sábado, 19 de agosto de 2017

Carta a Mijango: Te quieren acabar

Mi amigo Raul:
Te quieren acabar. Muerte civil. Muerte penal. Y hasta la muerte física. Tiran para matar, desde la Fiscalía General de la República, desde los medios, analistas y expertos de Seguridad (no importa cuánto hayan fracasado con sus propuestas y políticas).

Destruyéndote a vos quieren erradicar del imaginario nacional, de una vez por todas, la idea del diálogo y de la mediación en el contexto de la política de seguridad, prevención y reinserción. Unos (los del FMLN y el gobierno) porque les estorba esta idea, porque desde el 2014 apuestan todo a la represión y la solución militar. Otros, porque destruyéndote a vos quieren llevarse de encuentro a Funes y Munguía Payés. Otros, porque quieren legitimar su triste historial de mano dura bajo los gobiernos de ARENA…

Sos el blanco ideal. No pueden enjuiciar a Funes y Munguía Payés, porque no hay delito que les pueden imputar. No pueden enjuiciar a Fabio Colindres, porque es obispo de la Iglesia Católica. No se atreven a enjuiciarme a mi, porque con razón mucha gente sospecharía que quieren callar a la única voz que consistentemente en los medios critica la política de Seguridad del gobierno y la actuación de la Fiscalía.

Te escogieron a vos, porque saben que ningún sector poderoso de la sociedad te va a defender. Ni el FMLN, porque para ellos sos traidor, como cualquiera de izquierda que no se somete a su control. Ni ARENA, porque sos ex guerrillero y crítico de sus políticas.
OEA-Tregua
Raul Mijango (derecha) con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, monseñor Fabio Colindres y Adam Blackwell, secretario de seguridad multidimensional de la OEA, en el penal de Mariona

Me preguntaron si pongo la mano en el fuego por vos. La respuesta es: sí, porque tengo 30 años de conocerte. Pasamos juntos por la guerra y la construcción de la paz. Sé de qué madera sos hecho. Sé que te ofreciste de mediador, no para ayudar a las pandillas, sino para ayudar al país a encontrar un camino para salir de la terrible matanza que bloquea la democracia, el crecimiento, el bienestar y la fibra social de la nación. Estuve a la par tuya docenas de veces cuando encaraste a los líderes de las pandillas para que cumplieran su palabra de convertirse en parte de la solución del problema de la violencia que ellos mismos (pero no solo ellos) han generado.

Estuve a la par tuya cuando los amenazaste a hacer las gestiones necesarias para que los volvieran a encerrar en Zacatraz y boten la llave si usaban violencia para chantajear al gobierno y la sociedad.
Me consta que vos nunca has sido cómplice de los pandilleros, ni para meterles teléfonos a los penales (acusación absurda, porque ahí han tenido teléfonos antes, durante y después de la tregua, simplemente por que el sistema penitenciario es corrupto), ni para extorsionar empresas, como ahora te acusa la Fiscalía en un nuevo juicio. Te acusan de extorsión en un caso donde trataste de mediar entre una empresa y las pandillas para evitar que atentaran contra los empleados. Qué manera de agradecer a un mediador.

Ambos casos están basados exclusivamente en el testimonio de “Nalo”, el cabecilla de la pandilla 18-Revolucionarios que vendió su alma a la Fiscalía a cambio de que le otorgaran inmunidad en casos de asesinatos, robos, extorsiones, tráfico de drogas y de armas.

La figura del testigo criteriado fue creada para que delincuentes de menor escala ayuden a esclarecer delitos mayores a los cometidos por él. La Fiscalía ha pervertido este instrumento legal, dando inmunidad a un asesino y traficante de armas y drogas para que testifique en el caso de la supuesta introducción de ilícitos a los penales. Le salvan de una condena segura de 50 a 60 años para mandarte a vos a la cárcel por 14 años. No solo es mal negocio, es éticamente inaceptable.

Ahora estás grave y hospitalizado y al darte de alta vas a seguir enfermo, pero igual te quieren meter en una bartolina. Te quieren matar.

Pero no estás solo. En este país hay muchos que te vamos a defender y pedir tu libertad y un juicio justo.

Ten fuerza, Raúl. Te lo pide tu amigo


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(MAS! y El DIARIO DE HOY)



 

jueves, 17 de agosto de 2017

Adiós a Leonardo Heredia: Radicalmente libre

Mi suegro preferido:
No sé adónde te fuiste, pero seguramente seguirás jodiendo. Estos últimos días que ya no tenías fuerza (o ganas) ni para putearme, esto ya no era vida para alguien como vos.

Te conocí el 16 de enero del 1992. Abriéndonos paso en la Plaza Barrios, entre miles de desconocidos que se abrazaban para celebrar el fin de la guerra, de repente Daniela se paró y dijo: Te presento a mi papá. Andabas bien tipazo, y en este mar de banderas rojas llevabas el pañuelo rojo más como atuendo de caballero que de simpatía con la insurgencia. Dijiste: “Así que vos sos el cabrón con huevos que trajo de regreso a esta muchacha al país…”

A esta altura con Daniela ya teníamos varios años de pareja, y hacía un año que tu hija había regresado del exilio. Daniela me había contando de la leyenda Leonardo, fundador de radios y maestro de locutores en México, Guatemala, Costa Rica, Panamá y El Salvador, pero hasta este día nos conocimos. Por una simple razón: Hasta este día 16 de enero anduvimos compartimentados, llevando una vida clandestina, sin contacto con amigos y familia.

