Estimados legisladores:
Esta vez mi crítica va pareja a todos ustedes, sin distinción de colores partidarios: ¿Por qué diablos nunca hacen bien las leyes? O, cuando no hay suficientes votos para hacer una buena ley, ¿por qué ni siquiera los que están en minoría defienden una opción mejor?
Hace poco aprobaron los concejos municipales plurales. Como esta reforma electoral tiene años de mencionarse, pero nunca pasó nada, todos pensábamos que esta vez también era paja. Ni siquiera me tomé la molestia de revisar la propuesta de ley, porque estaba seguro que de todas formas iba a salir otro cohete soplado. Gran error mío. De repente, por arte de magia, ustedes se pusieron de acuerdo y aprobaron esta ley –como siempre sin mayor discusión. Y de hecho esta reforma es otro cohete soplado: aprobaron otra malísima ley...
Muchos dicen que mejor una ley mal hecha que ninguna. Gran error. No hay nada peor que una mala ley, porque da la sensación que el problema ya está resuelto. Así pasó con la Ley de Medicamentos: había una terrible distorsión del mercado –pero en vez de liberar el mercado, quitar las distorsiones y establecer la libre competencia, ustedes vienen con una espantosa ley reguladora. Ya no serán unos empresas monopólicas que dictan el precio, sino funcionarios de gobierno. Cohete soplado.
Algo parecido pasó con la Ley de Partidos: Existían serias deficiencias de la libre competencia entre partidos –y en vez de establecer la radical transparencia en las finanzas y los mecanismos de decisión de los partidos, para que el ciudadano consciente puede controlar a los partidos, ustedes hace una ley que permite al Estado regular los partidos. Y se quedan cortos con la transparencia. Otro cohete soplado. Otra vez no le dieron más poder al ciudadano sino al Estado.
Y ahora con los concejos plurales: En vez de establecer los concejos como verdaderos parlamentos locales que controlan al gobierno local, hacen una ley que sigue garantizando al alcalde que él y su partido siempre tengan mayoría en el concejo. Cierto, la nueva ley permite que los otros partidos también tengan representación en el concejo, pero de adorno, sin ninguna posibilidad de controlar al alcalde. Es tan absurdo como si hicieran una ley para que el Presidente de la República automáticamente disponga de una mayoría de diputados...
¿Para qué establecer "pluralismo" en los concejos sin que la representación sea proporcional? La cosa sería muy simple: el partido con más votos va a gobernar y pone al alcalde. Si un partido tiene 40 % del voto, y los demás partidos 20 % cada uno, entonces el alcalde tendrá 40 % de los concejales y los otros 3 partidos 20 % cada uno. El alcalde, para gobernar, tendrá que hacer coaliciones, construir mayorías, negociar con todos. Será menos cómodo como ahora, pero así es la democracia.
Pero vienen ustedes y se inventan que el partido del alcalde siempre tenga mayoría en el concejo. Esto no es pluralismo, sino un engaño. De esta forma, el voto no es representativo.
Y lo que más me aflige es que ni siquiera hubo debate serio. No escuché ninguna voz disidente en favor de democratizar los gobiernos municipales. Parece que todos ustedes estaban de acuerdo con que hay que hacer una reforma, pero que al fin todo quede igual.
Saludos,
(Más!/EDH)