sábado, 11 de agosto de 2018

Carta ficticia de ARENA: Asumimos la responsabilidad

Estimados lectores:
Hay textos que nunca se escriben y discursos que nunca se pronuncian, porque nuestros políticos no entienden los beneficios de la audacia y de la autocrítica. 

Para señalar esta falla (y para provocar debate), varias veces he recurrido a un formato de ficción. He publicado pronunciamientos ficticios nunca hechos por los presidentes Saca, Funes y Sánchez Cerén. Es un truco literario. A veces es más efectivo que una columna analítica.
 

Hoy voy a usar nuevamente este truco, porque me temo que ARENA no va a tener el valor de pronunciarse como Dios manda sobre el caso Saca.


* * *


Al pueblo salvadoreño:

Las confesiones de Elías Antonio Saca son ciertas: Este hombre, quien fue presidente de la República por nuestro partido, desvió fondos públicos a nuestro partido.

Podríamos simplemente decir: El partido que recibió fondos lavados de Casa Presidencial fue la ARENA de Tony Saca y sus socios que ya no están en ARENA. Algunos están presos, otros en GANA, otros dedicados a hacer negocios con los fondos robados. Ellos controlaron las finanzas del partido, instrumentándolas para mantener control interno, sobre la selección del candidato presidencial para el 2009, y sobre su campaña electoral.

Podríamos decir que el dinero que Saca desvió hacía ARENA, solo él mismo lo utilizó para sus propios fines políticos: para imponer a su candidato, para una pésima campaña electoral – y luego de perderla, para dividir ARENA, comprar diputados y financiar el surgimiento de GANA.

Y no estaríamos mintiendo. Todo esto es cierto. Pero no es toda la verdad.

La otra parte de la verdad que hoy nos toca reconocer es: Tony Saca no usurpó el poder. ARENA cometió el grave error de entregarle el poder total sobre el partido y sobre el gobierno. ARENA falló, porque no ejerció ningún control sobre este poder – y no hizo nada para prevenir los abusos, incluyendo el robo de fondos públicos. El partido se hizo cómplice.

Pagamos un alto precio por esta complicidad. Perdimos las elecciones en el 2009, entregamos el poder a otro gobierno aun peor, el de Mauricio Funes. Esto significa que quien realmente pagó el costo de nuestros errores, fue el pueblo salvadoreño.

A partir de esto, nuestro partido entró en crisis, no solo por haber perdido el poder y la unidad, sino más bien por haber perdido la credibilidad. Aprendimos la lección, pero no nos atrevimos a explicarla bien a nuestras bases y al pueblo. Limpiamos la casa, comenzando por la expulsión de Tony Saca, lo que provocó la salida de sus allegados y la formación de GANA. Iniciamos un proceso complejo de recuperar la institucionalidad del partido, su democracia interna y su renovación.

Este proceso, contra muchas resistencias, al fin culminó en elecciones internas para nombrar el COENA, para elegir candidatos a alcaldes y diputados, y finalmente a nuestro candidato presidencial para el 2019.

Podríamos decir: La nueva ARENA no es el mismo partido que permitió la corrupción de Tony Saca y grupo, y que por tanto no tenemos porque asumir responsabilidad sobre los hechos revelados en el juicio penal contra Saca. Pero otra vez no sería toda la verdad.

Tenemos que asumir la responsabilidad por lo que se hizo a nombre de ARENA. Nuestros adversarios nos exigen que respondamos por los fondos desviados. Pero no, tienen que responder los que los robaron y los utilizaron para sus fines oscuros. Para ARENA solo hay una manera de asumir la responsabilidad: Reconocer que la tarea de la renovación del partido no está terminada; continuar y profundizarla; cerrar los espacios a los remanentes que todavía quedan del lastre de la complicidad con la corrupción; revalorizar la política, y erradicar el populismo en nuestro partido – y en el Estado.

Para cumplir con esta obligación, nuestra tarea es construir un gobierno responsable, probo y eficiente que resuelva los problemas del pueblo salvadoreño. No vamos a fallar nuevamente.

Mauricio Interiano, presidente del COENA
Carlos Calleja, candidato a la presidencia

* * *


Puede ser en otras palabras, pero algo así necesitamos escuchar de parte de ARENA.

