Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, 14 marzo 2020
Queridos colegas:
Yo he sido, durante largos meses, del 3% que no se alinea con el culto al líder Bukele y que ha mantenido distancia crítica con el nuevo gobierno. Asumí el rol de los 3% críticos, a toda honra.
Bueno, ya no somos el 3%, crecimos al 15 o 20%. Pero ahora parece que soy parte de un nuevo 3%, de la porción de la población que, según las estadísticas internacionales disponibles, el coronavirus es capaz de matar. O del 5% que, según las mismas estadísticas, necesitará cuidados intensivos en caso que se contagie, con gran probabilidad de morirse. Somos los viejos de la sociedad, los que tenemos enfermedades crónicas, bajas defensas, deficiencias de corazón.
Bueno, como no hay ni habrá camas de Cuidados Intensivos, ni para el 3% y mucho menos para el 3% de los que nos vamos a contagiar, no nos queda otra que protegernos a tiempo. Por lo menos yo no voy a asumir que este virus me va a matar, solo porque soy del 3% más vulnerable de la sociedad. Para nosotros, los viejos y enfermos, la única manera de sobrevivir es evitando que nos contagien.
Yo me voy a poner en auto cuarentena. En mi casa. ¿Cómo funciona? No sé, nunca lo he hecho, y hasta ahora tampoco he visto que el gobierno, el colegio médico o los medios nos hayan explicado cómo hacer efectiva una cuarentena voluntaria en casa.
Pero tampoco compliquemos la cosa. Significa, en primer lugar, salir lo menos posible de casa, mucho menos a lugares con aglomeraciones de gente. Tener a alguien de la familia para hacer las compras necesarias. Y diseñar un sistema que evite que los familiares, que siguen saliendo y entrando de la casas, me traigan al virus. Entonces, otra vez el rollo del lavado de manos, de la higiene en general, de cambiar de ropa antes de acercarse a los demás. No recibir visitas que no sean necesarias.
También estoy esperando que las autoridades de Salud, del Seguro Social y nuestros médicos nos indiquen qué hacer con las citas médicas, consultas, exámenes, etc., sobre todo en caso de los que somos pacientes de hospitales nacionales o del Seguro Social. Una vez la epidemia arranque en el país, yo ya no voy a ir a las citas en el Seguro Social. Hacer las colas y las esperas en pasillos llenos de gente igual de vulnerables que uno no puede ser aconsejable. Los hospitales y el Seguro Social deberían comunicar a sus pacientes cuáles consultas, intervenciones y exámenes son vitales que hay que mantener, y cuáles se pueden suspender. Lo ideal sería pasar parte de las consultas a médicos privados, con un acuerdo especial del gremio con el gobierno y el Seguro Social para definir cómo el Estado, durante la emergencia, asumiría el costo de estos servicios.
Si las autoridades y los gremios de médicos proporcionan la información y orientación debida, armando también hotlines telefónicas y online para guiarnos, el sistema de cuarentena domiciliaria voluntaria puede funcionar, incluso para este minoría de 5 o de 3% que somos los más probables de morir si nos contagiamos.
Tenemos que exigir al Estado, al gobierno, a las autoridades de salud que hagan todo en su poder para prevenir los contagios masivos y para atender y curar a los que adquieren el virus. Pero simplemente esperar que el gobierno nos proteja sería lo más imbécil que podemos hacer.
Yo me iré a auto cuarentena.
Saludos,