viernes, 10 de junio de 2022

Carta a los poderosos: ¿Disidencia es traición? De Paolo Luers

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 11 junio 2022

Ciudadanos presidentes:

Hay una lógica democrática: gobierno y oposición. Sin el derecho a la disidencia y la oposición, no hay democracia.


Y hay una lógica del poder: hay que protegerlo, mantenerlo, ampliarlo. En esta lógica, la oposición y la disidencia no aportan al sistema, sino que lo ponen en peligro. Estorban.


En la contradicción entre estas dos lógicas se debaten la mayoría de los países y sus sistemas políticos. Más allá de las clásicas diferencias ideológicas entre derecha e izquierda, tiene lugar una lucha permanente entre democracia y autocracia. Cuando las instituciones republicanas son fuertes, los movimientos -e incluso los gobiernos con tendencia autocrática- tienen límites. Los autócratas pueden gritar que sus opositores son ‘traidores a la patria’, pero un Estado de Derecho intacto no le permite enjuiciar y encarcelar a nadie por su rol disidente o opositor.


Traigo a colación una nota periodística, que un día de estos encontré en mi surfeo cibernético por las paginas digitales de algunos de los principales periódicos del mundo. En El País encontré una nota llamada “México: Denuncian por ‘traición a la patria’ a los diputados que votaron contra la reforma eléctrica.” Un amigo ya me había contado que en algunos barrios de ciudades mexicanas habían aparecido posters, al estilo de los avisos ‘Wanted – dead or alive’ de las películas de vaqueros, con las caras y fotos de diputados opositores, que decían el nombre del diputado y del partido y además el texto ”Traidor a México. Votó en contra de la Reforma Eléctrica”. Se trata de una propuesta de reforma a la Constitución mexicana para asegurar al gobierno mayor control sobre el sector energético y limitar a los privados y capitales extranjeros el acceso a la inversión en este rubro. Los partidos opositores votaron en contra y la reforma no alcanzó la mayoría necesaria en el Congreso. El presidente Andrés Manuel López Obrador, a quién los mexicanos -unos con cariño, otros con desprecio- dicen AMLO, llamó ‘traidores’ a los diputados opositores. “Traidores a la patria’, porque segúél actuaron en contra de los intereses nacionales.  


Pero esto, en México y otros países, es la moneda común y corriente del lenguaje propagandístico. Con ligereza se acusa de traidor al adversario. Siempre intimida cuando es de la boca de quienes ostentan el poder. Y también, cuando los fanáticos partidarios de un presidente traducen la palabra ‘traidor’ en afiches amenazantes, que pueden calentarle la cabeza a cualquiera.


Que yo sepa, toda esta tontería de llamar ‘traidores a la patria’ a quienes ejercen su derecho y deber de aprobar y rechazar iniciativas legislativas, no ha llevado a ningún percance. Ningún diputado ha sido colgado de ningún palo. Así que, lo que me contó el amigo me pareció un muy mal chiste, pero no un peligro real.


Pero según la nota de El País, la cosa fue más allá: Los meros directivos nacionales del partido gobernante llamado Morena presentaron a la Fiscalía General de la República la petición de perseguir por el delito de traición a la patria a todos los diputados que votaron contra la iniciativa del presidente AMLO. ¡Vaya, babosada!


Pero ya en la nota de El País, y luego en otras publicaciones que busqué, se dijo que esto era un tiro al aire, que esta demanda no podía prosperar en el sistema judicial mexicano. Todos los analistas asumieron que se trató de una acción propagandística, además en plena campaña electoral (en seis estados de México estaban por elegir gobernadores). Tampoco hubo ninguna noticia que algún diputado haya solicitado asilo en otro país.


Es grave que la disidencia se considere traición a la patria. Delata una concepción casi absolutista del poder: “El Estado soy yo.” Pero cuando en un país sigue funcionando un Estado de Derecho, con independencia judicial y una Corte Suprema que no está al servicio del presidente de turno, como ciertamente es el caso en México, estas cosas no pasan a más. No habrá juicios contra los diputados y nadie irá a la cárcel. Aunque sí habrá un paso más en el desgaste de la democracia.


¿Pero qué pasa cuando en un país ya no existe un Estado de Derecho, ni mucho menos una Corte Suprema, una Sala Constitucional y titulares de juzgados y cámaras de apelación independientes? ¿Qué pasa cuando en un país un presidente ha logrado concentrar todo el poder en sus manos? ¿Qué pasa, si esta concentración del poder es tolerada o aprobada por una mayoría ciudadana? Entonces, la palabra ‘traidor’ se vuelve una amenaza real para la libertad y la vida de los disidentes. Además, la mera amenaza de que los van a tratar como traidores, va a callar a muchos opositores.


Esto no es teórico ni hipotético. Existe. Está pasando bajo nuestros narices. No estoy hablando de Cuba, ni de Rusia, ni Corea del Norte. Estoy hablando de El Salvador. Estoy hablando de opositores encarcelados o de otra manera silenciados. A diferencia de México, nosotros ya no podemos confiar en que un juez nos va a proteger si al régimen nos acusa de ‘traidores’, o de ‘colaboradores de las maras’, o de lo que se inventen.