Saludos,



viernes, 10 de agosto de 2018

Un ministro de defensa civil. Columna Transversal

Si las recientes declaraciones del general David Munguía Payés las hubiera dado un ministro civil al cargo de Defensa, hubiera sido un evento normal dentro del marco del debate político. Un miembro del gabinete de gobierno interviniendo en el debate de los temas políticos del día, aun los controversiales, no despierta alarmas, es normal y no revive el fantasma del militarismo. Un ministro uniformado sí.

Si analizamos fríamente las declaraciones de Munguía Payés, abstrayéndolos de la puesta en escena marcial en que las dio, no resultan tan descabelladas, y ciertamente no amenazantes. ¿Qué dijo en esencia? Hizo un llamado a las instituciones del Estado, incluyendo Fiscalía y Tribunal Supremo Electoral, a actuar responsables y no usar su poder arbitrariamente para obstaculizar la participación electoral de un determinado candidato presidencial. No tuvo que decir el nombre, todo el mundo entendió que estaba hablando de Nayib Bukele. Dijo que decisiones arbitrarias en materia electoral pueden provocar convulsiones sociales e incluso manifestaciones, que pueden desbordar en violencia. Dijo que la PNC se puede ver obligada a intervenir y, en consecuencia, también la Fuerza Armada, que está desplegada en tareas de seguridad pública.

Es una advertencia que muchos comparten y ha sido expresada por políticos de diferentes partidos, voceros de grupos ciudadanos, y columnistas. Por mi parte, he públicamente expresado que no es correcto querer detener a Nayib Bukele dilatando la inscripción de Nuevas Ideas como partido político, ni con la suspensión extemporánea de Cambio Democrático, ni mucho menos armándole líos penales. Para mí, Bukele representa un peligroso populismo que trata de convertir en antipolítica el descontento de amplios sectores de la población —y la única forma eficiente de derrotarlo es en elecciones libres y justas. Hasta los contrincantes directos de Bukele, los candidatos del FMLN y de ARENA, han expresado lo mismo. En esta situación, el llamado de un ministro a “fair play” electoral no está fuera de contexto.

Lo que está fuera del contexto no es el contenido, sino la forma. Lo que choca no es que un miembro del gabinete de gobierno haga esta advertencia, sino el hecho de que es militar activo, hablando a nombre de la Institución Armada. Lo que más choca es la puesta en escena: el ministro uniformado, rodeado de sus generales, en una ocasión incluso todos fusil en mano y con cara pintada de comandos. Esta forma despierta miedos, porque nos recuerda a las conferencias de prensa de La Tandona en medio de la guerra, cuando sí tuvimos una Fuerza Armada encima de las instituciones civiles.

Mi amiga Erika Saldaña analizó en las páginas de este Diario que las declaraciones de Munguía Payés riñen con los principios de la Constitución, que dicta que la Fuerza Armada tiene que ser apolítica y no deliberante. Y tiene razón, porque tenemos a un militar activo como ministro de Defensa. Por tanto, cuando él habla (y sobre todo cuando habla fusil en mano y rodeado de sus generales), se entiende que está hablando la Fuerza Armada.

“Ojalá que el próximo presidente tenga la sabiduría
de nombrar un civil como ministro de Defensa”

Este incidente es una razón más para romper con la tradición de tener un Ministerio de Defensa de puros oficiales, sin autoridades civiles. Ojalá que el próximo presidente tenga la sabiduría de nombrar un civil como ministro de Defensa.

Un ministro de Defensa civil perfectamente puede llevar a debate público las complicaciones que malas decisiones del poder civil podrían tener sobre el rol de la Fuerza Armada. Podría hablar de lo delicado que es para las FF. AA. el uso permanente que el poder civil está haciendo de ellas en tareas de represión del crimen. Y podría hacer advertencias como las que hizo Munguía Payés —sin comprometer el carácter apolítico de las FF. AA. El papel de un el ministro civil al cargo de Defensa sería administrar las relaciones entre política y FF. AA., entre opinión pública y FF. AA., entre conflictos sociales y FF. AA. (De paso sea dicho: Igual urge romper con la práctica del actual gobierno de entregar al Ministerio de Seguridad a oficiales de la policía, porque significa debilitar o incluso suspender la supervisión civil sobre la PNC).

