is immediate and almost reflexive as an instinct,” he said. And it is meant to be public. They are projecting a brand.

Gangs like MS-13 are less structured in Atlanta than in places like California or Texas. This means there are more factions vying for recognition, with various “leaders” calling shots. That disorganization can make things very dangerous.

Attorney Richard Stepp, who represented Travieso in the Gwinnett case, called MS-13’s organization “loose, at best.”

“Are they criminal masterminds? No. But life is cheap. People get shot for very little reason,” Stepp said. “There are some very dangerous groups of men out there. But it seems more dangerous to those who are involved.”

A deadly dis

A lack of respect was apparently behind the Aug. 5, 2007, killing of 16-year-old David Hernandez, a rival gang member.

Hernandez and his younger brother, Iguacio, were working at a Shell station on Jimmy Carter Boulevard when two MS-13 members came in to buy a hot dog. When leaving, they flashed gang signals. The move angered Hernandez, a member of the gang Sur 13, who’d been shot by MS-13 months earlier.

The Hernandezes ran outside and the two sides fought, throwing sticks and rocks at each other. The MS-13 members ran off when David produced a bat and hammer.

Ernesto Escobar, aka “Pink Panther,” was one of the MS-13 members who fled. He called an alleged MS-13 leader, Jairo Reyna Ozuna, or “Flaco,” and told him what happened. Flaco, police say, gave Pink Panther a .45-caliber pistol and told him, “You know what you need to do.”

David Hernandez was painting lines in the Shell parking lot when MS-13 members returned. Moments later, he lay dead, paint on his pants, a gunshot wound to his chest. His pockets contained a cigarette lighter, a condom, a vial of morphine and 30 cents.

Pink Panther later told police he had second thoughts and that another gang member fired the fatal shot. He said he got a beating for not complying with orders.

No way out

Violence earns respect, settles scores and gains entry to MS-13. It’s also an exit vehicle.

In late 2006, a gang member named Miguel Guevara, or “Blacky,” had had enough: Violence was too random. Lucky had been killed. Blacky was getting married and wanted out.

But first he had to prove himself, according to a decree allegedly issued by Joker. This meant doing a drive-by shooting of a rival Northside gang member, witnesses said. Blacky was told to go to El Chaparral, a Buford Highway nightclub and known Northside hangout.

Shortly after 3 a.m. on Christmas Eve in 2006, Blacky sat shotgun in his red pickup truck near the club waiting for his target. Witnesses said his eyes widened when he saw a Toyota Corolla drive away from the club. The pickup followed the car, which turned north on I-85. A second vehicle carrying MS-13 members followed to witness the shooting.

Some 15 miles later, as the Corolla got to Ga. 316, the truck pulled alongside. Flashes from the muzzle of a .357-caliber handgun penetrated the darkness.

The Corolla’s driver saw his window shatter and felt a sting in his arm. He turned to Jesus Gonzalez, his passenger. His head was drenched in blood. The driver sped to Gwinnett Medical Center, where Gonzalez was pronounced dead.

Blacky’s truck turned around at Sugarloaf Parkway and returned to a friend’s home, where the group excitedly recounted the shooting.

Joker told Blacky he was free to leave the gang. Blacky jumped around the house in glee. But a year later, witnesses told police, he was back in the fold.

(The Atlanta Journal-Constitution)

Columna transversal: “El proceso revolucionario está pésimo”

Cuando conocí a Alberto Müller Rojas, tenía el cargo de ‘comisionado presidencial para la constitución del Partido Socialista Unificado de Venezuela’. Le pregunté qué diablos significa esta figura de un ‘comisionado presidencial’ para formar un partido, y el general retirado y ex-senador puso su cara en miles de arrugas y se echó una gran carcajada. “Es un chiste”, me dijo. “Un mal chiste. Una de esas ocurrencias de Hugo Chávez.”

Este general retirado y veterano de la izquierda venezolana (el hombre que dirigió la campaña electoral, que en 1999 llevó al poder al teniente coronel Hugo Chávez) fue el único del círculo interno del poder alrededor de Hugo Chávez que se dejó entrevistar cuando en 2008 fui a Venezuela para tratar de entender la ‘revolución bolivariana’. ¡Y qué entrevista! Esta leyenda de la política venezolana, del cual me dijeron que es uno de sólo dos personas de la cúpula revolucionaria que puede darse el lujo de criticar al comandante en jefe Hugo Chávez, me dijo: “Sí, pero nunca me hace caso. No hace caso a nadie. Es un caudillo.”

