sábado, 14 de noviembre de 2009

Carta a don Chepe, damnificado

Estimado don Chepe:

Estoy compartiendo el dolor por su hijo, quien murió en aquella noche trágica del sábado pasado, bajo una avalancha de lodo. Usted perdió al hijo que dio sustento a su familia – y nosotros a un amigo y compañero de trabajo.

Además a ustedes les toca la mala suerte de tener a un alcalde que ve la colonia de ustedes como campamento guerrillero, y un gobierno que ve a la alcaldía de su pueblo como reducto de reaccionarios. Así que ni la alcaldía ni el gobierno se han apresurado para ayudarles.

Por otra parte, ustedes tienen la gran ventaja de ser una comunidad organizada y unida. La mitad que aun tiene casa ayuda a la otra que quedó desamparada. Es una comunidad que no tiene delincuencia y no permite que entre de otros lados.

Tengo la suerte de trabajar diariamente con varios de los hijos de esta comunidad – y soy testigo del espíritu de superación que tienen.

Eso les va a permitir reconstruir sus casas, sus vidas y su comunidad – tal vez incluso mucho mejor que antes. El otro día caminé por la loma donde queda enterrado su hijo, y aprecié la vista fenomenal sobre el lago y las montañas. Si ustedes se mantienen unidos, van a obligar a alcaldía y gobierno -más allá de los pleitos partidarios- a ayudarles a reconstruir su comunidad en esta preciosa loma. Ya no escondida en los charrales, como si todavía fueran guerrilleros, sino como sitio turístico, a la vista y con vista.

Un abrazo, Paolo Lüers

(Más!)

jueves, 12 de noviembre de 2009

Carta a Jorge Meléndez “Jonás”, director de Protección Civil


Estimado Jonás:

al fin pusieron orden y nombraron a un sólo vocero del gobierno para la emergencia nacional: vos como director de Protección Civil.

Ojala que no solamente vocero ante las cámaras, sino un sólo coordinador que se hace cargo de organizar y hacer eficiente toda la labor del gobierno frente a la crisis creada por las lluvias.

Ya no queremos ver a todo el gabinete de gobierno sentado frente a las cámaras, compitiendo por quien habla más bonito y a quien le luce mejor el disfraz de bombero. La verdad es que a todos les luce mal...

En vez de discursos de ministros, en el momento de emergencia se necesita que alguien como vos y tal vez el ministro de defensa -gente que saben de logística, de organización, de la toma de decisiones bajo presión- coordinen y pongan a trabajar a los técnicos de todos los ministerios y a organismos de rescate y asistencia. Punto. Sin tanta paja.

Ojala que te dejen trabajar de esta manera. Trabajar y resolver. Ojala que te dejen escoger a la mejor gente para formar un Estado Mayor de Emergencia. Ojala que te quiten encima a ministros ansiosos de figurar en las cámaras. Ojala que ya no gasten en chalecos y botas de lujo para la prominencia política y les den equipos a los cientos de socorristas que trabajan con las uñas.

Que bueno que para tu cargo escogieron a un echador de riata como vos que sabe escuchar, tomar decisiones y mandar.

Un abrazo, Paolo Lüers

(Más!)

martes, 10 de noviembre de 2009

Nicaragua se hunde en la miseria

Esta tarde sofocante de noviembre nadie habla de la crisis política en el autobús. Montarse en la ruta 114, que hace el trayecto entre la zona industrial de Managua, la sombría capital de Nicaragua, y el incierto centro de la ciudad, es hacer un viaje surrealista.

Esta tarde sofocante de noviembre nadie habla de la crisis política en el autobús. Montarse en la ruta 114, que hace el trayecto entre la zona industrial de Managua, la sombría capital de Nicaragua, y el incierto centro de la ciudad, es hacer un viaje surrealista. Desde las ventanas del desvencijado vehículo se ven los carteles de un sonriente Daniel Ortega que cantan el fin de la pobreza, mientras esa misma miseria entra por la puerta del autobús.

En una de las paradas, una mujer morena y bajita sube con la manga de su blusa levantada hasta el hombro para mostrar una pelota de carne que le deforma el brazo. "Tengo un tumor", dice, "y necesito operarlo". La mujer cuenta a los pasajeros sus penas: está en paro, no tiene el apoyo de nadie y si no se opera teme perder el brazo. "Denme una ayudita, por favor", pide. Los pasajeros sacan las monedas: un córdoba por persona. En Nicaragua, con un córdoba se compra un chicle.

