No es fácil evaluar un debate, y mucho menos cuando el esquema
escogido no permite un real debate. Entiendo la preocupación de los
organizadores por posibles fisuras que podría provocar un debate real y
más franco. Tendría un costo, aunque no creo que hubiera sido muy alto,
conociendo a los contendientes —pero también tendría grandes beneficios,
para el partido, para los candidatos, y para la cultura democrática del
país.
Nadie quería presenciar un espectáculo tipo Circo Romano, como de los
candidatos republicanos que se destazan mutuamente. Pero sí un debate
que revele más sobre los candidatos, sobre todo sobre su carácter, su
temple. Es confortante para el partido que hablen de unidad, pero los
votantes necesitan que el debate revele las diferencias.
Tampoco ayudó mucho el tema que los organizadores habían escogido:
“Reconciliación y Despolarización”. No es un tema que obliga a los
candidatos a defender propuestas, más bien invita a sacar violines y
decir frases políticamente correctas pero de poca consecuencia.
Esperemos los otros dos debates con temas más concretos: empleo,
seguridad, combate a la pobreza. Y tal vez con un moderador más
acucioso.
Aplicaré
a este debate un esquema de puntuación, para acercarme a una evaluación
cuantificable. Es un esquema simple: En cada ronda de respuestas
clasifico quien de los tres contendientes contestó mejor. La mejor
respuesta obtiene 3 puntos, la menos lograda 1.
La pregunta sorpresa (cualidades de los dos otros contendientes): Calleja 3; López 2; Simán 1.
La respuesta de Carlos Calleja fue la más franca y creíble.
La pregunta de Billy Sol (reconciliación): Simán 3; López 2; Calleja 1.
Calleja sacó el violín, mientras Simán dio un viraje al tema, saliéndose
de lo políticamente correcto: La historia de la persecución contra don
Billy no requiere reconciliación, sino justicia.
La primera pregunta de Carlos Mayora (educación): Simán 3, López 2, Calleja 1.
Carlos Calleja cometió un error: enfocó toda su respuesta en la labor de
su Fundación Calleja, como modelo para la política de Educación del
Estado. López enfocó mejor el problema, pero quedó corto con propuestas.
Me gustó la manera en que Simán otra vez rompió el molde, completando
su respuesta anterior, rechazando la vinculación de la educación con el
tema de la reconciliación y enfocando en el miserable presente en
educación. Al fin, nadie dio luces de cómo resolver el problema
educativo.
Primera pregunta de Coralia Guerra (cómo llegar a acuerdo fiscal): Calleja 3; Simán 2; López 1.
Personalmente me gustó más la respuesta agresiva de Simán, desnudando al
gobierno del Frente. Pero fue más completa la respuesta de Calleja:
“cero tolerancia” a la corrupción, auditorías de resultados. Ninguno de
los 3 explicó cómo llegar a acuerdos con el FMLN. A lo mejor asumieron
que no será posible. Tienen razón: No se trata de buscar acuerdos con
los que tienen concepciones opuestas, sino de construir una mayoría
social para una solución racional.
Pregunta de Rafael Domínguez (como acercar posiciones antagónicas): Simán 3; López 2; Calleja 1.
Fue la pregunta donde más se lució Simán: No aceptó las premisas de la
pregunta. Hizo buena defensa de su tesis que la polarización ideológica
es un problema secundario, porque la gente está unida en su demanda de
empleos, comida, salud y seguridad. Es más: Prefiere que las diferencias
políticas e ideológicas sean claras, transparentes y debatidas, en vez
de estar basadas en intereses corruptos. Calleja evadió la pregunta
sobre el antagonismo.
Segunda pregunta de Coralia Guerra (violencia y reconciliación social): Simán 3; Calleja 2; López 1.
Calleja señaló correctamente el problema de la politización de la PNC y
la necesidad de un esquema de meritocracia en la PNC. Pero Simán dio una
respuesta mucho más integral: El presidente tiene que asumir
personalmente la dirección de la política de Seguridad —y liderar a su
gabinete para asegurar que focalice todas las inversiones sociales en
transformar los barrios, creando comunidades modelo. Una nueva
definición de prevención…
Pregunta del moderador (reconciliación entre ciudadanos y clase política): Simán 3; López 2; Calleja 1.
Simán enfocó correctamente en la necesidad de transparentar las
diferencias políticas e ideológicas y de someterlas a debates honestos, y
así recuperar la confianza de los ciudadanos en la política y los
funcionarios. López dijo lo contrario: No más discusiones, pero enfocó
correctamente en la necesidad de nombrar funcionarios capaces y honestos
que escuchen a la población. Calleja sacó otra vez el violín, diciendo
que ama al país y a sus hijos, y dio por un hecho que existe una “nueva
ARENA” optimista y unida, pero sin decir cómo se diferencia de la ARENA”
vieja.
Pregunta de Carlos Mayora (cómo sanar heridas y fisuras luego de las primarias):
Aquí doy 2 puntos a cada uno, porque básicamente dijeron lo mismo:
Unidad, somos hermanos, nos comprometemos a trabajar con el ganador.
Para tener un buen cierre, ya nadie habló de lo que hay que cambiar en
ARENA. Gran orquesta de violines. Aplauso.
Resumen: Javier Simán 20; Carlos Calleja 14; Gustavo López: 14.
No hubo vencido ni vencedor. Esperemos round 2 y 3, con más debate y
profundidad, para ver quién de los tres realmente se perfila como
candidato.
(El Diario de Hoy)