Los populistas en el poder tienen que saber que hay una raya entre los ataques propagandísticos y la represión. Quien se pasa de esta raya y reprime a la disidencia y la oposición, será tratado como dictador. 


Piensen hasta dónde quieren llegar, porque hay puntos de no retorno.






miércoles, 8 de junio de 2022

Carta a Neto Muyshondt: No callarse, ni dejarse callar. De Paolo Luers

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 9 junio 2022

Estimado Neto:

Igual podría dirigir esta carta al profesor Mario Davis Arias Rivera, pero él ya murió en el penal, donde lo tenían preso, sin abogado, sin causa justa, sin medicina para su enfermedad diabética; o a Luis Moreno Terán, pero él murió el 3 de junio, en el Hospital Mazzini de Sonsonate, luego de sufrir torturas en el penal Izalco; o a cualquiera de los 40 detenidos ‘provisionales’ que durante el régimen de excepción han muerto en diferentes penales, algunos por las golpizas recibidas, otros por no recibir las medicinas y atenciones médicas necesarias. También podría dirigir la carta a mi amigo Víctor Barahona Echeverría, comunicador comunitario y líder de la colonia Valle del Sol en Apopa, quien fue detenido el pasado lunes; o a Rolando Pereira, reconocido y respetado dirigente de los vendedores de Soyapango, hombre con larga trayectoria de organización popular, a quien conozco como hombre gentil, generoso y de principios. 


Pero prefiero mandar esta carta a vos, Neto, por una razón: porque aprovechaste una audiencia judicial para denunciar cómo ha tratado de destruirte el régimen carcelario de Osiris Luna (miembro fundador del exclusivo ‘Club Engel’). Finalmente, rompiste tu silencio, que no sólo fue el silencio tuyo, sino general: el manto de silencio que encubre lo que está pasando todos los días en nuestros penales: tortura, aislamiento, maltratos sicológicos, negación de medicinas y tratamientos médicos, falta de acceso a sus defensores, incapacidad de hablar...

Tu error ha sido no hablar en público de la corrupción que encontraste en la alcaldía capitalina que en 2018 te entregó Nayib Bukele. Pensabas que callándote -e incluso retomando y terminado algunos de los proyectos amañados de la gestión de Bukele- ibas a quedar bien con el poder emergente. Gran error, y lo pagaste caro. Ahora te tocó denunciar algo mucho más grave: los maltratos sistemáticos y las muertes diarias de personas, que nunca han tenido chance de defenderse de las acusaciones. Pero lo hiciste, levantaste la voz, no te dejaste callar por los ‘custodios’. 


Recuperaste tu dignidad. Y es por eso que los videos de tus declaraciones tuvieron tanto impacto y causaron tanta indignación. Todos entendimos a qué consecuencias crueles ha llegado la persecución de figuras políticas que estorban al régimen. Todos entendimos que a vos conscientemente te están tratando de destruir, física y psicológicamente. Y gracias a que también denunciaste la muerte nunca reportada de docenas de detenidos en Mariona, quedó claro que es cierto que los miles de detenidos en las redadas del régimen de excepción no tienen ninguna garantía de un juicio justo y ni siquiera de su vida. Hablaste por todos ellos, que no tienen ninguna voz desde los penales; a quienes ni siquiera los llevan a sus audiencias; y quienes ni siquiera pueden hablar con sus abogados. Decidiste defenderte – y de una vez ir al contraataque. Repito: Recuperaste tu dignidad. Mi respeto. Porque esta decisión de hablar te va a costar caro en Mariona...


Viendo tu cara, tus ojos, a nadie le podía quedar duda de la verdad y autenticidad de tus palabras. Fue el grito de socorro de un hombre desesperado, pero a la vez la señal de alarma que todos necesitábamos para reaccionar. Y funcionó: Tu caso, casi olvidado y para muchos incómodo, de repente está otra vez a la vista pública. Y con el tuyo, el caso de los otros presos políticos, y el caso de los detenidos arbitrariamente durante el régimen de excepción. Está a la vista el “caso Bukele”.


Van a decir que estoy defendiendo a un ‘amigo corrupto’. Primero, las acusaciones de corrupción tienen que comprobarse en un juicio justo. Segundo, las acusaciones tienen que ponerse en su contexto: la mayoría de las alcaldías se encontraban en situación de impago, en parte por la decisión del nuevo gobierno cian de ahogarlas. Tercero, vos sabés mejor que otros que nunca hemos sido amigos. Tuvimos muchas diferencias y las expresamos. De todos modos, este no es un asunto de amistades, ni siquiera de destinos personales – es un asunto mucho más amplio y peligro: Nadie está seguro ante la arbitrariedad e impunidad, con las cuales opera este gobierno. De esto estabas hablando vos en el juzgado. Y de esto hablo yo en esta carta...


