sábado, 25 de febrero de 2023

Carta a los pesimistas: El vaso del sultán. De Paolo Luers


"La propaganda oficialista nos quiere convencer de que Nayib Bukele tiene soluciones para todos los problemas del país, pero sólo el 45% se lo cree y el 48% no se lo compra." 

La carta hablada: 

El Vaso del sultán.mp3


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 25 febrero 2023


Estimados amigos:

Yo soy partidario de la duda, del cuestionamiento, de la necesidad de poner nombre a todo lo que está mal. Es mi oficio. Pero aunque escribo sobre las cosas que van mal, jamás en la vida he sido pesimista.

Las interminables e infructuosas discusiones sobre si el vaso está medio lleno o medio vacío, siempre las corto diciendo: Depende de si tiene cerveza o té verde...

Mientras el vaso no esté del todo vació y seco, está lleno. Y de todos modos, un vaso se puede llenar.

Soy optimista, pero tampoco pendejo. Veo con claridad los problemas, los riesgos, los peligros, el mal. He dicho, sin dudar, que estamos viviendo en un Estado que está fallando. 

Todas estas reflexiones se me vinieron a la mente, cuando leí la reciente encuesta de la Gavidia. Ahí lo del vaso lleno o vacío depende de cómo se presentan los datos. Un amigo resumió la encuesta de la Gavidia así: “Un país donde  la gente admira más a Bukele que a monseñor Romero...” Definitivamente es de la fracción del vaso vacío.

Y tiene razones de asustarse. En la encuesta, como en todas de los últimos años, se encuentran datos que nos deben preocupar. Por ejemplo: un 48% de los entrevistados piensa que El Salvador tiene frontera con Nicaragua; un 48% cree que El Salvador tiene 50 municipios  - sólo porque el sultán mencionó que quiere que sea así; un 36% cree que monseñor Romero fue asesinado en el 1970, y el 88% dice que cree en milagros. Estos últimos a lo mejor son los mismos que creen que Nayib Bukele está conduciendo al país a un rumbo mejor...

Hablando de creencias, se pinta también un cuadro preocupante de ignorancia: 68% esperan que pronto va a llegar un mesías. Bueno, por lo menos no dijeron que ya llegó y que se llama Nayib. Y el hecho de que 82% esperan que algún día se acabe el mundo, tampoco es muy alentador...

Entrando al campo político de la encuesta, cualquiera se puede deprimir viendo que el 62% apoya la reelección de Bukele. Pero ojo, en octubre del 2022, recién anunciada su intención de reelegirse, un 77% aplaudió al presidente. El hombre perdió 15% de su apoyo. Un 26% se opone a la reelección. ¿Qué pasó con el famoso 3%?

Cuando preguntan a la gente si aprecian a Nayib Bukele, un 65% dice que sí. Pero ojo, hay un 33% que dijo que NO lo aprecia. Y cuando la misma pregunta se hizo sobre el partido Nuevas Ideas, solo el 43% mostró aprecio, mientras que el 51% expresó que NO aprecia al partido oficial. De no apreciar a despreciar es solo un paso...

Así que el oficialismo ya no tiene su vaso lleno al 90%, como quisiera hacernos creer. Y la oposición no tiene su vaso tan vacío como para suicidarse. Los escépticos deben leer bien esta encuesta, antes de tirar la toalla. Se darán cuenta que una mayoría de 51% dice que la economía del país va mal. Y aunque a un 65% le ha calado la propaganda que dice que ahora somos es el país más seguro del continente, hay un 28% que no lo cree. 

La propaganda oficialista nos quiere convencer de que Nayib Bukele tiene soluciones para todos los problemas del país, pero sólo el 45% se lo cree y el 48% no se lo compra. 

Ven, aunque aun no tiene expresión orgánica, hay oposición en el país - y está creciendo. Está lejos de ser mayoría, pero ya no es invisible. Vean estos números:

·      Sólo el 35% está contento con la gestión de Nuevas Ideas en la alcaldía de San Salvador, mientras que el 62% expresa descontento. 

·      Sólo 43% de los entrevistados se declaran seguidores de Bukele, mientras 38% dice que no lo son. 

·      Y cuando se pregunta a la gente quién se siente comprometido con Bukele, sólo el 31% dice que sí. Un 16% dice ‘poco’ y el 38% dice que no. Entre los poco comprometidos y los no comprometidos con el proyecto político del presidente suman 63%. 

·      Sólo 38% está de acuerdo que el presidente controle todos los órganos del Estado, y una clara mayoría (55%) lo ve mal.

Esta inyección de optimismo no es para que se relajen, es para que se pongan las pilas. Porque para que esta minoría no conforme se articule políticamente hace falta mucho trabajo.

Saludos,










miércoles, 22 de febrero de 2023

Carta sobre Ucrania: el 24 de febrero, día de la vergüenza. De Paolo Luers

 

"Es una sinvergüenzada especial y a la vez una estupidez que Nayib Bukele piense que simplemente puede callarse. Y sería una vergüenza igual si no denunciáramos este oportunismo. La vergüenza hay que cobrársela a los oportunistas para que mueva algo."

