sábado, 4 de enero de 2014

Carta a nuestros sabios

Muy estimados doctores Abraham Rodríguez y René Fortín Magaña:
Ya en otra columna escribí sobre la reserva moral que, por su suerte y salvación, el país tiene en algunos personajes emblemáticos de su historia política, académica y constitucional. Hoy les puedo poner nombres y apellidos, porque ustedes ya se hicieron escuchar, con su voz de hombres que se ganaron el respeto de la nación, exigiendo a los candidatos a la presidencia que defiendan la Constitución y su pieza angular: la independencia de los órganos de control del poder, la Corte Suprema y sus salas; la Fiscalía, la Corte de Cuentas y el Tribunal Electoral.
Como los diputados no están jugando su papel de padres de la patria, este vacío lo tienen que llenar los ciudadanos más aptos para ser escuchados: los viejos como ustedes, por su sabiduría. Y les tenemos que hacer eco los que tenemos espacio en los medios e influencia en la opinión pública, y los intelectuales jóvenes que ya se están movilizando. No es el momento para guardarse cada uno su capital político y moral, en última instancia consistente de credibilidad. Es tiempo de ponerlo a trabajar en función del país. Juntos podemos hacer la diferencia, para que los que ganen esta batalla electoral se vean obligados a proteger la Constitución. Y para que los que no pueden asumir este compromiso con credibilidad, no ganen.

El primer paso indispensable para defender la Constitución, como ustedes dos ya dijeron con valentía y claridad, es proteger la Sala de lo Constitucional. Es la pieza angular que sostiene el sistema republicano. Quien logra quitar esta pieza, como es la manifiesta voluntad de prominentes dirigentes del FMLN y de UNIDAD, logra hacer caer el sistema que garantiza las libertades y los derechos de los ciudadanos.

Estamos entrando en la recta final de esta carrera electoral. Enero y febrero serán los meses decisivos. Sería un error fatal permitir que en este momento crucial sólo hablen los candidatos y sus partidos. Es
el deber ciudadano de todos de meterse en el debate. De todos que tengamos argumentos y credibilidad.

Hay muchos otros temas importantes: educación, salud, empleo, subvenciones, seguridad. Pero hay que concentrarse en la pieza angular, de la cual todo lo demás depende: la defensa de la Constitución y de la Sala. De nada sirve tener buena educación, salud y seguridad, como en Cuba, sin tener democracia y libertad - como en Cuba.

Ustedes han dado la pauta, exigiendo a los candidatos medidas concretas y garantías de cómo proteger la Sala y la Fiscalía y de cómo reformar y profesionalizar la Corte de Cuentas y el Tribunal Electoral. Hagamos públicas las respuestas o la falta de respuestas. Concentremos la atención de los ciudadanos en lo esencial: Esta campaña no es entre derecha y izquierda, no es sobre quien ofrece mejores escuelas o hospitales. Es entre proteger o destruir la democracia.

Gracias a sus intervención. Y los ilustres en las universidades, iglesias, fundaciones (o en el retiro), que todavía no han hablado, que tomen la palabra. No es tarde. Y no se vuelvan a callar jamás. De nada sirve tener una reserva moral, si no se moviliza. De nada sirve tener capital ético, si no se invierte.

Feliz año, Paolo Lüers
(Más!/EDH)

jueves, 2 de enero de 2014

Primera carta del 2014: A todos

Estimados lectores:
quiero aprovechar la primera carta del año nuevo para abrir espacio al optimismo. El nuestro no es un “país de victimarios y víctimas”, como lo describió Carlos Dada en un editorial de El Faro. Tampoco es la República donde “solo se olfatea la fétida pestilencia de una podredumbre de desagüe”, como la describió el economista Carlos Glower en su última columna  (“Peligran la Impunidad y la República”) en ContraPunto, escrita en el fondo de una depresión que tres días después lo llevó a quitarse la vida.

El Salvador tiene futuro. No está en quiebra. El que está en quiebra es el gobierno, no nuestro país, no nuestra economía. Tenemos una economía tan fuerte que ha sobrevivido, maltrecha pero sin rendirse o colapsar, a dos gobiernos malos, populistas, sin disciplina fiscal, sin incentivos para la inversión, sin seguridad jurídica. Nadie sabe si la economía salvadoreña (este quehacer diario y complejamente entrelazado de miles de empresarios, trabajadores, vendedores, clientes, consumidores) podrá aguantar otros 5 años sin certidumbre e inversión. Pero estoy seguro que al sólo asumir un gobierno que emita las señales correctas, la economía movilizará sus reservas financieras y humanas y se levantará.

El país tampoco está en quiebra moral. Hay una crisis en el actuar de la clase política, en el ejercicio del poder, es innegable. El engaño de empaque que resultó ser Mauricio Funes; el surgimiento de GANA; el cinismo con que partes del FMLN hacen Realpolitik y negocios millonarios; la manera como quedó a medias la autodepuración en ARENA – son síntomas de esta crisis.