Este día te llevé a conocer a los compas de la Venceremos que estaban transmitiendo desde una de las torres de Catedral. Y al rato te convertiste en asesor y padrino de la Venceremos, en su transición de radio guerrillera a radio legal y comercial. Circuito entre dos leyendas de la radiodifusión…

Fuiste fue para mi el salvadoreño más auténtico que he conocido. Te moriste de risa de la manera que yo puteaba, tratando de hablar como salvadoreño: “Te voy a enseñar a putiar fino”, me dijiste, “si no nadie te va a respetar en este país.” Y algo aprendí. Para hablar claro y pelado, para que la gente te entienda, ¿qué mejor maestro que Leo?

Navegaste de entre éxito profesional y fracasos, y tus últimos años viviste hombre pobre. ¿Por qué? Hace poco le pregunté. Su respuesta: “Soy demasiado irreverente para que mis éxitos sean sostenidos. Siempre terminé mandando a la mierda a mis jefes y mis socios. Nadie me debe, y no debo nada a ningún hijueputa…”

Y así terminó su vida Leonardo: radicalmente libre. No dependiendo de nadie, ni de su familia. No haciendo caso a nadie, pero también dejando que cada uno de nosotros viviera como le daba la gana. Tus hijas e hijos (no sé si por algún destino genético o por emulación, porque nunca recibieron educación tuya) salieron igual: artistas, creativos, irreverentes, rebeldes… libres. ¿Qué más quiere un padre?

¿Qué te puedo decir que no te hayan dicho todos? Todo un país te reconoce como el padre de la radiodifusión, y muchos como la personificación del galán latino. Para mi sos el hombre que redefinió el concepto de suegro. Y el “hijueputa” honoris causa.

Adiós, Leonardo,

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(Esta es la versión original de la carta a Leonardo. En la versión publicada en MAS!, elsalvador.com, y El Diario de Hoy algunos conceptos considerados “malas palabras” fueron “suavizados”. Para Leonardo, como para mi, no existen malas palabras.
Además, leonardo y yo nunca nos hemos insultado, nos hemos puteado, que es cosa muy diferente.
)
(MAS!/ El Diario de Hoy) 

 

martes, 15 de agosto de 2017

Carta a Trump: Salvar Venezuela sin ir a la guerra

Dear Donald:
Sé que tiene un Departamento de Estado acéfalo y que sus únicos asesores son militares. Se nota. Le voy a mandar algunos consejos no solicitados, a los cuales usted por supuesto ni siquiera haría caso si le lo diera algún experto anglosajón en política hacía América Latina.

Si realmente quiere ayudar a Venezuela a recuperar su democracia, lo peor que puede hacer es amenazar a Maduro con una intervención militar de Estados Unidos. Es de las pocas cosas que a esta altura le pueden dar oxígeno a este régimen aislado interna y externamente. Maduro y sus narco-generales lo aman por esta su nueva bravuconería.

En vez de esto, lo que el presidente de Estados Unidos debe hacer son tres cosas:
  1. Hablar con Cuba y darle garantías que con un cambio de régimen en Venezuela no perderá el suministro de petróleo. O sea, convencer a Cuba que sostener a la fuerza a Maduro y apoyar la represión contra la oposición no es la única forma que Cuba puede asegurar su sobrevivencia económica. Esto requiere negociaciones paralelas con la oposición venezolana.
Pero lo que usted hace es cerrar las puertas recién abiertas de comunicación con Cuba, obligando a Castro y Maduro a defenderse mutuamente.
  1. Negociar con China, que es el principal acreedor de Venezuela. Venezuela ha empeñado los próximos 20 años de su producción petrolera a China, y Pequín sabe perfectamente que el régimen de Maduro, aunque logre sobrevivir a pura fuerza de represión, nunca tendrá capacidad de honrar esta deuda. La única manera de asegurar que Venezuela le pague a China es un cambio democrático que logre reconstruir la economía nacional. Nuevamente, igual que en el caso de Cuba, Estados Unidos puede dar las garantías que va a facilitar que un nuevo gobierno venezolano, con la ayuda de los organismo financieros internacionales, honre la deuda con China.
Pero lo que usted hace es tensionar la relación con China con su discurso de guerra comercial y sus amenazas militares a Coreo del Norte.
  1. En vez de amenazar con suspender las compras de petróleo a Venezuela, mejor negocie con Colombia para que juntos corten la conexión narco que mantiene funcionando el régimen narco-militar venezolano. Boicotear el petróleo venezolano afectaría a la población venezolana que ya está sufriendo la crisis de abastecimiento. Cortar la conexión FARC-Maduro y su negocio narco, sólo afectaría y efectivamente debilitaría a las cúpulas militares y políticas de Venezuela.
Estoy claro que su ceguera ideológica no le permitirá modificar sus políticas hacía Cuba y China, ni siquiera para salvar Venezuela y estabilizar América Latina. Pero la tercera opción, tal vez la más efectiva para debilitar a Maduro, encaja perfectamente en su discurso macho, Mr. Trump. A menos que sea discurso y nada más.

Si tiene más preguntas, consulte con los expertos en América Latina que abundan en Washington. O haga que su embajadora en Salvador me llame. Tengo varias cosas que me gustaría discutir con ella.

Sincerely yours,

44298-firma-paolo

(MAS! / El Diario de Hoy)