viernes, 3 de febrero de 2023

Carta a los ciudadanos decentes: No se resignen. De Paolo Luers

 "No voy a cambiar mi lenguaje, solo porque unos se burlan de él y otros ya se resignaron. No me voy a dejarme imponer el lenguaje del cinismo ni de la resignación."

La carta hablada: DECENCIA.mp3

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 4 febrero 2023

Estimados amigos:

En una carta usé frases como: “Hay que defender la democracia” y “la justicia es para todos o es para nadie”, e incluso agregué algo tan elemental como “lo decente y humano de la política…”

Inmediatamente, al solo salir esta carta publicada, me di cuenta que ya es atrevido usar este tipo de palabras. Las masivas reacciones en las redes sociales me pusieron a reflexionar sobre qué está pasando con nuestro lenguaje. O sea, ¿qué diablos nos está pasando a nosotros como individuos y como sociedad?

Varios lectores, en lenguaje mucho más soez, que por respeto a mis lectores no voy a reproducir, dijeron cosas como estas: “¿Por qué no te limpias el … con tu democracia” o “justicia no es para gente como vos”. Otro escribió: “Con decencia o justicia no llegás a nada, el cáncer hay que extirparlo…

Estas reacciones no son excepcionales. Circulan por las redes en miles de diferentes formas. Funcionarios públicos los reproducen, o incluso compiten con sus propios seguidores. Las actitudes detrás de estas expresiones de desprecio a los valores elementales como justicia, democracia, libertad, decencia se convierten en lo normal, en lo socialmente aceptado.

Pero esto no me preocupa, y ciertamente no me afecta. Estas opiniones provienen de personas incitadas por funcionarios, de las cuales ya no espero otra cosa. Es su oficio, es su manera de sentirse parte de un régimen político que apela a sus más bajos instintos y se burla de quienes siguen hablando de cosas ‘obsoletas’ como libertad de expresión, diálogo, tolerancia.

A esta lluvia de ignorancia y agresión estoy acostumbrado. Lo puedo analizar, puedo constatar qué y quiénes hay detrás de este fenómeno - pero no me afecta en lo más mínimo. Como dice ‘El Brozo’ Sanabria desde su oficina en Casa Presidencial: “Si no le gusta el humo, no se meta en la cocina”. No voy a salir de la cocina -el periodismo, la política, la opinión pública- sólo porque otros están contaminando nuestro lenguaje y con esto a todo el país.

Lo que sí me afecta son otras reacciones que también me llegan cuando hablo de democracia, justicia, decencia y libertad, y de las manifestaciones concretas de estos valores: libertad de prensa, separación de poderes, orden constitucional. Estoy hablando de comentarios que me mandan personas que no coinciden con la propaganda ensordecedora y violenta de los partidarios de Nayib Bukele.

Gente que en muchos puntos coincide con mis posiciones, pero a los cuales sus sentimientos de impotencia y frustración están llevandolos a un cinismo lamentable. Algunos son amigos de muchos años, que han compartido batallas conmigo. Me escriben o me dicen cosas como: “Sigues hablando de decencia y democracia, cuando esto ya no existe, ¿sigues creyendo en Santa Claus”. O me dicen: “No seas ingenuo, estas batallas por la democracia y la libertad ya las perdimos”.Estas posiciones son aún más peligrosas. Son expresiones no sólo de frustración, sino de derrotismo. Llevan a otra forma de cinismo, igual de destructivo que las amenazas e insultos del otro bando.

Voy a seguir inspirándome en frases, que a otros les parecen o obsoletas o ingenuas:


·      “La dignidad humana es intangible. Respetarla y protegerla es obligación de todo poder público.” Artículo 1 de la Constitución alemana.

·      “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.” Art. 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

·      Lo triste es un indecente con poder.” – “La política tiene que llenarse de decencia y de honestidad. Es imprescindible.” Emilio Lledó, filósofo español.

No voy a cambiar mi lenguaje, solo porque unos se burlan de él y otros ya se resignaron. No me voy a dejarme imponer el lenguaje del cinismo ni de la resignación.

Voy a seguir escribiendo de la ética en la política y de la necesidad de defender la democracia, aunque a unos les de rabia y a otros lástima, porque piensan que esta necedad es ingenuidad.

