Ahora arranca la carrera. El tablero está puesto con todos los candidatos, alianzas y coaliciones. Salieron las primeras encuestas.
Ustedes están alegres, porque su candidato Bukele sale primero en ambas encuestas, con 9 puntos en la de la UFG y con 4 puntos en la de LPG-Datos. Los felicito. Es algo histórico: por primera vez en la postguerra salvadoreña la carrera será entre tres. Lo que ni Héctor Silva ni Tony Saca pudieron, hoy es un hecho: Hay un tercer candidato fuerte.
Pero cuidadito, falta mucho para febrero. La campaña apenas está comenzando. Tomen en cuenta otra verdad que ambas encuestas revelan: Ya se pinchó el globo con el cual ustedes anduvieron volando tan alto durante meses, cuando las encuestas parecían decir que la gran mayoría estaba con Bukele. Hoy vemos que fue un auto-engaño: Lo que aquellas encuestas midieron no fueron intenciones de voto, sino el grado de insatisfacción de los ciudadanos con el gobierno, con la economía, con los partidos, con la corrupción… Ni siquiera estaban hechas las coaliciones ni definidos los candidatos.
Hoy que el tablero está completo, apenas comenzamos a medir intenciones de voto. Ya no el grado de frustración de la gente con la política actual, ahora se mide quiénes se perfilan como los que pueden cambiar la situación y devolverle rumbo al país.
La gente sigue descontenta con el país como está y encachimbada con la corrupción. Pero los 4 cuatro candidatos navegan con las banderas del cambio y de la lucha contra la corrupción. Las escandalosas revelaciones sobre los robos multimillonarios de Saca y Funes y sus respectivas argollas afectan igual a ARENA, GANA y FMLN. Afectan a ARENA, porque llevó al poder a Saca y se desmarcó de él hasta después de salir del poder. Al FMLN, porque llevó al poder a Funes, y porque hasta la fecha no se desmarcó de él. A GANA, porque nació precisamente de esta argolla que controlaba y manipulaba al gobierno y al partido ARENA durante la presidencia de Saca. Fue esta argolla que se fue de ARENA para fundar GANA, que robó, controló que invirtió los millones defalcados durante el quinquenio de Tony Saca en su nuevo proyecto: GANA y UNIDAD.
¿Qué creen que pinchó el globo del apoyo tan mayoritario que recibió Bukele desde que anunció que iba a correr contra “los mismos de siempre”? Fue su matrimonio con GANA. Ahora está bajo la misma sospecha de todos los demás. Hoy, como todos los demás, tiene que mostrar que sí quiere y puede cambiar las cosas que han estado tan mal en la política.
Entonces, ¿a quiénes de los candidatos podemos creer que en serio va a tener la voluntad y la capacidad de cambiar la política? Es la pregunta que todos nos vamos a hacer durante la campaña que ahora comienza.
Hugo Martínez y Karina Sosa fueron parte del esquema de poder encabezado primero por Funes y luego por el Politburó del FMLN. Hablan de renovación, pero no es fácil creerles que son parte de la solución, por que fueron parte del problema.
Nayib Bukele entró en la política por la puerta ancha del FMLN en el 2012, cuando ya todos vimos con asombro las mañas de Mauricio Funes. Entró de la mano de José Luis Merino, el capo de Alba-Petróleo. Fue este hombre oscuro quien lo llevó a la candidatura de Nuevo Cuscatlán y luego a convertirse en alcalde de San Salvador. Aunque luego se desmarcó de Funes y del Politburó del FMLN, durante años Bukele también fue parte del problema.
Los únicos que como personas no fueron parte del problema, son Carlos Calleja y Carmen Aída Lazo, quienes de la vida empresarial y académica, respectivamente, entraron a la política partidaria y electoral, prometiendo un gobierno no partidario, basado en méritos y capacidades; y Josué Alvarado y Roberto Ocampo, quienes con VAMOS lanzan un partido nuevo de carácter ciudadano.
La gente, con mucho escepticismo y ojos críticos, va a observar a todos ellos, sus discursos, su manera de actuar, sus propuestas, su coherencia, su capacidad. Van a observar también a los partidos, con aun más escepticismo, para ver cuál partido realmente abre el espacio para las críticas y propuestas de la ciudadanía.
Ahora vamos a medir la consistencia de los candidatos, su substancia, su temple. Esto es lo que se va a reflejar en las múltiples encuestas que vamos a ver en los próximos meses.
Habrá tiempo para festejar, pero en febrero 2019, no ahora – y a saber para quiénes. Ustedes que tanto hablan de “el pueblo”, recuérdense: la mitad todavía no ha decidido, y la otra mitad ya les pinchó el globo.
Saludos,
(MAS! / EL DIARIO DE HOY)