Viendo en live el concierto “Venezuela
Aid” en Cúcuta, durante todo el día de viernes, se me hace que este sábado 23
será un día histórico para Venezuela. Miles de venezolanos cruzaron la frontera
a Colombia para vivir esta fiesta musical con Miguel Bosé, El Puma, Carlos
Vives, Silvestre Dangond, Diego Torres, Santiago Cruz, Paulina Rubio, Ricardo
Montaner, Juan Luis Guerra – y toda la crema y nata de la música popular
venezolana, mientras que el concierto que Maduro mandó a armar al otro lado del
puente, titulado “Hands Off Venezuela” no tiene
ni artistas conocidos ni público.
Pero los jóvenes venezolanos cruzaron la frontera no solo por el concierto, sino para acompañar y proteger al inmenso convoy de ayuda humanitaria que saldrá e sábado para Venezuela. Desde muchos países latinoamericanos, europeos y norteamericanos han llegado a Cúcuta contenedores con cientos de toneladas de medicina y comida. También en puntos fronterizos de Brasil y en puertos de algunas islas caribeñas hay contenedores esperando su entrada a Venezuela.
Maduro no quiere que la ayuda humanitaria
internacional entre a su país y ha dado órdenes a la cúpula militar de detenerla.
Con esto Maduro ha puesto a los miembros de sus Fuerzas Armadas en una
situación donde tendrán que tomar una decisión: cometer el delito imperdonable
de privar a las familias venezolanas de la tan necesitada ayuda humanitaria – o
romper la lealtad a un gobierno ilegítimo, represivo y corrupto.
Nadie sabe de antemano qué van a hacer los militares venezolanos ante esta disyuntiva. Pero los docenas de miles de personas reunidas en Cúcuta, y otros más del otro lado de la frontera, incluyendo casi todos los diputados de la Asamblea Nacional, están decididos a acompañar y defender los convoyes.
Posiblemente hoy, en el Puente Internacional Tienditas sobre el rio Táchira (y en otros puntos fronterizos o puertos) se va a decidir el futuro de Venezuela. Maduro tiene dos opciones, y ambas lo acercarán aun más al fin de su régimen: Si da la orden de reprimir con violencia militar a los convoyes y sus acompañantes (diputados, Juan Guiadó, comunidad internacional, masas de jóvenes venezolanos), corre el riesgo de perder el control de las tropas y/o se expone al mundo como genocida; si deja pasar la ayuda, se consolida el poder moral y político del presidente interino Juan Guaidó, quien en la tarde de viernes se hizo presente en Cúcuta para saludar a los 150 mil asistentes al concierto – y para ponerse a la cabeza del traslado de la ayuda humanitaria.
No hay manera que Maduro salga bien de esta disyuntiva. ¿Y la oposición? Cada opositor (sea diputado o ciudadano) que hoy salga para defender los convoyes humanitarios pone en peligro su libertad e incluso su vida. Pero no hay forma que no salga triunfante el movimiento de restablecer la democracia en Venezuela de esta confrontación.
Espero, de todo corazón, que este sea el jaque mate a Maduro. Saludos,
(MAS! y El DIARIO DE HOY)