En esta larga plática en febrero del 2008, Alberto Müller Rojas me explicó que la orden de Hugo Chávez de construir el partido desde arriba, desde el poder, era “una aberración. Si se construye desde el Estado, saldrá un partido del Estado, no un partido de izquierda.” Me contó que había dicho a Chávez que de esta manera sólo podría salir un aparato partidario corrupto, oportunista y represivo. “No lo pude convencer, pero por o menos no me mandó al carajo.” Me confesó que, a pesar de sus críticas, había aceptado esta misión imposible para evitar que desde el primer día cayera en manos de los corruptos...

Dos años después, en marzo del 2010, este hombre (del cual dicen que era el único intelectual en la cúpula chavista) tiró la toalla y renunció al partido oficial de Hugo Chávez, del cual fue vicepresidente, porque ha llegado a la conclusión que “el proceso revolucionario está pésimo. No es sano. Es un nacionalismo pequeño burgués que no representa las expectativas de la sociedad.” Así lo declaró en una entrevista y se fue del partido, del poder, del gobierno. Tiró la puerta y se fue.

Lo que realmente está detrás de la renuncia de este hombre, quien ha sido el arquitecto de la alianza entre oficiales progresistas de la Fuerza Armada y la izquierda venezolana para llevar al poder a Hugo Chávez, son tres pleitos íntimamente relacionados. Uno sobre la corrupción. Según Alberto Müller Rojas, Chávez ha llenado el gobierno, el Alto Mando miliar y la dirección del partido con oportunistas corruptos, incompatibles con la ética revolucionaria, que este veterano de la izquierda venezolana no está dispuesto a sacrificar. Alberto Müller Rojas ya era un icono de esta izquierda venezolana, cuando Hugo Chávez aún era un teniente coronel que intentó un golpe militar.

El segundo pleito es sobre la democracia versus represión. En la medida que la cúpula chavista siente que está perdiendo apoyo popular, recurre a la represión para mantenerse en el poder. Alberto Müller Rojas y una minoría dentro de la dirigencia del PSUV -todos viejas figuras de la izquierda venezolana de antes de la era de Chávez- han tratado de convencer a Chávez que recurrir a la represión y a la persecución de opositores y periodistas es contraproducente para el proceso revolucionario, porque lo pervierte y le quita su razón de ser y su base moral. En vano.

Müller Rojas creó dentro del PSUV un pequeño pero influyente grupo que abogó por otra estrategia: el dialogo con la oposición, la búsqueda de consensos nacionales para enfrentar la crisis económica y política de un país demasiado polarizado para innovarse y revitalizarse. Este es el tercer pleito. El decisivo.

Hugo Chávez y sus asesores cubanos han rechazado esta idea del diálogo con la oposición como traición a la revolución. Su estrategia es la contraria: ante el crecimiento de la oposición, profundizar -o sea, radicalizar- la revolución. Nada de diálogo con el enemigo. Y nada de debate o (¡Fidel guarde!) disidencia en la filas revolucionarias. El grupo de Muller Rojas se deshizo, todos se alinearon. Menos el viejo general, el único intelectual de izquierda que se había quedado con Chávez. Tuvo que irse.

(El Diario de Hoy)

Carta al Secretario Técnico de la Presidencia

Estimado Alex Segovia:

El 15 de septiembre del 2009 salió en un matutino la noticia titulada “Secretaría Técnica alista borrador de pacto nación”. En esta nota, te citaron diciendo que el pacto será “un documento base y corto” y que “los partidos políticos, en primer lugar, y todos los sectores puedan firmar esta especie de pacto de país con las grandes apuestas estratégicas”.

Y seguiste explicando: “Sería como la sombrilla de la estrategia nacional de desarrollo, y si logramos eso, el país daría un gran avance...”

Bueno, este “gran avance” del país no se dio. La economía sigue estancada - y ahora entiendo porqué: Nunca se presentó este documento que iba a provocar este “gran avance”, este “documento base y corto”. Ni como borrador, ni como “apuesta estratégica”, mucho menos como “pacto de nación”...

En septiembre del 2009, la noticia basada en tus promesas dijo: “El escrito primero será entregado al presidente Mauricio Funes, quien convocará inmediatamente a un diálogo nacional para discutir la estrategia.” Esto fue hace 7 (siete!) meses...

Te pregunto: ¿Cuándo fue entregado este ‘escrito’ para que convocara “inmediatamente a un diálogo nacional”? ¿Cuándo el gobierno ha publicado este “documento base y corto” para que los ciudadanos lo conozcamos? ¿Cuándo Casa Presidencial nos comunicó que suspendieron este proyecto?

Porque obviamente fue suspendido. Me vas a decir que en vez de esto empezaron a escribir el tal plan quinquenal. Pero han pasado siete meses y nadie ha visto, nadie ha tenido en sus manos ningún plan, ni corto ni largo...

Entonces, ¿qué diablos pasó? ¿Querían escribir un “documento base y corto” y les salió un mamotreto que nunca terminan? ¿Se enredaron?