Pero no se trata de la quiebra moral de la nación. Hay problemas de corrupción, pero no es cierto que sean reflejo de una inclinación generalizada de los salvadoreños hacia el amaño, la movida, el fraude. Como tampoco es cierto que el alto grado de violencia que vive el esté en el ADN de los salvadoreños. La gran mayoría de salvadoreños son trabajadores, honestos, pacíficos y generosos.

Así como encontramos corrupción y violencia, de repente, en medio de la crisis moral, nos encontramos con importantes reservas éticas: en la juventud, que se levanta para defender a la Sala de lo Constitucional; en los profesionales de la nueva clase media que aspira a una verdadera meritocracia; en ciudadanos que toman protagonismo en la creación de mecanismos pacíficos de solución de conflictos.

De repente nos damos cuenta que detrás de los 4 magníficos de la Sala, que parecen tan extraordinarios, existe una generación de constitucionalistas, muy combativos a pesar de su edad avanzada; y una generación de nuevos profesionales de derecho dispuestos a poner la cara por la Constitución...

Y aunque a muchos les caiga mal, repito lo que ya me criticaron muchos: En medio de la crisis de credibilidad de la clase política, encontré liderazgo positivo y constructivo donde menos lo había esperado: en las cárceles y en los barrios conflictivos de nuestras ciudades.

El Salvador tiene futuro. Nadie me va a quitar este optimismo. Y lo quiero compartir con ustedes antes de que dejen de votar por frustración.

¡Feliz año nuevo! Paolo Lüers
(Más!/EDH)

Observador político: En el fondo, nada nuevo

Algo raro está pasando: Está cambiando sustancialmente la percepción de mucha gente de quién va a ganar las elecciones, sin que haya cambiado la intención de votos reflejada en las encuestas. En comparación con la situación hace dos meses, mucho más gente piensa que el FMLN puede ganar. Y esto independientemente de su intención de voto: lo piensan no sólo simpatizantes tanto del FMLN, sino también gente de ARENA e indecisos.
¿Qué ha pasado en los últimos dos meses que explica este fenómeno? Mucho y nada. Nada que explique este cambio en la percepción de la tendencia electoral. Nada que explique que unos se llenen de triunfalismo y otros de resignación. Ambos, por cierto, igualmente peligrosos para sus respectivos candidatos...

Las encuestas no lo explican. Han aparecido algunas que dan ventaja a ARENA, otros al FMLN. El promedio de las encuestas más serias describe un empate entre ambos.

¿Lo explican las campañas, el bombardeo de publicidad? Poco probable. Las campañas no han cambiado sustancialmente en los últimos dos meses. La campaña mediática de ARENA sigue igual de mala; la del FMLN-ALBA-Funes igual de buena. Nada nuevo.

En el trabajo territorial, ambas campañas están haciendo un excelente trabajo de acercamiento a la gente. Nada nuevo.

En cuanto a propuestas e ideas que podrían conectar con las angustias y aspiraciones de la gente y así cambiar la correlación de fuerzas, veo nada. Cero por parte de ARENA y cero por parte del FMLN. Nada nuevo. Ambas campañas carecen de lo mismo: prometiendo demasiado, nadie les cree nada. No hay focalización, no hay prioridades claras. Nada nuevo que podría cambiar la situación...

Algunos piensan que la diferencia la hizo la permanente ofensiva de Funes contra ARENA, las acusaciones de corrupción, los 10 millones de Taiwan, el caso ENEL... No lo creo. Si las acusaciones provendrían de un presidente libre de sospechas de corrupción (o de un partido que no se ha ensuciado las manos), las acusaciones harían la diferencia. Pero esto no es el caso. Lo que para unos son los cheques de Paco Flores, para otros son los 3 millones que Funes recibió de Salume. Y lo que para unos es el caso ENEL, para otros es el caso CEL, que implica a Saca y a Funes, no a ARENA. No veo nada nuevo en este terreno, nada impactante que podría explicar que de repente unos canten victoria y otros se resignen.

De todos modos, se sobreestima el impacto del tema corrupción en un país donde la gente ha perdido la confianza a toda la clase política, no a un partido. No creen al acusado, pero tampoco al acusador. Si tuvimos alternancia y resulta que la corrupción sigue igual o peor, ¿qué validez tienen las mutuas acusaciones?

También se tiende a sobrestimar el impacto de la publicidad mediática. Si no hay mensaje claro (y lamentablemente, no lo hay de ninguna de las partes en competencia), la publicidad no impacta mucho. La publicidad política, para ser efectiva, necesita como materia prima proyectos políticos claros, que los puede traducir y resumidos en media docena de mensajes. Si no, puede ser hasta contraproducente.