A casi tres años de haber asumido el poder, las promesas del presidente Ortega de hacer un país más justo se desvanecen en la cotidianidad. El 79% de la población de Nicaragua vive con dos dólares (1,35 euros) al día. A la pobreza se suma la incertidumbre política iniciada hace ya un año, tras la crisis desatada por las denuncias de fraude en las elecciones municipales del 9 de noviembre de 2008, que dieron al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional 105 alcaldías de las 146 en disputa. Ortega, además, ha usado su influencia en la Corte Suprema de Justicia para que los jueces emitieran una sentencia que le da la oportunidad de ser reelegido en 2011, pasando por encima de la Constitución.

Tras la crisis desatada por las denuncias de fraude, el país sufrió la retirada de parte de la ayuda internacional, el gran motor, junto a las remesas de los emigrantes, de su escuálida economía. Varios países europeos congelaron una donación de 97 millones de dólares que entregaban directamente al presupuesto, condicionada al respeto de los derechos humanos y la democracia.

"Estamos preocupados por la situación de la democracia y la gobernabilidad. El diálogo con el Gobierno sigue, aunque no ha dado los frutos esperados (...). Pero no puede seguir indefinidamente", dice una fuente diplomática.

Ortega decidió reformar el presupuesto reduciendo las partidas destinadas a salud y educación. Pero en Nicaragua, el techo de las escuelas se derrumba a veces sobre los estudiantes, como ocurrió en septiembre en el colegio Camilo Zapata de Managua, dejando a cuatro niños heridos.

La crisis económica internacional también juega en contra de Nicaragua. Los datos del Centro de Trámites de las Exportaciones precisan que las exportaciones cayeron un 11% en los primeros cinco meses del año, y que la inversión externa registraba una caída del 9% hasta junio. Las remesas de los emigrantes sufrían entonces una baja del 5%.

"Nicaragua es un país con su credibilidad deteriorada. Ortega no ha salido de la cueva de los ochenta, cuando sólo había caos. Nicaragua es un país con un Estado de derecho suplantado por el amiguismo", explica el catedrático Orlando López.

El Gobierno impulsa una reforma tributaria para aumentar la recaudación. Pero el proyecto se ha topado con el rechazo general, ya que sube los impuestos a las pulperías (tiendas de barrio) y grava las cuentas de ahorro, las pensiones de los jubilados y las remesas externas. Muchos de los problemas podrían solucionarse con la ayuda que otorga a Ortega el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que en 2008 ascendió a 457 millones de dólares. Un presupuesto paralelo que representa un tercio del declarado por el Estado. Pero la ayuda venezolana es usada de manera discrecional por Ortega. El presidente ha comprado dos helicópteros MI-17 de fabricación rusa a un precio que oscila entre los tres millones y los cinco millones de dólares por unidad. Varios medios de comunicación nicaragüenses aseguran que las aeronaves son para uso del presidente y su familia.

"Ortega es el prototipo del nuevo autoritarismo latinoamericano: clientelar frente a los sectores populares, cooptador frente a los sectores empresariales, y heterodoxo en las formas de represión. Ya no se usan ejércitos, sino turbas paramilitares, la coerción fiscal, el acoso administrativo, el chantaje judicial", reconoce Edmundo Jarquín, líder del disidente Movimiento Renovador Sandinista.

(El País, Madrid)

Carta a Rafael Morán, alcalde arenero de Ahuachpaán

Estimado alcalde:

Lo vi en televisión exigiendo la renovación de ARENA y su dirección. Suena razonable. Muchos críticos independientes lo hemos planteado casi como disco rayado: ARENA necesita renovarse, no sólo en sus liderazgos, sino en su oferta programática y en su funcionamiento interno que nunca ha sido democrático.

Pero a veces uno puede tener razón en todos los puntos – y estar totalmente equivocado. Esto le está pasando, alcalde. Todos sus argumentos apuntan a un sólo fin: que renuncie el COENA, y sobre todo Cristiani.

Tiene razón: Cristiani tiene la obligación de abrir espacio para nuevos liderazgos. Pero al mismo tiempo está totalmente equivocado: Si Cristiani se retira ahora, no está abriendo espacio para un liderazgo nuevo, sino para el liderazgo viejo. Ustedes quitan a Cristiani y vuelven a tomar control del partido los que lo ejercieron durante los últimos años de manera total; los que no lo querían soltar ni en las primarias del año pasado, ni luego de la derrota electoral.