¿Por qué no ponen lo que sea que tengan como plan en el sitio Web de Casa Presidencial? Para que haya debate. Y ponen a la par el Plan de Seguridad que tampoco hemos visto.

Saludos, Paolo Lüers

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miércoles, 7 de abril de 2010

Obama Finds His Stride

Barack Obama has stepped off his pedestal and started governing with a mixture of idealism and pragmatism. It has lost a preacher, but the bitterly divided country has plenty of those. Finally, 14 months into his term, America has the reform-minded president it needs.

Fourteen months after Barack Obama's inauguration, Americans finally have a president. They have lost St. Barack, their world preacher.

His ascent was dazzling and that was part of the problem. His rise was as unreal as the arrival of a savior, it was naïve but then Obama had waged a naïve election campaign: We can change, I will give you a government that heals.

That approach quickly failed, because the real world is never naïve.

Now the left in America says Obama has betrayed their and his own ideals, has been too compromising and too soft, a professor in the White House, a powerless man, a black Jimmy Carter. The right says he has betrayed American principles and regards him as a communist, a waster of taxpayers' money. That has weakened him. The Israeli government is getting ready to ignore the troublesome president until he has been voted out of office, Afghan President Hamid Karzai allows his guest of honor -- Iranian President Mahmoud Ahmadinejad -- to rail against America while US soldiers protect Kabul. But that too is likely to pass: The real world isn't a caricature.

These are the weeks of Obama's comeback. Following his apparition and crucifixion, we're experiencing a process of secularization. The White House is re-adjusting and finding its balance. Health care reform, finally passed, looks set to provide 32 million citizens with health insurance and represents a victory for Obama over the Washington establishment that has been marred by congressional paralysis for years.

Obama continued his drive to fill important posts by presidential decree, and then came the breakthrough in disarmament talks with Russia, then he flew to Karzai. We're seeing a belated beginning for him.

An Aggressive, Divided Country

It's well known that there are two Americas. Franklin D. Roosevelt was hated by millions, Kennedy was hated by the right, Nixon by the left, Clinton by the right, Bush by the left. The US is an aggressive country. Sometimes that makes it dynamic, sometimes destructive.

The differences between Americans and Europeans are greater than many Europeans think. To conservative Americans, the European consensus that a strong government must help the weak is an encroachment on liberty. For the American right, "solidarity" and "social" are provocative words.

Obama tried to change this climate by preaching about duty and responsibility, and achieved the opposite: paranoia. Conspiracy theories and exaggeration swirled around the talk shows. Then there was the Tea Party movement, and all the warnings about immigrants, big city dwellers, intellectuals, climate researchers, anti-gun campaigners, politicians, women and African Americans -- everyone who threatens basic American values.

The US is a complicated country undergoing a wave of demographic change that will make it even more complicated. In elections to come, white America will find it virtually impossible to beat African Americans and Hispanic immigrants if those two blocks join forces. The white middle class fears this change and is jumpy. Senators are spat at, Sarah Palin advises citizens to "reload," militias are arming themselves. The New York Times spoke of a "small-scale mimicry of Kristallnacht."

The depth of the abyss is unprecedented, and it's also unprecedented that America's right no longer regards Obama as its president. "This black guy's your president" -- such sentences are new.

Of course it's possible to govern in such a climate, but it won't be smooth sailing. One of Obama's biggest mistakes has been to believe in his messianic vision of a presidency that transcends party lines. He's now governing with passion, strategically and with a cool head.

Democracy doesn't require harmony, it doesn't even require consensus, all it needs is a majority. Obama has stepped off his pedestal and it looks as though he plans to go on implementing reforms in the almost three years he has left. Left of the center, with a little idealism and a dose of pragmatism if necessary.

The country needs a reforming president, it already has enough preachers. A lot has been lost in the abyss between the two Americas.

(Spiegel-Online International/Alemania)

martes, 6 de abril de 2010

Nada de matrimonios paralelos

Todos estamos de acuerdo: El país necesita un pacto fiscal. Ya mucho tiempo se perdió con el pleito sobre la reformas fiscal que el gobierno Funes nos impuso en vez de aceptar la oferta de la empresa privada de entrar de un solo en la construcción de algo sólido, consensuado y de más largo plazo. O sea, en la concertación de un pacto fiscal que incluya acuerdos sobre (a) apuestas estratégicas del país; (b) metas y prioridades del gasto público; (c) la ampliación de la base tributaria; (d) la simplificación des sistema tributario (que es condición indispensable para incluir al sector ‘informal’); (e) transparencia de la gestión pública.

