Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 17 abril 2021
Antes las llamaron “telenovelas”, pero este nombre cayó en desprecio y desuso por las infumables producciones de Televisa que inundaron nuestros canales de televisión con todas sus historias y figuras cursi. Para distanciarnos de esta mala tradición, hoy hablamos de “series”...
Como prometí que una vez a la semana, los sábados, iba a permitirles descansar de los tensos temas políticos, y como tampoco les voy a dar de choto un preview de todo mi libro, voy a iniciar una serie de cartas sabatinas hablando de las buenas series que hay en Netflix. Para mi, Netflix ya es parte de mi vida, desplazando los canales de televisión por cable, que hace unos años eran la liberación de la pésima programación de los canales nacionales. Pasamos viendo cine domiciliar casi todas las noches, escogiendo en Netflix las mejores series.
¿Por qué series y no películas? Bueno, también vemos películas. Pero resulta tedioso siempre encontrar buenas películas. Y además, tengo que confesar que he encontrado el sabor a la sensación de sumergirme en el mundo de una serie, acompañar a los mismos personajes en diferentes capítulos, identificarme con unos, detestar a otros, reírme de algunos... Es un vicio, yo sé, pero ya me quitaron el cigarro, por el pinche Covid hemos dejado de salir a bares o restaurantes, no puedo tomar muchas copas por las medicinas que tomo. Entonces, mejor me dejo seducir por las series...
Suficiente introducción. Aquí las primeras dos series que hoy quiero presentar.
1. The Kominsky Method (El método Kominsky)
Una comedia extraordinaria con Michael Douglas y Alan Arkin, sobre como envejecer, con momentos muy tristes y otros irresistiblemente cómicos. Vive de los diálogos sarcásticos y de la actuación llena de auto ironía de los dos actores principales, de 74 y 84 años, respectivamente, cuando rodaron la serie.
2. Grace and Frankie
El equivalente femenino de The Kominsky Method, con Jane Fonda y Luli Tomlin, 78 y 76 años cuando la serie se inició. Las primeras temporadas son genialmente cómicas, también viviendo de la actuación de las protagonistas y del sarcasmo y la autoironía de los diálogos. Las últimos episodios pierden la originalidad. La trama general da para mucho: Dos mujeres de tercera edad, diametralmente diferentes, son unidos por el mismo golpe sufrido por ambas: sus maridos las abandonan para vivir juntos en un matrimonio gay. Aunque ahí está la trampa, nunca caen en ella, nunca hay el más mínimo tono de homofobia.
Las dos series, aunque muy distintas en sus tramas y estilos cinematográficos, tienen algo en común: se mueven con mucha elegancia y seguridad en el campo minado que son los temas de la vejez y el amor, de vejez y soledad. ¿Cómo envejecer sin renunciar a la sexualidad y sin sentirse inútil? ya es un desafío bastante complicado. Pero el verdadero reto es: ¿Cómo tratar estos temas en una comedia, cómo hacer que la gente se ría de las situaciones que este dilema genera, pero sin burlarse de nadie, sin caer en un estilo burlesco de slap stick? La única solución es la irreverencia. O es irreverencia o es cursi. Los creadores de estas series (Chuck Lorre de Kominski, Marta Kauffman y Howard J. Morris de Grace&Frankie), juntos con sus actores, juegan magistralmente con los riesgos de sus tramas y del tema, casi tabú, de la vejez.
Decía en la introducción que el gran atractivo, que puede convertir una serie en un vicio, es cuando te hace parte de una familia, de una específica situación social, y de una historia. Es imposible ver a Michael Douglas, Alan Arkin, Jane Fonda y Lili Tomlin sin enamorarse de ellos, tomar partido en sus conflictos, sentirse en familia con ellos.
En el caso de Grace&Frankie, dejé de ver la serie desde el principio de la última temporada, porque sentí que el tema estaba agotado. En el caso del Método Kominsky, estoy esperando ansiosamente la tercera temporada, anunciada para el 28 de mayo de este año.
Mientras tanto, vi la película Our Souls at Night con Jane Fonda y Robert Redford. Dos personajes que se conocieron toda la vida, y cuando llegaron cerca de los 80 años, se enamoraron. Otro ataque irreverente y poético al tabú sex & age. También está en Netflix.
Posdata: Las dos series que pienso presentar el siguiente sábado: Marseille (Francia, con Gérard Depardieu) y Borgen (Dinamarca, con la revelación Sidse Babett Knudsen), que son dos cursos intensivos en política y ética. Cada episodio una lección...
Saludos, Paolo