Lo digo con nombre y apellido: Quien hoy pide la renuncia a Cristiani, abre la puerta para que regrese Tony Saca. ¿Es este el relevo y la renovación que usted pide?

Usted dice que los ex-presidentes, sobre todo Alfredo Cristiani, deberían mantenerse “como reserva moral del partido”, no meterse a dirigirlo. No nos demos paja, alcalde. Usted sabe mejor que yo que esto es precisamente lo que pasó: El partido activó esta su reserva moral para que lo saque de la crisis. Pero para abrir espacio para el relevo y la renovación, primera hay que limpiarlo.

Esa es la tarea de Cristiani, y es obvio que no está terminada. Al terminarla, Cristiani tiene que soltar al partido. Correcto. Pedir su renuncia hoy, suena razonable, pero es un error fatal.

Saludos, Paolo Lüers

(Más!)

lunes, 9 de noviembre de 2009

Cultura y dictadura

La legalización del ilegítimo intento de reelección de Daniel Ortega, rebalsó la inmundicia en la política nacional, pero no así, la resignada y pragmática paciencia del pueblo nicaragüense. De todas formas, las denuncias en las páginas de opinión de los diarios no se han hecho esperar. Tampoco las declaraciones públicas de los representantes de la clase política que, con diferentes grados de honestidad y convicción, se oponen a las ambiciones del mandatario.

Desgraciadamente, no sólo de denuncias y quejas puede vivir una sociedad. Es necesario articular explicaciones que nos ayuden a detener la descomposición política del país. Después de todo, como lo señalaba un viejo maestro, no se puede cambiar lo que no se puede explicar.

Nuestros vicios culturales

Empecemos reconociendo que los éxitos logrados por Daniel Ortega en su enloquecida carrera al absolutismo, no pueden atribuirse a un carisma o a una inteligencia que el mandatario no posee. Tampoco pueden atribuirse a su poder coercitivo, porque éste es —al menos por ahora—, limitado. Los éxitos de Ortega son el producto de las brutales debilidades culturales de la sociedad nicaragüense. Estas debilidades son, al mismo tiempo, causa y reflejo de nuestra pobreza material.

A partir de este reconocimiento, es preciso señalar dos elementos que deben considerarse en cualquier intento de explicación del drama nicaragüense. El primero es el binomio providencialismo-pragmatismo resignado que forma parte del marco cultural dentro del que opera el país.

El segundo es la persistencia en nuestra historia de una cultura heroica que nos empuja a poner nuestras esperanzas en hombres —casi nunca mujeres— a los que imaginamos dotados de capacidades extraordinarias, independientemente de la ética o moralidad dentro de la que ellos actúan. Estos dos elementos están íntimamente relacionados.

El providencialismo es un modelo teológico que ofrece una visión de Dios como una fuerza que determina la historia de los individuos y de la sociedad. El providencialismo es responsable del desarrollo y de la consolidación de una cultura política pragmática resignada, que induce a los nicaragüenses a asumir una actitud de irresponsabilidad frente a la historia. Desde esta perspectiva, el desarrollo social es percibido como un proceso controlado por fuerzas ajenas a nuestra voluntad.

Del providencialismo y del pragmatismo resignado se deriva una segunda debilidad: la cultura heroica que impera en nuestro país y que se expresa en una tendencia a aceptar el poder de personajes que, en nuestras mentes sedientas de prodigios y milagros, son capaces de hacer la historia que nosotros nos sentimos incapaces de hacer. Así pues, creemos en un Dios providencial, caprichoso y omnipotente; pero también, en seres de carne y hueso que actúan como si fueran encarnaciones, o al menos representantes de esa divinidad.

La cultura heroica nicaragüense ha sido caldo de cultivo para el caudillismo y la dictadura en la historia de nuestro país. Así lo señalaba Santiago Argüello para quien nuestro fetichismo político está enraizado en nuestro fetichismo religioso.

Por las mismas razones que Argüello deploraba el fetichismo, Bertolt Brecht calificaba de “desgraciadas” a aquellas sociedades que necesitan de héroes para sobrevivir. Desgraciadas, porque la justicia y la libertad solamente pueden construirse sobre la base de una fe secular en la capacidad de cada hombre y de cada mujer de participar en la construcción de la historia.

