¿De dónde surge esta explosión de odio contra los pobres, que de repente invade el debate político y las redes sociales? Por una parte del miedo que infunden las pandillas y de la suprimida conciencia que detrás de la violencia que sufre el país se encuentran profundos problemas sociales que entre todos hemos fallado encarar y resolver. No es nada extraño que un sentimiento colectivo de culpa e impotencia, en vez de transformarse en la búsqueda de soluciones, se convierta en agresiones. Por otra parte, lo que provocó este irracional rechazo a los desempleados fue la propuesta del gobierno del FMLN de gastar 130 millones de dólares para subsidiar a los llamados ninis, a ustedes, los jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Es obvio que este proyecto del FMLN no nace de la preocupación por el alto índice de desempleo juvenil. El desempleo se combate creando oportunidades de trabajo, no con subsidios temporales a los desempleados. Esto es lo que ustedes tienen que exigir al Gobierno, y no que les regalen unos cuantos dólares que por nada cambiarán su situación.
Es un insulto para ustedes que el Gobierno piense que con unos dolaritos y sermones políticos los pueden jalar al FMLN, convertirlos en activistas, y así recuperar la presencia partidaria en los barrios y las comunidades que han perdido. Perdieron presencia porque en siete años no han hecho nada para transformar las comunidades. En vez de llegar a los barrios con inversiones en infraestructura, en mejores escuelas y servicios públicos y en desarrollo económico, han llegado con su guerra, con fusiles, con redadas que afectan a todos los jóvenes. Hoy quieren recuperar el terreno perdido, pero no para mejorar los barrios, sino para comprar voluntades.
Las instituciones que van a manejar los fondos para los jóvenes y administrar los subsidios (Injuve, Gobernación) son aparatos al servicio del FMLN para reclutar jóvenes. Esto no es estrategia de prevención de la violencia, es estrategia electoral. No es estrategia de seguridad, es estrategia de control territorial del partido.
Así que ustedes están en un sándwich: por una parte el Gobierno y el FMLN que quieren aprovechar políticamente su precaria situación social; por otra parte los que solamente los ven como haraganes, vagos y potenciales pandilleros. Y nadie, ni Gobierno ni oposición, propone soluciones. Nadie tiene una propuesta de cómo incluir a las comunidades precarias al desarrollo del país. Nadie articula una estrategia de cómo romper la marginación que está detrás de todo: desempleo, deserción escolar, violencia, pandillas. Nadie entiende que invertir en grande en las comunidades es una apuesta en seguridad, educación y crecimiento.
En vez de pedir 130 millones para subsidiar la marginación, hay que pedir 1,300 millones (o lo que sea necesario) para romperla, pero con una especie de Plan Marshall, como se suele hacer para salir de una larga guerra: invirtiendo en reconstrucción, inserción social, educación y desarrollo productivo.
Claro que la intención política del FMLN detrás de este nuevo subsidio inútil provoca un nuevo pleito con la oposición. Pero ustedes y su situación, lamentablemente, no están al centro de este debate. Otra cosa sería si la rabia opositora, en vez de dirigirse contra ustedes (los “vagos y holgazanes”) se concentrara en parar las políticas fracasadas del FMLN y desarrollar alternativas.
Mientras ustedes no se expresen y movilicen, esto no va a pasar. Saludos,
(MAS!/El Diario de Hoy)