Algunos le criticaron al ministro de haber exagerado el peligro de convulsiones sociales. Pero, ojo: la manera como inmediatamente Bukele retomó el tema parece darle la razón al general. Un día después de las declaraciones del ministro, el 31 de julio, Bukele escribió en Twitter: “Ya no vamos a bajar la cabeza, no vamos a volver a poner la otra mejilla. Al próximo bloqueo, nos vamos a las calles, sépanlo. La responsabilidad de lo que pase caerá únicamente sobre ustedes”. Y para que a nadie le quedara duda, en un siguiente tuit invocó el derecho a la insurrección que da el artículo 87 de la Constitución en caso de alteración del orden constitucional.

Esto es lo que el ministro estaba advirtiendo. Y además, otra cosa que sus críticos pasaron por alto: si esto pasa, la Fuerza Armada no se va a quedar de brazos cruzados, sino defender el orden constitucional. Como debe ser.

 

jueves, 9 de agosto de 2018

Carta al fiscal general: ¿Destape o tapadera?

Licenciado Douglas Meléndez:
Lo que molesta del juicio negociado entre la Fiscalía General y Tony Saca y Cia. no son las penas reducidas (10 años prisión para Saca y Elmer Charlaix, 5 años para Julio Rank y César Funes). Lo que molesta es que en este “juicio abreviado” no vamos a conocer toda la verdad.

Las penas de cárcel son secundarias, lo esencial es la verdad – toda la verdad sobre cómo funciona el poder de Casa Presidencial, que maneja cientos de millones sin rendir cuentas. Es un monstruo que aun no está desarmado, y solo conociéndolo con todos los detalles en un juicio público lo vamos a poder desmantelar y someter a los mecanismos de control institucional.

Esto tipo de acuerdos, con juicio abreviado y penas mínimas, solo son admisibles cuando ayudan a llegar a la verdad. En cambio, si sirven para mantenerla encubierta, son obscenos. En este caso, el caso que usted con tanta pompa bautizó “Destape de la corrupción” termina siendo tapadera.

Entonces, le pregunto: ¿En qué se benefician el Estado, el país, la ciudadanía con el juicio abreviado que negoció la fiscalía con los acusados más emblemáticos de caso Saca? Dicen que el Estado se ahorra un juicio tedioso de varios meses, con el desfile de cientos de testigos y peritos. Es un argumento perverso: Queremos escuchar a los testigos. Necesitamos escucharlos, conocer los números, las cuentas, los trucos, los beneficiarios, los colaboradores, los encubridores. Ahorrarnos esto significa privarnos del derecho a la verdad.

Usted ha autorizado este acuerdo con Saca, y nos tiene que dar las garantías que a pesar del juicio abreviado vamos a conocer toda la verdad. Lo primero que tiene que hacer es publicar el acuerdo que firmó con Saca y sus confesiones. No queremos que nos cuente, sino que publique estos documentos.
Usted nos tiene que comprobar que los beneficios que usted concede a Tony Saca y Cia. son a cambio de haber entregado toda la información. Solo así se justifican las penas mínimas y el juicio abreviado. Si no es así, no hay como justificar los beneficios, porque impiden el acceso a la verdad. Así de simple.

Malas lenguas ya dicen que usted quiere garantizar su reelección ahorrándoles a los partidos que se destapen sus conexiones con el caso Saca. Pero los partidos necesitan enfrentar la verdad. Mal favor haría a ARENA si no llega al fondo del problema. Es su oportunidad histórica de limpiar la casa. Pero la verdad afectará igual a GANA, cuyo surgimiento Saca financió. Junto con su sucesor Funes y el FMLN, probablemente también con fondos lavados de Casa Presidencial. Todo esto necesitamos saber, para poder evaluar cuál de los tres partidos (y sus candidatos) ofrece con credibilidad que no seguirán con las mismas mañas.

Si Tony Saca ha tenido la valentía de relevar la verdad, por más que lo comprometa, se merece la pena reducida – y también nuestro respeto. Si no, esta negociación con la fiscalía resulta ser otra más de sus transas.

Si Tony Saca confesó para proteger a su familia, también merece respeto. Pero este acuerdo con la fiscalía se vuelve perverso si al final los únicos que serán condenados con todo el peso de la ley son los empleados de Casa Presidencial.