Prisioneros de una narrativa heroica

La victoria sandinista en Julio de 1979, abrió un capítulo histórico dominado por una narrativa que intensificó la cultura heroica de los nicaragüenses. Dentro de una lógica providencialista y determinista, el sentido de la historia de Nicaragua encontró una nueva representación y síntesis en las hazañas de los héroes de la revolución. Así, las acciones extraordinarias de personajes como Diriangén, Andrés Castro, Benjamín Zeledón y sobre todo Sandino, fueron presentadas como los antecedentes naturales de la heroicidad de Carlos Fonseca Amador, canonizado por aquel que lo llamó, “uno de los muertos que nunca mueren”.

Fonseca, a su vez, apareció como el Zeus del Olimpo habitado por los Comandantes de la Revolución y otros dioses y diosas menores. Frente a ellos, el pueblo solamente podía decir: “Ordene. Dirección Nacional Ordene”.

La poesía, la música, el arte y la literatura contribuyeron a la narrativa sandinista. Darío, por ejemplo, fue transformado, por obra y gracia de la pluma de algunos intelectuales, en el profeta de la victoria del proletariado nicaragüense.

Frente a los héroes y mártires de la revolución sandinista aparecieron los héroes y mártires de la contrarrevolución política y la contrarrevolución armada. Estos movimientos anti-sandinistas no lograron generar su propia narrativa porque no contaron nunca con el poder de la música o el de la palabra. Esto no impidió que sus líderes desarrollaran una fuerte influencia en el desarrollo del país. Esta influencia sobrevive hasta el día de hoy, porque ellos representan o dicen representar el polo opuesto al sandinismo gobernante.

La derrota del FSLN en 1990 desarticuló el poder de este partido pero no puso fin al peso de la cultura heroica de la revolución. Y aunque la simbología y el discurso de los que se alimenta esta cultura han perdido brillo, su fuerza sigue siendo considerable porque es la única narrativa política que existe en el país.

El poder de Ortega se deriva de esta narrativa. El poder de Alemán no podría existir sin ella porque su fuerza radica en una identidad que lo hace aparecer —a pesar de compartir cama con Ortega— como la antítesis del sandinismo en el poder. En este sentido, Ortega y Alemán son los beneficiarios de lo que Max Weber llamó la rutinización del carisma. Este concepto se usa para explicar la manera en que la gracia (gratia) de los héroes, puede ser gradualmente sustituida por una burocracia estatal, sobre todo si en ésta se logra concentrar el derecho al uso de la fuerza.

El resto de la clase política nicaragüense se mueve confusamente entre los polos del sandinismo y del anti-sandinismo representados por Ortega y Alemán. El Movimiento de Renovación Sandinista (MRS) y el Movimiento por el Rescate del Sandinismo, para citar dos ejemplos, hacen uso de la etiqueta que marca la dinámica política nicaragüense, pero no tienen la fuerza que tiene Ortega para producir los milagrosos favores y las portentosas acciones —legales o ilegales— que se espera de los héroes y superhombres en el poder.

Ninguno de estos movimientos ha sido capaz de articular una narrativa diferente a la que nutre el poder de Ortega y Alemán. Peor aún, la alimentan cuando condenan el re-eleccionismo de Ortega por ser incongruente “con el ideario de Sandino y el pensamiento de Carlos Fonseca Amador”, como si no existieran otros referentes éticos, políticos y teóricos más elaborados, más sólidos y, sobre todo, más universales e incluyentes.

Montealegre, por su parte, compite pobremente en este mundo dominado por gente que, como dice Edén Pastora para justificar la permanencia de Ortega en el poder, “han volado verga toda su vida”, independientemente de la ética o moralidad dentro de la que han actuado.

Frente a los “vuela verga”, Montealegre no tiene posibilidad de competir, porque un banquero es la representación clásica del anti-héroe. Por eso es que luce ridículo cuando levanta la voz para amenazar a los pactistas…antes de visitarlos para negociar con ellos.

Mientras tanto, la juventud nicaragüense sigue aplastada por una narrativa que logra sostenerse por nuestra incapacidad para crear nuevos significados. Hablo de lo que Josefina Vigil llama “la generación pasmada”, la generación que participó en la defensa del proyecto sandinista en los 1980s.

Hablo también de la juventud que no vivió esa década pero que de todas formas sufre hoy las calamidades de ese período. A esta juventud se le va a imponer, según el Ministro de Educación, la obligación de visitar y venerar las fotos del recuerdo que forman parte del Museo de la Victoria creado por la Alcaldía de Managua. En el anuncio oficial de la inauguración de este museo, se menciona que la exposición de fotos de los héroes de la revolución está organizada en “ocho estaciones”. El actor principal de este Vía Crucis es Daniel Ortega, “Daniel de América”, como lo llamó una vez Rosario Murillo para la sorpresa y risa de la izquierda latinoamericana.