La carta hablada UCRANIA.mp3

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 23 febrero 2022

El viernes 24 de febrero cumple un año el hecho más vergonzoso de este siglo: la invasión de Rusia a Ucrania. No es simplemente una guerra que surgió para resolver por la fuerza disputas limítrofes, sino tiene la intención profesa de hacer desaparecer Ucrania como nación – o destruirla físicamente.

La invasión de Rusia a Ucrania del 2022 no vino de la nada, no fue el inicio del conflicto. Ocho años antes, en febrero 2014, Putin había ya invadido y anexado la península ucraniana de Crimea. Esta agresión sólo fue exitosa por dos razones:

  

·       Ucrania todavía no tenía una democracia sólida. Sólo meses antes, en el 2013, los ucranianos habían logrado derrocar a su presidente pro ruso, y estaban comenzando a consolidar su plena independencia – y un liderazgo legítimo para defenderla. En otras palabras, todavía no tenían a un líder como Volodimir Zelenski, capaz de unir al país para defenderse de su vecino poderoso.

·      En el 2014, los países europeos y Estados Unidos no estaban preparados para proteger a Ucrania. Sus protestas contra la violación del derecho internacional fueron tímidas, y no estaban dispuestos a sacrificar sus intereses económicos en Rusia.


Ahí comenzó la vergüenza. El mundo se tragó la anexión de facto de la Crimea, las sanciones contra Rusia eran ridículamente débiles. Europa siguió cmprando el petróleo y el gas ruso. Ninguna transnacional cerró sus operaciones en Rusia. Putin pagó esta complacencia inmediatamente con el siguiente paso de su agresión contra Ucrania: organizó y armó, en 2014, las milicias ‘independentistas’ en las provincias ucranianas fronterizas con Rusia, mandó tropas para reforzarlas, y terminó invadiendo estos territorios. 

El siguiente momento de vergüenza: El mundo también se tragó este segundo paso de la agresión rusa y sigu apostando a negociaciones, de facto induciendo a Ucrania a aceptar que Rusia le estaba robando una tercera parte de su territorio.


Así que Putin, apostando a la incapacidad de Ucrania de defenderse y la falta de voluntad de Occidente de romper con Rusia y asistir a la víctima, en febrero 2022 lanzó sus tropas sobre Ucrania y trató de tomarse Kiev y anexar todo el país vecino.


Pero ni Putin ni los países occidentales estaban preparados para lo que pasó en Ucrania: esta vez se levantó en armas y coraje y peleó. Los ucranianos solos, sin apoyo de nadie, hicieron recular a las tropas rusas que ya estaban en los suburbios de Kiev. 


Nadie había percibido que Ucrania ya no era la misma del 2014. Nadie había sabido valorar que ahí había nacido una democracia y que los ucranianos la iban a defender con su vida. Para Putin igual que para los líderes de Occidente fue una sorpresa que había surgido en Ucrania un verdadero líder capaz de unir a su país y a poner el pecho a Putin. Para decirlo en salvadoreño: Volidimir Zelenski y los millones de ucranianos que tomaron las armas ahuevaron a toda la clase política de Occidente.


Este momento de verdad –y de la máxima vergüenza- cambió todo. Los dirigentes en Washington, Berlin, Bruselas y sobre todo en los países de Europa Oriental, donde ya saben lo que significa el imperialismo ruso, se vieron obligados a dar un giro radical a sus políticas. Unos antes, otros un poco más tarde, los países democráticos comenzaron a abastecer Ucrania con el dinero y las armas que necesitaba para defenderse. Luego de algún período de pudor, incluso se dejaron de paja y aceptaron a abastecer a Ucrania de la cantidad y la calidad de armamento necesario para ir a la contraofensiva y derrotar las tropas invasoras.


La vergüenza que causan los valientes a los indecisos, pero sobre todo a los cobardes y oportunistas, es una fuerza poderosa, siempre cuando es debidamente denunciada y exhibida. Por esto es importante continuar señalando a los sinvergüenzas que siguen apoyando a Putin, unos por inacción, otros por oscuros intereses. 


Es una vergüenza que muchos gobiernos en América Latina están queriendo mantener una posición de neutralidad frente a la agresión rusa.


Es una vergüenza que dirigentes latinoamericanos sigan ofreciéndose como mediadores y exijan a Ucrania a aceptar negociaciones sin que antes Rusia retire sus tropas.


Es una vergüenza que supuestos pacifistas estén organizando en Berlin una mega manifestación para exigir que Alemania y la OTAN dejen de mandar armas a Ucrania.


Es una sinvergüenzada especial y a la vez una estupidez que Nayib Bukele piense que simplemente puede callarse. Y sería una vergüenza igual si no denunciáramos este oportunismo. La vergüenza hay que cobrársela a los oportunistas para que mueva algo.

Saludos,