Saludos, 





miércoles, 1 de febrero de 2023

Carta a la masa crítica de la nación: ¿Esto es lo que queremos, un país-cárcel?. De Paolo Luers

 "¿Qué futuro tiene una nación que mide su progreso no por nuevos campos universitarios y hospitales, sino por 'la cárcel más grande del continente', que el carcelero general presenta a su jefe con las palabras: 'Quien aquí entra, jamás saldrá, se lo garantizo, señor presidente'.” 

La carta en la voz del autor: TECOLUCA.mp3

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 2 febrero 2023 

Estimados amigos:
Lo que el martes en la noche vimos en cadena nacional, es deprimente. El presidente, flanqueado por sus más fieles lugartenientes -su carcelero, su policía, su soldado y el ejecutor de sus megaproyectos- inauguró una instalación que parece el set para una película de ciencia ficción al estilo de George Orwell o Fritz Lang. Lo llaman ‘Centro de confinamientos del Terrorismo’, pero es la versión siglo 21 de un campo de concentración. 

Si ya una instalación de este tipo, de por sí, es deprimente, más aun lo es el hecho que nuestros gobernantes la presenten como el símbolo de esta Nueva República que quieren constituir. ¿Qué futuro tiene una nación que mide su progreso no por nuevos campos universitarios y hospitales, sino por “la cárcel más grande del continente”, que el carcelero general presenta a su jefe con las palabras: “Quien aquí entra, jamás saldrá, se lo garantizo, señor presidente.” 


Osiris Luna Meza está hablando de los futuros internos en su cárcel: 40 mil de los 70 mil jóvenes que bajo el régimen de excepción han encarcelado – todos ellos en fase de investigación, sin condena, sin ni siquiera haber visto de cara a cara a un juez. 

La frialdad de las instalaciones, su desierto de cemento, sus muros, sus alambres electrificados, su armería, sus garrotes, sus celdas es nada en comparación con la frialdad con que el presidente y sus lugartenientes celebran su obra maestra.


Un gobierno que en un año ha detenido a casi 80 mil personas y que anunció que va a seguir con esta campaña de ‘limpieza social’, obviamente necesita construir cárceles. Ya en el pasado nuestro problema ha sido que las cárceles estaban tan hacinadas que era imposible que cumplan su principal misión constitucional: la resocialización de los reos, sobre todo de los jóvenes, que en el futuro permita su reincorporación a la vida social y productiva. Cárceles como las de Ciudad Barrios, Cojutepeque, Mariona, Zacatecoluca, etc. produjeron lo contrario: criminales profesionales.


El orgullo de
Nuevas Ideas
Ahora que el gobierno de Bukele llevó, en un solo año, el número de encarcelados de 38 mil a 97 mil, el sistema está aun más colapsado y solo puede administrarse al estilo de los campos de concentración que se inventaron Hitler y Stalin. Había que construir nuevas cárceles. Pero en vez de construir cárceles modernas y aptas para su tarea educativa y de resocialización, Nayib Bukele ordenó construir un monstruoso monumento a la represión.

Esto es lo deprimente de este evento transmitido en cadena nacional. Y queramos o no, tenemos que reaccionar. No lo podemos obviar.


Sé que muchos de ustedes se niegan a ver estos espectáculos kafkarianos. Lo entiendo, porque son tortuosos. Pero en este caso, deberían ver el video oficial donde nos presentan el nuevo símbolo de las Nuevas Ideas... Es doloroso, conozco personas que apagaron la tele y lloraron. Pero es nuestra nueva realidad.


Un campo de concentración, pero con luces LED


La Ley Penitenciario vigente


Cuando escribí la carta que se publicó el martes 31 de enero, sobre la tasa de encarcelamiento que catapulta a Bukele a ser el campeón mundial en esta disciplina, no tuve idea que este mismo martes una cadena nacional iba ilustrar mi carta de una manera tan contundente. 


No sé que vamos a hacer para que esto no se convierta en la nueva cara de nuestro país. Pero algo tenemos que hacer los que tratamos de mantener viva la masa crítica que necesita una nación.