¿Qué hacer?

Quebrar con el providencialismo, el pragmatismo resignado y nuestra cultura heroica, requiere de millones de acciones concertadas, porque millones somos los y las nicaragüenses que tenemos que cambiar nuestra manera de hacer política para salvarnos como país.

Podríamos aprender a rezar al Dios que llevamos en nosotros, al Dios que forma parte de nosotras. Podríamos aprender a pedir a Dios, pidiéndonos a nosotros mismos.

Las universidades y las escuelas podrían promover en la juventud un sentido reflexivo de la política y poner fin al activismo estéril que nos desgasta como sociedad.

Las organizaciones de la “sociedad civil” podrían generar un discurso político que no use la idea de la democracia como contraposición al sandinismo, porque esto perpetúa la narrativa dominante; y porque lo contrario del sandinismo no es necesariamente la democracia. Puede ser la dictadura económica adornada con elecciones en las que las élites se disputan el derecho a hacer lo que les da la gana.

La clase política nicaragüense podría apoyar el surgimiento de nuevos liderazgos extraídos de la juventud que hoy vive aplastada por el peso de una visión política anclada en un pasado que debemos superar.

Finalmente, los intelectuales podríamos contribuir a la superación de nuestros vicios culturales, promoviendo una apreciación crítica de nuestra historia, y de los hombres y las mujeres que han participado en su desarrollo. Eso o callarnos.

(Confidencial, Nicaragua)

domingo, 8 de noviembre de 2009

'It's Good that Gorbachev Was a Weak Politician'

The world is looking to Berlin as the city celebrates 20 years since the fall of the Wall. But in an interview with SPIEGEL ONLINE, Lech Walesa, the man who led Solidarnosc, says that the collapse of communism started in the Polish shipyards -- and that East German "deserters" endangered his ultimate success.

SPIEGEL ONLINE: Are you looking forward to travelling to Berlin on Monday for the 20th anniversary celebration of the fall of the Berlin Wall?

Walesa: It's not important whether I'm looking forward to it or not. I am a politician who played an important role in the reunification of Germany and I was invited to take part in the celebration. It's not like a piece of candy handed out to a sweet little boy.

SPIEGEL ONLINE: The guest list in Berlin is an impressive one. Chancellor Angela Merkel is expecting numerous world leaders to attend, including French President Nicolas Sarkozy, British Prime Minister Gordon Brown and Russian President Dmitry Medvedev, among others. Surely it is an honor to be a part of it.

Walesa: The first wall to fall was pushed over in 1980 in the Polish shipyards. Later, other symbolic walls came down, and the Germans, of course, tore down the literal wall in Berlin. The fall of the Berlin Wall makes for nice pictures. But it all started in the shipyards.

SPIEGEL ONLINE: There were, of course, a number of other attempts to revolt against Soviet rule in Eastern Europe. The Hungarians in 1956. The Czechs in 1968. Why did your Solidarnosc labor union succeed where others failed?

Walesa: The communists always beat back such attempts with their superior power. And they also staged demonstrations aimed at showing their support among the population as a way of establishing legitimacy. In 1980 in the shipyards, we tried to use the communists' strategy against them. We organized the people -- including workers outside of the shipyards -- and we received support from people from other countries. The Pope, who played the most important role, arranged a collective prayer, not just in Poland but also elsewhere. We found that there were millions of us. For the first time, the communists were not able to stage a demonstration that was larger than ours. As a result, they felt weak, and this was an important element in their ultimate defeat.

SPIEGEL ONLINE: Still, even until late in the 1980s, it wasn't clear that communism was headed for collapse. Did you really believe that the Soviets would sit back and allow communist governments in Eastern Europe to be overthrown?

Walesa: The greatest fears I had came out of concern for what might be happening behind the scenes. We defeated communism, and the people in East Germany began to flee via the embassies of other countries. The Berlin Wall fell because of these deserters. I was worried that Soviet leader Mikhail Gorbachev would decide to block the mass escape and thus destroy our victory. The game was a dangerous one. It is good that Gorbachev was a weak politician and that everything went well. But that's now history so we can accept the pictures from Berlin as they are. They are indeed beautiful.