Entonces, por donde veamos, no encontramos explicación racional porqué en el mes de diciembre se haya producido este cambio de ánimo, que generó pesimismo y temor del lado de la oposición, y optimismo y triunfalismo del lado del FMLN. Nada explica que de repente mucha gente, independiente de su personal intención de voto, piensan posible que el próximo presidente podría sea el profesor Sánchez Cerén. Cosa que hace un par de meses nadie creía posible, ni siquiera sus propios partidarios.

Se trata de un fenómeno que en Alemania lo llamamos “Stimmungsmache”. Literalmente traducido sería algo como la “hechura de ánimos”. Es otra cosa muy diferente que tratar de convencer a alguien con argumentos o ideas. Es influenciar el ánimo de las personas sin apelar a su razón, sino a sus emociones. En esta campaña se muestra la superioridad del FMLN en la guerra sicológica; en la propaganda que pasa debajo del radar de la razón argumentativa. En ella juegan su papel cada uno de los elementos que por si solo no explican el resultado (las encuestas que de repente dan ventaja al FMLN; las acusaciones del presidente contra ARENA, etc.). Pero el papel más prominente en esta estrategia la juegan los que se dejan desanimar, los que se dejan intimidar, y los que dejan de creer en su propia causa. Y los del otro bando que se dejan animar...

Me atrevo a pronosticar que la batería de nuevas encuestas, que saldrán en la segunda semana de enero, va a componer y corregir esta percepción extraña que el FMLN ha logrado crear y que está ganando. 
(El Diario de Hoy)

martes, 31 de diciembre de 2013

Carta a los personajes del año 2013

Saludo con enorme respeto a los personajes que en una escala de 0 a 10 se han ganado 10 puntos - por excelencia y por extraordinarios esfuerzos por nuestro país. A todos ustedes los necesitamos con urgencia en el 2014.
Monseñor Fabio Colindres y Raul Mijango, mediadores entre las pandillas y entre las pandillas y la sociedad. Con su coraje civil, humanismo y visión han abierto una oportunidad para la paz, la reconciliación, y la rehabilitación del tejido social.

Los “Cuatro Magníficos” de la Sala de lo Constitucional, por su rigurosidad y honestidad intelectual. Además han mostrado ser la última línea de defensa de la institucionalidad democrática, mientras ellos animaban el surgimiento de un movimiento ciudadano capaz de asumir esta tarea.

Billy Sol Bang, ex-presidente de CEL, por mostrar cómo un ciudadano valiente puede enfrentarse al intento de usar la justicia para fines políticos.

Francisco Hirezi, alcalde de Zacatecoluca, del FMLN, representando a los 11 alcaldes que se atrevieron a construir acuerdos contra la violencia en sus municipios. Se ganó mi respeto por su especial dedicación y paciencia para encontrar soluciones pacíficas a los problemas de su ciudad.

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Saludo también (aunque con menos respeto) a los personajes que en una escala de 0 a 10 ni siquiera han llegado a 3 puntos, destacándose por acciones lesivas a la cohesión social y la institucionalidad democrática del país. Deseo ver disminuidas su incidencia en el 2014.

Sigfrido Reyes, presidente de la Asamblea Legislativa, por su incansable labor en contra la transparencia y la independencia de la Corte Suprema.

Salomón Padilla, ex-presidente de la Corte Suprema, por su intento de dirigir el órgano judicial con criterios partidarios.

Guillermo Gallegos y Francisco Merino, dirigentes de UNIDAD, por profundizar la crisis de credibilidad de la clase política.

Walter Araujo, ½ magistrado del Tribunal Suprema Electoral, por tratar de convertirse en jugador de ofensiva sin abandonar su papel de árbitro.

Ricardo Perdomo, ministro de Justicia y Seguridad, por el oportunismo y egocentrismo que lo llevaron a boicotear los mecanismos exitosos de mediación que habían producido una sensible reducción de la violencia. Pero hasta en esto fracasó.

Gerson Martínez, ministro del MOP, por incapacidad. Puede ser que no robe como anteriores ministros del MOP. Pero está poniendo todo el sistema de transporte y tráfico patas arriba por razones electorales.

Mauricio Funes, presidente, por el cinismo con que ha defraudado las grandes expectativas que generó en un gobierno comprometido con la transparencia, la meritocracia, la lucha contra la corrupción y los ideales de monseñor Romero.

Paco Flores, ex-presidente, por falta de transparencia.

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También saludo a los que en esta escala de valores cívicos se ubican en el campo medio, mostrando logros importantes, pero mezclados con errores y reveses.

En este grupo quiero destacar a Luis Martínez, el fiscal general, que ha asumido la tarea de llevar su institución a la independencia y profesionalidad que necesita - lo que es sumamente positivo. Pero está centrando esta estrategia excesivamente en su propia persona - lo que es un peligro. Desearía que en el 2014 se consoliden sus logros y se superen sus deficiencias.

Feliz año para todos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)