Cuando se estaba discutiendo la reforma fiscal, muchos comentaristas advertimos al gobierno: No aprovechen la coyuntural aritmética legislativa favorable para imponer una reforma fiscal no consensuada, porque luego les va costar mucho más la concertación de un pacto fiscal. Yo me tomé incluso la libertad de usar una imagen muy drástica: “O es por la fuerza o es por consenso. O es necesidad inmediata o es la necesidad de llegar a un acuerdo de largo plazo. O la violas, o la seduces. No puede ser primero por las malas y después por las buenas. No puede ser primero por la fuerza y luego la conquista. A menos que uno tenga un concepto de la conquista que no tiene nada que ver con el arte del enamoramiento, sino con el sometimiento...”

El sometimiento -algunos dirían, la violación- se consumó. Con resultados negativos para el rendimiento económico del país, y sin los resultados anunciados para las finanzas públicas. Y hoy el gobierno Funes-FMLN quiere el pacto fiscal. La empresa privada y los partidos políticos no pueden negarse a esta negociación, porque el pacto fiscal es necesario, pero tampoco pueden cometer por segunda vez el mismo error. No pueden aceptar una negociación unilateral con Casa Presidencial, con el supuesto fin de evitar la ingobernabilidad, y sin obligar al otro socio en el gobierno -el FMLN- a suscribir y asumir los acuerdos y las garantías.

Primero habría que definir bien el concepto del pacto. Si no incluye los acuerdos sobre apuesta estratégicas a largo plazo, sobre prioridades del gasto, sobre transparencia y sobre la ampliación de la base tributaria, no es pacto, sino otra reforma tributaria que se queda corta.

Segundo habría que definir quienes tienen que estar en la mesa y asumir todos los compromisos a mediano y largo plazo que implica el acto fiscal. La empresa privada y los partidos políticos no gubernamentales tienen que poner al gobierno Funes-FMLN una condición inamovible: o el pacto es entre todos los actores políticos y sociales, incluyendo el FMLN y su llamado ‘movimientos social’ – ¡o no hay pacto!

Lo que no se vale es pactar con la mitad del gobierno y dejar a la otra mitad del gobierno en libertad de seguir persiguiendo sus estrategias, sus metas, sus prioridades, sin sentirse en lo mínimo comprometidos por lo que Casa Presidencial haya firmado con la empresa privada y la oposición política.

El presidente no puede conseguir gobernabilidad basada en acuerdos con la empresa privada y la derecha política, si no tiene la capacidad (o la voluntad) de comprometer a su propio partido y sus organizaciones de choque con estos acuerdos.

Da la impresión que es precisamente esto lo que desde Casa Presidencial están tratando: tener acuerdos de gobernabilidad con otros sin que esto afecte o altere los acuerdos que ya tiene con el FMLN. Si la empresa privada y los partidos de derecha acceden a esto, el señor Funes viviría en el mejor de los mundos que cualquier macho se puede imaginar: tener dos matrimonios paralelos, donde puede asumir compromisos nuevos sin que afecten los compromisos ya existentes.

Sin estos matrimonios paralelos y compartimentados, con todos los implicados en la mesa, obviamente será mucho más difícil llegar a un pacto. Más difícil, pero la única manera de llegar a un pacto que sirve al país. Además, ¿quién ha dicho que gobernar y concertar es fácil?

Los gremios empresariales, a esta altura, ya habrán aprendido la lección que no pueden seguir aceptando el jueguito de ayudar a una parte del gobierno para evitar que los joda la otra. Si de construir gobernabilidad se trata, que el presidente convoque a todos a la mesa, incluyendo a su partido las organizaciones de confrontación social que conduce.

(El Diario de Hoy)

Carta a un director de una escuela pública

Estimado director:

Ahora va a regresar de las vacaciones. Regresar a clases – y regresar a la misma pesadilla. Pesadilla de violencia. Y pesadilla de impotencia...

Porque a usted no le ayuda ni el ministerio de Educación ni mucho menos el de Seguridad. Tiene alumnos que venden drogas, extorsionan y atacan a sus compañeros, y usted no tiene derecho de expulsarlos. Tienen derecho a educación, le dicen en el ministerio de Educación.

Usted pidió protección policial para su escuela, y el ministro de Seguridad dijo en una entrevista que el problema de la violencia en las escuelas no se resuelve con policías, sino con una educación para la paz...

¡Qué galán! Su problema es que no tiene suficiente paciencia. Y que no tiene suficiente capacidad para explicar a sus alumnos y sus padres que necesitan aguantar la violencia escolar un rato más (5, 10, 15... años).

Urge que la Asamblea cambie las leyes que impiden que los directores puedan ejercer autoridad en sus escuelas o institutos. Urge también que en el gabinete de Seguridad entiendan que emplear recursos y personal policial para combatir la violencia en las escuelas sería la mejor inversión en Seguridad Pública que pueden hacer.

Así que, querido amigo, paciencia.

Paolo Lüers

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