SPIEGEL ONLINE: Last week, former US President George H. W. Bush, ex-Chancellor Helmut Kohl and Gorbachev were in Berlin to discuss the end of the Cold War. Certainly Western pressure was one reason that Gorbachev didn't act to block the East German exodus?

Walesa: The politicians always told us that the Cold War stand-off could only change by way of nuclear war. None of them believed that such systemic change was possible. They now express gratitude to the people for having made the changes possible, but at the same time they present themselves as the fathers of German reunification. In truth, they were only accidental fathers of the fall of the Wall -- forced into action by the masses.

SPIEGEL ONLINE: Why were they so taken by surprise?

Walesa: Because they are true politicians. Politicians count everything: they compare the number of tanks, missiles and guns possessed by each side. And the wiser the politician was -- the better the computer model they used -- the more impossible the fall of the Berlin Wall appeared. Even today, if you were to enter the same data into a computer, the answer would be the same: no chance. But revolutionaries think differently.

SPIEGEL ONLINE: How so?

Walesa: There were great changes taking place in the Soviet Union and a number of leadership changes had taken place, with one Soviet leader after another dying. Such a situation necessarily leads to some destabilization. At the same time, we began mobilizing the masses and Gorbachev didn't know what to do. He had little choice but to accept things as they were -- just shooting at the masses would not have been enough because there were too many of us. The career politicians were unable to see that.

SPIEGEL ONLINE: Many, of course, see things differently. The Americans, for example, are fond of pointing to Reagan's "Tear Down this Wall" speech as being a decisive event leading to its fall. The Russians point to perestroika.

Walesa: Normal people from Germany, Russia and the US have shown us more support. But the politicians have merely toyed with the memory of the event. That's why when I see images of Bush, Kohl and Gorbachev under the headline "Three Fathers of the Fall of the Wall," it looks more like chance to me than anything. They merely implemented the desires expressed by the people.

SPIEGEL ONLINE: Are those desires accurately reflected by the Poland and the Europe of today?

Walesa: If someone had told me before I began the struggle that I would one day live in a Poland and Europe like that of today, I would never have believed it. But even so, when I look back and see all the chances that we missed, I am not satisfied. It is something I always say: I am for it, but I am also against it.

SPIEGEL ONLINE: What sort of missed chances are you talking about?

Walesa: Democracy is made up of three elements. One is whether the laws support pluralistic principles. The second is whether the people take advantage of these laws. The third element is whether the peoples' wallets are thick enough to benefit from this democracy. In Poland, we have the legal foundation for democracy. We haven't proven very adept at taking advantage of it however. And the situation of our wallets is even worse.

SPIEGEL ONLINE: You haven't held a political office in Poland since your defeat in the 1995 presidential election to the ex-communist Aleksander Kwasniewski. Yet you have remained a voice in Polish politics and have at times been vocal in your criticism of Lech and Jaroslaw Kaczynski. It seems like you feel your political work is not yet done.

Walesa: There is a risk right now that we might lose the victory that we fought so hard for. The question is whether we have learned from our experiences or whether we need another whack upside the head from history. The masses learned, but after the victory the masses handed power back to the politicians. And they forget that it was we who won the victory. We might have to set the masses in motion once again.

SPIEGEL ONLINE: You count yourself as one of the masses and not as a politician?

Walesa: Yes. But I belonged to that part of the masses that fought hard for victory over communism. I risked my life. And we won this victory, but the politicians ignore it. The victory over communism came thanks to the shipyards and thanks to the Holy Father. But now, nobody mentions the Holy Father. Nobody mentions Solidarnosc. The past isn't everything, but one cannot build a future on such a foundation -- and that's why I am trying to speak up today.

SPIEGEL ONLINE: Why wasn't Solidarnosc able to continue as a political power in Poland after it mobilized the masses to bring down communism?

Walesa: One can't just replace an old system with a new one. We won and then presented our victory to our country, to Germany and to Europe. Of course it's messy, but our task was not to replace communism, rather it was to enable the development of something else. In this regard, I acted against my own self-interest. A number of political parties sprang up after the defeat of communism and I couldn't belong to them all. I could no longer play the great Walesa. Ultimately, I weakened my own power, but it was more out of choice because I didn't want my name to be equated with that of Kim Il Sung or Lenin. Thus, I had to submit to political defeat in the name of democracy. That is my fate -- the fate of a true revolutionary.

(Spiegel-Online, Alemania. Interview conducted by Charles Hawley in Gdansk)