Todo depende ahora de lo que usted nos va a revelar sobre la verdad que pudo alcanzar con las confesiones de Tony Saca y sus cómplices. No nos diga que la verdad está en los archivos de la fiscalía, tiene que ser pública. Es la materia prima para la tarea que tenemos adelante de subsanar el sistema corrupto en Casa Presidencial, de una vez por todas.

La pelota está en su cancha, señor fiscal general.

Saludos,


 

martes, 7 de agosto de 2018

Carta a los políticos: Hacen falta nuevas ideas

Estimados políticos:
Hacen falta nuevas ideas. Sin mayúsculas. La urgencia de introducir a la política nuevas ideas no está resuelta por el truco de marketing de crear un partido que ocupa este nombre.

Hoy que están de vacaciones, les reto que las usen para pensar sobre cuáles son las iniciativas, las prioridades, las soluciones que necesita el país.

Solo un ejemplo: A los alcaldes de San Salvador y su área metropolitana, pero también a los que quieren asumir el gobierno central en 2019, les reto que piensen sobre cómo vamos a manejar los desechos sólidos en las próximas décadas. En 2019 se vencen los contratos que tienen las alcaldías con MIDES – contratos que han amarrado a los municipios a un esquema mafioso de pagar caro a una empresa monopolista por recibir y procesar nuestra basura. Los contratos se vencen, pero nadie en los gobiernos locales ni el central ha desarrollado un modelo que nos libere de esta extorsión. Así que la única alternativa es volver a engancharse con MIDES – o dar el negocio redondo a otro consorcio igualmente extorsionista.

Es una alternativa falsa. Ya existen en el mundo modelos tecnológicos y empresariales que funcionan al revés, donde la basura se trata como valiosa materia prima, cuya venta genera ingresos a los municipios. Esto requiere de mucha inversión, pero luego promete grandes beneficios y hasta ganancias.

¿Quien hará estas inversiones? ¿El Estado? ¿Los municipios? ¿Un consorcio empresarial con experiencia y tecnología adecuada? ¿O la combinación de todas estas opciones, en forma de un Asocio Público Privado? ¿Cuál es el marco legal y regulatorio que necesitamos para esta transformación?

Sobre todo esto esperamos ideas y propuestas audaces, no solo de la política, también de la empresa privada y la academia. Mientras tanto, lo mínimo que podemos exigir es que los alcaldes no cometan el error de firmar en el 2019 ningún contrato, con nadie, que vuelva a amarrarlos por años o décadas al modelo mafioso. Y que inmediatamente comiencen a crear las condiciones para una solución permanente y beneficiosa para las finanzas comunales y el medio ambiente.

En la pasada campaña electoral de alcaldes, no escuchamos a nadie hablar de esto. Que no nos pase lo mismo en la campaña presidencial. Porque estamos frente a un problema del Estado, del país. Debemos obligar a los candidatos presidenciales a presentar soluciones que correspondan al siglo 21, soluciones audaces pero factibles.

Esto es solamente un tema donde necesitamos ideas de solución. Solo dos otros ejemplos:
  • La crisis energética, que se nos viene encima si no cambiamos la manera de invertir en la generación de energía.
  • La crisis penitenciaria. Con maquillajes como el plan “Yo Cambio” y “Medidas Extraordinarias” no vamos a desactivar esta bomba de tiempo. Necesitamos una reforma que a la vez crea la base para una política de inclusión productiva y la reinserción social de la población carcelaria.

Y así hay una lista interminable de temas que gritan por ideas practicables: educación vocacional, tratamiento de aguas negras, transporte público…


Nos quieren vender que estamos entre una batalla entre ideas viejas e ideas nuevas. Falso. Lo que necesitamos es una batalla entre ideas buenas e ideas malas; ideas demagógicas e ideas aplicables que cambien la realidad del país. Esta es la campaña electoral que queremos ver. No es un juego de marketing.

Saludos,


Aclaración: Por un error técnico, esta carta programada para sabado 4 agosto, fue solamente publicada en esta fecha en el MAS y en Segunda Vuelta., pero no en El Diario de Hoy. En este periódico salió publicada el martes 7 de agosto.