Sé que nunca te van a dejar leer esta carta. Tampoco la van a leer los que ya murieron en los penales, ni los que están incomunicados, sin derecho de saber lo que afuera de los muros está pasando y diciéndose. Escribo esta carta por una necesidad propia, porque tú otra vez nos acordaste lo necesario que es no callarse ni dejarse callar.


Espero que salgas bien de esta prueba.

Saludos, 





Escuche los audios de Neto Muyshondt








lunes, 6 de junio de 2022

Carta sobre las encuestas: Bukele va bien, pero no para arriba. De Paolo Luers


Publicado en MÁS! y EL DIARIO DE HOY, martes 7 junio 2022

Estimados ciudadanos: 

Esta carta va tanto para los que ven celebran las encuestas como triunfos, como para los que vean los titulares y se deprimen.


Hemos leído titulares que dicen: 

·      Encuesta UFG: Bukele obtiene calificación de 8.34 en tres años de gestión (Teleprensa, 25 mayo 2022)

·      Bukele cierra su tercer año con 87% de aprobación (LPG, 1 junio 2022)

·      Encuesta UCA: Presidente Bukele obtiene 8.43 de nota por su tercer año de gestión (Diario La Gaceta, 2 junio 2022)


Uno, La Prensa Gráfica, es un periódico serio, independiente y crítico.

El otro es el noticiero del Canal 33, supuestamente independiente y crítico.

El tercero es uno de los ‘periódicos’ digitales fabricados en la cocina de desinformación del gobierno. Pero los tres nos transmiten, por lo menos a primera vista, la misma percepción: Triunfo total del presidente.


Digo ‘a primera vista’, porque cuando uno estudia los detalles de las encuestas, salen otras cifras que reflejan otra realidad. El problema: ¿Cuántos en El Salvador estudian detalladamente las encuestas?


Mientras los resúmenes y los titulares de las encuestas anuncian cifras generales de aprobación altísimas, los datos concretos nos arrojan cifras diferentes:


·      El 91% sienten el impacto del aumento de precios;

·      El 84% dice que el Bitcoin no les ha beneficiado;

·      ¿Cómo está el país en cuanto al costo de la vida? 60.8% dice que mal o muy mal;

·      ¿Cómo está el país en cuanto al trabajo? 49% dice que mal o muy mal;

·      Sólo el 44.7% se siente “cercano al presidente Bukele”. Hace 1 año esta cifra estaba en un 57.4%  (UCA)


Hay una marcada diferencia entre la aprobación general y las opiniones sobre políticas concretas que afectan directamente al ciudadano.


Vamos a mostrar este fenómeno en el tema del régimen de excepción y las detenciones masivas.


Aprobación general: 73% aprueba el régimen de excepción.


Pero vamos a las medidas concretas...

·      Un 62.4% está en DESACUERDO con que una persona pueda ser detenida por policías o soldados sin que haya una orden de captura y un delito concreto;

·      Un 72.2% está en DESACUERDO con la detención por 15 días sin acusación por un delito específico ante un juez;

·      Un 76.8% declara su DESACUERDO con detenciones durante 15 días sin poder hablar con un abogado de confianza.


¿Cómo explicar estas contradicciones? La gente aprueba el estado de excepción en general, porque naturalmente quiere que haya más seguridad y menos violencia. Pero no está de acuerdo con los abusos y las medidas arbitrarias, que violan los derechos de los detenidos.


Con las encuestas siempre depende cómo las leamos – y cómo nos presentan los resultados. Y cuidado: hay que poner las números en su contexto. No sólo se trata de cifras absolutas, sino de saber cómo se han modificado en el tiempo, en nuestra caso en los 3 años del gobierno Bukele. 


Es importante saber que para evaluar el gobierno Bukele, en junio 2020 el 63.3% dijo “apruebo mucho” – pero que este porcentaje de apoyo incondicional ha bajado en junio 2022 a un 47.3% - o sea, el presidente sufrió un bajón de 20%. 


Para los partidos siempre se calcula el SALDO de aprobación (opinión positiva menos opinión negativa). Nuevas Ideas tuvo en febrero del 2020 un saldo positivo de 63.1%, y en junio 2022 de 41.7% , o sea 21.4% menos. En el 2020 no conocían a Nuevas Ideas, pero le daban el beneficio de la duda. Hoy conocen quiénes son los de la N. La tendencia es para abajo, en ambos casos, presidente y partido. Algo está pasando.


Que se sientan con razón de cantar victoria los partidos de oposición. Es obvio que todo esto no los favorece. La confianza que pierde el gobierno, no la gana la oposición. Por lo contrario, va en picada. Y no han contribuido nada al desgaste del gobierno. El desgaste se hizo el gobierno solito, con su fanfarronería e improvisación.

 

Resumen: Nadie debería cantar victoria. Tampoco nadie debería caer en depresión por las encuestas. Hay que saber leerlas y, sobre todo, sacar las conclusiones con cabeza fría.

Saludos,