Saludos, 

Sobre la ciencia ficción de George Orwell: https://www.culturagenial.com/es/novela-1984-de-george-orwell/


Sobre Metrópolis de Fritz Lang: 

https://www.youtube.com/watch?v=6P2iUJucbk4


Sobre el escritor de lo absurdo: 

https://www.poemas-del-alma.com/blog/especiales/lo-absurdo-en-la-obra-de-kafka


Carta al presidente: Felicidades, somos campeones del mundo  https://www.elsalvador.com/opinion/cartas-de-paolo/carceles-regimen-de-excepcion-/1035934/2023/




lunes, 30 de enero de 2023

Carta al presidente: Felicidades, somos campeones del mundo. De Paolo Luers

 "Si proyectamos sus cifras récord de encarcelamiento a la población entre 15 y 40 años (que pone la gran mayoría de los presos), se ve el verdadero éxito de su gestión. En este sector el porcentaje que usted ha logrado sacar de circulación es de un impresionante 6.2%."

La carta en la voz del autor: TasaPresos.mp3


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 31 enero 2023

Ciudadano Nayib Bukele:

Tiene razón usted cuando se queja de que nosotros -los 3%, la prensa y la oposición- nunca le reconocemos a usted sus logros. Ya la Biblia dijo: “Pagad a todos lo que debéis: ....al que honra, honra”.

Hay que reconocerlo: Bajo el gobierno y las audaces políticas conducidas por usted, El Salvador se ha vuelto el país campeón del mundo en una categoría que durante décadas fue dominado por Estados Unidos. Usted le arrebató al imperio el título del país que ha logrado a encarcelar el más alto porcentaje de su población.

A finales del año 2022, la cifra oficial de personas que su gobierno logró encarcelar fue de 97,525. En un país de unos 6.3 millones de habitantes, esto resulta ser una tasa récord de todo el mundo y de todos los tiempos: Usted ha logrado tener preso el 1.55% de la población – y en tiempo récord.

Cuando usted asumió el gobierno en 2019, le entregaron las cárceles con solamente 38 mil reos, un pobre rendimiento de 0.6% de la población total. Esta tasa, en 2019 era igual a la de Estados Unidos. Pero en EE.UU. la tasa comenzó a bajar (a 0.4% en 2022), mientras en El Salvador usted logró casi triplicarla. ¡Qué lección les ha dado a los gringos, que luego de deshacerse de Trump han decidido que es insostenible tener en la cárcel una parte tan grande de su población, especialmente de los jóvenes negros y latinos! 

Si proyectamos las cifras récord de su gobierno a la población entre 15 y 40 años, se ve el verdadero éxito de su gestión: en El Salvador, esta franja representa el 25% de la población. Y es el grupo que pone a la gran mayoría de los encarcelados.

Y de este sector el porcentaje que usted ha logrado sacar de circulación es de un impresionante 6.2%. Nadie en el mundo puede competir con esto, ni siquiera los países más famosos por su carácter represivo, como China, Cuba, Irán, Venezuela, Rusia. Tampoco los estados fallidos como Haití, Somalia o Afganistán. Y los gringos, hasta ahora los campeones en esta disciplina de llenar las cárceles se ven pálidos ante el progreso que El Salvador está haciendo desde que usted tomó el mando.

Me gustaría hacer otro cálculo: enfrentar la cifra de encarcelados con la población en pobreza, de la cual los reos provienen. Es difícil, porque no existen números confiables. Pero asumamos que sean ciertos los números que comúnmente se maneja: que el 30% de la población salvadoreña se encuentra en situación de pobreza, o sea 1.9 millones de personas. De estos, usted tendrá encarcelado aproximadamente un 5%. Y de los jóvenes debajo de 40 años en este sector de pobres usted habrá logrado sacar de circulación y esconder en las cárceles aproximadamente un 15%.

Usted vende esto como un éxito de su política de seguridad y de la militarización que ha logrado. Pero con eso se queda corto, presidente: es un acto de ingeniería social, que por su dimensión e impacto no tiene comparación con ningún gobierno.

Si esta su inmensa y profunda ingeniería social califica como estrategia para combatir la pobreza, está en duda. Hay voces, por suerte suya aisladas y por el momento sin gran capacidad de influir en la opinión pública, que dicen que no se trata de una política para combatir la pobreza, sino de una guerra contra los pobres.

Sea como sea, usted se coronó como el máximo carcelero del mundo. Repito, ahora en términos laicos: Honor a quien honor merece...

Saludos,