Está por terminar el juicio civil por
enriquecimiento ilícito contra Mauricio Funes, Vanda Pignato y uno de
los hijos del ex mandatario. El martes de la próxima semana conoceremos
la sentencia.
La fiscalía ha sostenido ante la Cámara de lo Civil que los procesados se han ilícitamente enriquecido por un monto de 1.2 millones de dólares, y solicitó que les ordenen reincorporar esta suma al Estado.
Lo que nadie se explica es: Si el propio fiscal general está tan convencido que Funes aprovechó Casa Presidencial para enriquecerse, ¿por qué no lo acusa penalmente? Porque sin acusación penal, el hombre sigue tranquilo en su refugio en Managua. ¿Y por qué la fiscalía, convencida de la culpabilidad de Vanda Pignato, tampoco la acusa penalmente. Porque así le permite seguir ejerciendo su alto cargo en Casa Presidencial, manejando fondos públicos.
Tengo que aclarar una cosa: No hago estas preguntas porque quisiera ver presos a Funes y Pignato. En un juicio penal pueden salir condenados o liberados de culpa, y por supuesto les asiste la presunción de inocencia. Hago estas preguntas porque necesitamos que la Fiscalía General actúe con coherencia. Necesitamos que la ciudadanía pueda restablecer la confianza perdida en la lucha contra la corrupción que todos confiesan en sus discursos. Necesitamos que la comunidad internacional (por ejemplo el gobierno y el Congreso de Estados Unidos) deje de cuestionar su aporte financiero a nuestro desarrollo debido a la sospecha que aquí sigue reinando la impunidad.
Pocos en El Salvador (y en Washington) tendrán confianza en nuestro sistema de justicia, mientras la fiscalía permita que la señora Pignato pueda seguir ejerciendo su cargo en Casa Presidencial, como si no existiera contra ella una acusación de enriquecimiento ilícito, y como si ante cortes brasileños no haya sido mencionada en el caso Odebrecht, por haber supuestamente gestionado fondos ilícitos para la campaña presidencial de Funes.
El caso Saca demuestra que la fiscalía sí puede proceder penalmente, independiente del caso civil. Pero una vez que termine el juicio civil contra Funes y Pignato, sin que la fiscalía los acuse penalmente, ya no habrá nada que hacer.
Esta carta debería estar dirigida al fiscal general Douglas Meléndez. Pero este señor no escucha. Si no escucha al gobierno de Estados Unidos, que más le da apoyo, ¿cómo va a escuchar a un periodista?
Mando esta carta a las organizaciones cívicas que luchan contra la impunidad. Mucha condescendencia han mostrado al fiscal general. No pueden seguir así.
Saludos,
(MAS! / El Diario de Hoy)